The Softer Side

By Eriada-Casbeks

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(El lado más suave) AU. Cuando la vida de Kate da un un giro inesperado su vida deja de ser la misma...Lanie... More

prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14 (M+18)
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21

Capítulo 19

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By Eriada-Casbeks

N/A: Holi! He escrito esto en un momento para actualizar ya... Y actualizo rápido y sin corregir por que voy con prisa pero no quiero retrasar más este capitulo.

No me odieis mucho, gracias.

Y gracias por vuestros comentarios, intentaré responder a ellos proximamente.

Gracias por leer :-)



.
Miró sus manos y comprobó que estaba haciendo demasiada presión cuando sus nudillos estaban blancos.

Relajó todos sus músculos y sonrió levemente, casi imperceptible en su rostro.

Levantó la vista y miró a todos los presentes. Rehumedeció sus labios y tomó valor, siguiendo con su confesión.

-Aquél día... Lo recuerdo como si fuera ayer...-su pulso se aceleró- Aquella bomba... Cada día me preguntaba ¿Por qué? En su momento creí que me había quitado todo...

Kate cerró los ojos sintiendo como se humedecían, recordando aquellos duros y desesperantes días después de despertar tras perder su pierna.

Recordó la larga rehabilitación que había hecho, cómo le costaba hasta despertar y salir de la cama cada mañana.

Suspiró y volvió a abrir los ojos, de nuevo en esa sala.

-Me arrebató todo y no entendía por qué. Aquél día cambió la historia pero también cambió mi vida... Perdí a gente que quería... y físicamente... Ahora he comprendido gracias a muchas personas, sobre todo a muchas personas presentes con vuestras historias, que era sólo eso... Una pierna... Y que aquél día... Aquella bomba perdí... Sólo una parte de mi y que ahora soy más fuerte.

Beckett calló y soltó de nuevo todo el aire que había contenido en sus pulmones, sintiéndose completamente libre.

-Ahora solo queda el lado más amable...

-Si-asintió Kate.

Anthony sonrió. Estaba orgulloso de que Kate por fin se hubiera liberado, hubiera espantado los fantasmas del pasado y hubiera hablado de aquella forma en la reunión, ante todos los presentes.

Por aquella sala pasaban muchas personas durante semanas, pero si estaba seguro de haber ayudado a alguien, era con Kate.

La chica había dado un cambio notable. También era consciente que el que más le había ayudado de allí no era él.

-Gracias Kate.

Todos los presentes aplaudieron y vitorearon a la chica.

-¿Pasarás más días por aquí, Kate?-preguntó un chico, de los más jóvenes.

Aquel había sido su último día de terapia grupal. No necesitaba ir a más reuniones sin embargo había aceptado acudir como oyente y también como coordinadora en alguna ocasión en un futuro cercano. Tal cual había hecho Rick en las últimas semanas.

Kate se dejó abrazar por Anthony, correspondiendo el abrazo y mirando por encima de su hombro la silla vacía que había al lado de Emily.

La única silla vacía de la sala.

La de Castle.

-Eso es todo por hoy gente-anunció Anthony al separarse. Todos comenzaron a recoger sus sillas y a acercarse a la mesa donde había limonada y galletas.

Anthony se quedó mirando el rostro de Kate que hablaba con Grace y se acercó a ellas. La pelirroja se dio por aludida y se despidió de ella.

-Entonces... Volverás algún día.

-Sí, claro.

-Y... Rick... ¿Todo va bien?

Kate se encogió de hombros. Realmente había esperado que acudiera a su última reunión... Y se había equivocado. Rick la había fallado. Desde su encuentro con Tommy sus citas habían sido escasas y apenas hablaban por teléfono.

La verdad que no tenía idea de hacia dónde iba todo aquello.

-La verdad que me he alegrado mucho por vosotros, pero ahora mismo-Anthony sonrió y decidió cambiar de tema al ver el agobio de la muchacha-Más por ti. Lo has conseguido. ¡Te libras de nosotros!

Kate no pudo evitar reír.

-¿Regresarás a tu cabaña ahora?

-Probablemente-musitó Kate- Pero estaré en contacto con mi familia de ahora en adelante.

