Jo no es nombre de chico(Edit...

By Silvermelon

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Jo es una chica terriblemente malhumorada, irónica, cínica y algo amargada, que tras el divorcio de sus padre... More

Aviso antes de leer
Jo no es nombre de chico.
1. Triple.
2. Peleas de hermanos.
3.Drama queen.
4. El código.
5. Malas noticias, L.
6. Confusión total.
7. ¿No sabes bailar?
8. El baile.
9. Confesiones nocturnas.
10. Un móvil muy poco oportuno.
11. BFF
12. Una visita inesperada.
14. El lago.
15. La santa trinidad.
16. Día apestoso.
17. Bienvenido Mister Prislow.
18. Venganza
19. ¿Quién dijo portarse bien?
20. Reconstruir es morir.
21. Pillado.
22. Cotilla en potencía.
23. Un mensaje y un plan.
24. Un amargo regalo.
25. La burbuja de cristal.
26. Volver.
27. Campaña electoral.
28. Let's go to the mall.
29. El baile de invierno.
30. New York can't wait.
31. Fin de año.
32. ¿Y ahora que?
33. A de Ángel.
34. Lizzie contra la rubia descafeinada.
35. Jo mete la pata de nuevo.
36. El apagón.
37. Jack y solamente Jack.
38. La noche de los colegas.
39. ¿Un final feliz?
40. Una noche loca, un baile de máscaras y una amenaza.
41.Una declaración de tregua, una de amor y una invitación.
42.El baile de máscaras.
43. Ian mete la pata otra vez.
44. El sustituto.
45. ¿Entonces con quién estas saliendo?
46. Tropezando con la misma piedra.
47. El baile de debutantes.
48.Love is in the air.
49. Vuelta a la normalidad.
50.El error.
51. Una pareja de tres.
52. La ola de calor (Primera parte)
53. La ola de calor II.
54.Ola de calor (III)
55.¿Tranquilidad?
56. Jo es nombre de perra.
57. La verdad.
58. Lizzie contra Jo.
59. Una noche mágica.
Epilogo.
Premios watty!!!!
Segunda temporada.

13. La semana universitaria.

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By Silvermelon

13. La semana universitaria.

- ¿Mamá, que estás haciendo aquí?

Mi madre tan elegante como siempre, contrastaba con el resto de adolescentes uniformados, con su abrigo de piel marrón y sus Manolos recién comprados. Y por supuesto, sus enormes gafas de sol, a pesar de estar a mitad de octubre.

-Pasaba por aquí, y decidí hacerte una visita. ¿No te alegras de verme, cielo?

- No me creo que tu pases casualmente por los campos de maíz de Colorado, a muchos kilómetros de cualquier centro comercial u organización benéfica mamá. - Le contesté a la defensiva. Que mi madre viniera sin avisar al internado era obvio que no eran buenas noticias.

- Cierto.-Concedió mi madre sonriendo con superioridad mientras se quitaba el abrigo dejando ver un vestido negro sumamente caro.- Estoy aquí porque quiero y valoro a mis hijos.

- ¿Es algo de nuestra custodia?- Pregunté poniendo los ojos en blanco. Mamá solía usar la baza de cuánto quiero a mis hijos en las reuniones con los abogados.

-Por favor, Jo, no hables tan alto. - Dijo volviéndose para vigilar que nadie hubiese podido oír mi comentario.

-Tranquila mamá, tu puesto como madre del año no peligra. - Le contesté fríamente. Sabía que estaba siendo demasiado dura con ella, pero no podía controlar mi enfado. Había huido de allí para alejarme justo de aquello: la custodia, los abogados, los líos familiares...

-Cariño, no seas tan melodramática, eres tú la que ha decidido sola mudarte a este decrepito lugar. - Añadió mi madre mientras miraba alrededor esbozando una mueca.

-Claro, era mucho mejor aguantar como os echáis cosas en cara en Nueva York, y mientras fingir que todo es perfecto.

