Mi dulce desconocido

By Mafe_Caicedo

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Nuestra historia comienza con un famoso modelo llamado Magnus Bane, es la cara de la belleza en Hollywood, mo... More

Mi dulce desconocido
Niñeras
Cita
Lindas caminatas
Un trato con el demonio...
Hermanos Lightwood's
¿Alec esta enfermo?
¡Alec esta enfermo!
¡Magnus, no te burles de mi!
Próximamente en mi dulce desconocido...
Amor... y decepción...
Isabelle
Adelanto...
¿Herondale o Lightwood?
Los Ligthwood's
Especial Max (parte 1)
Especial Max (parte 2)
Especial Max (Parte 3)
Celos
Apuesta...
Celos de hermano mayor...
Adelanto...
Uno mas de la lista
La ultima carta de amor...
Próximamente...
Otro adelantito...
La ultima vez que lo vi
Habia una vez...
Me equivoqué de boda
OMG
¡Si!
Preguntas muy importantes
Ave Atque Vale
El salvador
Epilogo
Agradecimientos
NUEVA HISTORIA MALEC

Presentaciones

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By Mafe_Caicedo

Bueno chicas, antes de empezar, quiero darle creditos de la historia a SabryCarranza ya que, aunque yo escriba la historia, ella fue la que me dio la idea. Muchisimas gracias por ello *-*

-Tengo 70 dólares -presumió Jace cayendo agotado en el sofá.

- ¡Te gané! Yo tengo 75 dólares -presumió Isabelle mirando a su hermano con burla - ¿tú cuánto tienes? -preguntó la chica sonriendo le con amabilidad.

El ojiazul se sonrojó inmediatamente.

-Conseguí 40 dólares -Isabelle hizo una mueca de desagrado.

-Ya vendrán tiempos mejores.

-Isabelle, no vendrán tiempos mejores y no me importa, en serio, es sólo propina.

-Quizás debería ser más encantador con los clientes -opinó Jace sonriendo.

Isabelle lo miró frunciendo el ceño y le arrojó una almohada.

-Tú sólo consigues propinas porque coqueteas con cualquier cosa que tenga un corazón latente -espetó la chica. Jace se encogió de hombros.

-Al menos consigo algo de dinero extra para la casa chicos.

-Yo conseguiré un trabajo extra, lo prometo, no les estoy ayudando mucho -se disculpó Alec.

Isabelle miró a su hermano incrédula.

-Dime qué estás bromeando, tú pagas el arriendo de la habitación, compras la comida y te esfuerzas para mantener todo lo necesario para nosotros, y lo del trabajo dejas que nos lo gastemos en nosotros mismos Alexander, terminarás matándote de agotamiento si sigues con este ritmo.

-Lo Izzy, pero aún seguimos pasando necesidades, no quiero que ustedes sufran por mi incompetencia.

- ¡Alexander ya basta! -Lo reprendió Jace quien parecía furioso -tú no eres ningún incompetente, desde que nuestros padres murieron y lo perdimos todo, tú nos has mantenido, nos has protegido, nos has cuidado, Alexander, deja de decir idioteces.

Las mejillas de Alec se tornaron violentamente rojas mientras miraba a sus hermanos con vergüenza.

-Lo siento Jace, yo solo no...

-Ya basta, mira hermano, no sé qué haríamos Isabelle y yo sin ti, eres nuestro salvador, así que deja de culparte ¿sabes qué? -Jace tiró sus propinas sobre la mesa -no me importa cuánto gane a diario, todo eso será para la familia.

-Pero Jace, tú necesitas el dinero.

Isabelle negó mientras dejaba su dinero sobre el de Jace.

-No Alexander, Jace tiene razón, tú nos has dado de todo, ahora te lo corresponderemos, los tres ayudaremos en el hogar, no es justo que tú te mates trabajando mientras nosotros somos un gasto.

