Realidades Alternas

By AidanCero

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AU Clexa. Inspirado por 'The Wish' Capítulo de Buffy la cazavampiros. Ha pasado un año de la muerte de Lexa y... More

II
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NOTA DEL AUTOR

Capítulo 1

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By AidanCero







Tras su muerte, nada volvió a ser lo mismo, sin importar el tiempo transcurrido, las personas con las que me involucré, los viajes en solitario, los dibujos hechos a base de memorias, nada, absolutamente nada llenó el hueco que dejó su ausencia.

No sé si sólo se ama una vez en la vida, hasta ella no comprendía bien lo que era esa clase de amor, Finn fue un entrenamiento, la introducción.

Lexa fue aquello que no esperas y sin embargo te das cuenta que llevabas esperándolo la vida entera. Sé, que no hay nadie más perfecto para mí que ella y ahora debo seguir a medias, extrañándola. No quiero ni siquiera rondar cerca de Polis, no quiero estar en Arkadia. Pero, es aquí donde debo estar. Con mi gente.

'Mi gente' me repito. Ella era mi gente, mi persona, ella lo era todo.

Camino taciturna, siempre con la mente en todo menos donde estoy, y Raven, Octavia, Bellamy y mi madre me ven ir de aquí para allá con la mirada perdida, estoy sin estar. Creo que gran parte de mí se fue con Lexa.

Es otro de esos condenados días lluviosos que me ponen todavía más melancólica y necesito salir bajo la misma para ver si así, con ello, se me va toda la tristeza que todavía siento a un año de su partida, un año pasado mañana por cierto.

Es un jueves por la tarde, el cielo se cae a cántaros pero puedo ver perfectamente bien por dónde voy y sin miedo de que cualquier Terrícola pueda lastimarme, es más, me he vuelto tan imprudente que deseo con todas mis fuerzas que eso pase.

Estoy absorta en este pensamiento que me sobresalto cuando escucho el crujir de una rama a mi espalda, al girarme con rapidez, me doy cuenta que es Raven quien me sigue.

Está agitada y la noto cansada.

-No puedo creer lo rápido que caminas, me ha costado bastante seguirte el paso- Se toma la pierna con la abrazadera y se recarga en un árbol para descansarla.
-De haber sabido que me seguías hubiera corrido- Me voltea los ojos y se da un respiro.
-Sabes que no es nada seguro que te escapes sin decirle a nadie a dónde vas-.
-¿Y por qué habría de decirles a dónde voy?-.
-Porque eres la representante de Arkadia, el décimo tercer clan, y sin ti, créeme, estamos perdidos-.
-Kane puede salvarlos sin problema- Comienzo a caminar pero me detengo, sé que Raven aún no está lista para emprender la caminata y dejarla me parece insensible.
-Claro y Bellamy ¿No?-. Tiene razón, soy el eslabón fuerte de la puta cadena.
-¿Y te mandaron a ti para que me siguieras?- No pretendía sonar de ese modo, menospreciarla por su dificultad para caminar, pero no estoy de humor y cuando eso sucede, digo muchas cosas que no quiero.
-Mira, prin.ce.sa, te seguí porque me preocupas, pero por lo visto no es mutuo así que regresaré y mucha suerte con tu miseria-.

Se levanta y comienza a caminar en dirección a Arkadia. Veo cómo arrastra más la pierna y se queja, no es adrede, últimamente su lesión ha sido una perra con ella.

-Espera, Raven- Sin embargo ella sigue caminando; es testaruda y orgullosa, así que sé que tendré que rogarle un poco más –Raven, carajo, espera- Se detiene al fin.
-¿Qué?- Suspiro, me aprieto el puente de la nariz y me resigno a invitarla a ir conmigo al refugio.
-Es un largo camino de regreso y, es mejor que vayamos a dónde me dirigía antes de darme cuenta que me seguías-.
-¿Irás con Niylah?- Me echo a reír.
-No- Hago una pausa y ella enarca una ceja, casi me recuerda a Lexa, casi –Un refugio-.

Con trabajos se da media vuelta y me alcanza.

-¿Quieres que te cargue?- Digo en broma, sin embargo a ella no le hace nada de gracia y prefiere guardar silencio a comenzar con una discusión.

Hacemos el camino en silencio; cincuenta metros antes de llegar, inspecciono el lugar, busco entre los árboles y la maleza. No hay un solo terrícola.

