Del otro lado (Steve Rogers y...

By Barbysr

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Astuta, bella, inteligente, y letal. La combinación perfecta para convertir a ____, con tan solo 26 años, en... More

Nos volvemos a encontrar
¿Cómo llegamos a esto? (Parte I)
¿Cómo llegamos a esto? (Parte II)
Ponernos al tanto
Terminemos con esto
Pasado
Echada
La nueva
A prueba
Un rico café para la bella joven
Directora Carter
No tan bien
Inesperado
Jugando al desconfío
Te prometo
Barton, tenemos un problema
Un tiempo a solas
Noche movida
Una historia de hace años
Otro punto de vista
El enigma
Cordialmente invitada
Las cosas claras
Que se sepa
Propósito de año nuevo
Propuestas y disposiciones
¿Quién sos?
Ni yo se quién soy
Del otro lado
Aviso

Fuente de paz

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By Barbysr


Viernes 11 de Diciembre de 2015

Aparentemente las chicas tenían razón, y Steve había creído que no quería ir con él a la fiesta, porque luego de nuestra cita no hizo otra cosa que mencionar "disimuladamente" la invitación y recordarme que podía dimitir de la misma en cuanto quisiera, cosa que sinceramente no quería.

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Flashback: unas horas antes

-Realmente no veo porque a veces la gente se fuerza a hacer cosas que no quiere- lo miré con una ceja levantada, había una mezcla entre diversión y hartazgo en mis facciones ante fallidos intentos de renuncie a la invitación

-Se llama auto superación- me miró con el ceño fruncido –Eso siempre y cuando hablemos de correr, como supongo que no hacemos-

Steve había comenzado su planteo una vez que yo, luego de quejarme de que no quería trotar más, lo hice de todas formas, básicamente porque en eso se basaba la actividad demandada por el Capitán.

-Yo...-

-Rogers.- lo corté irritada, la diversión se había ido de mi rostro, la situación ya no me causaba gracia –Quiero decir esto de la manera más simple posible, vos hace una semana me invitaste a una cita para el día de hoy, bueno no sé si era formalmente una cita, pero yo la considere como tal-

-Y lo es- agregó

-Genial, entonces no entendí mal- suspiré un poco exasperada por mi falta de palabras, podría hablar tres días de cosas sin sentido, pero cuando es algo importante me enmudezco –Lo que quiero decir es que en ese momento no te contesté como debía, porque sinceramente me alegra de que me hayas invitado, y quiero ir con vos-

-Pero...- dijo lentamente

-No hay peros- contesté firme, sonriendo a medida que en su cara se enmarcaba la sonrisa más linda que había visto jamás.

-Así que... vamos a ir juntos esta noche...- dijo luego de unos segundos, aun dudando

-Sí, y todos los planteos de que "no estaba obligada a nada" de la semana, fueron innecesarios- hice una mueca y él solo se rió

-Realmente no quería hacerte sentir incómoda-

-No lo hiciste, solo te volviste demasiado molesto...- ahora era yo quién reía, besé su mejilla y lo saludé volviendo a mi cuarto, hacía varios minutos que el entrenamiento había concluido y ya solo estábamos los dos en el gimnasio.

Fin de Fashback

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Me miré por décima vez en el espejo... ¿estaré bien? La invitación era específica con respecto a la formalidad de la fiesta, y aunque Nat que conocía más a Tony que yo, por razones obvias, decía que el vestido que había elegido era perfecto, yo sentía que era demasiado. El mismo era un redondeado en el busto y sin breteles, toda la parte de adelante en color marfil, la espalda, íntegramente de color negra, se adornaba con una cola en el mismo color que la parte delantera del vestido y bordeada en negro.

Llevaba unos zapatos de taco fino negros, el pelo en un moño tirante, y en mi cara el maquillaje era sumamente delicado, además solo tenía puesto unos aros largos y varios anillos con piedras (proporcionados por la rusa), como joyería.