-Chicos -comenzó Alec suspirando profundamente -ustedes nunca ha sido un gasto para mí.

-Lo se hermanito -Isabelle abrazó al ojiazul -pero nada cambiará nuestra opinión, queremos ayudarte, déjanos ayudarte.

El mayor le sonrió con ternura a la pelinegra mientras depositaba un suave beso sobre la coronilla su cabeza.

-Está bien y gracias chicos, no es necesario.

Jace también se acercó a su hermano y lo abrazó.

-Por supuesto que lo es, es completamente necesario.

Los hermanos Lightwood vivían muy apretados en un apartamento que tenía el tamaño de una habitación, la cocina era pequeña, en la habitación cabía una sola cama, así que los chicos se la turnaban, pero aun así, Jace y Alec preferían que fuera Isabelle quien más turnos tuviera en la cama, no es que Isabelle fuera una chica débil que necesitara que la cuidaran, en realidad era todo lo contrario, Isabelle era una chica fuerte y guerrera, capaz de cuidarse por sí sola, pero aun así los chicos trataban de darle la mayor comodidad posible a su hermana. No se podían quejar, al menos estaban resguardados en las noches y calentitos en los fríos inviernos, además, con sus trabajos como botones y camareros de uno de los más importantes hoteles de Nueva York.

Esa noche la cama era de Isabelle, Jace durmió en el sofá doble y Alec en el piso alfombrado.

Esa era la vida de los Lightwood's, no importaba cuantas necesidades pasaran o si vivían con incomodidad, nada de eso importaría si lo pasaran juntos.

Ya vendrían tiempos mejores.

Y de que alocada manera.

********************************

-Hoy es un día especial Alexander, así que hoy tendremos bastantes propinas -dijo Isabelle emocionada.

-Es cierto -estuvo de acuerdo Jace -en el hotel se celebrará el cumpleaños de un importante músico.

-Y no es cualquier músico, él se llama Ragnor Fell, es el guitarrista principal de "Los Submundos" -Isabelle suspiró con ensoñación -su música es hermosa, estoy tan emocionado por conocerlo.

-Isabelle, recuerda que nosotros somos camareros, así que por favor no quiero que nos despidan por tu culpa, no vayas a acosar al chico -advirtió Alec mirando a su hermana con seriedad.

-No lo acosare -se defendió Isabelle un tanto ofendida.

-Sólo ten cuidado Isabelle, vendrán personas importantes demasiado, Catarina Loss estará aquí también ya que ella es su novia y escuché que entre todos los famosos que estarán aquí, habrán importantes diseñadores de modas, modelos y actores de Hollywood, entre ellos se rumora que estará Camille Belcourt.

Isabelle ahogó una exclamación emocionada ya que su hermano mayor la fulminó con la mirada.

-Isabelle debes comportarte por favor, es en serio.

La chica suspiró frustrada.

-Alexander eres un aguafiestas, nosotros no somos invitados a la fiesta -le recordó Alec mientras se cruzaba de brazos -ya te lo dicho, somos camareros y tendremos que entender a las personas, no quiero que te andes distrayendo.

Isabelle se mordió el labio y asintió con pesadez.

-Está bien Alec, tienes razón.

-La tengo -confirmó el ojiazul -vamos Izzy, algún día podremos estar en fiestas cómo estas.

La chica miró a su hermano con duda pero no dijo nada más, sólo asintió.

-Bien, ahora de alistar todo para el trabajo, los invitados no tardarán en llegar, comenzaré a servir el champán -Alec besó la cabeza de su hermana.

-Buena chica, yo terminaré de arreglar las mesas, Jace, alista los platos.

El rubio asintió y se fue caminando con rapidez hacia la cocina para terminar de preparar todo.