Me meto pues por entre el resquicio que hay en las rocas y doy cinco pasos de costado y apenas cabiendo cuando llego al fin al pasillo que es más amplio y el que me conducirá al recinto dentro de la cueva.

-Vaya entrada- Dice Raven con dolor y dificultad.
-Lo siento, no hay otra forma-.

Se queda boquiabierta. Sabiendo al instante, al ver los libros, pieles y pergaminos, que aquí solía venir Lexa.

-¿Cómo lo descubriste?- Camino a la chimenea y empiezo con la tarea de encenderla.
-Indra- Me mira perpleja –Indra se lo dijo a Octavia y ella me lo ha dicho a mí... creyeron que me haría mejor tener algo suyo cerca...-.
-¿Y?-.
-Y la verdad es que...- Suelto otro suspiro para mitigar la pesadez en mi pecho –Que no habrá nada que me haga mejor-.
-Creo que el tiempo, y sólo eso- No le contesto, no sé si eso sea real. No sé hasta dónde pueda ayudarme el maldito tiempo. Aprieto la mandíbula y me obligo a no llorar.
-¿Quieres hablar al respecto?-.
-No-.
-¿A alguien se lo has contado abiertamente? Digo, hay rumores...- Se acerca al fuego y se quita la abrazadera –¿Pero nunca lo has hablado con nadie?-.
-No es necesario-.
-Puedes hacerlo conmigo-.
-¿Por qué?- Se retrae y me quita los ojos de encima. No me contesta.
-Porque yo lo sabía, fui la única en darme cuenta de todo, desde el principio- Dice después de un par de minutos y yo trago saliva.

Me levanto y le acerco ropa seca, le quedará grande, Raven es más pequeña.

-Úsala-.
-No... no, es ropa de...-.
-Si no lo haces la dolencia será peor, créeme; necesitas estar seca y tibia-.
-Entonces ¿Hablaremos?- Se cambia frente a mí, no a propósito, claro. Se quita la playera y la extiende junto al fuego, luego se levanta con más dificultad y se quita el pantalón.
-No-.
-Bien, no voy a insistir, pero sabes que si algún día decides que sí quieres, entonces te escucharé; Sé cómo es eso-.
-Octavia también y Jasper-.
-Ok, ok, algunos sabemos cómo es eso; pero Octavia todavía está algo enojada y Jasper... es Jasper; y pues... yo lo vi, en la ciudad de la luz, vi...- No termina.

Supongo que se refería al beso, al 'te amo'. No sé.

-¿Qué haces cuando vienes aquí?- Hemos estado en silencio por tanto tiempo que me olvidé que estaba sentada junto a la chimenea.

Yo estoy en la cama y me giro para verla.

-Los primeros meses sólo lloraba, luego decidí leer, a veces hacer como que hablo con ella e imaginar que me contesta...- Miro el techo de la cueva –No tuve tiempo de llorarle propiamente, no al principio, con todo esto de encontrar a Luna, Ontari, Alie... había tanto por hacer que no tuve el tiempo de vivirlo como debía vivirlo. Y cuando por fin pude... cada día era peor al anterior. No sé describirlo, pero lo sabes, lo sentiste- Asiente.

Más tarde estamos las dos en cama, ella duerme plácidamente y yo no puedo conciliar el sueño. No después de despertarme y creer que era Lexa quien dormía a mi lado. La primera visión que tuve fue verla en sus ropas, con el cabello castaño sobre la almohada... me latió tan fuerte el corazón que sentí que me sofocaba, y luego, al enfocar bien, al entrar en la conciencia, descubrí que mi mente me había jugado una broma y era Raven quien estaba aquí.

Me giro de lado, alejándome de su cuerpo y apretando de nuevo la mandíbula.

Paso otro rato así, escuchándola respirar, deseando estar sola, deseando más bien, que esa respiración tranquila sea de Lexa.

Se vuelve insoportable su compañía, aún más insoportable esta ansia de que sea ella, que abrirá sus ojos verdes y me mirará como lo hizo después de habernos vestido y habernos despedido por el momento.

Se me humedecen los ojos.

Afuera la lluvia ha cesado y hace un fresco que eriza los vellos, me abrazo y me froto los brazos, la luna llena brilla con todo su esplendor por entre las copas de los árboles.

