Los siguientes dos días, gracias a Dios, fueron mucho más normales que el primero. Estos estuvieron llenos de entrenamientos y preguntas acerca de por qué Yuu-kun y Ryuu-chan me llamaban nee-san, está claro que siempre las evadía cambiando de tema o,en el caso de que estuviésemos en el gimnasio, aprovechando cada remate para cubrirme de aquellos balones que salían de la cancha, escondiéndome tras la persona curiosa sobre el asunto.
Mi función como el Ángel Blanco de Karasuno consistía en hacer revisiones a los chicos, recomendarles qué tipo de alimentos deberían consumir, observar detalladamente las jugadas y así avisar al entrenador si es que noto algo raro en algún miembro e incluso, a petición de Keishin-san, realicé una serie de estiramientos que el equipo debía hacer antes de cada juego.
- Takamine hizo esto especialmente para ustedes - dijo Ittetsu-sensei el día antes de partir - así que no la defrauden y realícenlo todos los días mientras estemos en Tokyo.
- ¡Claro que sí, sensei! - gritó el equipo al unísono.
- Técnicamente, estaremos en Saitama - pensé.
Para poder ir, debía llevar un permiso firmado por ambos padres, así que el segundo día aquí en Miyagi, lo pasé esperándolos toda la noche. Cuando llegaron, ellos se sorprendieron al verme despierta e incluso pensaron que estaba enferma.
- ¡Pequeña! ¿Te sucedió algo que quieras contar? - inquirió mi padre.
- Tal vez esté algo deprimida cariño, recuerda que en Kanagawa ese chico pelirrojo solía acompañarla junto con ese de la cicatriz - decía mi madre, un poco somnolienta.
- Oye, no sé por qué los sigues llamando así, si te sabes sus nombres, además ese tipo de la cicatriz es mi novio o... ¿Acaso lo olvidaste?
- Es que me acostumbré a llamarlos así, deberías invitarlos para que se queden unos días y conozcan la ciudad - habló mi madre sonriendo -
- Es cierto, esta semana estarás libre ¿No? Llámalos ahora para ver si podrán quedarse uno o dos días - dijo mi padre entusiasmado.
- Papá, son las tres de la mañana, nadie en su sano juicio atiende el teléfono a estas horas - dirigí la mirada a mi madre y le dije - En realidad, de eso quería hablar...
- ¡Pues invítalos ya! ¿Qué hay de malo en eso? - dijeron ambos.
- ¡No! ¡No es eso! - exclamé - Esta semana no voy a estar libre, iré con el equipo de volleyball a un campamento, será en la prefectura de Saitama, en la preparatoria Shinzen, tienen que firmar el permiso - dije bostezando.
- Vaya y yo que me hice ilusiones con que pasarías más tiempo con el joven escolta - rio mi padre.
- Solo firmen esto y déjenme dormir - Mis padres, y ahora también Yuu-kun, forman parte del grupo de personas capaces de ocasionar el tic en mi ceja - ¡Y llámalo por su nombre! ¿O todavía no lo sabes? - dije.
- No seas tonta, lo sabemos, pero es gracioso ver la manera en la que tus mejillas se sonrosan cuando hablamos de él - dijo mi madre esbozando una sonrisa.
- ¡Ya déjenme en paz! ¡Tú también firma esto! - hablé, tal como dijo ella, teniendo las mejillas sonrosadas.
La firma del permiso ya cuenta como aviso a mis padres acerca del viaje, así que terminado esto, fui a mi habitación porque en ese momento solo pensaba en dormir.
- Mañana debemos hacer los preparativos para el viaje, partimos a media noche - dije - ¡Demonios! ¡También debo avisarle! - grité despacio.
Había una persona a la que todavía no le conté de esto, agarré el móvil y escribí un mensaje diciéndole:
"Iré a Saitama junto al equipo de volleyball, nos quedaremos una semana entera. Si tienes suerte tal vez pase por Kanagawa a saludarte, aunque no lo creo posible. Cuéntaselo a los chicos. Cuídate".