Como había predicho Isabelle, los invitados no tardaron en llegar y como lo había mencionado Jace, el lugar estaba abarrotado de famosos, Isabelle intentaba con todas sus fuerzas mantener impasible y seguir atendiendo a aquellas personas como si fueran sujetos normales, pero no lo eran, Isabelle no perdía la oportunidad para coquetear con varios chicos los cuales parecían fascinados por la belleza de la camarera y le daban propinas generosas para que ella los atendiera, uno en especial quedó fascinado con la chica.

¿Su nombre?

Simon Lewis.

¿Su profesión?

Nada más y nada menos que el cantante y guitarrista principal de una de las bandas las cuales estaban de moda mundialmente "Cazadores de sombras" tras su primer éxito "los instrumentos mortales" la banda de Simon se volvió la más famosa, de ahí en adelante todas las adolescentes morían por llamar la atención del chico, el cual era casanova, pero en realidad nunca había tenido una novia seria, pues ninguna chica le había llamado tanto la atención es como lo hacía aquella hermosa camarera.

Después de un par de copas encima, Simon se acercó a Isabelle con un poco de seguridad.

-Hola linda ¿puedes servirme una copa más?

Isabelle lo miró coqueta mientras ponía una mano sobre su cadera y lo miraba arqueando una ceja.

-Creo que ya has tenido mucho por hoy.

Simon rio con suavidad.

-Quizás un poco.

- ¿Quizás? -preguntó Isabelle.

Simon sonrío de lado antes de sonreír completamente.

-Está bien, tienes razón, creo que me estoy excediendo, pero es mi única excusa para poder estar cerca de ti.

La pelinegra sonrió brillantemente, dejando a Simon en shock por su belleza.

- ¿Sabes? Acercarte y hablar también funciona -señaló la joven. El chico le guiño un ojo.

-Lo intentaré la próxima vez.

- ¿Por qué estás tan seguro de que habrá próxima vez? -preguntó la joven tratando de hacerse la difícil.

-Quiero tener la esperanza, por favor no rompas mi burbuja -bromeó Simon - ¿Podrías darme tu número?

-No sé, no debería darle mi número a extraños.

Simon puso una mano en su pecho haciéndose el ofendido.

- ¿No sabes quién soy yo?

Isabelle se tragó sus ganas de gritar que sí, sabía quién era él, ella misma era una gran fan de su banda, pero por supuesto, no lo mencionaría.

-Creo que te he visto en alguna parte -murmuró con burla, Simon lo notó.

-Trataré de no sentirme ofendido -dijo el chico con un tanto de sarcasmo -Pero en serio linda, me encantaría llamarte.

Isabelle tomó una servilleta en la mesa con un bolígrafo que Simon le pasó, anotó su número en ella y se lo dio al chico.

- ¿De verdad me llamarás? -preguntó la chica un tanto ilusionada.

Simon besó la mejilla de la pelinegra.

-Tengo que hacerlo para confirmar que me has dado el número correcto -Isabelle le sonrió abiertamente.

- ¿Y si no lo he hecho? -preguntó retadora.

Simon acarició con suavidad la mejilla de la chica.

-Volveré para conseguir el número real -prometió antes de besar de nuevo la mejilla de la chica y perderse entre la multitud.

Isabelle suspiró profundamente con ensoñación.

Quizás su hermano tendría razón.

Vendrían tiempos mejores pensó la chica antes de seguir trabajando.

***************************

Jace se encontraba repartiendo los aperitivos en bandejas de plata por todo el salón mientras que Alec repartía los postres.

- ¡Ey chico! -Llamó un alto hombre de cabello casi blanco, era muy joven y sus ojos eran de un color verde intenso -ven rápido, quiero probar eso ¡Pero date prisa!

Esta borracho pensó Jace mientras se acercaba al joven.

El chico se estiró para tomar uno de los aperitivos antes de que Jace estuviera por completo a su lado, cayendo así de lado y llevándose al rubio de ojos pardos con él al suelo.

- ¡Maldito chico idiota! -Gruñó el joven intentando, con mucha dificultad, ponerse de pie - ¡eres un estúpido!

