-Ellea -me movió un poco- Ellea... ¡Ellea!
Me levante tan rápido que caí de la cama sin que yo pudiera hacer algo, pude ver como mi hermana trataba de no reírse al verme tirada en el suelo y frunci inmediatamente el ceño.
Me pare lentamente, me frote los ojos y me senté en mi cama.
-¿Que sucede Alina?... Es sábado, definitivamente necesito dormie.
-Te buscan abajo -contesto parándose- Nosotras ya nos vamos, tenemos que ir a la universidad. Adiós.
-Bye.
Me recoste otro rato y oí como cerraban la puerta principal.
Mis ojos comenzaban a cerrarse, estaba tan agotasa; mis hermanos, mi padre y yo habíamos llegado a altas horas de la madrugada ya que ayer en la noche todos habíamos celebrado el compromiso de Athena.
Recordé que había alguien esperándome, me pare rápidamente y salí de mi cuarto con destino al salón.
Al terminar de bajar las escaleras, me di cuenta de que aún estaba en pijama, la cual constaba de un pequeño short de satén color azul cielo al igual que una blusa de tirantes del mismo color y una pequeña bata que solo cubría la parte superior, toda mi pijama dejaba algo a la imaginación.
Al entrar al salón me di cuenta de que la persona que menos esperaba en mi casa, ese día y a esa hora se encontraba sentada en el gran salón aguardando por mi, me maldije por estar vestida así.
-Señorita...
-Necesito un café urgentemente, Genevive. -Murmure hacía el ama de llaves- Por favor muy cargado... Y mi bata, si no es mucha molestia.
La joven asintió riendo y se alejo de ahí dejandome completamente sola con la mujer de ojos azules.
-Hola Elle. -se levantó y corrió para darme un beso en la mejilla- Perdón por venir tan, relativamente, temprano, pensé que estarías despierta -me miro de arriba a bajo-, pero por lo visto me
equivoque.
-Tuve una larga noche así que... ya sabes -me tape un poco- ¿Gustas una taza de café Caty?.
-Si, claro.
Asentí y comencé a caminar hacía el comedor principal seguida de ella, sabía que admiraba completamente todo a su alrededor así que por ese breve momento no me preocupe por mi vestimenta.
Ambas tomamos asiento, el café fue servido inmediatamente por mi, ahora, muy cohibida ama de llaves.
-¿Te quedas a tomar el desayuno? -pregunte inmediatamente.
-Si... Por favor.
-Bien... Solo deseo avena el día de hoy y un plato de fruta. -sonreí levemente- Y seguramente necesitaremos un plato de waffles y otro plato de fruta.
Genevive asintió y finalmente se alejo dejandonos solas.
-¿Qué sucede?.
-¿Qué sucede de qué? -preguntó "mirándome".
-¿Por qué viniste?... ¡Cate! -llame su atención- Mi cara esta aquí. -dije tapandome.
-Vamos Elle, después de lo de hace dos días ¿te da pena?.
Pude sentir el rubor apoderarse de mis mejillas y como estas comenzaron a quemar por el calor que comenzaba a sentir... El haber intimidado definitivamente tendría consecuencias.
-No claro que no -conteste fingiendo seguridad-. Solo que es algo raro... ya que estamos en mi casa.
-¿Y? -pregunto arqueando una ceja- no hay nadie en casa -dijo mientras acomodaba su silla más cerca de mi.
-Oh dios... Quien diría que la mismisa Cate Blanchett fuera tan... Atrevida.
-Oh querida... Definitivamente te encantará conocer todas mis facetas.
Sonreí alzando una ceja totalmente asombrada y justo cuando su mano comenzaba a vagar por mi pierna, el servicio de la casa irrumpió en el comedor con los platos de el desayuno.
-Oh dios... Ojalá alguien me preparara el desayuno todos los días.
-Debería de prestarte a mi maravillosa cocinera... Hay días en los que no hay nadie en casa. Y no es tan necesaria para preparar un café, tengo manos y puedo hacerlo por mi misma.
Ella rio levemente antes de soltar un suspiro de total placer al pobrar un trozo de aquellos waffles.
-Oh dios... Esto es delicioso ¿qué tiene?.
-No lo sé, aunque siempre he tenido la suposición de que el ingrediente secreto es canela.
-Es delicioso -murmuró tomando otro trozo y llevandoselo a la boca-, Roman enloqueceria con estos waffles... ¿No comerás?.
