No me enamores demasiado #ESP2

By MaiiderP

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¿Que harías si el chico con el que sales solo esta contigo por una apuesta? ¿Y si esa apuesta la hace tu mejo... More

Sinopsis
Capitulo 1: Rumores
Capitulo 2: La carta
Trece cosas sobre mi
Capitulo 3: Desconectar
Explicaciones
Capitulo 4: Problema
Capitulo 6: Pasado
Capitulo 7: Un día mas es un día menos

Capitulo 5: Solo ella

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By MaiiderP

Alex

Corría como si pudiera huir de ellos, pero sabíamos todos que no podía, que acabaría pegandoles, pero era justo eso lo que evitaba. Llevaban semanas siguiendome. Yo sabia que podía con ellos, incluso aunque ellos fueran dos y yo uno. Cuando me cansé de correr me escondí tras una calle y cuando paso uno le puse la zancadilla y este cayo dándose un buen golpe en la cabeza que hizo que no se volviera a levantar. Me dedique a pegar al que venia detrás y quitarle el arma que llevaba. Toda la rabia que sentía la descargué sobre aquel gilipollas.

Era de noche así que no había mucha gente por el lugar. Cuando termine con él me aleje de allí sintiendo la adrenalina por todo mi cuerpo. Habían conseguido lo que querían. Despertar eso en mi. Llevaba tiempo lejos de eso y de "Dead chain". La banda que llevaba tiempo intentando volver a cazarme. Y lo habían conseguido.

Me dirigí hacia donde sabia que ellos estarían. Un lugar oscuro y sucio, bajo una autopista. Había música bastante alta, gente bebiendo borracha, chicas semidesnudas y gente en circulo viendo como dos idiotas adolescentes habían acabado aquí dándose de puñetazos, metidos en las peleas y en la banda.

Había decidido alejarme de ese lugar por varias razones pero la adrenalina que te daba pegar a alguien había vuelto a mi cuerpo y con la rabia que sentía necesitaba sacarla. Aquí era una leyenda, cuando estuve metido en la banda apenas había nadie que pudiera ganarme. Y desde que me fui habían estado intentando convencerme para que volviera. Solía ganar bastante dinero con esto, pero cuando me di cuenta de que no merecía la pena fue demasiado tarde, ya no me dejaban irme.

Había oído que mucha gente iba preguntando por mi queriendo ganarme, y por ello me organizaban peleas, pero desde que paso aquello no había querido volver. Muchos chavales que venían querían ser como yo, pero no tenían ni idea de donde se metían... Había intentando avisar a unos cuantos de donde se metían y convencerles de que se alejaran de esto. Pero ninguno hacia caso, y yo lo entendía. Yo tampoco hubiera hecho caso estando en el lugar de ellos, porque ya me había pasado.

-¡Mirad quien esta aquí! -Exclamo el jefe de la banda. Un antiguo amigo.

Me acerque a el y nos saludamos chocandonos la mano y con un abrazo. -¿Que pasa Danny?

-Que alegría verte por aquí. -Comento mientras venían mas de mis antiguos colegas a saludarme.

-¿Que paso? Desapareciste. -Murmuro Sam.

-La cosa se puso fea. Mas de la cuenta. -Dije mirando a todos que venían a saludarme.

Danny me miraba con aires de superioridad, nunca me había llevado demasiado bien con el. Se creía mas que nadie, solo porque tuvo sus tiempos. Yo sabia que podía con el hasta con los ojos cerrados. Nunca se ensuciaba las manos, tenia gente que lo hacia todo por el. Ganaba un porcentaje de cada uno de los que peleaba de su banda cuando ganaban. Y yo nunca le daba nada. "¿Quien ha peleado tu o yo?" le decía. Y ahora si pelease no tendría que darle nada ya que no soy de su banda. Por eso mismo el quería que volviera.

 -Oh, vamos. No me digas que te cagaste por una pistola. -Rió Chase.  

La mirada de Danny seguía en mi, fija, como burlándose y retándome. Apreté la mandíbula con ganas de partirle la cara, porque el fue el capullo que me metió en esto. Y me había jodido la vida. Él solía organizarme pelea casi todos los días. Solo le importaba el dinero, no veía que somos personas. 

-Antes a esto se jugaba limpio. -Dije serio. -Mano a mano.

-No tiene nada de malo darle algo de adrenalina extra. -Sonrió ladeado. -Es mas divertido.

Apreté los puños, yo había visto a gente morir aquí. No entendía como no le pesaba la culpabilidad encima. Me miro sonriendo asquerosamente acercándose a mi, yo le miraba totalmente erguido en toda mi altura amenazante. Por la cara que puso sabia de sobra lo que iba a decir y hacer, me iba a retar. Le conocía demasiado bien.

-Me gustaría ver si eres tan bueno como antes. -Soltó.

-Pregúntaselo a tus dos hombres que he dejado en el suelo. -Sonreí ladeado.

-Me gustaría verlo en directo. -Insistió.

El sabia que había despertado la adrenalina en mi y que eso era algo que no podía controlar. Y el sabia que iba a aceptar solo por darle en las putas narices. Pero el creía que me convencería para unirme a la banda. Y sabia como iba a poder joderle.

-Bien. -Acepte.

Al menos así mantendría mi mente alejada de Emily. No podía quitarla de mi cabeza, y estaba harto. Necesitaba sacar la rabia. El se fue en busca de mi contrincante dejándome allí.

-¡Alex! -Exclamo Kyle viniendo a abrazarme.

Yo le abrace sonriendo. -Tio, sigues bien. ¿Como es posible?

-Me estoy volviendo de los mejores. -Dijo orgulloso.

El tenía tres años menos que yo, solo catorce y ya estaba metido en esta mierda. Yo empecé a los trece en esto, y tres años después entró el con tan solo trece años, como yo. Me sentí identificado con el y nos hicimos colegas, yo intente ayudarle todo el tiempo que pude. Fuimos muy amigos, pero perdimos el contacto cuando yo desaparecí de allí. Era como un hermano pequeño para mi.

-Estaaaas raro. Te noto diferente. -Murmuro sacándome de mis pensamientos. Solo ella me conseguía embobar así, podía imaginar exactamente la cara que pondría ella si algún día la trajera a aquí. 

-No lo entenderías. Solo tienes catorce. -Me burle revolviendole el pelo.

-Uuugh, ¿es por una chica? -Puso cara de asco burlándose de mi. -Que mariquita.

-Ya me lo dirás cuando te empiecen a gustar a ti. -Reí.

-Están bien para una noche, pero nada mas. -Levanto los hombros.

-Me voy a reír mas cuando te enamores chaval. -Solté una carcajada. -Llegara el día en que... lo primero que pienses al despertar sea en ella. Que todas las demás chicas te la sudaran porque solo te importe si ella esta bien, protegerla y cuidarla. Hacerla feliz. Darla todo lo que se merece. Su sonrisa y pasar todo el rato a su lado. Darias lo que fuera por ella, incluso matarías por ella, y... no podrás sacártela de la cabeza en ningún momento. Todo se dividiera en los demás y ella. Empezaras a hacer cosas que solo ella consigue que hagas, te hará mejor persona. Y sentirás miedo de que se vaya de tu lado. Cuando sientas eso, sabrás que estas jodido.

-Wow. -Me miro en silencio. Él sabia cuando hablaba de algo serio, y cuando decía la verdad. Por eso sabia que no era momento de burlarse.

-Pero si quieres lo mejor para ella y sabes que tu no lo eres, tienes que dejarla ir... -Susurre.

-No. Para nada. -Me dijo. -Nadie va a cuidarla mejor que alguien que la quiere como tu.

-Yo no he dicho... -No me dejo terminar.

-¿Sientes todo eso por ella? -Pregunto.

Cuando fui a responder apareció Danny frente a mi esperando para la pelea. Me levante y camine hacia donde se peleaba. Cogí todas mis cosas dejándolas a un lado, y él hizo lo mismo. El que ganara se llevaría todas las pertenencias del otro y una gran cantidad de dinero. Conocía al chico que había venido a retarse contra mi, sin duda Danny me había reservado a el mejor.

Me habían llegado toda clase de rumores, pero sabia que podía con él. Empezamos a movernos en círculos, estudiándonos el uno al otro, sin perder pista de nada. Nos pusimos en posición y esperé a que atacara. Era impaciente así que no tardo en hacerlo, cogí su brazo retorciéndolo y poniéndolo tras su espalda le di una patada en ella haciendo que se quejara de dolor. Era un tío descuidado ya que cuando se acerco a mi de nuevo para pegar, tenia la barbilla en alto intentando demostrar seguridad lo que hizo que yo pudiera darle un codazo en ella y dando un giro le di un puñetazo en los costillas, notando como se rompían contra mi puño. Era una sensación estimulante.

El tío ya estaba enfadado por lo que corrió hacia mi para pegarme y yo le di un gancho en las costillas haciendo que se girara y dejando su costado libre le di otro puñetazo y cayo al suelo con el rodillazo en la tripa que le solté finalmente. Antes solía dejar que me dieran al menos un golpe para que se mantuviera la intriga y fuera mas entretenido pero hoy solo quería irme cuanto antes. Aun así tenia que mantener el interés de la gente así que deje que me diera un puñetazo en el labio, haciéndome un pequeño corte que empezó a sangrar. Había hecho mal volviendo. Tras mis golpes él se quedo en el suelo sangrando. Recogí mis cosas, las suyas y el dinero que había ganado. La gente no había parado de animarme y gritar haciendo que el jaleo fuera mayor. Todas y cada una de las personas que había allí se habían parado a mirar. Algo que no solía ocurrir muy a menudo.

Me fui de allí cansado y al llegar a la casa me tumbe en la cama cayendo rendido, por la pelea supongo. Pero la tenia a ella en mi cabeza. Me desperté a la mañana como todos los demás días, con ganas de no haberlo hecho. Tampoco es que hubiera dormido muy bien. Desde pequeño me había costado dormirme y tardaba horas en conseguirlo. Durante la noche aproximadamente dormía entre cuatro y dos horas. No sabia porque me pasaba, simplemente era así. Mis pensamientos me perseguían hasta cuando necesitaba descansar. Solo conseguía dormir del tirón si abrazaba a alguien que quería. Como solía hacer con mi madre, pero ya no la tenia.

El primer pensamiento que tuve al abrir los ojos fue Emily. Dicen que la primera persona en la que piensas al despertarte es la causa de tu felicidad o de tu dolor. Ella es la causa de las dos. Tiene un don para volverme loco o algo asi. Y solo ella.  

Me sentía mas cansado de lo que me acosté anoche. No solo físicamente, también mentalmente. En la cocina no había nada para desayunar así que volví a la habitación, donde abrí el armario buscando que ponerme, no había mucho donde elegir así que pille lo primero que vi. Me puse unos vaqueros, una camisa de cuadros negra y azul. Mire por la ventana que se caía a pedazos y al mirarme en él espejo tenía los puños bastante heridos. Pero podía con ello. Solo se había levantado un poco la piel.

Sentía el mono y el dolor cada vez era mas notorio. La necesitaba. Nunca en mi puta vida había sentido tanto miedo como cuando la vi marchar. Perder a alguien que nunca has tenido... Cogí el móvil preso de la necesidad y en vez de marcar su numero llame a mi camello. Quedamos a una hora en el parque en el que solía vendernos. Cogí el dinero que había ganado en la pelea y salí de casa en dirección a aquel lugar.

Me sentía abatido, no podía creer que una chica pudiera hacerme sentir así. Pero joder, es que no era cualquier chica. Era ella. Era Emily. Antes de conocerla nunca había pensado en salir con una chica. Ni tener una amiga. Nunca las había valorado... Quería estar con ella, que ella fuera mía. Pero nunca podría hacerle eso a ella. Era algo que no le deseaba ni a mi peor enemigo. Era algo que ni ella ni nadie soportarían y que yo en cambio, tenia que vivir con ello. No me había acostumbrado, pero me lo merecía.

Al llegar al parque me puse la capucha de mi sudadera negra para que nadie me reconociera y el que me pasaba la droga también. Llegue hasta el y me dio lo que habíamos planeado disimuladamente. Le pagué y justo segundos después empezamos a oír las sirenas de la policía haciendo que los dos nos alertáramos y corriéramos cada uno en una dirección. Con suerte solo seguirían a uno, pero ese uno siempre solía ser yo. Por eso tenia tantos antecedentes. No podía permitirme tener mas.

Iba saltando las vallas huyendo de los policías que me buscaban. Corría tan rápido como cuando huía de los sicarios de Danny. Sabia que no me pillarían metiéndome entre los parques y sitios por los que no pudieran ir en coche. Eran bastante vagos. Me estuve ocultando casi toda la mañana hasta que les perdí de vista, pero sabia que no me dejarían de buscar. Y mas si sabían que era yo. Me tenían rencor.

Cuando mire la hora me di cuenta de que había pasado mas tiempo del que esperaba y estaba agotado. Y no solo eso, también hambriento. No serviría de nada ir a casa ya que no tenia nada de comida así que tenia que pasar al plan B. Me dirigí hacia un supermercado a las dos del mediodía. Mi tripa rugía. Me puse la capucha de nuevo y camine por los pasillos en busca de algo fácil para robar.

Solo el hecho de pensar lo que pensaría ella de mi si supiera lo que estaba haciendo se me revolvía el estomago. Ella me hacia mejor persona incluso sin estar conmigo. Guarde una bolsa de bollos bajo mi sudadera y camine discretamente hacia la salida pero al llegar allí salí y las alarmas empezaron a sonar. ¿Que cojones? Los bollos no pitan. Empecé a correr pero la policía no tardo en aparecer frente a mi ya que no habían dejado de buscarme. Joder.

Se acercaron a mi y me quitaron lo que había robado. -¿Bollos? Los códigos de barras también pitan. -Soltó esposandome.

Me metieron en los asientos traseros del coche para llevarme a comisaria y ficharme. Nada mas entrar en el coche el otro policía me reconoció. -Mierda Alex, ¿otra vez?

Algunos policías me tenían mas que conocido y querían que saliera del mal camino. Me dejaron sentado en una silla mientras me fichaban y vino un policía que ya me conocía a hablar conmigo. El del coche.

-Alex... Tienes mas de veinte antecedentes. -Me contó. -Y ya no sabemos ni que hacer contigo. Cuando se supera los quince antecedentes estas obligado a asistir a un psicólogo. 

-No flipes. -Rei. -No estoy loco.

-Los psicólogos no son solo para los locos. Hay que encaminarte. -Explico. 

-¿No puede haber una multa? -Hice una mueca. Podría pagarla si me hacía otra pelea en la banda y no me la volvía a gastar en droga como la de ayer.

-No. Eso ya no sirve. -Suspiro.

Me dio una tarjetita donde estaba apuntada la dirección y la hora a la que tenia cita. Mierda, que asco. Camine hacia allí directamente, con el estomago algo lleno ya que el poli con el que me llevaba algo bien me dejo comerme los bollos.

Llegue a la consulta entrando a la sala de espera donde me senté en una silla. No quería estar aquí. No entiendo porque demonios viene aquí la gente. Este sitio daba asco. Solo hay gente que se cree superior a ti, haciéndote creer que les necesitas y que estas loco. Solo para ganar dinero a tu costa. Y a costa de tus problemas, los cuales no van a solucionar, ni siquiera les importan.

Empece a notar su presencia en la habitación. Ese sentimiento que tenia cada vez que ella estaba en la misma habitación que yo. Y que nunca me fallaba. Miré fijamente el suelo concentrándome en no mirarla. No lo necesitaba para saber que era ella. Noté su mirada en mi, esos ojos azul cristalino que me atrapaban.

Me puse nervioso y antes de que pudiera reaccionar se fue. El vació que sentí desde que la perdí volvió a mi y me mandaron pasar. Entré en la habitación sin quitarme de la cabeza a Emily. 

-Hola Alex. -Saludo la psicóloga.

-¿Que te ha dicho la chica? -Pregunte señalando hacia la puerta por donde ella se había ido.

-¿Que chica? -Frunció el ceño. -Siéntate.

La obedecí quedándome algo en babia. Pensando en ella. -Es rubia. -Empece a decir. -Pero no tonta. -Añadí rápidamente. -Su pelo es suave y con olor a fresa. Su cuerpo delgado y curvilíneo combina perfectamente con las facciones delicadas de su rostro. Si sonríe te puede hacer creer que no ha roto un plato nunca. Sus labios carnosos parecen estar llamando tu atención a cada segundo. Sus largas pestañas hacen que sus ojos de color cielo te enganchen a perderte en ellos.  

Levante la mirada del suelo y ella me miraba curiosa. -¿Estas enamorado de ella?

-No. -Levante los hombros.

-Lo estas. -Asintió. -¿Que pasó?

-No soy bueno para ella. -Apreté los labios.

-Vaya... No pareces la clase de chico que se rinde. -Murmuro.

Y eso me hizo reaccionar. Recordé cuando mi padre me decía que un hombre de verdad lucha por lo que quiere. Y cuando le pregunte a mi madre como sabia que papa le quería, dijo que era porque había luchado por ella. En las buenas y en las malas. Me levante y corrí saliendo de la consulta y bajando las escaleras. Abrí la puerta del portal y me di cuenta de que estaba lloviendo segundos antes de notar que ella estaba allí.

La mire y  me di cuenta de que mucha gente me decía que me veía oscuro, entre ellos mi madre. Y ella era la luz que necesitaba.

Sentada en un banco y calándose por la lluvia repentina me miraba. Mi corazón se acelero como muy pocas veces solía pasarme. Empecé a caminar hacia ella, y cada segundo que estaba mas cerca podía apreciar mucho mejor lo preciosa que estaba. Acabé frente a ella.

Todas las partes de mi cuerpo dejaron de funcionar, quería extender la mano y acariciar su mejilla para limpiar todas las gotas que caían por ella. Ni mi boca se dignaba a hablar.

-Te estas mojando. -Murmure finalmente poniendo una sonrisa ladeada. No fue lo mejor que se me podría haber ocurrido pero quería hacerla sonreír. 

-¿Y tu no? -Me miro sorprendida.

No resultó. -¿Cuando he importado yo? -Salio mas cortante de lo que esperaba.

Así no estaba arreglando nada. Aunque yo solo quería explicarme y decir que yo no importaba. Que nada de lo que me hicieran a mi seria tan importante como el mas mínimo daño que la hicieran a ella. Pero estando cerca de ella nunca me había explicado bien. Empezó a alejarse de mi y supe que la había vuelto a cagar. Pero no la iba a dejar irse, no otra vez.

-¿¡Que!? -Levanto la voz y se soltó de mi agarre.

Me quede mirándola fijamente, y era gracioso lo confundida que ella me miraba. Sentí la necesidad de acercarme a ella y así lo hice.

-Estas preciosa Em. -Susurre, mirando fijamente sus ojos. Era lo mas sincero que había dicho en toda mi vida. Y no sabia ni como se me había escapado. Por un segundo pareció creerme y sus mejillas cogieron un ligero tono rojo.

-No me vaciles. -Rodo los ojos.

Esta mujer era imposible. Tenia que hacerla sonreír, fuera como fuera. Eso me daba la vida. 

-¿Que hace un lugar como este en una chica como tu? -Murmure acariciando con suavidad su mejilla.

Su mirada cambio bruscamente y empezó a alejarse de mi. De nuevo la había cagado. Sentí que me quedaba sin aire y la llame mientras empezaba a seguirla. No la iba a dejar escapar. Cogí su brazo para detenerla y nada mas girarse vi como miraba al cielo. Pero al mirarme a mi me di cuenta de las lagrimas en sus ojos. No. No podía ser. No podía estar llorando y menos por mi culpa.

-¿¡Que!? -Gritó entre lagrimas. -¿¡Que quieres!?

-A ti.

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Segundo capitulo el mismo díaaa. Espero que os compense por toda la tardanza. 

Os habréis dado cuenta de que es el mismo capitulo que el anterior pero narrado por Alex. Quería hacer algo especial y saber si os gusta. Espero que si. Con el final tan intriganteee.

No se cuando podré subir pero intentare que pronto aunque empiecen las clases en nada.

Comentad y votad. ;)

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