-Lo siento señor -se disculpó Jace aunque con rabia notable en su voz.

-Lo siento -el chico trató de imitar la voz de Jace con voz amarga -eres un incompetente.

- ¡Ey ya basta! -Jace se incorporó mirando con furia al joven -ha sido su culpa, quizás si no fuera un borrachín...

Jace no terminó su frase, con dificultad, el chico se puso de pie y le dio un fuerte golpe al rubio en el ojo.

- ¿Qué demonios pasa aquí? -preguntó un joven de cabello verde acercándose.

-Ha sido Jonathan -gruñó una linda pelirroja acercándose a Jace y revisando su herida -se ha embriagado de nuevo, Ragnor.

-No sé por qué insisto en invitarte a mis fiestas -el chico, Ragnor, chasqueo la lengua molesto -siempre terminas siendo un grano en el culo, mira como le has vuelto el rostro al joven deberías ir a limpiarte.

-No -musitó Jace -tengo que seguir trabajando.

-Tranquilo -Clary le sonrió con dulzura -yo hablare con tu jefe y le explicaré lo ocurrido.

-Yo lo hare -intervino Ragnor palmeando con suavidad la espalda de Jace -Clary, por favor encárgate del chico.

-Mi hermanita no se ira con éste -espetó el llamado Jonathan con furia.

-Yo me encargo -señaló Clary sin darle mucha importancia a su hermano -pero Ragnor, llama a los de seguridad, que saquen a Jonathan de la fiesta antes de que la arruine.

-Yo me encargo linda -Ragnor le guiñó el ojo mientras tomaba a Jonathan del cuello de su camisa y lo arrastraba con extrema brusquedad hacia la salida.

-Ven, déjame ayudarte -dijo la pequeña pelirroja.

-No es necesario, yo puedo curarme solo.

-Lo sé, pero mi hermano ha sido el que ha lastimado, así que por favor, permíteme ayudar, es lo menos que puedo hacer.

La sonrisa que Clary le dio a Jace fue tan radiante, que el rubio no se pudo negar, sólo asintió y tomó la pequeña mano que la chica le ofrecía, los dos caminaron hacia el baño más cercano en el cual se encontraba un botiquín de emergencia, Clary lo tomó y de él sacó una bolita de algodón y un poco de alcohol.

-Quizás te duela -advirtió la chica con voz suave -el golpe que mi hermano te ha atizado no ha sido nada leve.

-Está bien, tranquila, soy fuerte -presumió Jace inflando su pecho con orgullo y lanzándole una mirada coqueta a la chica, la cual se sonrojó casi tanto como el color de su cabello.

Clary limpió la herida de Jace y luego aplicó una crema antibiótica para el dolor de su ojo.

-Tan pronto como salgas de trabajar deberías aplicarte un poco de hielo para que la herida sane.

Jace sonrió de lado.

- ¿Eres enfermera? -preguntó arqueando las cejas.

-No lo soy -contestó ella -es más, dudo que siendo enfermera me invitaran a una fiesta cómo está.

Jace la miró sonriendo

- ¿Entonces a qué te dedicas?

La pelirroja le sonrió dulcemente.

-Bueno soy artista... me refiero a qué hago cuadros, murales y otras artes plásticas -aclaró la chica. Jace le sonrió.

- ¡Demonios! Planeaba impresionarte ya que eres hermosa, pero ¿cómo impresionar a una bella artista siendo un simple camarero?

La chica abrió los ojos de golpe

- ¿Qué tiene de malo que seas un camarero?

-Bueno, debes estar rodeada por chicos millonarios.

Clary miró divertida a Jace.

- ¿Te preocupa más el dinero y la belleza?

Jace suspiró mientras echaba su cabello para atrás sin modestia alguna.

-Por favor cariño, mírame, soy perfecto, no hay nadie más hermoso que yo, pero definitivamente no sería el mejor partido en cuanto a económico se refiera, ya te lo dije, soy un simple camarero.