-Oh no, tengo que ir a práctica hoy así que no puedo tener un desayuno tan pesado. ¿Quieres ir conmigo?. -pregunte tímidamente.
-Claro! ¿Puedo llevarmelos y terminarlos en el camino?
Reí asintiendo con la cabeza: -Tengo que irme a cambiar. Sientete como en casa.
-¿No quieres ayuda?
-No. -contesté con un pequeña risa.
[...]
Bajé las escaleras ya con mi bolsa en el hombro, camine hasta el salón, sin embargo ella no se encontraba ahí, fue hasta la estancia principal que la la encontré, ella estaba ahí, mirando una foto que se encontraba colgada en la pared alrededor de aquella gran printura que adornaba la entrada de la casa.
-Ya. -llame su atención provocando que ella se exaltara y dejara la foto en el mismo lugar.
-Yo-yo no...
-No te preocupes -me acerque a ella observé las foto que segundos antes estaba viendo-. Nos la tomamos en un viaje a Rusia, fue hace tres años.
-Se ven muy unidos -contesto ella.
-Si... -Sonreí melancólicamente.
-¿Qué me dices de esta? -señalo una de la pared principal- Te ves muy tierna.
-Tenia cinco años recién cumplidos, fue la primera vez que fui a la Ópera de Sidney, nos tomamos esa foto antes de entrar a la obra -Sonreí-. Supongo que a nosotros nos gustaba salir de vacaciones ya que mi padre dejaba el trabajo por unos días. -suspire.
-Y... Esa es tu familia. -finalmente señaló la printura central.
-Así es... Mi padre -señale a el hombre de ojos azules sentado-, Atala, Alí, Athena, Adena y Alina y esa de ahí soy yo. -reí levemente.
-¿Y...?
-Oh... Tendríamos que subir para enseñarte fotografías de ella, pero es tarde ahora.
-Andando. -contestó besando mi mejilla.
Salimos de la casa y abordamos el auto con destino a el centro de equitación.
Definitivamente prometía ser un día interesante.
[...]
-Oh dios... ¿Todo el mundo te ve así?
-Si, Cate es mi ropa deportiva. Se que es muy ajustado, pero es normal.
-Siento envidia de todas las personas que te ven así.
Reí al ver lo seria que ella se veía.
-No es un buen momento para los celos, tengo que irme. -musite riendo y alejándome de ahí antes de que ella pudiera decir algo mas- Definitivamente me he atado una soga al cuello.
[...]
-Si esto te sorprendió, definitivamente algún día tienes que acompañarme a mis clases de gimnasia.
-No, no creo poder controlarme al verte en aquel leotardo tan ajustado. -Cate murmuró con la vista en el camino- Y nadie quiere que arme una escena de celos.
-Comenzaré a reconsiderar el hecho de estar juntas -bromee- ¿A donde vamos?.
-A un lugar especial.
-Espero no desees secuestrarme.
-No tendría porque hacerlo. -bromeó ella.
Y el silencio se mantuvo todo el trayecto.
Al llegar a una de las extrañas colinas que daban a el mar, Cate detuvo el coche y suspiro, al parecer aquel lugar le traía paz.
-¿Así que...? -Aquella incertidumbre definitivamente me estaba matando.
-Dashiel me ha llamado ayer por la tarde -frunci el ceño dando a notar mi confusión-, estan disfrutando de Escocia, sin embargo hubo algo que llamo mi atención.
-Oh no...
-Él me ha cuestionado sobre si tenía a alguien nuevo en mi vida, no se notaba molesto, pero después recalco el hecho de la confianza que hay entre ambos. Se que si tuviera a alguien mas en mi vida se lo diría y quiero que ellos estén seguros de ello.
-Cate...
-Se que extrañan que este con su padre, pero también se que son felices al verme feliz... Ellea tu me haces feliz.
Suspire sintiendo como mi corazón palpitaba rápidamente.
-Y quiero que ellos te conozcan como yo lo hago, y si tu estas dispuesto, quiero que ellos sepan sobre lo que ambas tenemos. -La suplica en sus ojos me enternecio- Cariño, se que tu familia es complicada, pero por el momento, con estar juntas y que mi familia lo sepa, es suficiente para mi.
-Y lo haremos. -afirme.
-Bien, regresando de Nueva Zelanda será. -musito besando fugazmente mis labios.
-Oh Cate, te quiero.
-Te quiero también Ellea.
-¿Con todo el corazón?
-Con todo el corazón.
Sin embargo, a veces, todo el corazón no es suficiente.