ù Te he dicho que no hables tan alto Jo.- Contestó mi madre en voz baja, sin alterar ni un solo musculo de la cara, que seguían contraídos en una artificial sonrisa muy característica suya (milagros del botox en señoras a partir de cincuenta años) , a pesar de que yo estaba hablando en un tono normal, suficientemente algo como para que nadie se enterase. Y además la gente estaba centrada en otro tipo de cotilleos, a nadie le interesaba cómo me reencontraba con mi querida madre en el hall del colegio.

- ¿Qué haces aquí mamá?- Repetí la pregunta con calma. Todavía tenía esperanza a que el verdadero motivo fuera yo, y no algún escandalo familiar.

-Tu padre me ha pedido que nos reunamos, y el internado nos ha parecido un lugar acogedor. Podríamos llamarlo, terreno neutral.

- ¿Ahora también vais a llevar vuestras broncas aquí?- Pregunté alterada. ¿Qué no habían entendido mis padres al mudarme a más de mil klómetros de distancia? Necesitaba alejarme de Nueva York, de las discusiones, de los convencionalismos, de los eventos sociales, de la superficialidad..... Y parecía que todas aquellas cosas me perseguían hasta Colorado, reunidas en el cuerpo de una mujer, mi progenitora.

-Creo que es mejor que tomemos un café.-Sugirió mi madre ladeando la cabeza en busca de una cafetería o alguna señal de restaurante dentro del propio internado.

Dudé antes de asentir. Puede que mi madre o fuera la madre perfecta, pero se merecía al menos una oportunidad para explicarse. ¿Y qué clase de hija sería si no se la concediera? Puede que mi madre pareciese una víctima en todo el royo de la infidelidad de mi padre y sí que lo había pasado mal. Pero Mia Queen no era ninguna niña inocente.

-Aquí no hay café, pero si quieres algo de intimidad, quizá sea mejor dar un paseo por los alrededores.

Mi madre frunció el ceño, era una gran aficionada al cuidado de su jardín de la casa de los Hamptons, y le gustaba dar paseos, pero aquel día llevaba sus manolos nuevos y la idea de mancharles de verde no le hacía gracia. Al final, para mi sorpresa, aceptó. Lo que me tenía que decir era más importante de lo que creía.

Después de recorrer varios metros por un camino empedrado, mi madre y yo escogimos un banco de mármol algo alejado de la escuela, con el fin de poder tener algo de intimidad.

-Entonces ¿Te encuentras cómoda aquí?

- Ha sido duro al principio, pero he encontrado nuevos amigos.

-Sé lo de que tienes que compartir habitación con dos niños. - ¿niños? ¿Tengo diez años? Aún así preferí no interrumpirla señalando que lo que yo tenía en la habitación no eran precisamente niños.- Tú padre dijo que se ocuparía él personalmente del problema pero ya veo que no ha tenido mucho éxito.

-No importa, son bastante simpáticos, más que las chicas de hecho...

-Me alegro de que estés cómoda. Háblame de tus compañeros de habitación. Estoy bastante preocupada en ese sentido. - Dijo mi madre con tono conciliador.

- Este Jack que es un cielo, es un buen amigo, y siempre me está aconsejando...-Obviamente deje de lado que era el mayor mujeriego de la escuela. - Y después esta Ian, que es un prepotente....

- ¿Y Robert? Tu hermano me ha dicho algo...

- Mi hermano es imbécil. -Contesté con frialdad volviendo la cabeza hacía un lado para que mi madre no viera que me estaba ruborizando. ¿Sabría ella mi beso con Robert?

-También me ha comentado que estas algo enfadada con él.

- No le hablo desde el Sábado pasado. - Especifiqué esbozando una sonrisa sarcástica.

- ¿Y puede saberse por qué? Tú hermano no está dispuesto a soltar prenda.

- ¿Te ha dicho que está castigado?- Dije yo desviando el tema.

- Más bien me lo ha dicho la directora.

- ¿Estás aquí por el castigo de Peter?- Pregunté asombrada.

- ¡No por favor!- Dijo mi madre soltando una risotada.-Te he dicho que tu padre me pidió que viniera.

-¿Ya ha acabado de divertirse con Barbie?

-Eso parece. Han cortado.

-¿Entonces?- Pregunté yo asombrada, ¿Mis padres iban a volver juntos?¿Volveriamos a ser una familia?

