4. El código.

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4. El código.

Intenté reprimir las lágrimas. Ya era suficiente humillación tener yogurt en el pelo, como para ponerme a llorar como una cría indefensa. Con toda la dignidad de la que fui capaz me di la vuelta todavía con todas las lacayas de Lizzie haciendo fotos y sus risas agudas resonando en mis orejas.

Había perdido.

Me dirigí rápidamente a mi habitación para limpiarme las heridas de guerra mientras rezaba por que no hubiera nadie. No me apetecía dar explicaciones sobre lo que acababa de ocurrir, y menos que enterara más gente.

Pero cómo siempre, mi mala suerte jugo en mi contra. Tanto Jack como Ian se encontraban sentados en el sofá parloteando sobre la liga de lacrosse entre institutos que comenzaría ese otoño y que me interesaba aún menos que la vida sentimental de Elizabeth.

— ¿Qué te ha pasado? —Preguntó Jack sin perder la sonrisa de sus labios. Seguro que cómo siempre encontraba muy divertida la situación. — ¿Sigue habiendo novatadas para los nuevos?

— ¡Su novia loca cree que quiero robarle su estúpido trono o lo que sea eso!— Exclamé yo enfadada señalando a Ian. Tal como dicen, si no puedes vencerles únete a ellos, y ya que no podía hacer nada para que los dos chicos se marcharan de la habitación, decidí sentarme en la butaca desocupada y despotricar todo lo que pudiera de la desequilibrada novia de Ian.

— ¿Eso te lo ha hecho Lizzie?— Preguntó Ian asombrado.

Jack por otro lado no parecía para nada asombrado, de hecho, el mismo me había advertido que no debía haberme metido con Lizzie en el comedor el dia anterior. Y ahora estaba pagando las consecuencias.

— ¿No es lo que acabo de decir? —Pregunté sarcásticamente. Necesitaba una ducha, argumenté. Y una infusión relajante antes de que fuera a por Lizzie y le hiciera comer yogurt hasta que suplicará clemencia. —Juro que voy a agarrarla de los pelos y dejarla calva.

—Tranquila novata— Respondió Jack firmemente. — Aquí la violencia no está muy bien vista. Incluso contra Lizzie. Además ella es inmune.

— ¿Inmune?—Pregunté de forma brusca. ¿Qué tenía Lizzie de especial para ser inmune? ¿Incluso la directora le tenía miedo?

—Su madre es la directora. Solo que utiliza su nombre de soltera. Se divorció del señor Kurt hace años. — Informo Ian haciendo que mi sistema nervioso experimentara el segundo colapso del día.

No solo había iniciado una guerra contra la víbora más letal del internado, sino que también estaba protegida por la directora.

—Hablaré con ella y le dejaré las cosas claras. — Anuncio Ian levantándose del sofá para buscar su iphone por la habitación.

— No creo que sirva de mucho. He intentado razonar con ella, y he acabado con yogurt en la cabeza. — Respondí yo bruscamente mientras señalaba mis mechones de pelo manchados por ese mejunje extraño.

—A mí me hará más caso, créeme. — Ian no levanto la cabeza de su móvil mientras tecleaba sobre la pantalla. Suspiré tratando de calmarme. Ian iba a arreglar esa situación. En el fondo, él me lo debía tal y cómo se había portado el primer día.

—Necesito una ducha. — Suspiré levantándome del sofá mientras me estiraba perezosamente. La opción de fingir una enfermedad terminal y no salir de la cama en todo el curso estaba cobrando fuerza en mi cabeza.

— ¿Necesitas ayuda? —Preguntó Jack esbozando una sonrisa traviesa que consiguió que mis mejillas se enrojecieran. ¿En serio Jack estaba tan desesperado cómo para verme atractiva aunque estuviera cubierta de yogurt?

Jo no es nombre de chico(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora