Alma Envenenada

By A_M117

134K 1.7K 344

Un mundo pudriéndose rápidamente, un decreto casi olvidado, una chica con un pasado incierto y una vida destr... More

🩸Booktrailers🩸
< Aviso >
Introducción
Sinopsis
El pasado 1
El pasado 3
El pasado 4
0
1
2
3

El pasado 2

7K 240 55
By A_M117




— 1/3 —

El silencio se extendía en el enorme salón junto con una muy ligera brisa helada. En uno de los 6 pedestales se mantenía la diosa lunar, con su típica apariencia fría y mirada neutra. Sin embargo, aquel delicado y casi imperceptible cambio de temperatura, dejaba ver que no todo estaba del todo bien en sus pensamientos y en su estado de ánimo. No estaba controlando del todo su poder. Esa pequeña fuga de aire representaba la llovizna en su cabeza, aunque en realidad se tratara de una enorme tormenta de nieve.

Uno a uno fueron llegando los demás dioses, todos en silencio absoluto, solamente dedicándose miradas confusas entre ellos. Que Ayla hubiera solicitado sus presencias tan repentinamente, era algo que definitivamente no solía suceder. Pero ninguno tenía ni la más mínima sospecha de que la causa era que ella mantenía en su poder a la mismísima confirmación de la antigua profecía.

Una vez todos se encontraron en sus respectivos lugares, la elegante diosa se levantó, con la barbilla levemente alzada y la mirada puesta sobre los presentes.

— Bienvenidos. — pronunció con un tono cordial. — Pido disculpas si los he tomado en una situación difícil con mi llamado, pero he solicitado su presencia con urgencia a causa de un importante anuncio que debo darles. — las miradas curiosas no se hicieron de esperar, pero tendrían que aguardar unos momentos más. — Pero antes de eso debo de comentarles un par de cosas que vienen de la mano con esto. Sabemos con certeza que nuestros hijos fueron corrompidos, que la mayoría de creaciones han sido envenenadas. —  Muecas de pena y disgusto se extendieron.

Todas sus acciones y sus intentos claramente fallidos por remedir las crecientes situaciones los tenían agobiados y rayando en el colapso nervioso. Tanta sangre derramada, tantos muertos, tantas familia destruídas; todo eso es con lo que habían intentado lidiar día a día.

La espera por la diosa esperada estaba siendo demasiado difícil, ¿se aparecería cuando incluso ellos perdieran la luz?

— Pero no es creíble que nos hayamos dado por vencidos, que la oscuridad nos haya llevado la delantera siempre. Que ahora solo nos hayamos limitado a mirar con temor como todo empeoraba, esperando una solución que no sabíamos cuando iba a llegar. Somos quienes estamos a cargo del mundo, de los humanos, de todo lo que el a creado. —  un ápice de reprimenda se distinguió en su inexpresiva voz. — Así se nos fue ordenado y en el tiempo en que no la tuvimos no supimos ejercer. Espero que con lo que se viene ahora, tomemos mejores decisiones, porque de esto depende el mundo. —

El representante de los bosques se levantó de su pedestal con el ceño hundido en curiosidad, dando lugar por fin a la pregunta que todos esperaban escuchar tras el discurso dado.

— ¿A que te refieres con "no la tuvimos" ? ¿Qué intentas decirnos? —

Posicionándose más derecha respiro profundo. Una carga enorme recaía sobre sus hombros, sabía que podía perder lo que más amaba, pero la negación no era ni siquiera una posibilidad. El destino le había dado la oportunidad de ser partícipe de la reinvindicación del mundo. La criatura que había resultado del amor entre Ciaran y ella, era la de la profecía. Aunque todo era tan confuso. ¿No se suponía debía de ser solamente luz? ¿Por que él había nombrado a esa niña? ¿Por qué aquella que ya estaba contaminada? No estaba sometida y la maldad la habitaba debido a su padre. Dormía pero era verdad que en algún punto despertaría.

La diosa sentía miedo por su niña y a la vez se sentía culpable. Sabia que a la larga la maldad en ella podría perjudicarla, consumirla, dejándola sin aquel que podría amar. Pero en su profunda devoción, se había cegado alrededor de la existencia de aquel joven que había tenido la desdicha de tener a la bebé como pareja destinada. Él era quien podría cambiarlo todo, ¿pero él que podría impedir su naturaleza? Rogaba por ello.