Aspiro fuerte, oliendo en el ambiente los pinos, la tierra mojada, el pasto. No había vuelto a ver las mariposas color azul que emiten su propia luz. Son maravillosas y me descubro sonriendo por primera vez en muchísimo tiempo.

De pronto, mis ojos enfocan una luz naranja a lo lejos. No sé decir bien a cuántos metros, sin embargo me da curiosidad y miedo porque nunca la había visto. Regreso con tiento hacia la cueva y me cargo con el arma y un cuchillo y, llevada por mi imprudencia disfrazada de valentía, voy hacia allá.

Camino media hora,  quizás más, pensando que la luz no es más que un espejismo porque entre más camino, más parece que se aleja. Pero, sin saber cómo, de pronto me encuentro frente a la puerta de una choza.

Puedo ver por las ranuras: una fogata en el medio, botellas varias llenas de diferentes líquidos de muchos colores, los hay verdes, amarillos, rojos, naranjas, morados y otros tan negros que parece que estuvieran llenos de petróleo.

Sin saber por qué, abro la puerta y me asomo, echando un vistazo rápido. Todo parece apuntar a que la persona que habita esta choza ha salido. Me adentro, inspecciono las cosas que cuelgan del techo, muñecos hechos con palos, casi parecen estrellas de cinco picos. Hay tantos, de diferentes tamaños.

-Es de mala educación entrar a lugares donde no te han invitado- Me sobresalto y me congelo en mi lugar.

Veo a un hombre, un terrícola que se parece a Gustus, y nada más de encontrarle el parecido me siento inquieta y melancólica de nuevo, incluso tratándose de él. De su recuerdo.

-No... no había visto nunca que alguien viviera aquí-.
-Me mudo mucho- No me mira todavía, trae consigo un costal pesado que deja caer en el suelo y se acerca a una de las botellas que destapa y se lleva a los labios, dando un gran sorbo. Huelo el alcohol hasta acá. Me mira entonces y por fin.
-¿Quieres?- Niego con la cabeza. –Nadie llega a mí por casualidad- Frunzo el ceño.
-Claro- Me sonríe y da otro trago.
-¿Qué traes para el asunto?- No puedo estar más confundida. Se da cuenta de mi estado y me estira la mano con la botella -¿Segura que no quieres?-.
-Segura-. Doy un paso lejos de él y mirando la puerta.
-Entonces ¿Haremos el trato o no?-.
-Creo que debo irme-.
-Asumo entonces que no quieres volver a verla- Parpadeo rápido y se me acelera el pulso.
-¿Cómo?- Se sonríe de nuevo.
-Te dije que nadie llega a mí por casualidad, el motivo debe ser muy fuerte, el dolor, el deseo. Te vengo escuchando desde hace meses y hoy todo coincidió para que pudieras venir a verme; entre dimensiones te veía-.
-¿Ver a quién?- Digo enfada y asustada, sosteniendo con fuerza el arma.
-A la gran Heda-. Es en ese momento donde desenfundo y le apunto a la cabeza.
-¿Quién eres?-.
-No quién, qué; pero no te voy a aburrir con explicaciones que no entenderás ¿Quieres volver a verla o no?-.
-Los muertos no resucitan, menos si son cenizas- Se voltea y busca algo en los estantes donde están los frascos.
-Ah eso es un completo hecho, no en esta realidad al menos ¿en otras? Oh sí que lo hacen- Sigue buscando algo y luego se detiene en seco –Excelente, aquí está- Sigo apuntándolo con el arma, la señala –Eso no me hará nada y yo no te haré nada a ti, bájala- No hago caso –Bájala- Repite amablemente.
-¿Eres otra maldita inteligencia artificial?-.
-Depende del cristal con que se mire, si estuviera hablando con Raven... quizás sería un Bug, si hablara con Titus... quizá sería un antiguo, tratándose de ti... un mago-.
-O un borracho con una imaginación bastante peculiar- Hago por salir de la choza y, pese a que pienso que me detendrá, se hace a un lado y vuelve a sonreírme.
-Hace dos noches, estabas en Arkadia, en tu habitación, en la que por cierto te es insoportable estar, y pensabas en si acaso habría una forma de regresar el tiempo, deshacer todo lo que habías hecho y hacer todo lo que no  habías hecho con Lexa. Bueno, no, no hay forma de regresar el tiempo, lo que sí puedo hacer por ti, es desintegrarte, molecularmente hablando, trasladarte de esta realidad y ponerte en otra donde ella esté viva-.

