The Softer Side

By Eriada-Casbeks

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(El lado más suave) AU. Cuando la vida de Kate da un un giro inesperado su vida deja de ser la misma...Lanie... More

prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14 (M+18)
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21

Capítulo 7

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By Eriada-Casbeks

N/A: Hola. Siento que sea más corto que los demás... Gracias por todos los coments y por leerme.



.
Cerró los ojos y respiró hondo intentándose calmar. Su respiración era errática. Estaba agitada y sentía como sus manos temblaban y su pecho subía y bajaba rápido intentando boquear para conseguir hacer llegar más aires a sus pulmones.

Kate sabía lo que estaba sufriendo. Llevaba tiempo con ataques de ansiedad.

Minutos después, cuando consiguió que su pulso fuera más normal y abrió los ojos, lo primero que vio fue el cielo azul sobre ella. Volvió a respirar hondo y sus manos se dejaron caer a los lados, acariciando las briznas del césped tras la iglesia dónde se reunían cada miércoles de cada semana.

Estiró como pudo las piernas. Una de ellas dolía más que la otra en esa postura.

Aún no conseguía sentarse o estirarse en el suelo con facilidad.

-Relájate... No pienses en ello-escuchó en su espalda.

Kate se giró y sonrió a pesar que él no podía verle. Notó como con cuidado y apoyándose en ella, se sentó a su lado estirando las piernas.

Había huido de la reunión. Sentía aun su corazón latir con fuerzas y cómo sus lágrimas habían humedecido su rostro.

La mano de Castle aún seguía en su hombro. Él se tensó al darse cuenta y se separó.

-¿Nunca habías intentado hablarlo con nadie?-Ella negó, como siempre se le olvidaba el hecho que él no podía verlo.

Finalmente le contestó con un apenas audible 'No'.

Castle respiró por la nariz sonoramente y asintió. Ahí estaba el problema. Ella aún no había dado el paso de hablar de su discapacidad.

-La primera vez es la más difícil.

Ambos se quedaron callados.

-Ok,... ¿Kate eso ha sonado tan mal como creo?

Escuchó una risita por parte de ella mezclada con las ultimas lagrimas que escapaban y se sintió satisfecho al haberla hecho calmarse un poco más.

Los dos se quedaron callados un buen rato. Uno sentado al lado del otro en el césped sin importarles si manchaban su ropa o si los demás seguían con la reunión. Ellos podían disfrutar del calor que desprendía el sol. Del pasto bajo sus traseros y de su propia compañía.

No estaba sola, y por una vez en la vida había agradecido que alguien la acompañara.

Sobretodo agradecía que ese alguien fuera Rick. Él la comprendía.

-¿Cómo fue tu primera vez?

-¿Hablamos del sexo?

Castle se sobresaltó al sentir el golpe, suave eso si, de ella contra su brazo.

-Oye-se quejó, con tono casi divertido-No pegues a un invidente, nunca sabe por dónde va a venir el golpe, tienes ventaja.

-Lo siento. Vamos, tómatelo en serio, por favor.

Castle suspiró.

-Es distinto.

-¿Por qué?

-Por que...-hizo una pausa- Por qué primero expliqué que me pasó y luego como me sentía... Ahí dentro has querido empezar por el final del libro, por el ahora, y te has bloqueado, y estoy seguro...Que en tu interior...

-Los recuerdos han sido duros-interrumpió Kate.

-¿Quieres probar conmigo?

-¿Con el sexo, dices?-Kate se quedó boquiabierta nada más decirlo, jamás se imaginó a ella diciéndole algo así, sin importarle nada.

-Señorita Beckett... Es una proposición un tanto... Directa eh.

Kate se sonrojó al máximo y agradeció que él no pudiera ver, sin embargo de nuevo el silencio se instaló entre ambos.

-Entonces... ¿Pruebas conmigo?

-¿El qué?

-Imagínate que yo no sólo soy yo, también soy Jake, soy Lily, soy Grace, Megan, Jack, Luke, Cory... Soy todas esas personas que estaban pendiente de ti, sin embargo sólo soy un pobre ciego que te escucha, no te observa... y mucho menos te juzga... Inténtalo Kate.

