Emma´s POV:
El Audri negro entra a la cerrada zona de casas lujosas. Hemos llegado a New York y el frio se siente demasiado. La ventanilla del coche esta imprenta del frio. Mi dedo dibuja una carita feliz, y luego hago una circulo sin cerrarlo, dándole forma de sacar la lengua.
Estoy aburrida, desde que el chofer llego al aeropuerto a recogernos.
Justin tiene pegado el celular en su oído desde que hemos llegado. Ya me lo había imaginado. Una persona demasiado rica, con mucho trabajo regado en todo el mundo tiene mil trabajos, y más si se ha suspendido días.
Pero las ganas de arrancarle el celular, sin importar que he arrancado parte de su cabello, o completamente la oreja. Discutir con la persona quien está hablando con Justin.
¿Y si se tiene una amante?
Mi dedo se baja ante el sospechoso idea de Justin, me volteo hacia él. Tiene el celular pegado, su pierna derecha esta doblada descansando en su otra pierna. Me recuerda cuando mi padre estaba en esa posición leyendo el periódico, y yo me metía entre el hueco para tener su atención en mí.
En su regazo tiene su IPad, su vista no se quita de ella, mientras mueve su boca, su dedo sube y baja en la pantalla de aquel objeto moderno.
Niego con la cabeza volviendo mi vista hacia la ventana.
¿Un amante? Me he vuelto de esas películas donde la mujer quiere siempre que su hombre este satisfecho, pero termina encontrando a una mujer que satisface a su hombre de forma sexual. De esas mujeres locas que son capaces de buscar y contratar un detective. No me he vuelto eso.
Aun.
El carro dobla y ahora estamos en la entrada de mi mansión. El vigilante Taylor pide información, y accede a abrirnos, siempre tan cuidadoso. El Audri entra en el jardín de entrada, estacionándose a un lado de la fuente, un regalo de un ruso a mi padre.
El chofer sale y me abre la puerta. Me deslizo para salir. Siento la fría brisa, y me aferro a mi abrigo café de algodón.
Le doy vuelta al carro para ir a la puerta, Justin está subiendo aun con el celular pegado a su oreja. Gruño.
Toco el timbre de la mansión. Y no pasan un segundo cuando esta se abre y veo rápidamente a Angie abalanzarse para abrasarme.
-¡Angie!-ahogo de emoción correspondiendo a su abrazo.
-Amiga te extrañe demasiado-se separa de mi-.Hola Justin.
-Hola Angie-su mano se apodera de mi cintura.
Ahora sabe que es mala educación entrar a una casa con el celular pegado a su oreja, sin prestar atención a algo.
-¡Chicos!-grita la señora Bieber.
Todos están reunidos en la casa.
Diviso a la señora Black, a Dan tan guapo como siempre, a los pequeños Bieber, a Gin y por ultimo a mi padre.
-Señora Bieber sonrió abrazándola.
-¡Hijo!-chilla y con su tono sé que va a estallar de lágrimas.
Me integro a la casa, sintiendo el calor familiar. De vuelta a casa, con una nueva vida.
+++
-Tu piel esta apretada, te ves sexy con tu tono nuevo-Angie me guiña el ojo.
Rio.
-Sí, fueron demasiadas horas bajo el sol.
Pattie sonríe acercándose más a la mesa.
-¿Qué tal su luna de miel?
Todas las miradas se posan en nosotros. Justin esta ha lado mío, su brazo en mis hombros, mientras todos bebemos una taza de chocolate caliente. Algo tan rico y caliente.
-Maravillosas-sonrió. Y se escucha un ahogado chillido de dulzura.
-¿A dónde la has llevado, Justin?-pregunta Gin a un lado de mi padre que no ha abierto la boca para nada.
-Hemos ido a México, Ecuador y Brasil.
Su pulgar frota mi hombro por encima de la tela de algodón de mi abrigo.
-¡Que maravilloso!-chilla Angie con una sonrisa.
En el pequeño silencio se escucha el sonido de un celular. Todos revisan sus bolsillos y bolsas.
-Es el mío. Permítanme-anuncia Justin, se dirige a mi dándome un beso en mi nariz, para levantarse y atender.
Y siento frio en mi cuerpo, sin su brazo en mis hombros.
-Bueno yo me retiro-la señora Bieber se para de su asiento recogiendo su taza, y los pequeños la siguen con su acción.
-Señora Bieber yo me encargo de recoger-Gin se para ayudarla con los trastes.
-Muchas gracias. Niños ayúdenla con sus tazas-los pequeños asienten y siguen a Gin a la cocina.-Fue un placer estar aquí con ustedes.
Las personas que quedan en la mesa asienten, despidiéndose de la Señora Bieber.
-La acompaño a la puerta.
Caminamos a la puerta, ella toma unos abrigos, de color rosa, negro y uno beige.
-Querida siento demasiado a ver provocado una pelea en su luna de miel. Gale me lo conto, de verdad lo siento, pero veras Jeremy…-se caya viéndome fijamente.
