NOTA DE LA AUTORA: Les dejo una canción, si desean pueden escucharla mientras leen. La letra es exactamente una mezcla de los sentimientos que Will y Hallen desarrollan en este capítulo, y como se acopla bien a la historia la he puesto. ¡Gracias por leer!
Abrí los ojos, sorprendido, Will le había dado un fuerte puñetazo en el rostro a Jack y pude notar que su pómulo izquierdo estaba enrojeciendo. Instantáneamente Jack, que había caído al suelo, se puso de pie con la furia recorriéndole el cuerpo. Apretando los puños y rechinando los dientes de furia le devolvió el puñetazo a Will. Will había tratado de esquivarlo más terminó recibiéndolo, pero se incorporó rápidamente y tomó a Jack de la camisa, cerrando las manos sobre la tela con tantas fuerzas que pareciera que la camisa se rasgaría. Jack, apresado y sin mucha oportunidad para escapar, le lanzó una patada a Will en las costillas en un desesperado intento por zafarse. Y había funcionado, porque Will lo soltó aunque nuevamente lo pescó de la camisa…
— ¡Eres un pedazo de basura! — Le Gritó Will, con indiscutible tono despectivo.
— ¿Yo un pedazo de basura? — Escupió Jack, jadeando con odio. Su labio estaba lleno de sangre —. Creo que el único pedazo de basura aquí eres tú. Eres un desecho para el mundo, sin padres, viviendo solo, nadie te necesita ¿Entiendes? Si te mueres nadie te va a extrañar, nadie llorara por ti.
Will, que aún seguía tirando de la camisa de Jack, puso una expresión indescifrable… ¿era tristeza?
¡Estúpido Jack!
Jack, viendo la oportunidad de escapar, se escabulló de las garras de Will con agilidad poniéndose detrás de su contrincante. Will seguía sin reaccionar, se había quedado allí inmóvil.
— ¡Cuidado Will! — Grité, percatándome de que Jack estaba por lanzarle otra patada.
William reaccionó, y girando sobre sí mismo detuvo con su antebrazo la patada que Jack le iba a lanzar. Luego lo tomó del tobillo, haciendo que Jack cayera al suelo estrepitosamente de espaldas.
Will se puso encima de él, cerro el puño derecho con fuerza, haciendo que sus venas resaltaran ¿le iba a pegar con esa fuerza a Jack? Si lo hacía seguramente sería el fin de Jack. Will estiró el brazo y estaba a punto de plantarle un fuerte golpazo a Jack en el rostro, pero por alguna extraña razón se detuvo; a pocos centímetros del rostro de Jack.
— ¿Qué? — Preguntó Jack, aun recostado en el helado suelo del bosque.— ¿No piensas golpearme? Anda ¡Golpéame! Sé que deseas hacerlo, puedo notarlo en tu rostro. Anhelas romperme las costillas, te mueres de ganas por dejarme sin respiración… — Will seguía allí, sin moverse, y se notaba que golpear a Jack era una tentación, pero ¿Qué era lo que lo detenía?
Will levantó la vista, aun con el puño a pocos centímetros del rostro de Jack, y me observó. Mi rostro seguramente expresaba horror y temor. Odiaba a Jack con todas mis fuerzas, tengo que admitirlo, pero si Will lo golpeaba con la fuerza devastadora que poseía llegaría incluso a matarlo. Y asesinaría a una persona… todo por mi culpa.
Apartando la mirada nuevamente de mi rostro, lanzó un sonido mientras apretaba los dientes. Y luego volvió a estirar el brazo, con toda intensión de golpear a Jack.
— ¡Anda no te detengas! — Gritó Jack, tratando de provocar a Will (por razones que no comprendía) —. ¡GOLPÉAME! ¡GOLPÉAME YA! ¡Hazlo!
Will se perdió nuevamente en sus pensamientos. Como si estuviera soñando despierto, ¿Por qué razón era incapaz de pegarle a Jack? ¿Había sido mi mirada aterrada lo que lo frenaba? O tal vez era el hecho de que sentía una especie de cariño fraternal por Jack, que había vivido por años con su familia, como si fuera su hermano menor.
— No — Susurró Will, con la voz ronca. Apenas podía escuchar lo que decía—. No te daré el gusto.
