Por mucho tiempo fui una perra contigo, lo admito.
Tu decías sí y yo decía no.
Tú decías blanco y yo decía negro.
Amaba llevarte la contraria, principalmente porque sabía que siempre ibas a hacer exactamente lo que yo quería que hicieras.
Te tuve mucho tiempo rogando por mí... seguro lo recuerdas, me gustaba eso.
Pero tú fuiste paciente a pesar de que yo fui demasiado terca.
Supiste esperar a el momento idóneo para conquistarme y no te rendiste por los miles de no que te dije.
Si te preguntas por qué tantos no... Pues, tenía mejores propuestas.
Pasó el tiempo e irónicamente terminé aceptando ser tu novia, diciéndote el tan esperado "si".
No sé que hiciste pero conseguiste que yo lo dijera... Creo que tenía miedo de perderte, habíamos tenido una amistad muy inestable, en donde nos peleábamos y tiempo después volvíamos a ser amigos y luego nos separábamos y así infinidad de veces.
Me había acostumbrado a ti... Y ya no quería estar sola nunca más.
No creo que haya estado enamorada de ti en ese entonces, solo que, creía que era mejor estar contigo a no estar con nadie y tomé la oportunidad cuando se presentó.
De todos modos, yo sabía que estabas perdidamente enamorado de mi.
Lo siento por decir esto pero te prometí sinceridad en estos escritos y estoy tratando de cumplirlo.
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Las pesadillas se han vuelto una constante en mi vida, tal vez algún día me acostumbre a estos sueños que me atormentan cada noche pero por ahora simplemente no puedo, no puedo evitar levantarme en medio de la noche gritando o despertarme abrazando fuertemente mi almohada mientras se empapa por las lágrimas.
Estoy sufriendo Santiago... ¿Así es como querías verme?
Lo has conseguido, te felicito.
Y me lo merezco.
¿Qué si yo era paciente?
No lo era cariño...
Si lo hubiera sido me hubiera quedado a tu lado sin importar si tuvieras o no dinero.
Esperando que juntos nos esforzaríamos por ser cada día mejores juntos, pero no lo hice, escogí el camino más fácil y te dejé por alguien con más dinero.
No me alcanzará la vida para disculparme, así que este es el segundo motivo para no merecer tu amor.
El amor es paciente y yo no supe serlo por tu amor, me desvié por la vía más rápida y me estrelle antes de darme cuenta.