-Sí, creo que esto es demasiado- dije suavemente para mí misma, mirando hacia mi placard, seguro había algún vestido lo suficientemente arreglado para ponerme, pero este era una exageración a mi parecer.

Iba a bajar el cierre de la prenda cuando tocaron la puerta.

-Pase- grité exasperada, ojalá sea alguna de las señoritas que conformaban el equipo, necesitaba que me tranquilizara alguien.

-Wow- escuché a mis espaldas, lo que hizo darme vuelta sorprendida, la voz masculina no era perteneciente ni a Natasha ni a Wanda.

-Steve estaba por...-

-Estás hermosa- sonreí aún nerviosa –Te ves, hermosa- repitió en un suspiro

Observé de arriba abajo su look. Traía puesto un clásico traje negro, con corbata y zapatos a juego, más una simple camisa blanca. Sumado a esto, tenía el pelo peinado hacia atrás cuidadosamente y a su sonrisa infaltable, radiante como el sol. Steve Rogers era un muñeco de tortas viviente, y era mi cita de la noche.

-No te quedás atrás- respondí luego de unos segundos, si seguía mirándolo así de seguro babearía.

Un pequeño rubor se extendió por mis mejillas ante mis pensamientos, pero él pareció ignorarlo, ya que me extendió el brazo en señal de que nos íbamos.

Al parecer no me iba a cambiar de vestido.

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Nos encontrábamos parados en la recepción del complejo Avengers, esperando a que el resto apareciera, cuando sentí a cierta persona tarareando una melodía bastante familiar.

-Chan Chan Chachan... chan chan chachaaaan...- Sam divertido cantaba la marcha nupcial mientras se acercaba a nosotros, una vez que estuvo a poca distancia, se hizo la señal de la cruz y dijo con tono solemne –Y los declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia- Wanda que venía junto a él estalló en carcajadas, mientras que un Visión, igualmente trajeado que Falcon, miraba sin entender demasiado.

Steve miró desaprobatoriamente a su amigo mientras yo nos observé. De frente, mi vestido podría pasar tranquilamente como uno de novia, cosa que se alejaba significativamente de lo que yo quería para una fiesta.

-Rogers, Coulson, ya pueden besarse- repitió el afroamericano

-Dejala en paz, ni siquiera está cómoda con lo que tiene puesto- le susurró aún con algo de diversión Wanda a Sam, a lo que yo respondí con una mueca, esta chica en serio tiene que dejar de leer las mentes

-¿Quién falta?- pregunté para desviar la conversación un poco

-La señorita Romanoff únicamente, ya que nos encontraremos con el Coronel Rhodes una vez que lleguemos a la fiesta- dijo el androide, eficiente como siempre.

-Ya no falta nadie porque llegué- dijo Natasha entre saltos, ya que estaba teniendo complicaciones con su zapato –Listo.- susurró para sí misma, para luego encaminarse a la puerta mientras todos la seguíamos como patitos a mamá pato.

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Descendimos de la camioneta uno a uno para pararnos frente al imponente edificio, este contaba con una gran cantidad de agentes de seguridad en la puerta, a parecer Tony tenía a gente muy importante invitada, porque si no tanto guardia armado era casi una exageración, sobre todo considerando de que en la lista de invitados estaban nada más y nada menos que "los héroes más poderosos del planeta".

Miré hacia mis costados, las chicas estaban hermosas, cada una en su estilo resaltaba con el vestido que habían elegido.

-¿Entramos?- me preguntó en un susurro Rogers antes de enlazar su mano con la mía, gesto que no pasé por desapercibido, al igual que mis compañeros, y que de la misma manera que ellos, decidí ignorar.

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La fiesta obviamente era de extra-lujo y parecía de extra-diversión, como dijo su anfitrión al invitarnos. La verdad que este hombre se esforzaba y esmeraba notablemente, para todo lo que incluyera música y alcohol.