Y se puso de pie, con la intención de alejarse de Jack, quien lo observó sorprendido y estupefacto.
— ¿Qué demonios está pasando aquí? — Era una voz femenina.
Todos nos giramos para ver de quien se trataba, y para nuestra “suerte” era... la directora del instituto.
La Directora se encontraba de brazos cruzados, poniéndolos dramáticamente sobre su pecho nos lanzó una mirada que mostraba furia. Primero sus ojos me observaron, pero los desvió rápidamente hasta Will deteniéndose en cada rasguño que podía ver en su perfecto rostro y luego sus ojos pasaron de Will hasta Jack, que aún seguía en el suelo con la camisa estirada y el labio ensangrentado. Los dos, Jack y Will, estaban sucios, jadeando, y en sus ojos aún quedaba rastro de rabia.
— Lo volveré a preguntar — Compuso sus anteojos, y aunque era un acto sin importancia a mí me pareció algo aterrador— ¿Qué paso aquí?
¡Era obvio que había sido una gran pelea! Pero a pesar de todo nadie dijo nada.
Tragué un poco de saliva, nervioso. No me había dado cuenta de lo asustado que estaba, el corazón me latía rápido, tanto que incluso era capaz de percibir cada pulsación.
— Fue — Logré farfullar, armándome de valor—. Fue todo culpa mía.
Pude sentir la mirada de Will, pero no tenía el valor de verle a los ojos. Luego Jack se puso de pie, alisándose la camisa estirada y con la manga se secó la sangre, que ya estaba seca, de los labios.
— No le haga caso — Habló Jack, haciendo una pequeña mueca de dolor al tocar su rostro —. Él no ha tenido nada que ver en esto. Aunque creo que no hay necesidad de decirlo…— Me miró, él tenía razón no tenía ni un solo rasguño y eso hacía que mis palabras perdieran valor— solo ha sido un desafortunado observador.
Me sentía fatal por Will. Iba a ser castigado y todo por defenderme.
— En todo caso — Siguió Jack, rompiendo el silencio— Si quiere culpar a alguien pues… el culpable soy yo.
¿Qué?
La directora se acomodó nuevamente los anteojos y levanto una ceja de manera inquisitiva. Lista para escuchar la historia completa.
— Hallen me dijo que no quería hablarme más — Prosiguió Jack. ¿Cómo era capaz de decirlo con tanta naturalidad?— lo que hizo que me molestara mucho y terminé lastimándolo inconscientemente, ya que mis verdaderas intenciones no eran hacerle daño pero estaba cegado por la furia. Will apareció rápido para salvarlo y terminamos…— Dejo que las palabras flotaran en el aire y luego siguió—. Terminamos peleados.
La directora solo carraspeó.
— ¿Es eso cierto señor William? — Dijo la directora, dirigiéndose por primera vez a Will.
— No del todo — Escuche que decía, su voz seguía ronca y casi inaudible.
Jack le lanzó una mirada como diciendo: “No lo estropees”.
— ¿No del todo? — Preguntó con interés la directora.
— No todo lo que Jack dice es cierto — Continuó Will, sin ningún tipo de expresión en su rostro — ya que ha malinterpretado mis verdaderas intenciones. La verdad no iba a ayudar a Hallen, porque como usted sabe no me gusta meterme en asuntos que no valen la pena…
Mierda, sus palabras empezaban a destrozarme.
— Simplemente — Siguió diciendo Will — lo ayude porque se veía aterrado. Y como podrá comprender Hallen tendría una gran desventaja si peleaba con Jack. Solo lo ayude más por impulso que por otra cosa.
No pude evitar sentirme triste, había tenido tantas esperanzas y ahora todo se desvanecía. Saber que Will me había ayudado solo por sentir lastima… no era lo que me esperaba, aunque lo tenía bien merecido. Sin embargo no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, que me negaba a dejar salir, tuve que hacer un esfuerzo por no echarme a llorar frente a todos, clavé la mirada al suelo, e incapaz de levantar la cabeza sentí como las lágrimas se juntaban en mis ojos amenazando con salir y recorrer mi rostro.
Apreté los puños hasta que dejé de sentir la circulación. Eso era lo único que podía mantenerme distraído, el dolor. Sí, si me enfocaba en el dolor y no en mis estúpidos y ridículos sentimientos sería capaz de distraerme lo suficiente como para dejar de sentirme triste. Era mi única salida.
