II

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Nota del autor: Se supone que en cuanto Clarke llega a una realidad alterna, va recuperando poco a poco los recuerdos de esa vida, sin embargo, también conserva un poco de la Clarke de la realidad original.

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Me despierto con un sabor metálico en la boca, tengo los labios pegados por una plasta sanguinolenta que me asquea en cuanto la toco con la punta de mi lengua que se abre paso para despegarlos.

Me temo pues, que todo lo pasado fue un sueño, que no hubo choza ni mago con el aliento a borracho. Que me he despertado en cualquier lugar después de alguna batalla sin sentido como han venido siendo las últimas batallas.

Siento el cuerpo dolorido y aunque he abierto los ojos no puedo ver nada.

El lugar es húmedo, puedo olerlo en el ambiente, así que lo más seguro es que me encuentre en algún subterráneo como al que me llevó Roan antes de entregarme a Lexa.

Lexa.

Me pesa el pecho cada vez que recuerdo su rostro o se me viene a la mente su nombre.

Con el tacto sé que si me levanto y me recargo un poco hacia atrás, mi espalda quedará contra una pared. Me siento y me quedo ahí, con la cabeza sobre el muro. Me siento apesadumbrada y sola, de modo que creo que sí fue un sueño, todo.

Estiro los pies y pateo un bulto.

-Ouch- El bulto se queja.
-¿Quién está ahí?-.
-Un fantasma- La voz hace eco, y, aunque se me figura a la voz de Raven, no puedo distinguir si tengo razón o no -¿Raven?- Pregunto pues.
-¿Quién más?- La escucho moverse en la oscuridad y tras un clic, la habitación se ilumina con su linterna -¿Qué hora es?-.

¿Cómo habría de saberlo? Me pregunto. Veo que no lleva la abrazadera.

-¿Dónde está tu abrazadera?-.
-¿Uh?-.
-La abrazadera que te pones en la pierna ¿dónde está?-.
-Creo que sí te pegaste buen golpe-.
-¿Qué pasó? ¿Algún terrícola nos atacó de regreso a Arkadia?- La escucho reírse, pero me mira y frunce el ceño. Me toca la frente y me percato que su ropa no es la que tenía cuando la dejé y tampoco uso la misma que traía cuando fui hacia la choza.

No tengo ropa de terrícola, pero tampoco llevo puesta la que usaba en Arkadia.

-¿Cómo está tu brazo?- No entiendo nada todavía. Nada hace sentido ¿dónde estamos?
-¿Dónde estamos?- Expreso en voz alta.
-En una alcantarilla cerca de Santa Mónica-.
-Creo que sigo soñando-. Digo y hago por pararme, pero me mareo y me dejo caer.
-No estás soñando, me encantaría que así fuera porque eso significaría que lo que está pasando no es verdad- Suspiro y me masajeo las sienes, tengo el peor dolor de cabeza que he sentido jamás.
-Raven, creo que una breve explicación de lo que está sucediendo me vendría bastante bien-.
-Pues tan simple como decirte que el mundo se fue al diablo y los muertos no se quedan muertos-.
-¿El mundo se acabó  de nuevo?- Noto en su mirada que está preocupada.
-El mundo no se había acabado antes... es decir, bueno quizás, la Atlantida y todo eso nos hace pensar que sí, pero es más bien un mito; Clarke, el mundo está plagado de zombis-.

El término zombi lo conozco por la literatura, por cuentos para niños que leía en los libros que teníamos en el Arca. Pero, se creía tan imposible como la existencia de vampiros u hombres lobo. Eran inventos. Allá arriba en el espacio lo único que podía ser real era que el oxígeno se acabaría.

-Tengo sed- Es lo que puedo decir pues siento la mente llena de todo y de nada, como si hubiese pasado la noche con fiebre. De hecho, es probable que sí me hubiera dado fiebre en algún momento.
-Tendrás que esperar a que salgamos. Nos la acabamos ayer por la tarde- Trago saliva y vuelvo a saborear la sangre, me toco la mejilla con la lengua y descubro que lo que ha sucedido, es que me he mordido el interior sin saber cómo.
-¿Qué pasó?-.
-Nos cerraron el paso, creí que no íbamos a salir de esa, ibas corriendo tan rápido que no te diste cuenta que frente a ti había una ventana abierta; nunca he visto a alguien golpearse de lleno con algo. Si no hubiera estado tan asustada hubiera reído por horas-.

Realidades AlternasWhere stories live. Discover now