—  Mi hija es la diosa de la naturaleza. — anunció finalmente, dejándolos sin aliento. — Y tengo un plan para asegurar nuestra victoria, para protegerla de todo, incluso de ella misma. —

Ellos lo sabían, conocían las cualidades de la hija de Ciaran, quien como su padre mantenía en su cuerpo una cantidad abrumadora de negrura.

— ¿Cómo es esto posible? — cuestionó casi sin aliento el hermano del padre, Aileen.

En ese momento Ciaran sintió crecer en su interior un sentimiento destructivo. Con una rapidez impresionante se movió entre las sombras que creaban las siluetas de los presentes encarando con ferocidad a su amada. La ira y la indignación que lo albergaba, se reflejaba como una densa oscuridad en sus ojos, de los cuales amenaza a con salir un líquido oscuro.

— Dijiste que no harías esto, no estás hablando enserio ¿verdad? — replicó con un tono casi amenazante que hizo helar por dentro a la mayorías de los presentes, más no a su pareja, quien permaneció implacable. — Ayla. — pronunció casi con súplica.

Lo habían hablado, desde la llegada de aquella pequeña criatura, sabían su propósito. En su nacimiento había estado el destino, informándole que su pequeña creación era sumamente importante.

— Es lo mejor que podemos hacer. — sentenció la madre mirándolo directamente.

Algo se rompió dentro del dios, se quebrantó y cayó en pedazos al ver la determinación y verdad en los ojos de su diosa. Por fin perdió el control. Por primera vez en su vida Ciaran atacó a su esposa.

La barrera fue rebasada, el líquido escurrió por su boca y ojos. De sus manos salió una densa bruma que envolvió a todos los presentes imposibilitándoles moverse.

No le importaba nada. Ella no podía pretender algo así con su bebé, esa criaturita era lo más preciado que él poseía. Era suya.

Ayla, en cambio, estaba segura de que lo que creía era lo mejor y no estaba dispuesta a cambiar de opinión. Era por el bien de ella misma, por el bien de la niña, el de todos. Aun así ella también sentía mucho miedo.

En un segundo todo se había vuelto caos. Un espectáculo digno de presenciar a decir verdad. Luz y oscuridad combatiendo. Padres con pensamientos completamente diferentes.

Ese día su relación se quebrantó para siempre.

El cuerpo de la diosa golpeó por tercera vez contra el piso, donde se quejó y miró con miedo a su esposo. Segundos después un enorme témpano de hielo se situó sobre él, dispuesto a caer. Justo antes de que eso sucediera, la oscuridad se materializó en grandes púas que atravesaron el hielo desde varios ángulos, fragmentándolo para que cayera en pequeños pedazos.

— ¡¡Ella es mía!! — rugió el furioso padre, caminando hacia su esposa sosteniendo un par de dagas oscuras y sin ningún atisbo de duda.

La diosa retrocedió a como pudo y apretó la mandíbula. ¿Qué estaba sucediendo?

— ¡¡Igual es mía!! ¡Soy su madre! — le gritó de vuelta, haciendo que la determinación en el dios, flaqueara el segundo suficiente para que una llama lo golpeara alejándolo abruptamente de Ayla, haciendo que cayera. 

— ¡¡YA BASTA!! — ordenó firmemente la diosa de fuego, pero en su mirada mostraba temor y sus manos temblaban. El golpe hizo que Ciaran saliera de su trance y mirara a su al rededor. Los demás lo miraban con miedo, incluido su hermano.

Eso era malo, pero de cierta forma gratificante. Aquellos que siempre lo habían visto casi por encima del hombro, ahora querían retroceder ante él. De cualquier forma, no pudo disfrutarlo, ahora se encontraba en una situación bastante desgarradora.

La diosa sostenía una llama en una mano y en la otra sujetaba una cadena brillante que él conocía a la perfección. Atrás suyo se erguía Ayla con la respiración acelerada y la mandíbula temblorosa. Esto le estaba cobrando más que solo a su hija.

— Volverás de donde saliste, y ejercerás bien tu trabajo sin importar que. Cuando todo esté echo podrás venir a despedirte de mi hija. — sentenció la diosa helada.

En ese momento todo acabó para él, la vida que había construido con mucho esfuerzo, se derrumbó en tan solo minutos, tan fácilmente que pareció tratarse de un engaño.

Sus dientes chirriaron y su mirada cayó sobre el blanco mármol, furioso pero más roto.