— Esto es complicado — Dijo la directora, como si estuviese pensando que decir— tendré que tomar medidas.
Luego se acercó, hasta donde nosotros nos encontrábamos.
— Hallen, tu no estarás castigado; así que puedes seguir con la excursión —Me señaló con el dedo una dirección — ¿Sabes cómo llegar? En realidad no están muy lejos de aquí.
Incapaz de hablar solo asentí con la cabeza. Aunque la verdad era que no tenía ni una maldita idea de dónde se encontraba mi grupo, es más, ni siquiera me había detenido a pensar en mi grupo. Seguramente estaban un poco lejos, de lo contrario habrían escuchado todo el lio.
— Le llamare a tu guía — Sacó su teléfono móvil — y le diré que te esperen.
Luego marcó unos dígitos, y hablo con el sensei (que ni se había percatado de nuestra ausencia). Intercambiando unas cuantas palabras le indicó que me esperaran y que pronto llegaría.
— Ya está todo arreglado — Dijo con voz cansada —. Sera mejor que te apresures, que de ellos…— Señaló a Will y a Jack— me encargo yo.
Sintiéndome faltar por dejar a Will hice que mis pies se movieran. Y caminando me aleje de ellos, a lo lejos podía escuchar la voz furiosa de la directora, pero entre más me adentraba al bosque menos los escuchaba.
Estaba mentalmente agotado, y sentándome en la nieve me permití llorar en silencio. Sintiendo como el nudo en mi garganta hacia menos presión. Luego me puse de pie, no me iba a quedar allí llorando, hasta yo mismo sentía lastima de mí. Will había pelado en mi defensa (aunque solo por lastima) y yo solo lo había visto pelear, era un inútil, un inútil débil bueno para nada. Hasta William lo había reconocido frente a la directora. Era como si solo fuera un estorbo.
¿Desde cuándo era así? Antes era fuerte, más fuerte de lo que soy ahora. Antes no lloraba con tanta frecuencia, ahora solo me la pasaba llorando como idiota. Antes no había necesitado ayuda, me las había arreglado yo solo e incluso había pateado algunos traseros en el pasado… ¿pero que me pasaba ahora? Ahora era un ser que dependía de otra persona, a la cual ni siquiera le importaba. Era la primera vez que sentía la verdadera fuerza destructora del amor, ya había tenido algunas novias pero nunca me había sentido de la misma manera. No había sentido nada parecido, odiaba depender de alguien, pero ahora me encontraba en la posición que más odiaba: Necesitando la respiración de Will, desesperado por sentir su calor, anhelaba sentir su respiración cerca de mi cuerpo, quería que sus ojos dorados me vieran solo a mí, soñaba con verlo dormir de nuevo… deseaba enteramente a Will.
Sacudí la cabeza, intentando despejar mi mente.
— ¿Qué te pasa Hallen? — Me dije a mi mismo.
Y me detuve en seco. Mierda, había estado tan enfocado pensando en Will, que no me había dado cuenta de que ya llevaba un buen rato andando en círculos ¿Me había perdido?
Saqué mi teléfono móvil, y marque el número de la directora, en una ocasión me lo había dado y antes me había parecido una tontería tenerlo pero gracias al cielo lo había guardado.
Y el móvil se quedó en un aterrador silencio. Observé la pantalla que en letras grandes me indicaba que no había señal… Maldición esto era malo, muy malo ¿Cómo se suponía que iba a llegar hasta donde mi grupo se encontraba?
Alcé la cabeza y pude notar que ya estaba obscureciendo, y el clima empezaba a ponerse peor, si antes había frio ahora estaba helando.
¿Qué podía hacer? Vamos Hallen, piensa, piensa…
— ¡Hey, todos! — Grité. Ya que gritar era lo único que se me había ocurrido— ¿! En donde se encuentran!?
Y no hubo respuesta. Maldición, ya empezaba a sentir el frio del anochecer.
— ¡HEYYYY! — Grité nuevamente, el blanquecino vaho salía de mi boca indicando que había frio —. ¿Hay alguien? ¡Soy Hallen!
Y nuevamente no hubo respuesta. ¿Qué haría?
