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JongDae escribía sobre su notera mientras observaba al peliplata apachurrar el pingüino de peluche entre su pecho.
— ¿Qué sucedió allá afuera, Baek? —pregunto el pelinegro sentándose al costado del menor. —te pedí que me esperaras en el auto.
—c-creí que él estaba afuera y-y no sé qué me paso...— el chico de ojos avellana oculto su rostro tras el peluche, susurrando su respuesta. —corrí y te busque pero no estabas y ese enfermero intento tocarme...
El mayor le paseo su mano enguantada por el cabello y el muchacho sollozo buscando el cuerpo del mayor para abrazarlo y enterrar su rostro en su pecho.
—el ya no está, Bae... ya no puede salir. —JongDae siguió acariciando su pelo hasta que el peliplata dejo de llorar y se durmió.
Suspiro acomodando la cabeza del menor en sus muslos. Volteo su mirada a la puerta y dio permiso cuando escucho unos toques. KyungSoo entro tan impecable como siempre.
—Suga me dijo que te llego un paciente especial. —hablo el medico con labios de corazón. En cuanto JongDae se giró y lo dejo ver la cabellera casi blanca, KyungSoo se acercó a paso veloz y se hinco para mirar al chico.
—Dios mío, esta.... — los ojos del médico se llenaron de lágrimas dándole una mirada a JongDae con muchos sentimientos. El menor asintió y le dio unas cuantas palmaditas al peliplata en las mejillas.
—Bae, cariño. Despierta. — susurro el psicólogo con mucho cariño.
El mencionado entreabrió los ojos con cansancio y cuando sus ojos chocaron con los oscuros de KyungSoo, el menor se levantó en segundos. El medico se quedó con las palabras en la boca y los brazos extendidos.
—Bae...— susurro acercando sus manos con la intención de tocar el rostro del menor. El peliplata salto asustado y se pegó a JongDae.
—es Kyung, ¿no lo recuerdas? — el pelinegro acaricio los cabello platinados y el chico miro al médico. —él te regalo a D.O.
—Kyung... KyungSoo...— musito el menor estirando sus finos dedos enguantados. El pelirrojo no se movió y permitió que tocara su rostro entre temblores. —hyung...— el chico sonrió y dejo caer su peso en el mayor de los tres, volvió a cerrar sus ojos y cayo de nuevo en el mundo de los sueños.
—esta tan precioso pero muy delgado...— jadeo limpiando unas cuantas lágrimas. —está muy mal ¿verdad?
JongDae cubrió al peliplata con su bata y asintió sobando el puente de su nariz. —tiene grandes lagunas mentales, amnesia post traumática e insomnio. Ya abras notado lo más grave.
El medico asintió —sus guantes... ¿cuenta sus pasos? — levanto la mirada hacia el psicólogo y este volvió a asentir. — ¿Cuántos cuenta? ¿O se detiene hasta que deja de caminar?
—el numero varia y deja de contar cuando se detiene.
— ¿Por qué no me dijiste que vendría?
—iba a hacerlo cuando llegara a mi oficina pero olvide firmar mi entrada y regrese para hacerlo o YiFan me cortaría las pelotas. — JongDae sonrió de lado y peino su cabello. —pero cuando volví al auto por él, ya no estaba.
KyungSoo asintió y miro los guantes oscuros del platino. —este pánico suyo ha aumentado ¿cierto? Como para que tenga más largos los guantes.
—y me temo que no es lo único que ha aumentado. — el pelinegro se acercó al médico y cargo en sus brazos al más joven. —no soporta estar rodeado de gente, se confunde gravemente y ni siquiera soporta que rocen su ropa si no somos nosotros dos. Me temo que no es nada comparado con hace un año.
— ¿acaso no sirvió que estuviera en esa institución? — el mayor acomodo el cojín en el sillón de JongDae y arropo al peliplata cuando fue acostado.
—sabias que no era seguro que pudieran ayudarlo.
—Realmente pensé que estaría mejor...— KyungSoo se levantó y camino hacia la puerta. —tengo que volver, YiXing debe estarse comiendo mis galletas. — causo que JongDae se riera y cuando abrió la puerta se topó con SeHun.
—perdón, vengo a dejarte una carpeta JongDae. — explico pasando y dejando la carpeta amarilla sobre el escritorio.
— ¡joder que lo había olvidado! — exclamo el pelinegro saltando hacia el escritorio. —me has salvado de una buena, Hun. — estiro su mano para palmar con fuerza el hombro ajeno pero el castaño se alejó con velocidad.
—no es nada, con permiso. — el medico se alejó haciendo una reverencia. JongDae se quedó mirando su mano y KyungSoo se acercó con una ceja alzada.
— ¿de nuevo olvidaste que no debes acercarte mucho a SeHun si no traes guantes? — pregunto rodeando el sillón y cerciorándose de que BaekHyun siguiera arropado.
—no, nunca olvido. — sonrió con cierta picardía. —pero quería comprobar algo.
—y tengo una idea de que es, bastardo. — el mayor sonrió de lado y se levantó acomodando sus guantes.
— ¿no ibas a cuidar tus galletas de YiXing, hyung?
—un día te volveré a clavar por accidente una aguja en la nalga, bastardo. — KyungSoo bufo acomodándose el cabello y se marchó con la frente en alto.
El psicólogo sonrió como ganador hasta que cayó en cuenta de sus palabras. —espera ¿Qué? ¿Volver a clavar por accidente? ¡Satánico! — grito a medio pasillo.
—hyung...— la débil voz de BaekHyun hizo que el mayor se estampara las manos en la boca y caminara rápidamente hacia él.
— ¿dormiste bien, Baek? — se sentó con cuidado y peino los rebeldes cabellos casi blancos, mirándolos con tristeza. El chico asintió y tallo sus ojos.
—quiero volver a casa... ¿podemos volver? — BaekHyun miro a JongDae con esperanza, abrazando el peluche de pingüino como un niño pequeño. —aún debe de haber helado de fresa, a hyung le gusta mucho ¿verdad?
JongDae se mordió el labio bajando la mirada. —sí, me gusta mucho... pero aun no podemos volver. ¿Por qué no duermes un poco más? Te despertare cuando sea hora de volver.
El bajo asintió con una sonrisa y se acercó a besar la mejilla del psicólogo. —buenas noches, hyung. — y volvió a acomodarse en el sillón para dormirse de nuevo.
El mayor se levantó cubriéndose los labios y con un dolor agudo en el pecho. Se acercó a su escritorio y tecleo un número.
—soy yo, ¿puedes darme en persona su archivo?
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—hey, Hun. Iremos a comer ¿vienes? — JongIn se asomó por la puerta del consultorio con una sonrisa.
—claro. — el castaño acomodo su bata y siguió al cirujano. En el pasillo ya estaba ChanYeol haciendo reír a YiXing, KyungSoo hablando con LuHan y MinSeok.
Todos bajaron hasta el comedor y se sorprendieron por encontrar a WuFan hablando con un moreno con curiosas ojeras adornando sus ojos. El director reía y acariciaba la mejilla del otro chico con ternura, cosa bastante extraña pues el mayor no era demasiado afectivo.
LuHan fue el primero en soltar un chillido y correr hacia el mayor. El aludido salto y palideció cuando se vio descubierto.
—mi nombre es Huang ZiTao, soy maestro de pre-escolar y tengo 26 años. Un placer. — el alto muchacho saludo con una reverencia y un acento parecido al de YiXing.
— ¡nosotros dos también somos chinos! — exclamo YiXing bastante emocionado, siendo abrazado en el acto por LuHan y sacando un gruñido de parte de ChanYeol. —soy Zhang YiXing.
—y yo soy Xiao LuHan. — el cobrizo guiño un ojo apretando al azabache, consciente de la mirada que el cirujano más alto le estaba dando.
ZiTao se emocionó y comenzó a dar vueltas con los otros dos. YiFan suspiro rindiéndose, al parecer habían congeniado muy bien. No tardaron en comenzar a hablar en chino, haciendo que los coreanos arrugaran las cejas por no entender.
—si hablan en chino es injusto, JongDae no está aquí para hacerla de traductor. — bufo JongIn abrazando a KyungSoo.
—se olvidan de nosotros cuando hablan en chino. — suspiro ChanYeol mirando únicamente a YiXing. —Pero se ve tan lindo hablando en chino...— y volvió a suspirar.
SeHun no hablaba, se dedicó a comer sin mirar nada en particular. Termino más rápido que los demás y se levantó con su típica seriedad.
—tengo que volver antes, llegara un paciente dentro de poco y quiero prepararme, con permiso. — se inclinó y se marchó con su empaque de comida.
La China line dejo de hablar para despedir al médico con la mano. Fue cuando ZiTao se inclinó para susurrarle a YiFan.
—ese chico es misofóbico ¿verdad? — YiXing asintió con una sonrisa y le apachurro las mejillas a ChanYeol para que saliera de su ensoñación.
—SeHun es una buena persona y un excelente médico, solo tiene ese detalle. — continuo Kris en coreano.
El moreno asintió y comenzó a comer el delicioso kimchi que había llevado para el director y para él.
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SeHun lavo exhaustivamente sus manos unas cinco veces, esta vez había sido tocado directamente y tuvo que usar todo su autocontrol para no gritarle al paciente y terminar ofendiéndolo. Sus manos estaban ya rojas y raspadas, le temblaban un poco debido al shock. Las seco cuidadosamente y las cubrió por unos guantes esterilizados nuevos.
Salió de su consultorio ajustando sus guantes, su turno ya había acabado y podía irse a casa a descansar y ducharse como deseaba. En el ascensor coincidió con JongDae y ese peliplata de la mañana. El pelinegro lo saludo con una media sonrisa y el muchacho solo se mantuvo apegado al suéter del psicólogo.
—día ajetreado, supongo. — comento el psicólogo acomodando un mechón de su cabello. —te ves alterado.
—un paciente se aferró a mí y me toco. —confeso arrugando los labios ante el recuerdo. El psicólogo soltó una risa amarga y no le molesto, es más, le intrigo. El mayor usualmente se encogía de hombros y le decía que eso le pasaba por no aceptar ser atendido.
—vivirlo es una mierda ¿verdad? — soltó con amargura. SeHun giro su visión y encontró a JongDae acariciando el cabello del chico a su lado con una extraña ternura que no había visto.
— ¿Quién es él? — pregunto antes de poder razonar.
—alguien como tú. — las puertas del ascensor se abrieron y JongDae salió primero.
El medico se quedó con una nueva pregunta atorada en la garganta. Dio un paso fuera cuando escucho un chillido agudo y al elevar la mirada noto al peliplata de rodillas en el piso. JongDae se giró preocupado, extendiéndole los brazos para que se levantara.
El castaño se acercó y estiro su mano para recoger el pingüino. Un nuevo grito lo hizo saltar.
— ¡NO! ¡NO LO TOQUES! ¡LO ENSUCIARAS! — el peliplata lo miraba con horror. Le hecho una mirada a JongDae y estaba le hizo señas para que se alejara del peluche.
Estiro sus palmas hacia el muchacho y le mostro sus guantes, por alguna razón sintió que era necesario. —no lo hare, me he lavado las manos cinco veces y estos son nuevos. — el chico temblaba apretando su propia ropa. Tomo el peluche y saco un limpiador especial en aerosol.
—D.O... ¿limpiaras a D.O? — musito el menor mirándolo con sorpresa. Al parecer conocía el líquido.
SeHun asintió y roseo al pingüino y lo limpio con un pañuelo meticulosamente. Él también había creído que el peluche estaba lleno de bacterias y necesitaba ser bañado en desinfectante.
—ya está. — estiro el peluche hacia el peliplata y este lo tomo con sumo cuidado, mirándolo satisfecho y estrellándolo contra su pecho.
— ¡hyung, él limpio a D.O! — exclamo mirando con alegría al psicólogo.
JongDae asintió y lo termino de levantar. —tienes que darle las gracias a SeHun, Baek.
BaekHyun volteo y sonrió. — ¡gracias, SeHun! — exclamo y tomo la mano de JongDae. El mayor hizo una reverencia y se marchó con un alegre peliplata.
El medico se quedó agachado con más preguntas. El chico había reaccionado tan igual a el pero de alguna manera más extrema.
—igual a mi...
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