Astuta, bella, inteligente, y letal. La combinación perfecta para convertir a ____, con tan solo 26 años, en una de las agentes de S.H.I.E.L.D con mayor rango.
Tras 4 años fuera de casa, está lista para volver a la rutinaria S.H.I.E.L.D, y reencontr...
-¿Ya te vas?- me di vuelta agarrando mi bolso, y sonreí de lado
-Si papá, no tengo otra cosa más que hacer acá- luego de que el equipo se fuera, nuestra conversación se había extendido por más de dos horas, bastó con algún que otro grito y reclamo, para poder decir que estábamos a mano, ya no había rencores.
-Cuidate por favor- dijo abrasándome, hice fuerza para contener las lágrimas
-Tranquilo pa...- tragué el nudo en la garganta con dificultad –Son solo dos semanas-
-Lo sé pero-
-Director Coulson- dijo una agente entrando a la oficina, sin siquiera tocar la puerta, mirando su celular seriamente -Fitz y Lincoln encontraron...-
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-¿Fitz?- grité emocionada soltando a mi padre e ignorando a la chica-¿Está acá? ¿Por qué no me dijiste?- pregunté recriminándole
-Es que me ibas a abandonar- lo miré divertida, a pesar de su fachada de "padre cool" que ponía conmigo, era bastante celoso. Iba a contestarle cuando la castaña que nos había interrumpido, tosió falsamente, llamando nuestra atención –Ah Skye... Daisy, es la costumbre- dijo mi padre haciendo una mueca –ella es ____, mi hija- sonreí de lado
-Oh es un placer- dijo alegre extendiendo su mano, la cual apreté con gusto
-Igualmente, yo los dejo- miré a mi padre nuevamente
-Está en el laboratorio- comentó indicándome dónde encontrar a mi amigo
-Gracias pa- lo abracé nuevamente –Dos semanas- dije a modo de saludo y salí de la oficina, tratando de encontrar fuerzas para no llorar... y el bendito laboratorio, por su puesto.
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-Daisy ¿ya le contaste a Coulson acerca de...?- la pregunta de Leo quedó colgada cuando me vio, muy sorprendido, y haciendo fuerza para reconocerme -¿____?- susurró
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-¡Si!- chillé abrazándolo
-¡Por dios! ¡Cuánto tiempo!- No sé quién de los dos estaba más feliz de ver al otro
Ingeniero Leo Fitz... mi mejor amigo, un completo genio creando cosas, por eso estaba con S.H.I.EL.D, tiene como 3 títulos y apenas cumplió 28, ya lo dije pero es brillante.
Nos conocimos cuando él tenía 17 y yo 15, ambos acabábamos de entrar en la Academia de S.H.I.E.L.D, y aunque yo para ese entonces ya era muy extrovertida, la cantidad de gente que vi ese día me aterró un poco, él de por sí siempre fue tímido, así que al sentarnos juntos en la clase de física y congeniar rápidamente, nos volvimos amigos, el primero que tuve realmente.
Le conté todo desde el principio, incluso el porqué de mi pelo; él por otra parte, me contó muy vagamente lo que había sucedido estos últimos años, aunque por alguna razón creo que si me contara con detalles todo, estaríamos días.
-Jemma va a estar encantada de verte-Sonreí de costado al recordar a la tercer miembro del trío maravilla (así nos llamaba papá durante nuestra estadía en la academia).
Jemma Simmons, comparte conmigo el número de años vividos, 26, pero no por eso, somos parecidas, en lo absoluto, ella es más baja, su pelo es naturalmente más claro que el mío, y también es una genia, seré inteligente, pero ni les llego a los talones a estos dos; vale aclarar, que Jemma era una experta con la bioquímica... ya ni se cuántos títulos suman entre mis amigos.
-¿Dónde está? La quiero saludar- vi el dolor en los ojos de Fitz, algo andaba mal
-Antes de que preguntes, estuvieron pasando cosas locas-
-¡Le confesaste tu amor!- grité, automáticamente después, me di cuenta de mi acto, me tapé la boca, pero aún estaba emocionada
-Si... fue más que eso- abrí mis ojos desmedidamente
-¿Están juntos?- traté de controlar el volumen de mi voz esta vez
-No... Es muuuuuy complicado- su cara demostraba la dualidad entre decirme o no
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-No suena como algo bueno-
-No lo es-
-Tampoco me asustes-
-Jemma estuvo unos meses en un planeta extraterrestre-
-¿QUÉ?-
-¡No grites!- dijo recriminador
-Me estás jodiendo- dije en forma de afirmación
-Me encantaría estar haciéndolo-
-Necesito que me cuentes entonces-
-Te tenías que ir- miré mi celular, 5 llamadas perdidas, y eran casi las 8 de la noche
-¡Mierda!-
-No putees en mi laboratorio-
-Callate si, ¡estoy muerta!-
-Corré entonces- dijo divertido, pero fue exactamente lo que hice luego de despedirme de él, con la promesa de volver por más información, y de saludar nuevamente de mi padre; no pensé que mi estadía en la instalación se iba a extender tanto a decir verdad, pero había mucho para ponerse al tanto.