Después de un buen rato observé mi móvil, pero aun seguí sin señal y luego me dispuse a buscar la hora. ¿Las 6:30 pm? Eso era malo, la excursión se terminaba a las 6:00 p.m. ¿me habían dejado?
Ya era demasiado tarde, probablemente me había quedado solo y nadie se había dado cuenta de mi ausencia. Me abrigué más, cerrando el zíper de mi abrigo, pero no era lo suficientemente acogedor, y mis dientes empezaron a castañear haciendo un sonido desesperante. Mierda, mierda, mierda… ¿podía ser peor?
A lo lejos pude ver luces, y salí corriendo para ver si era una cabaña o algo por el estilo. Pero me detuve en seco. Para pasar tenía que cruzar un rio, lleno de aguas heladas, era prácticamente imposible.
— ¡Hey! — Grité, en dirección a las luces—. ¿Hay alguien?
Y tal y como me lo esperaba, nadie respondió a mi llamado.
Me amarré las cinta de los converse, me quité los guantes y me guardé el móvil en el bolso del pantalón. Ya estaba decidido, iba a cruzar el rio y llegaría hasta las luces. Esa era mi única oportunidad.
Caminé por una especie de pasaje hecho de rocas, y pisando con cuidado pude sentir como mis converse se llenaban de agua terriblemente helada. Decidí que ver hacia abajo no era buena idea, así que me enfoqué en llegar a la otra orilla.
Todo iba bien, estaba cruzando con mucho cuidado, rezando para no ser arrastrado por las fuertes corrientes, pero algo salió mal y me resbale de la roca que me mantenía fuera del rio.
Caí al agua y mi cuerpo, asustado por sentir tan repentino cambio de temperatura, se estremeció. Intenté salir a flote pero la glacial corriente era más fuerte que yo y terminé bajo el agua, sin poder respirar. Sentí como chocaba con rocas, mientras la corriente me arrastraba. Mierda, necesitaba respirar, estaba desesperado quería salir e inhalar tanto oxígeno como pudiera, pero no podía salir.
Ya no sabía dónde era arriba o dónde era abajo, solo sabía que estaba adentro del agua. Intenté con todas mis fuerzas nadar hacia lo que parecía ser la superficie y lo logré, tomando rápidamente una gran bocanada de aire, desesperado por respirar e introducir oxígeno a mi cuerpo. El aire congelado hacia que me dolieran los pulmones cuando respiraba, y pude sentir como mi cuerpo empezaba a temblar con más violencia a causa del frio del agua. Luego sentí un gran dolor en la cabeza… había chocado fuertemente contra una roca.
Sentí como la sangre empezó a emanar de la herida, la cabeza me punzaba dolorosamente y todo parecía balancearse. Cansado de luchar contra la corriente, e incapaz de seguir nadando volví a hundirme en las glaciales aguas. Mis ojos se cerraban y a veces no sabía en donde me encontraba ¿estaba quedándome inconsciente? Intenté nadar nuevamente pero mi cuerpo no respondía, estaba débil y adolorido.
Mis pulmones exigían desesperadamente aire, y en un reflejo que no pude controlar se hincharon en busca de oxígeno pero en su lugar se llenaron de agua helada. La vista empezaba a obscurecerse, y pude sentir como mis latidos disminuían, las aguas se estaba tiñendo de rojo debido a mi sangre.
Lancé un sonido que jamás había escuchado con anterioridad. Era mi garganta que se llenaba de agua…
Mis ojos se cerraron… me estaba muriendo. Me imaginé a Will riendo, lanzándome esa sonrisa cálida que hacía que se me erizara la piel. Pensé en sus ojos dorados y profundos que me tenían cautivado, en su piel pálida y suave, en sus expresiones, triste, feliz, furiosa. En su cálido y majestuoso cuerpo, en sus manos mientras me rosaban cariñosamente los cabellos… recordé la vez que dormí a su lado, sintiendo su respiración, viendo como su pecho descendía y subía lentamente mientras él estaba profundamente dormido. En mi mente estaba a su lado. ¿Morir seria como dormir? Suponía que sí… me recosté en la cama pegado a Will y cerré los ojos, pero luego me di cuenta de que en lugar de estar en la cama al lado de Will estaba en las aguas heladas...