Como dije antes, nadie en su sano juicio atendía el teléfono a las tres de la mañana, sin embargo, el joven escolta, como lo llamaba mi padre, no está del todo cuerdo. Ya me disponía a dormir, cuando un mensaje suyo llega.
"Estás loca... ¡Quién demonios escribe a las tres de la mañana! ¿Cómo que vas a Saitama de campamento? Dormirás junto a las chicas... ¿Verdad?"
Olvidé mencionarlo a él en la lista de personas causantes del tic, suspiré del cansancio y respondí a su mensaje.
"¡Tú estás más loco por responderme! No seas tonto, claro que estaré con las chicas... Si es que las hay... Solo avísale al equipo. Déjame dormir. Buenas noches".
Cerré mis ojos por un momento y otro mensaje llegó.
- Y luego me dice loca por escribir a estas horas - pensé.
"¡Eres una tonta! Uno preocupándose por ti y solo respondes con sarcasmo. Ya le avisé a Akagi, ese tipo de informaciones las tiene que dar el "capitán", si él me regaña, tú serás la culpable de eso. Cuídate tú también. Ojalá puedas pasar por Kanagawa. Buenas noches".
- ¡En qué está pensando! ¡Por qué rayos tuvo que avisarle al capitán a estas horas! Es un tonto.
Puse mi cabeza sobre la almohada, sin embargo, a pesar de lo cansados que estaban mis ojos, aún no estaba durmiendo, reí por un momento y pensé:
- Vaya, parece que se me ha pegado el vocabulario de... - reí otra vez - Kae-chan - dicho esto, cerré mis ojos y empecé a pensar en todo el trabajo que las tres chicas de Karasuno tendremos.
- Mañana todo irá bien - dije -
_
Aunque había despertado más temprano de lo usual, de igual forma llegué tarde para ayudar a las senpais. Toda la mañana me la pasé pidiendo disculpas a mi modo, haciendo reverencias exageradas cada cinco minutos.
Nuestras labores terminaron más rápido de lo que imaginamos, organizar los uniformes, contabilizar los balones, las botellas, aumentar el contenido del botiquín y planificar otra serie de ejercicios para los chicos, solamente nos llevó unas dos horas.
Me divertí mucho conversando y ayudando a las dos asistentes, tanto que las invité a comer algo y así pasar agradablemente el resto de la mañana, por lo visto, ya tenían planes, pues ambas rechazaron amablemente la exhortación que les hice, alegando la existencia de quehaceres hogareños.
- No se preocupen - dije yo - será en otra ocasión.
Decidí caminar lentamente hasta casa, así tal vez se alargaba el camino y el tiempo pasaría más rápido. Las palabras que me había dicho Sho-chan de repente vinieron a mi mente.
- Seguro te sientes sola todos los días -
- No sé de qué me preocupo, si ya estoy acostumbrada a esto - pensé mientras caminaba.
Tan absorta estaba que para poder volver a la realidad un choque contra alguien debió despertarme.
- ¡Fíjate por donde caminas imb... - me abstuve de las injurias que estaba a punto de proferir, al ver a la persona que se encontraba frente a mí - ¿Yuu-kun? ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a practicar?
Los ojos de él se abrieron de la sorpresa, pues estaban cerrados debido al dolor del golpe que le causé - ¡Nee-san! - exclamó él - Iré a almorzar a casa de Ryuu ¿También te dijo para venir?
- No, lo que pasa es que... - En ese momento, dejé de hablar pues me pareció ver una figura conocida acercándose
- ¡Hey, Noya-san! - gritaba Ryuu-chan a lo lejos.
- ¡Ryuu!
- ¡Buenos días Ryuu-chan!
Ryuu-chan se sorprendió un poco al verme junto a Yuu-kun, se acercó a nosotros y preguntó
- ¿También invitaste a nuestra nee-san?
- Yo pensé que tú lo hiciste, porque ella ya estaba aquí cuando llegué - decía Yuu-kun.
- La verdad es que - dije yo - ayudé a Kyoko-sen... -
Las expresiones de los dos chicos se tornaron serias de un momento a otro.
- Es por eso que el aire de aquí se sentía tan fresco - decía con orgullo Ryuu-chan.
- El aura de Kyoko-san permanece intacta - habló Yuu-kun cruzando los brazos y asentía teniendo los ojos cerrados.
- Ustedes están locos... - manifesté.
- ¡Nee-san! ¿Por qué no almuerzas con nosotros? - preguntó Ryuu-chan.
- Bueno... Es que yo...
- De seguro va a almorzar con alguien más - Yuu-kun habló en un tono de complicidad.
- Tal vez... - ambos se miraron al decir esto, llevaron sus manos a sus respectivas barbillas, me miraron y exclamaron sonriendo - ¡Almorzarás con nii-san!
- ¿Eh? ¿Nii-san? - pregunté extrañada - Esperen... No se estarán refiriendo a... ¿¡De dónde sacan esos nombres?! ¡No lo llamen así, llámenlo de otra forma!
- Entonces ¿Te parece mejor que le digamos aniki? - declaró Ryuu-chan.
- ¡No! Prefiero que lo llamen nii-san... - Añadiré a Ryuu-chan a la lista de causantes del tic -
- ¡Nos vas a presentar a Hisashi nii-san! ¿Me pregunto cómo será? - exclamó Yuu-kun.
- ¿Tendrá algún tatuaje?
- ¿Se hizo alguna cicatriz?
- ¿Pateará traseros como nuestra nee-san?
- Ustedes dos están locos... - repetí.
- Te acompañaremos hasta donde él esté y así vamos a poder conocerlo - habló Ryuu-chan en un tono bastante serio.
- Él no vive por aquí - declaré.
- ¿Entonces ya viven juntos? - Yuu-kun me miró acusadoramente.
- ¿Qué? ¡No! - al decir esto, la expresión que tenía cambió abruptamente - Lo que pasa es que, él es de Kanagawa y por lo tanto vive ahí.
Después de escuchar eso, ambos parecían haberse quedado en estado catatónico, pues no articularon una sola palabra, pasados unos segundos, fijaron su mirada en mí y empezaron a llorar.
- ¡Nii-san es un hombre entre hombres! ¡Aceptó estar lejos de ti! ¡Cómo puedes ser tan cruel! - todo tipo de cosas así empezaron a ser dichas entre sollozos, luego de dos o tres minutos, pudieron calmarse y exclamaron - ¡Es nuestro deber protegerte! ¡Cumpliremos la misión que nos dejó nuestro nii-san!
- Estos chicos... tal vez le caigan bien - pensé.
- Por eso, irás con nosotros a almorzar -
- ¡Oigan! ¡Ustedes solo buscaron una razón para arrastrarme a esto! ¡Además tengo que preparar el equipaje! Y... - Fui interrumpida por Yuu-kun, quien me sostuvo de la mano y empezó a correr siguiendo a Ryuu-chan.
- ¡Corre más rápido nee-san! ¡O no podremos alcanzar a Ryuu!
_
Al final de todo, la pasé bien almorzando con esos dos porque conocí a la increíble Saeko-nee y al terminar de comer decidimos ayudar a Ryuu-chan con su equipaje.
Por la tarde, fuimos a la casa de Yuu-kun y al igual que con Ryuu-chan, lo apoyamos con la preparación de las maletas, esto fue algo más difícil, pues sus pertenencias no estaban del todo ordenadas.
Un par de horas tuvo que pasar para que los tres estuviéramos cansados, especialmente yo que había comenzado mis actividades por la mañana temprano, pero eso no impidió que ellos sacaran fuerzas, no sé de qué lugar, para acompañarme hasta mi hogar.
Cuando llegamos, nos percatamos de que el cielo ya se había tornado oscuro, como los dos tenían a mano sus respectivas maletas, los invité a que pasaran y les dije:
- Ya es tarde, sería mejor esperar aquí e ir juntos a Karasuno. Después de todo, ustedes tienen que cumplir la misión que les encomendó su nii-san - una pequeña sonrisa salió de mis labios al ver cómo ambos saltaban de alegría debido a mi invitación.
- Pero tendrán que cooperar conmigo - dije seriamente - estos bultos no se prepararán solos.
No esperamos mucho tiempo para que llegue el momento de partir hacia Karasuno e ir a Saitama, en lo personal, yo me sentía algo nerviosa, porque esta prefectura todavía no la conocía.
Apenas llegamos, saludé a todo el equipo, ellos me dijeron que viajaríamos en un bus e iba a ser conducido por un amigo de Keishin-san, antes de subir, pude percatarme de que casi olvido hacer algo importante.
- ¡Oh! - exclamé - debo avisar que estamos a punto de partir.
- ¿Avisarás a tus padres, Michiru? - preguntó Koushi-kun.
- No, es a otra persona - respondí sonriendo.
"De Miyagi pasaremos a Fukushima y de ahí a Ibaraki y a Gunma, así llegaremos a Saitama. Realmente quería pasar por Kanagawa y así saludarte. Ahora mismo partiremos. Cuídate mucho".
_
¡Buenas a todas las personas que siguen, o leen, esta historia!
Ya está aclarado en la sinopsis que esto no es un crossover, pero para la gente que no conoce a los personajes que menciona Michiru en los sms aquí van unas pequeñas descripciones de los mencionados...
El chico pelirrojo/Hana-kun es Hanamichi Sakuragi, protagonista de Slam Dunk, entró al club de baloncesto gracias a una chica, recién empieza con este deporte y se hizo gran amigo de Michiru durante su estadía en Kanagawa.
Kae-chan es Kaede Rukawa, él es el rival de Hanamichi, un excelente jugador de baloncesto, quien trae muertas a todas las chicas, pero a él no le viene ni le va nadie, solo el deporte, casi no habla debido a que es introvertido, Michiru fue una de las pocas personas con quienes mantuvo una conversación por más de 15 min
Akagi/Gorila es Takenori Akagi, él es el capitán del Shohoku, el equipo de baloncesto, al igual que Michiru, está en tercer año y es muy estricto con el equipo.
El chico de la cicatriz es Hisashi Mitsui, también forma parte del equipo de baloncesto liderado por Akagi, como dice la madre de Michiru, tiene una pequeña cicatriz en el lado derecho de su barbilla, al igual que el capitán y la protagonista, está en tercer año (los mensajes del capítulo son entre Michiru y él). Las circunstancias en las que Michiru y él terminaron siendo novios serán mencionadas en otra historia.
Si quieren saber más de estos personajes, les dejo el link sobre la serie https://es.m.wikipedia.org/wiki/Slam_Dunk_(manga)
Me merezco todo su odio por dejar tanto tiempo inactivo esto, pero comprendanme, hay demasiados mangas en esta vida :"V
*le avientan un jarrón*
Díganme qué les parece la historia, si les gusta cómo la desarrollo, si es una mierda, si alguien es demasiado idiota, si alguien debe ser más idiota, si me salieron OoC los personajes, no sean tímidos.
Las actualizaciones serán cada dos semanas o cada mes, o cada vez que el cuerpo me lo pida.
*Reverencia al estilo Michiru* Muchas gracias por seguir esta historia ¡Que tengan una feliz semana! ¡Nos leemos pronto!
¡PASAMOS LAS 200 VISTAS! ¡YAAAY!