Anthony asintió.

-¿No te quedas a probar las galletas?

-Tengo cosas que hacer, lo siento-se disculpó Kate.

Anthony asintió y tras una breve nueva despedida, Kate se despidió de casi todos los presentes y salió del lugar intentando contener las lágrimas.

Aquellas personas habían sido clave para el proceso de recuperación que había tenido. Ni siquiera en la rehabilitación física, en los dos cientos días que tardó en recibir una prótesis que se amoldara a ella, había conseguido una actitud como la actual.

A fuera, en su propio coche, la esperaba Lanie.

-Gracias por esperar-sonrió al sentarse en el asiento de copiloto.

-La verdad... No entiendo nada, Kate. No esperaba que no viniera...

-Yo tampoco...

Beckett miró a su amiga. Ella le había confesado todo lo ocurrido con Rick y aunque le había recriminado su actitud con Tom delante de su novio, tampoco entendía la actitud de Rick.

Lanie conducía desde Queens hasta Tribeca para dejar a Kate en su hogar y regresar ella al suyo, junto con su novio.

-Tengo que ir a verle... ¿Me dejas en su casa?

-Claro, allí pillaré un taxi.

Kate sonrió y apoyó su frente en la ventana.

-¿Estás bien?-preguntó Lanie.

-Sí, todo bien.

-¿Y luego que harás?

-Pues... Quiero ir con Tot a la montaña, seguramente le diga ahora a Rick que venga, si él quiere...

-Ya...-Lanie volvió a concentrarse en la carretera y dejó que su amiga se relajara a su lado hasta llegar frente al edificio del escritor.

Lanie aparcó en el reservado para discapacitados, colocó la insignia en el retrovisor y se bajó despidiéndose de su amiga.

Tras una breve charla, Kate entró en el edificio saludando al portero y subió hasta la puerta del hogar del escritor.

Tocó varias veces en la puerta sin obtener respuesta. Sin embargo, aquello no impidió que esperara con paciencia. Tal vez estaba dormido... O tal vez tenía la música puesta y no se estaba enterando del ruido que ella hacía al golpear con sus nudillos la puerta principal.

Miró la hora. Alexis habría salido con sus amigos... O con Jesse.

Se mordió el labio y finalmente sacó de su bolsillo la llave. No sabía si se molestaría, pero quería comprobar por ella misma que no había nadie.

Nada más atravesar la puerta, un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

Una leve brisa llegó hasta ella procedente de la ventana entreabierta del salón. Frunció el ceño. Todo estaba a oscuras y en silencio salvo por la melodía, casi espeluznante que procedía del reproductor que Rick tanto amaba.

Papa loves mambo de Dean Martin resonaba por toda la casa.

Kate caminó algo torpe por la oscuridad y porque su prótesis estaba molestándola, precisamente en ese momento.

La canción se repetía una y otra vez.

-¿Rick?-alzó la voz haciéndose escuchar por encima de todo.

Kate miró el salón. Todo estaba en orden.

Nadie respondió.

Llegó hasta el estudio. El sonido de la canción aumentó en cuanto abrió las puertas del estudio de él... Se quedó boquiabierta.

Todo estaba desordenado. Papeles, libretas, libros, películas todo por los suelos como si hubieran entrado a robar.

Jadeó y lo encontró hecho un ovillo en el sofá.

-Richard-dijo acercándose.

El escritor se irguió en alerta, estaba desorientado y a juzgar por el olor que desprendía su camisa había bebido suficiente alcohol para estar en ese estado.

La botella de whisky yacía vacía a su lado.

-¡Rick!-lo zarandeó.

Castle farfulló un par de cosas y luego soltó una palabrota.

-Estoy bien-masculló claramente.

Al parecer hacía un buen rato que había pasado su borrachera y estaba bastante sobrio... Sin embargo malhumorado.

-Sólo escucho música.

Kate apretó sus labios y paró la canción... La estaba poniendo demasiado nerviosa. Castle gruñó cuando ella paró la música y se intentó levantar pero soltó un gemido que no pasó desapercibido para su novia.

-¿Rick?