Su niña era completamente diferente a cualquier dios. Su interior estaba mezclado, en el dos mundos completamente distintos intentaban coexistir llegando a ser un tanto fascinante, pero definitivamente muy destructivo. Conocía en carne propia ese sentir; la asfixia y el descabellado deseo. La desesperación de no poder controlarte, el miedo y el no poder huir porque eso eres tú, porque eso forma parte de ti. Tan mortal como complaciente. 

— ¡¡No puedes hacerle eso, es nuestra hija!! — suplicó en un hilo de voz. — La vas a lastimar tanto que no podrás recuperarla. No conoces la magnitud de lo que la conforma. Sé que crees que esto es lo bueno para todos, pero no sabes con que tratas.— densas lágrimas mezcladas con el espeso líquido negro, rodaban por sus mejillas.

Conocía cómo se sentía, pero al tener dos partes en su interior, todo era infinitamente más complicado. Sus dos facetas estaban pre dispuestas a luchar entre ellas hasta que una venciera.

— No dudes de tu propia hija, es nuestra solución, la dadora de paz y orden. — exclamó con seguridad Eliana, aquello enfureció más al dios.

¿Cómo?

— ¡¿Tú lo sabes todo?! — después de eso no pudo decir más al respecto. La cadena lo envolvió a y la diosa de sol dejó la llama sobre esta, la cual se extendió por ella, cambiando su color a un azul blanquecino. De nuevo era aprisionado.

El piso tembló y un estruendo del mismo rompiéndose, hizo temblar a Ciaran.

— No no no no no no — murmuró como un mantra temeroso mientras forcejear con la cadena. — ¡¡Ayla!! — la llamo buscando ayuda, aún si sabía dentro de si que ella ya no era la mujer que lo había ayudado.

Varios gritos y gruñidos retumbaron por el lugar, pronto brazos y garras salían por la grieta abierta, listos para reclamar al dios.

Automáticamente todos los presentes retrocedieron, quedando solamente Eliana al frente, segundos después emergieron tres enormes seres deformes, quienes le dedicaron una mirada hambrienta y tétrica a la diosa antes de dirigirse hacia Ciaran.

Quizás el poder de ella ya no era suficiente con todas las bestias en conjunto, pero no dejaba de surtir efecto sobre una cantidad menor.

El dios finalmente dejó de forcejear y gritar cuando sintió a las criaturas sobre si. Ya no había escapatoria. Ya estaba abierta la puerta, sus hijos ya estaban ahí.

Ahora volvería al lugar donde el dios de oscuridad había pasado tanto tiempo, de donde había salido. Un lugar donde no era más que otra bestia, en toda la extensión de la palabra.

Eliana como la única capaz de no salir dañada, agarró a Ciaran de la cadena con fuerza y se lo entregó a la bestia más grande.

— Mantiene sobre si la orden de continuar con su deber, como fue dictado por el destino. — le comunicó.

Ella no mostraba ni una pizca de titubeo, siempre se había caracterizado por ser realmente determinada, y al conocer el plan casi por completo, estaba genuinamente segura de que esto era lo mejor. Por su parte, la diosa de hielo comenzaba a sentirse realmente mal, a tal punto que su determinada expresión se había disipado, dejando un semblante tembloroso lleno de miedo y dolor.

— Perdóname. — su voz quebrantada no disminuyó la mirada de la ira y desprecio que le dedicó su pareja. — Yo sé que esto funcionará, créeme. — Sin mas se alejó sin poder mirar lo que seguía. Ella había ayudado a sacarlo de ahí y ahora había hecho que volviera a su infierno.

Ese sentimiento amargo y gélido se extendía por su cuerpo haciéndola ver débil y insignificante. Era su esposo, el ser que más amaba, el padre de su hija, pero era lo que se tenía que hacer.

— Antes de qué hagan esto, necesito saber que es la principal idea que claramente tienes. — la mirada de Aileen se posaba en Ciaran con cierta duda. Aquel apretaba la mandíbula impotente, solamente soltando lagrimas amargas.

— La mandaré a la tierra —

Continue Reading

You'll Also Like

35.2K 4.8K 47
Entonces ahora es el dueño de lo que tanto anhelaba desde niño. Pero solo le faltaba ser dueño de algo, no el ya era dueño pero tenía que recuperarlo...
135K 29.8K 200
⚠️Solo a partir del capítulo 201, primera parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza...
245K 16.4K 25
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
488K 72.4K 193
Me convertí en el villano de la historia de una heroína. Así que estuve a punto de abandonar después de luchar contra el personaje principal. Pero el...