--No quiero precipitarme, pero tu padre y yo hemos pasado algún tiempo juntos, y me ha pedido que asista esta semana con él a la semana universitaria para daros animo a ti, y sobre todo a Peter. Esta semana es muy importante para él, y la familia tiene que estar unida.

-¿Esto es otra estrategia de marketing?- Pregunté yo cortante. Las esperanzas de volver a ver unida a mi familia habían quedado truncadas por otro intento de quedar bien de mi madre delante de las cámaras, y de conseguir nuevos adeptos para el partido de mi padre..- Claro, me lo estoy imaginado: Los Goligth sonriendo tranquilamente en la semana universitaria a pesar de todos los rumores de divorcio, más unidos que nunca. ¿Es que no podéis de dejar de ser unos egoístas?

Sin esperar ninguna respuesta por parte de mi madre, me levanté muy enfada del banco.

Había huido más de mil kilómetros para desprenderme de aquel ambiente artificial y superficial, y me veía de lleno en medio de él, teniendo que fingir delante de todo el mundo que mi vida familiar era increíble, cuando en realidad, nada más lejos de la realidad era un verdadero caos. Mi padre huye con su secretaria veinteañera unineuronal, mi madre sigue fingiendo que él volverá a casa, y mientras tanto bebe champagne, funde la tarjeta y sale de fiesta con su círculo de amigas amargadas y tan podridas de dinero cómo ella. Además hacía una semana que no me hablaba con mi hermano mayor después de que terminara a punto de pegarse con mi mejor amigo, y mi pareja de baile.

Llegué a mi habitación medio llorando, y con los sentimientos a flor de piel. Me negaba a representar ningún show, aunque fuera por mi futuro. Afortunadamente estaba vacía, y no tuve que lidiar con preguntas difíciles ni dar explicaciones. Mi drama familiar era solo cosa mía.

Todavía vestida y sin quitarme los estúpidos zapatos victorianos propios del uniforme del internado, me dejé caer en la cama donde lloré hasta caer profundamente dormida.

No sé a ciencia cierta cuanto tiempo dormí, quizá simplemente quince milagrosos minutos, o dos largas horas, pero la conversación procedente del cuarto contiguo, la pequeña sala, lograron despertarme.

- ¿Qué es esa tontería de que has cortado con Elizabeth?- Preguntaba una voz madura propia de un adulto al que no supe identificar.

- Papá, Elizabeth y yo no estamos hechos para estar juntos. Hazte a la idea. - Aquella voz sí que me sonaba, Ian estaba discutiendo con su padre en la salita contigua, y yo era tan sumamente cotilla como para escuchar detrás de la puerta.

- ¡Tonterías! Los dos sois jóvenes, guapos, ricos... Ella es una chica modélica...

-Papá a ti Elizabeth te importa una mierda. Lo que te importa es tus estúpidos negocios con la inmobiliaria del padre de Elizabeth.

- Estamos jugándonos mucho, Ian. ¿No lo entiendes? Necesito ese contrato.

-Lo entiendo papá, pero no puedes esperar que yo salga con Elizabeth solo para que tú puedas edificar toda la costa de Malibú.

-Todos nos sacrificamos hijo. Somos una familia. Además, tú estabas enamoradísimo de Elizabeth, ¿Que ha pasado?

- ¡Tres años papá! ¡Tres años!

- Tres preciosos años juntos.

-Tres agobiantes años juntos.- Corrigió Ian soltando una risotada burlona.

- Estoy seguro de que si te dijera que no fueras a la reunión con ella, se lo pedirías. Es una buena chica. ¿Asique por qué no vas a comprarle un collar bonito y hacéis las paces? Invito yo.- Después de una pequeña pausa, pude oír como su padre añadía.- Por nuestro futuro, por tu futuro.

Pocos segundos después la puerta de la habitación se cerró con un ligero portazo, dejando el cuarto sumido en silencio, para que cinco minutos después la puerta se cerrara con un portazo mucho más violento.

Ian necesitaba ayuda. Y yo no podía dejar solo a un colega.

SL?


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