Como yo ya sabía (ya que fui comunicada por el mismísimo Stark días antes) la fiesta era un homenaje sorpresa para las víctimas y héroes del desastre en Sokovia, y para juntar dinero, en parte para las reparaciones, que eran millonarias, y en parte para brindarle regalos a cientos de niños en navidad, festividad que era en muy pocos días, y que muchos pequeños la pasarían en refugios, ya que gracias al maligno robot, habían perdido todo lo que tenían y en algunos casos a todos los que querían.

-Bienvenidos a esta noche tan especial- dijo un Tony Stark alegre y simpático como siempre –Hoy no solo se trata de festejar por los héroes- comenzó mientras señalaba al grupo en el que me encontraba, pero no pertenecía –Ni de honrar a los que no están- comentó con amargura en su voz, que se extendió hasta la joven a mi derecha, Wanda parecía perderse en sus pensamientos, pero Visión la rescató de los mismos cuando le dio un suave apretón su mano, con cariño en la mirada.

Miré la escena completamente ajena a mí y al resto, mientras que escuchaba al magnate hablar –Hoy se trata de juntar sonrisas para los niños que las necesitan, y por sonrisas me refiero a dólares, miles de dólares- aclaró, haciendo que la gran mayoría riera –Así que díctenme uno por uno sus claves bancarias, porque esta noche pretendo vaciarlas a todas- otro conjunto de carcajadas se esparció por el lugar él solo sonreía, gustoso de la atención que recibía.

Su discurso se extendió por varios minutos, y una vez concluido, nos retiramos todos a una zona más apartada del mar de invitados, donde la música aún sonaba fuerte, pero se podía respirar y hablar con más comodidad.

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Las bebidas alcohólicas comenzaron a circular por la mesa en la que estábamos, y una a una fueron vaciándose, sobre todo cuando Rhodey y Tony se nos unieron.

-Es un buen chiste- dijo ofuscado el capitán

-No lo es- contestó Sam burlándose

-Tan malo no fue...- dije a modo de defensa, aunque era como defender lo indefendible, el chiste contado era malo... muy malo –Igual los de Clint son mil veces mejores... que los de cualquiera de ustedes- comenté melancólica, lo extrañaba mucho, aún más sabiendo que ni bien volviera de su misión se retiraría por un tiempo con su familia.

-_____, ¿me acompañás al baño por favor?- preguntó la rusa, recibiendo una afirmación mía, inmediatamente.

Caminamos entre la multitud hasta llegar al ascensor, la colorada explicó que habría demasiada fila en el de este piso, por lo que subiríamos al penthouse a usar el privado que se encontraba allí.

-Te encanta.-dijo tajante y alegre cuando las puertas de la caja metálica se cerraron.

-¿De qué hablás?-

-De Rogers, ____, ¿de quién voy a hablar?- alcé una ceja hacia ella –Ni lo niegues-

-No lo iba a hacer- sonreí timidamente

-¡Al fin! ¿Ves que fácil que es cuando no te tengo que sacar las confesiones a golpes?-

-En serio sonás como psicópata a veces-

-Es mi don, el tuyo es sonar como idiota- le saqué la lengua divertida

-¿Tan obvio es?- pregunté algo preocupada cuando las puertas metálicas se abrieron frente a nosotras

-No es que sea obvio, pero llegaste al punto de reírte de sus chistes, los cuales no hace falta decir que son malos, y eso es amor querida- dijo introduciéndose en una habitación y dejándome sola con mis pensamientos en la enorme sala.

Todo en este lugar era enorme, y lujoso... tanto que molestaba a la vista, de todas formas, había que destacar el buen gusto del millonario.

-¿Vamos?- dijo la rusa ahora a unos metros mío, ya que me había acercado al gigantesco ventanal que ocupa todo el frente del comedor.

-¿Me puedo quedar un rato acá?- pregunté con un poco de inseguridad, la vista era exquisita y quería disfrutarla un poco más.