-Tranquila, Señora Pattie-froto su brazo-Justin me ha contado. Me gustaría que nos viéramos en esta semana, para poder charlar.
Su mano se posa encima de la mía que esta frotando su brazo.
-Gracias, de verdad.
-Estamos listos, mama-aparecen los niños.
-¿Se despidieron de la gente?- los pequeños mueven su cabeza asintiendo-Bien, despídanse de Emma.
Me agachó para dar un acceso de mi mejilla a los pequeños. Jaxon sube sus labios y me da un beso, al igual que Jazmín.
La mano de Jazmín en mi abrigo me impide levantarme bien y me acerco a ella, susurrándome:- Me despides de Justin, por favor.
Su voz es tímida, y su rostro es triste.
La historia de Justin se repite en mi cabeza, y siento tristeza por Jazmín. Por el rechazo de Justin hacia ella.
-Por supuesto, hermosa-acaricio su mejilla dándole una sonrisa para aliviarla.
-Adiós, Emma Me llamas para nuestra cita-me despido de Pattie con un abrazo.
Atraviesan la puerta, saliendo de la casa. Me devuelvo y veo a Dan en la entrada de la sala, parado con sus dos manos metidas en sus bolcillos. Se ve tan bien con ropa abrigadora.
-Dan-sonrío, pero la deshago cuando veo que el rostro de Dan es frio.- ¿Qué tienes?
Me acerco a él, mirándolo atentamente.
Me preocupo por el como en los viejos tiempos. Cuando estábamos cruzando la preparatoria, yo lo ayudaba en todo. Tanto en materias o cuando estaba metido en problemas, yo era su salvación, y el mi protector siempre que cada estúpido hombre se pasaba conmigo.
-Podemos hablar,Emma. Necesito que me escuche alguien.
Asiento confundida por su tono de voz, es apagado. Tomo su mano, sacándola de su bolsillo tirando de el para salir al patio.
No me importa el clima afuera. Nunca he visto de esa manera a Dan, lo conozco desde que el usaba pañales todavía y tomaba leche del pecho de su madre.
Llegando al centro me detengo para verlo.
-Cuéntame Dan. Me he preocupado.
-He metido la pata, moño rojo-ha dicho el apodo que me tiene, sin ánimos.
Su rostro me entristece, y jalo de él, para darle un abrazo. Sus manos me rodean la cintura, y estoy de puntillas es alto para mí, mis manos aferradas a su cuello, su cabeza en mi cuello.
-Tengo un hijo,Emma.
Mi corazón se detiene, siento como si mis ojos se puedan salir. ¿Es posible? ¿Se pueden salir?
Me he congelado, aparte del frio, pero por dentro, la razón de su apagada emoción me ha congelada por dentro. Esto es algo que no lo puedo creer.
-¿Qué?-me separo de él, pero sin dejar mis manos de su cuello, viendo su rostro.
-Me he enterado de que tengo un hijo de tres años y medio.
-Dios, Dan-acaricio su cuello- ¿Cómo paso?
-Fue una locura de joven, cuando estábamos en la preparatoria. Estaba borracho y lo hice con la porrista a la que le decían jipi.
-Dan-lo abrazo fuerte mente, entierra su cabeza. Un abrazo anima tan siquiera.
-No sé qué hacer, Emma-su mano frota mi espalda, buscando consuelo, lo aprieto más.
-Tranquilo. Te prometí que te salvaría de cualquier estupidez que hicieras, te ayudare Dan.
-Gracias-se aleja de mí, y me besa mi frente, sonriendo.
Lo he calmado.
+++
Camino hacia la mi habitación, frotando mis manos. Tratando de calentarlas.
Me he despedido de Angie, Dan y la señora Black. Mi padre se ha encerrado en su despacho. Espero la oportunidad de hablar con él.
Entro a la habitación, y Justin está sentado en el borde de la cama, con su celular tecleando.
-Dios que frio ¿no?-cierro la puerta de la habitación, no obtengo ninguna respuesta.
Sigue con la mirada en el celular. Me acerco a él.
-¿Estás cansado?-sin respuesta-¿Quieres un masaje?
Está concentrado en el celular, pero sé que me escucha y que se está habiendo el baboso.
-¡Justin me puedes contestar!-gruño.
Se para rápidamente de la cama, y volviéndose a mí.
-¿Te gusta?- su voz ronca es un poco alta. Está enojado.-¿Te gusta?
Lo miro confundida. Trato de entender su pregunta pero no lo consigo.
-¿Te gusta verdad?-me toma del codo fuerte y me levanta de la cama, acercándome a él.
Y siento miedo por sus ojos oscuros, esta cabreado.
-Te gusta que ese estúpido Dan cuando te toca ¿verdad?-lo miro a los ojos, esta rojo de rabia
- ¡Contéstame¡
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Lamento la tardanza. Pero he tenido demasiado comprimisos. !Finde semana de largos capitulos¡ Comenten sobre este capitulo. SIGANME EN TWITTER @WeOwnJe