Clary negó mientras fruncía el ceño hacia el chico.

-Para mí no eres un simple camarero, eres un chico muy dulce y bueno, definitivamente eres muy guapo, aunque eso ya lo sabes.

Jace sonrió de lado.

-Sí, lo sé.

-Bueno, con un chico que no tiene nada de modestia me preguntaba ¿Te gustaría salir conmigo? -preguntó el chico con las mejillas sonrojadas.

Jace la miró sorprendido.

-Bueno, esto es nuevo, una chica nunca antes me había invitado a una cita.

Clary mordió su labio angustiado.

- ¿Y eso es bueno o es malo?

-Es nuevo, definitivamente nuevo -razonó Jace, pero estaba sonriendo abiertamente -pero es algo genial, y por supuesto que me encantaría salir contigo linda.

La chica parecía emocionada por la idea.

-Bien ¿dónde vives? Iré por ti.

Jace negó con brusquedad.

-No, no creo que es mejor que vaya a tu casa para recogerte.

La chica arqueó las cejas mirándolo confundida, pero se encogió de hombros.

-Vale... Si gustas -la chica revolvió en su bolso y encontró un lápiz labial, tomó un pedazo de papel de baño y anotó una dirección en él -mañana te espero a las siete.

Jace sonrió ansioso

- ¿Y tú número no me lo darás? -la chica lo miró divertida.

-Todo a su tiempo -musitó -Por cierto, no me has dicho tu nombre.

-Llámame Jace -dijo el chico sonriéndole a la pelirroja.

-Yo soy Clary -se presentó ella -ahora si me disculpas, tengo que retirarme, necesito ver cómo está mi hermano.

Jace se apresuró a abrirle la puerta del baño a la chica.

-Adelante.

Clary sonrió encantada y salió por la puerta antes de correr rápidamente hacia donde se desarrollaba la reunión para buscar a su hermano.

Jace miró de nuevo el papel y sonrió al ver la dirección escrita con brillo labial.

Nunca antes me he sentido tan afortunado de que alguien me golpeara pensó Jace con una sonrisa tonta en el rostro.

******************************

-Jace eres un completo idiota -lo reprendió Alec cruzándose de brazos mirando molestó a su hermano.

Jace alzó las manos con exasperación.

-No fue mi culpa Alec, así que no me molestes, ese idiota...

-Ese idiota es la persona para la que tú trabajas.

-No por ello tengo que ser sumiso Alexander -gruñó Jace.

-Cómo se a Jonathan -espetó Alec -ve a trabajar ahora mismo.

Jace miró irascible a su hermano. Odiaba que lo llamara por su nombre, el rubio salió ofendido y refunfuñando.

Alec se sintió un poco culpable por hacer enojar a su hermano, pero de todas maneras no se dejó conmover, tenían que comportarse con las personas a las cuales les servían, aún si ellas eran molestas, ese era su trabajo, el único que tenían y por el único que sobrevivían, sería muy idiota de su parte si Jace lo arruinaba, terminarían en la calle si volvía a pasar algo así.

La fiesta se acabó a altas horas de la noche y los tres Lightwood tenían que limpiar todo el desastre, pero Alec no queriendo que sus hermanos se cansaran más, los envió a casa para que descansaran, después de todo al día siguiente tendrían que trabajar y Alec no quería que los despidieran porque Isabelle o Jace se quedaran dormidos en el trabajo.

La noche pasó con rapidez mientras que Alec dejaba el lugar reluciente, como si esa fiesta jamás hubiese existido.

Alec salió completamente agotado del hotel por la puerta trasera ya que iba saliendo con grandes bolsas de basuras, el chico las deposito en el gran bote de basura y se dispuso a caminar a su pequeño departamento, pero cuando estaba alejándose del hotel miró a una figura botada en suelo junto a un callejón, preocupado, Alec se acercó rápidamente y miró que la figura era en realidad un hombre tirado, el ojiazul se acercó mas al hombre.

