El día siguió normal, clases aburridas, bolitas de papel en el cabello de Black, una confesión por parte de una chica de un curso menor... No es por presumir pero soy bastante popular con las chicas, algunas se me han declarado pero nunca he tenido una novia formal, me parece aburrido e innecesario. Aunque mi apariencia de vago (como siempre me ha dicho mi madre) de la impresión de que soy el típico que va de ligue cada noche, en realidad no me interesa nada de eso
—Hola, Soul— Me saludó Tsubaki la novia de Black Star. Era una chica simpática, muy amable y bastante más alta que mi hiperactivo amigo
-—Hola— le devolví el saludo, era gracioso, porque de todos los buenos partidos que le pidieron salir, escogió al que más problemas daba. Aunque por algo dicen que el amor es ciego
—Parece que hoy estas de buen humor— me dijo ladeando la cabeza
—Si, mi viejo me ha devuelto el permiso de conducir— le informé sobre la causa de mi felicidad mientras guardaba las manos en mis bolsillos
—Me parece genial, asi ya no llegarás tarde— bromeó
—¡Admiren mortales! ¡El gran Black Star hará la anotación del campeonato de la siguiente semana!— El novio de Tsubaki estaba parado en una de las columnas que sobresalían del edificio principal de la escuela ¿Cómo le hacía para meterse en cada problema?
—¡Observen mi grandeza— corrió desde la base de la columna hasta la punta lanzando el balón de básquet
3... 2... 1...
—¿Qué estás haciendo Black Star? arruinas la simetría del lugar— Death the Kid llegó como histérico. Es el hijo del director además de mi segundo mejor amigo, lo conozco hace poco pero es un buen tipo, es poste del equipo de baloncesto junto conmigo
—Black Star baja de ahí— Pedía Tsubaki acercándose a su novio quien parecía no quería escuchar, solamente me límite a reír ¿Qué iba a hacer yo? ¿Bajarlo? No tengo ni idea de como diablos llegó ahí
Después del numerito de Black regresamos a las clases hasta que por fin salimos de la escuela, no la odiaba del todo pero estar hasta las cuatro me daba demasiado problema mantenerme despierto
—Nos vemos Soul— se despidió Tsubaki tomando la mano de Black
—Nos veremos mortal, no olvides traer el uniforme del equipo mañana— me despedí de mi amigo chocando los nudillos
—Nos vemos chicos— Monté la motocicleta y salí del edificio, aceleré disfrutando el aire en mi cara cuando recordé algo "Ya sólo te falta salir de tu casa para iniciar una vida de soltero"
Me gustaba la idea, Black compartía un departamento con Tsubaki y muchos de mis compañeros vivían solos desde el segundo grado, incluso me sentía un poco menos cool viviendo en casa de mis padres; me detuve en una agencia de bienes raíces, con suerte encontraba algo, entré esperando que la secretaria terminará de atender a alguien
Una chica delgada de coletas asentía delante de la mujer que atendía, nunca la había visto antes contando que nuestra ciudad era relativamente pequeña. Cuando acabó de decirle no sé que, me acerqué —Buenas— Saludé sonriendole a la mujer
—Hola
—Busco un departamento ¿Puede mostrarme lo que tiene?— pedí, quizá me estaría viendo como un idiota pues nunca había buscado casa por mi cuenta
Asintió pasandome varios folletos con fotos, algunos era buenos otros regulares y unos definitivamente no eran habitables desde mi perspectiva
—Si estás interesado en alguno podemos llevarte para que lo veas— me informó pasandome una tarjeta —Hay varios guías para que te ayuden a llegar
—Gracias, me pasare luego— tomé todos los folletos para luego salir, me dirigí a casa. Moría de hambre después de gastar el dinero de mi almuerzo en gasolina. Al llegar Wes estaba en la sala haciendo algo que no veo y tampoco me importa, me pasé de largo con la esperanza de que no se diera cuenta
—¿Qué tal la escuela?— El plan me falló
—Normal— Respondí sin mucho ánimo. Pensaba irme pero quizá él podría ayudarme con lo del departamento —Wes— le hablé caminando en su dirección
—Dime— sus ojos grandes me vieron con expectativa
—Quiero pedirte un favor
Las retinas parecieron brillarle —Soul creí que jamás me pedirías algo de nuevo— Creo que esta a punto de llorar. Oh Wes ¡No! —Desde que tenías trece empezaste a evitarme, por eso me sorprende
—Ah si lo siento por eso, bueno ¿Crees que podrías convencer a papá y mamá de dejarme vivir solo?— pedí un poco dudoso