Kate se percató del motivo por el que había soltado ese gemido de dolor. Tenía un corte en el brazo.

-Te has cortado.

Y sin embargo a él no le importaba. Había roto el vaso y se había cortado. No a propósito... Había sido un accidente sin embargo a él ya no le importaba.

Kate revisó la estancia y observó pequeños trocitos de cristal a su alrededor que para ella no tenían mayor complicación pero que para alguien invidente podía ser más importante.

Suspiró.

-¿Eso es lo que has estado haciendo estos días que no contestas mis llamadas?

Rick no respondió y se dejó hacer. Kate lo llevó al baño, limpió su herida con suavidad y dedicación ante las quejas de él, tal y como si fuera un niño pequeño. Le vendó y le pidió que no fuera tan inconsciente la próxima vez mientras acariciaba su pelo con ternura.

Richard estaba cabizbajo e inmóvil. Escuchaba lo que Kate le decía sin embargo no podía siquiera contestarle.

Beckett se preocupaba por él. Le quitó la camisa empapada en sudor y algo de sangre en la manga y le besó el pecho. Sin decirle nada, le preparó un baño y lo desnudó ayudándole a meterse en la bañera a pesar de sus nuevas quejas.

Durante ese rato, se dedicó a recoger el estudio que él mismo había destrozado, a conciencia seguramente o tal vez no... Pero no quiso preguntarle.

Kate escuchó un ruido a su espalda y a juzgar por el olor que le llegó, supo que Rick había salido del baño.

Olía tan bien.

Sonrió y se giró.

Él estaba serio.

-Gracias-musitó.

-Cariño... No tienes que darlas... Yo estoy aquí-suspiró-.

Kate intentó agarrar su mano pero él la movió, impidiéndole el contacto.

-Kate...

Beckett le miró a conciencia. Sabía exactamente que iba a decirle.

-No...

-Sí.

-No pienso dejar que lo hagas.

-Es mi decisión.

-Somos una pareja... ¿Yo no tengo nada que decir?

-Kate.

-¡NO!

Rick cambió su rostro y apretó los labios.

-No te quiero-dijo sin más, como si los sentimientos de ella, o los de él mismo no fueran importantes... Lo soltó como si aquella frase fuera igual o menos insignificante que pedir un quilo de tomates en el supermercado.

-No es verdad.

Kate recordó el escalofrío que sintió al llegar aquella tarde a casa de Rick y lo supo, supo que sabía que aquello iba a pasar...

Sintió como su labio temblaba y sus ojos se humedecían.

-Me lo dijiste tantas veces...

Rick no dijo nada.

-Márchate.

-No lo haré hasta que me digas la verdad.

-Esta es la verdad-dijo serio- No te quiero en mi vida. ¡Lárgate!

Kate sintió como su rostro se humedecía a causa de sus lágrimas mientras escuchaba las duras palabras de su novio al romper con ella.

-Richard.

-Lárgate.

-No.

-¡Quiero que te vayas de aquí! ¡VETE! ¡No quiero volver a verte!-le gritó mientras caminaba hacia la puerta para abrirla-¿Quieres la verdad? LA VERDAD ES QUE GRACIAS A TI VUELVO A FUNCIONAR COMO QUERÍA... LA VERDAD ES QUE SOY COMO TODOS DECÍAN EN LAS REVISTAS... ESA ES LA VERDAD... TE HE UTILIZADO...

-Rick...

-Sí, Kate, Te he utilizado... Y si anoche no te llamé... Es porque estaba con una prostituta... ¿Quieres pruebas Kate? ¿Quieres que la llamemos? ¿Hacemos un trío?

Beckett no lo soportó y abofeteó a Richard. Se mordió su labio al mismo tiempo que tragaba saliva con fuerza. Ambos se quedaron callados.

Y sin decir nada más, Kate salió del loft dando un portazo y bajando las escaleras lo más rápido que su pierna falsa le permitía y que su corazón roto le dejaba.

Al otro lado, dentro del hogar del escritor, éste golpeo con fuerza la pared, haciendo que su herida sangrara de nuevo mientras apoyaba su frente en el lugar donde había estampado su puño, llorando.

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