-Estaba... Estaba en la playa en Sydney. -Miró a Castle quién a su lado, la escuchaba en silencio, encarándola- Hace dos años casi, yo jamás pensé que esto me pasaría... Estaba con una tabla de surf... Y de repente caí de ella y sentí un dolor tremendo en el gemelo...Había mucha sangre y un tiburón...

Castle entrecerró los ojos y ahora fue su turno para golpearla. Le dio justo en el brazo, pues aun sin saber sabía perfectamente en que lugar estaba sentada la chica.

-Auch...

-No me tomes el pelo, Pata de palo.

-Serás...

-¿Pensabas engañarme? ¿A mi? ¿Contando una historia a un escritor?

-Un escritor que ya no escribe...-murmuró Kate, haciéndole callar de golpe. Kate sabía que había dado justo dónde más le dolía y al momento se arrepintió.-Rick...

-Creo que deberíamos volver a dentro.

-Castle...

Castle no dijo nada, apoyó su mano en el hombro de ella y ella no dudó un seguro para ayudarle a levantarse. En silencio y a una corta distancia el uno del otro, ambos entraron en la sala dónde uno de sus compañeros estaba hablando.

Durante lo que restaba de reunión nadie volvió a presionar a Kate para que compartiera su historia... Aquello tomaba un proceso. Tampoco Castle le insistió mucho más, ni siquiera en el coche.

Ambos hablaron de un tema trivial que surgió mediante un programa radiofónico como si no pasara nada. Por suerte, ambos estaban más relajados.

Cuando llegaron hasta el portal de él, como siempre se despidió y Castle sin ayuda, bajó del coche sin invitarla a un café.

Kate esperaba aquella invitación. Esperaba poderse redimir, poderse disculpar con él y además, necesitaba estar con alguien como él, alguien que podía llegar a comprenderla a la perfección.

Suspiró viéndole entrar en su edificio y arrancó de nuevo, incorporándose a la carretera.

Tras haber aparcado su coche en la plaza que el ayuntamiento le había otorgado frente a su edificio, gracias a su discapacidad, Kate bajó del coche y empezó a caminar calle a bajo, sin un destino concreto.

Anduvo durante horas por su barrio, tomó el metro y dio vueltas por Manhattan sin sentido.

Su pierna empezaba a doler, pero a ella no le importó. En su interior se repetía una y otra vez que se merecía ese dolor.

Entró en varios bares y estuvo apunto de acabar con el suministro de Whisky de cada uno de ellos mientras que los iba cerrando.

Había perdido la noción del tiempo, por lo que Kate anduvo de regreso a su casa paseando como si nada, casi dando tumbos por culpa del alcohol, hasta que se encontró con un par de vagabundos y maleantes que estaban discutiendo con un policía.

Ella no pudo evitar acercarse, sobretodo cuando vio lo que cargaban con ellos.

Alzó su vista y comprobó como sus pies la habían dirigido hasta casa de él. No era casualidad.

Lo que llevaba para él era una mera excusa. Ella sólo necesitaba... Necesitaba no estar sola.

Saludó al portero que la miró extrañado y se subió en el ascensor.

Cuando bajó miró lo que llevaba entre sus brazos y miró la puerta del apartamento de Castle. Dudó durante unos minutos hasta que finalmente golpeó con sus nudillos, olvidándose la hora.

Al otro lado, la voz ronca de él preguntó quien era.

-Soy yo... Soy Kate-contestó, esperando que le abriera.

Castle se tomó un tiempo para abrir la puerta y ella simplemente quiso pensar que era por que no encontraba la maneta, y no por el hecho que quería hacerla sufrir allí fuera, esperando.

Cuando lo vio parado frente a ella, apoyado en la puerta, con el cabello algo despeinado y en un pijama de pantalón corto y camiseta gris, no pudo evitar sonreír.

-Rick...

-Kate-Beckett bajó la vista sintiéndose confusa e incomoda, ya que él no enfocaba su vista en ella-.

-¿Puedo pasar?

De nuevo él tardó unos segundos que a ella se le hicieron interminables, luego pasó.

-Has bebido.

-¿Có...?

Castle cerró la puerta y la siguió. El hombre se movía como pez en el agua en su hogar, sabía exactamente dónde estaban todas las cosas por lo que tenía una cómoda vida allí y no dependía de nadie para realizar las tareas diarias.