—¿Vivir sólo?— parecía decepcionado
—Si quería algo más cerca de la escuela y también más sencillo— me excusé intentando sonar más convincente
—Bueno creo que podría— lo meditó por unos segundos. Genial —Aunque...— Bien, era demasiado bueno para que no hubiera condiciones —Supongo que padre y madre tendrán que elegir dónde
¡No! No, no, no. Definitivamente no
—¿Crees que puedas decirles que me dejen escoger?— Empezaba a entrar en pánico, no quiero ni imaginar que clase de lugar escogería mis padres
—Lo intentaré pero no te prometo nada— me vió con culpa. Quizá debería de cortar la conversación en este momento
—Gracias— Pocas veces le decía eso así que lo tomé desprevenido
—Todo por mi hermanito— me sonrió desde su posición en el sofá
—Bueno debo hacer deberes, adiós— Huí antes de que la vena dramática de hermano mayor le saltará y comenzará a abrazarme, no soy fanático del contacto físico del tipo afectuoso; en fin. Esperaba que todo saliera bien y pudiera irme a vivir solo
La mañana llegó y con eso un nuevo día de clases. Qué aburrido, estaba despierto antes de que la alarma sonara así que no la dejé ni siquiera hacer ruido
—Soul a desayunar— Esa es la voz de mi madre ¿Qué hace en casa? Casi nunca estaba. Me duché y cambié para la escuela antes de que ella realmente viniera por mí a mi alcoba
—Buenos días cariño— me saludó sonriendo mientras bebía su café tras el periódico —¿Dormiste bien?
—Hola madre— me senté a su lado untado mermelada en mis panqueques —Dormí bien— me limité a responder
—Soul— Esa severa voz sólo podría pertenecerle a mi padre. Ya saben, para infundir autoridad y esas cosas que no funcionan en mí
—Buenos días padre— lo saludé más por costumbre que por respeto
—Escuche algo de Wes— Les había dicho, aunque no esperaba que fuera tan pronto —Dice que ya estas en edad de poder vivir solo
—Bueno...— no tenía idea de cómo la había ido en su charla pero no pintaba a que me fuera a ir bien
—Tú le metiste la idea— me acusó tomando su asiento en la otra punta del comedor mientras le servían el desayuno
—Más o menos— Acepté sin más, no podía negarlo porque si lo hacía pasarían dos cosas. Uno, le reprocharían a Wes y dos, no me dejarían salir de esta casa con maletas
—¿Tienes donde quedarte ya?— su pregunta había sido directa, sin malicia. Aunque claro que para hablar con Alfred Evans tenías que tener cuidado pues podrías estar firmando un documento donde le entregaras tu alma sin darte mucha cuenta
—Aún no pero lo conseguiré— refuté viendo como detenía el trayecto de su taza a su boca
—Bien, tienes una semana para conseguir un lugar decente donde vivir, de lo contrario seguirás en esta casa hasta que te gradues de la universidad— me informó al fin tomando de su café. Así era él, directo y sin rodeos
—De acuerdo— Le dije, si lograba conseguir un departamento que ellos catalogaran como decente me dejarían irme a vivir fuera —Voy a la escuela— La primera barrera estaba sobrepasada
Llegué al Shibusen barriendome, a la primera hora me tocaba con Stein un loco profesor que a pesar de ser muy bueno enseñando biología quiere disecarlo todo. No quería formar parte de sus experimentos
Igual que siempre saludé a Black. Como Tsubaki y Kid iban en el otro salón ya los vería en el descanso
—Soul, mira— Mi mejor amigo señalaba el asiento que estaba frente al mío; ¿Una mochila? Le resté importancia dejando la mía sobre esta, seguro alguien la dejó ahí por descuido, ya la recogerían
—Está ocupado— Una melodiosa voz sonó tras de mí, giré encontrandome con una sorpresa. Era la misma rubia de bienes raíces
—Lo siento— Dije por inercia, Black se río de mi al tiempo que quitaba mi mochila y la arrojé a mi asiento
—Buenos días alumnos— Mi loco profesor de biología llegaba con hojas que seguramente serían un examen sorpresa. Demonios —Hoy se nos une alguien a la clase— hizo una pausa dejando las cosas en el escritorio —Por favor presentate— pidió observando a la que evidentemente no inició el curso con nosotros
La chica se levantó —Soy Maka Albarn, gracias por recibirme en su clase profesor Stein— hizo una reverencia volviendo a tomar asiento. Estaba algo sorprendido por verla, nunca había sentido interés por una chica, sin embargo ella tenía... Algo que la hacía diferente
Continuará...