Demonios, apestaba a alcohol.

Alec puso más atención al hombre tirado, sus ropas estaban sucias y desorganizadas, su cabello estaba revuelto aunque tenía un leve baño en purpurina, el chico era de tez acaramelada, era un chico delgado pero musculoso y por sus largas piernas Alec supo que el hombre era bastante alto, incluso un poco más de él. Sus ojos eran un poco rasgados y tenía largas pestañas que rosaban sus mejillas, su rostro era varonil pero no brusco, es más, era bellísimo, el hombre era bellísimo.

Alec se sintió un tanto avergonzado por estar examinando al hombre inconsciente, es decir, Alec sabía que era gay, no se avergonzaba de ello, Isabelle y Jace también lo sabían y eso no hacía que sus hermanos se sintieran menos orgullosos del ojiazul, pero Alec había visto jóvenes que le atraían, claro que lo había hecho, pero jamás había visto un hombre tan hermoso como el tirado en el suelo.

- ¡Ey! Hora de despertar -susurró Alec palmeando el rostro del hombre con suavidad -puedes salir lastimado si sigues tirado aquí.

El hombre comenzò a abrir los ojos con cansancio y Alec se quedó completamente sin respiración.

Sus ojos.

Los ojos del moreno eran un poco rasgados, casi como los de un gato, su iris era verdosa con una lluvia de color amarillo, eran bellísimos.

El moreno también se quedó mirando a Alec en estado de shock, el pelinegro tenía los ojos más azules que haya visto jamás, los ojos más hermosos que nunca había visto.

- ¿Dónde estoy? -preguntó el moreno con voz ronca por el sueño.

-En un callejón tirado -respondió Alec con voz atontada -quizás deberías ir a casa, es tarde y no es seguro que estés tirado en la calle a estas horas.

-Sí, quizás tienes razón -Magnus se trató de incorporar, pero como no pudo, callò sobre su trasero haciendo una mueca de dolor.

Alec inmediatamente se apresuró para ayudar al chico a ponerse de pie y lo sostuvo con un brazo mientras que su mano libre buscaba su teléfono.

-Llamaré un taxi -anunció.

-Gracias -musitó el moreno mientras recostaba su cabeza en el hombro de Alec.

Si, él era una cabeza más alta que Alec.

Diez minutos después, el taxi se frenó frente a los chicos que estaban sentados en una banca.

-Ven vamos, te ayudo -dijo Alec tomando a Magnus con cuidado.

-Muchas gracias cariño.

Alec agradeció que fuera de madrugada y estuviera lo suficientemente oscuro para que el moreno viera su sonrojo. Con algo de dificultad, Alec ayudo a Magnus a entrar al auto y cerró la puerta.

- ¿Tienes para pagar el auto? -preguntó el ojiazul sacando su billetera, solo tenía veinte dólares, rezaba para que el chico no viviera muy lejos.

El moreno lo miró divertido, como si se burlara de su pregunta.

-Si tengo, no te preocupes -lo tranquilizo el moreno.

-Bien -Alec guardó su billetera aliviado -ten cuidado.

-Lo tendré... antes de que me vaya ¿crees que pueda saber el nombre de mi salvador?

-Soy Alec -contestó el ojiazul.

-Alec... ¿de Alexander? -preguntó el moreno.

-Sí, pero no me gusta Alexander.

-A mi si -el chico le guiñó el ojo a Alec, quien se sonrojo inmediatamente, tomó un pequeño trozo de papel y anotó algo en el antes de dárselo a Alec -llámame para verificar que llegue vivo -sin decir nada más, subió la ventanilla del auto el cual arrancó alejándose velozmente del chico.

El ojiazul miró el trozo de papel en el cual se leía un número telefónico junto a un solo nombre.

Magnus.

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