-Si por supuesto, no creo que le moleste a Tony, cuando quieras bajá- dijo con una sonrisa, alejándose hacia el ascensor, entre las penumbras en las que se encontraba el piso.

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Suspiré una vez más absorta en el paisaje, cientos de luces centelleantes frente a mí iluminaban la ciudad, todas con una historia diferente que contar, algunas dulces, otras con sabor más amargo, pero cada una con igual importancia.

Sentí unos pasos aproximarse hacia mí, ya los conocía, sonreí levemente para mí misma.

-Verlo así de noche es más impactante que de día, para ser honestos- miré de refilón su reflejo en el vidrio, se veía exageradamente guapo.

-Ver desde acá la cuidad me hace poner las cosas en perspectiva, supongo que por eso quise quedarme un rato más-

-¿Qué es eso que pone en perspectiva?- incluso si no exigía una respuesta concreta decidí darla, le debía respuestas honestas, varias...

-Que tan pequeños somos, desde este punto puedo ver un autobus del tamaño de una hormiga- dije señalando al vehículo cientos de metros bajo nuestros pies –Cuando en realidad, es varias veces más grande que yo-

-¿Y tu planteo filosófico es porque...?-

-No lo sé- reí un poco mientras lo enfrentaba –A veces las perspectivas ayudan, otras no, esta vez al menos pareció darme un poco de la paz que necesitaba-

-Hay muchas cosas que me dan paz- dijo mirándome a los ojos nuestros azules chocando y mezclándose de la misma forma que lo hace el mar y el cielo en el horizonte

-Quisiera ser una de ellas- dije sin romper el contacto, no sé qué clase de demonio tomó posesión de mi cuerpo, pero debe de haber sido uno muy poderoso para que me insinuara de esa manera descarada

-Ya lo sos- afirmó en un susurro, dando un paso hacia mí.

-¿Qué estás haciendo?- pregunté con un ligero temblor cuando su mano se colocó en la curva de mi cintura

-Nada- contestó inocentemente con una sonrisa, una que la misma era cualquier cosa menos inocente -¿Estás nerviosa por algo?- su mirada oscurecida y su cercanía estaban haciendo estragos en mí y al parecer se notaba.

-¿Por...?- me aclaré la garganta con una pequeña toz, el demonio que me volvía descarada me había abandonado en el peor momento –¿Por qué debería estarlo?-

-No lo sé la que está nerviosa sos vos, no yo- susurró lo último en mi oído

Yo... yo... yo... mi cerebro es papilla.

Solo eso podía pensar con claridad, mientras mi pulso subía a ritmos alarmantes.

Volvió a centrar la mirada en la mía y luego todo pasó demasiado rápido, cuando reaccioné sus labios estaban firmemente apoyados en los míos.

Subí mis manos a su nuca mientras él sostenía con mayor seguridad mi cintura, sus labios demandaron mayor intensidad, haciéndome perder todo rastro de cordura en mu cuerpo, abrí ligeramente la boca dándole paso a su lengua que profundizó el beso en pocos segundos.

Alcohol, menta, y paraíso, a eso tenía gusto su beso y me gustaba mucho que sea así, porque esa extraña combinación me hacía sentir segura, cómoda y feliz.

La falta de aire nos atacó segundos después, obligándonos a separarnos, frente contra frente, nos quedamos admirándonos el uno al otro.

¿Será Rogers que sos mi próxima fuente de paz?

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Lo prometido es deuda, y como  soy una Lannister, siempre pago mis deudas ahre

Como seeeeeeeeeeea espero que les guste este capítulo, súper largo, el mas largo que escribí hasta ahora, tiene más de 2 mil palabras!!! Y además esta ese pequeño detalle del beso... espero que haya estado bien redactado.

Anyway nos leemos el viernes que viene, l@s quiero too much, saludos, Barby.

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