-Apestas a Whisky.-carraspeó- ¿Realmente estas aquí a las dos de la madrugada?

-¿Es tan tarde?-exclamó ella.-Lo...Lo siento de verdad. Yo solo...-ella se movió cambiando el peso de pierna- Escucha.

Castle alzó la mano.

-No... No quiero ofenderte, pero... -frunció el ceño- Hueles a perro.

Kate abrió los ojos como platos sorprendida.

-Es... Es por eso que estoy aquí...-Kate se acercó y como pudo tomó la mano de él. Ninguno de los dos pudo evitar deleitarse con el roce de sus dedos.

Beckett movió los dedos de él acercándolos hasta el pequeño cachorro que cargaba como podía entre sus brazos.

El animal lamió las puntas de los dedos del escritor, mientras se revolvía y éste instintivamente movió su mano hacia atrás, alejándose, casi asustado.

-¿Es un perro?

-Un perro guía-dijo Kate emocionada- Es... Es para ti, lo vi...Indefenso y pensé en ti...

Castle no pudo evitar sonreír y luego frunció el ceño.

-¿Kate sabes que estos animales necesitan un entrenamiento previo?

Kate le imitó. No había pensado en aquello. Si debía entrenarlo, el animal aun no podría estar con Rick.

Kate bufó desanimada y Rick no pudo evitar sonreír.

-Escucha es un gesto muy bonito, pero yo...No necesito...

-Es... es un cachorro si lo pudieras ver... te enamorarías-el animal se estiró en los brazos de Kate e intentó lamerle la cara-Ok, es algo travieso. Es un labrador de color chocolate... Y tiene unos preciosos ojos azulitos como tú... Es perfecto para ti, Rick.

Kate agarró mejor al cachorro que no paraba inquieto y que a pesar de tener unos cuatro meses, ya pesaba alrededor de diez kilos.

Ambos se quedaron callados. Kate acariciaba al cachorro intentando calmarlo. Castle se acercó a ellos y estiró su mano para acariciar al perro.

Agradecía el gesto de Kate con él, sin embargo, él no podría hacerse cargo de un perro, por lo menos hasta que no estuviera adiestrado.

-¿Siempre que te emborrachas haces cosas así? ¿Recoges animales de la calle?

-Y vengo a casas ajenas a altas horas de la madrugada, lo siento, tendrás que acostumbrarte.

Castle sonrió con sinceridad. Realmente él no iba a quejarse de aquella extraña visita.

-¿Quieres... un café?

Kate aceptó. Castle le explicó que podía dejar el perro en el suelo siempre y cuando lo vigilara.

Mientras ambos disfrutaban del café, el animal se había estirado a los pies de Rick, casi reconociéndole como su nuevo amo. Beckett le explicó las ventajas que podría tener y tras mucho debatir, llegaron al acuerdo de que ella se encargaría del animal durante unas semanas y si conseguía al menos enseñarle algo... Aceptaría con gusto hacerse cargo de él... Por lo menos así, no estaría tan solo.

Rick recogió ambas tazas y carraspeó algo incomodo al regresar a sentarse en el taburete frente a ella, dejando sus manos sobre la isla que separaba cocina y salón.

-Me preguntaba...-Sintió las manos de Kate sobre las suyas, apretando suavemente, dándole valor a la hora de hablar-¿Sólo has venido para... traer al chucho?

Kate sintió como su corazón se aceleraba y como su boca se secaba.

-No-susurró e hizo una pausa- Necesitaba pedirte disculpas... Por... mis comentarios...-carraspeó-.

-No importa Kate.- Él la entendía. Él era igual que ella.

-Necesitaba... No estar sola-confesó, alto y claro.

Castle tragó saliva con fuerza y cuando fue a hablar sonó el despertador de su habitación, indicándole que eran las 7.30 am con una voz robotizada.

Ninguno de los dos se había dado cuenta como habían pasado varias horas e incluso había amanecido desde que Kate había aparecido frente a la puerta de él con un cachorro, el cual ahora le ladraba a la voz proveniente del despertador.

-Tal vez... Deba marcharme.

-Quédate... Quédate a desayunar.

Kate sonrió y aceptó.


Continuará...

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