Lo tacharía de loco si no fuera porque, efectivamente, hace dos noches pensaba eso precisamente, en mi habitación.

-Te escucho-.
-Sólo eso, eso es lo que puedo hacer-.
-¿Cuál es el precio?-.
-Es tan ridículo que hasta te reirás-.
-Pruébame-.
-En Arkadia hay una pintura...- Me describe el lienzo con lujo de detalles y, reconozco que la vi en la bodega.
-¿Quieres una pintura?-.
-Te dije que te reirías-.
-En realidad no me estoy riendo-.
-De acuerdo, no lo haces, pero ese es el precio-.
-¿Por qué?-.
-Porque no tienes ni idea del valor que tiene ese pedazo de tela y pintura, en otra realidad, evidentemente-.
-¿Sólo eso?-.
-Sólo eso-.
-¿Sin trampas?-.
-Lo juro-.
-Bien, sólo tengo que regresar para ponerme algo más abrigador e iré por ella-.
-Mejor espera a que amanezca- Parece como que aguzara el oído.
-¿Por qué?-.
-Porque no quiero que te pase algo y no puedas traerme la pintura-.
-¿Por qué no vas tú por ella?-.
-Porque no tengo poder en tu dimensión- Sigo sin entender una sola cosa y prefiero no preguntar, es probable que esté soñando y despertaré de momento a otro.
-Mejor me voy- Me señala la puerta y me marcho.

Regreso a la cueva; antes de entrar me giro para ver hacia la luz naranja que despide la choza, aun ahí.

Raven sigue durmiendo; pienso en no hacerle caso e ir hacia Arkadia en este momento. Pero siento temor de que lo que me dijo sea cierto, si no estoy soñando, entonces debo esperar. Me acuesto entonces y me obligo a descansar.

Xxxxxx

Encuentro lo que me ha pedido, ahí está, entre cuadros, espejos, joyas; una pintura tonta. 

Estoy por escabullirme cuando Raven me detiene del brazo.

-¿A dónde vas?- Suspiro fastidiada.
-Llevaré esto a la cueva, quiero tenerla ahí. Y por favor no me sigas-.
-Abby te está buscando-.
-Pues dile que no me has encontrado- Me toma más fuerte del brazo.
-No es seguro que vayas sola- Suspiro con mayor fastidio.
-OK, basta Raven, sé que es una tarea que te ha encargado mi madre y no sé ni siquiera por qué si apenas puedes con esa pierna, no es que te menosprecie, pero en lugar de espiarme, deberías estar en reposo- Me vuelvo a la salida y a punto de desaparecer me detiene ahora del pie.
-Cuídate Clarke- Nos damos una breve sonrisa y me permite marcharme.

De día no logro ubicar la choza, así que espero pacientemente a que el sol se oculte; tengo el presentimiento de que Raven me ha seguido, pero al ver que pasan las horas y ella no aparece, sé que me ha dejado irme sin más reparo. Supongo que ha entendido que necesito mi tiempo a solas.

Lo que en realidad necesito es ver si no aluciné todo anoche.

Más tarde vuelvo a asomarme y ahí está la luz naranja, en el mismo punto donde la vi.

La puerta está emparejada y él se encuentra adentro, si no fuera porque sé que no es Gustus, apostaría porque es él, del mismo tamaño, con la piel tostada y los brazos y el torso fuertes, con la cabeza calva.

-La encontraste- Es afirmación.
-Fue fácil-.
-Ok. Necesito que entiendas una cosa, no puedo definir en cuál realidad caerás, estará ella, de eso no hay duda, pero no controlo bajo qué circunstancias-.
-¿Y si no me gusta esa realidad?-.
-Cualquier realidad es mejor que una Lexa muerta ¿No?- Agacho la mirada y luego le entrego la pintura.
-Ok, necesito que sostengas esto- Me entrega un muñeco parecido a los que cuelgan del techo –Te vas a marear; cierra los ojos- Obedezco.

Comienzo a llenarme de nada (así es como siento), me invade una oscuridad como ninguna otra, siento como si me hubieran metido a una máquina centrífuga, como si mi padre me sostuviera de ambas manos y me diera vuelta a toda velocidad, es verdad, estoy tan mareada que siento que voy a vomitar.

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