Nos despedimos y vuelvo a mi casa a esperar a que mi móvil sonara para una nueva oferta de trabajo.
Tras a ver pasado unos 30 minutos pierdo la esperanza, pero justo llaman.
-Buenos días.-digo amablemente.-
-Buenos dias joven.-es una señora mayor.-
-Digame.-digo sonriendo.-
-Pues mira, querría unos actimeles para mis nietos y una pechuga de pollo para hacer ahora.-dice enumerado un par de cosas.-
-¿Perdone?-digo confundida.-
-La pechuga, los actimeles, ah y la leche también.-dice de nuevo.-
-No lo siento, supongo que no quedan...-digo desilusionada.-
Tras probar varos trabajos y ver que nadie llamaba el único que quedaba era niñera. Odioam a los niños pequeños, son insoportables.
Pongo los carteles donde antriormente estaban los otros, esta vez sola.
Vuelvo a casa y por el camino recibo una llamada de un número desconocido, lo cojo rapidamente y contesto.
-¡Buenas tardes!-intento decir recuperando el aire de andar tanto.-
-Hola.-dice cortante.-
-Digame.-ignoro su caracter.-
-Te pago 5 euros si vienes los todos los lunes por la tarde.-dice rápido.-
-¿5 euros todos los dias?-digo confundida.-
-No. 5 euros un mes entero.-resoplo y le cuelgo a la borde esa.-
Sigo de camino a mi casa y porfin llego, dejo el móvil en la mesa de la entrada y me tumbo en el sillón.
El móvil comienza a sonar, me levanto pesadamente y lo cojo.
-Hola.-digo esta vez yo borde.-
-Buenas tarde, ¿es la niñera del anuncio?-dice a través del móvil.-
-La misma qu calza y viste señora.- ¿Que haces? ¿que haces? Me repito y rectifico.- digame.-rio aliviada, debo parecer tonta.-
-Verás, mi marido y yo trabajamos todos los días, me gustaría que pudiera venir los lunes, miercoles y viernes el dia entero hasta la 10 y martes y jueves solo desde 3 a 6. Pagaría notablemente.-dice en un tono de voz dulce.-
-Emm...-pienso durante tres segundos y acepto.- perfecto, ¿cuando empezaría?
-¿Te parece bien mañana?-propone la señora.-
-Allí estaré, ¿Dirección?-digo antes de colgar.-
Me da toda la información necesaria y cuelgo el teléfono, suspiro y llamo a Álvaro.
-Álvaro mi amor, ya no tendré las tardes libres.-digo.-
-¿Y eso?
-He buscado un trabajo.
-¿Como? Alba no puedes dejar los estudios, se te da bien.-dice preocupado.-
-No no, no te preocupes -suelto una carcajada.- es para pagarmelos.
-Ah.-se rie aliviado.- ¿y de que es?
-Niñera.-digo orgullosa de ello.-
-Uf... Niñera.-dice con una voz ronca.-
-Que tonto eres.-me rio.-
-A lo mejor podemos hacer como en las peliculas americanas, ya sabes.
-Mira pues sí.-digo riendome.-
Me encanta la forma de que Álvaro lo hace todo, a ver, no penseis mal. Lo típico hace que sea único, es increíble la manera de la que vive la vida, para el todo es felicidad.
-¿Quedamos?-dice Álvaro.-
-Vente mejor para mi casa, mi madre no está.-sonrío.-
-Vale, en diez minutos estoy allí.-dice felíz.-
-Aquí te espero.
Así fue, en 10 minutos ya estaba Álvaro en la puerta de la finca.
Salimos fuera de la casa y fuimos a unos columpios que hizo mi padre antes de irse.
Lo miro y sonríe, aparto la mirada y miro al cielo.
Estamos alli un rato hablando de las cosas que pasan en la uni, en las tonterías que hacíamos de pequeños, todo risas y felicidad.
-Bueno, me voy, es tarde y tengo que ayudar a mi hermana a estudiar.-dice levantándose del columpio.-
-Vale -me levanto yo también y me acerco.- buenas noches, te veo mañana.-le paso las manos por el cuello y lo beso.-
-Hasta mañana.-dice en el beso.-
Se va y lo despido con la mano, cierro la puerta y me meto dentro de casa.
Preparo la cena para cuando llegue mi madre, que simplemente cene y se acueste, vendrá cansada.
La preparo, ceno y le dejo su plato encima de la mesa de la cocina, me voy a dormir sin ver serie ni nada.
Mañana empezaré a devolverle todo a mi madre.
Me levanto con más ganas que nunca, de nuevo la universidad.
Cuando llegamos Sonia y yo en la puerta están los dos chicos rubios, uno está fumando y el otro se bebe una coca-cola.
-Buenos días chicas.-dice uno mirandonos de arriba a bajo, más concreto el del cigarro, el otro simplemente mira.-
-Buenos días.-dice Sonia mientras yo observo al otro chico.-
-Sonia por favor, deja de ligar.-aparece Tamara por detras y yo me río.-
-Ay Tamy, me has asustado.-dice Sonia poniéndose la mano en el pecho.-
Entramos a clases.
Esta vez pongo mi maleta encima de la mesa, uno de los chicos rubios se sienta a mi lado, sonríe y mira para el frente de nuevo.
Transcurren las horas y llega la hora de irse a los niños estos, hoy me los presentan y empiezo, hoy es desde que salga hasta las 10 de la noche.
Intento ir lo más rápido posible a la casa, como de costumbre vacía, dejo las cosas y tiro para la casa de los Pérez.
Camino hasta la dirección dada anteriormente, no está muy lejos de mi casa, también vive alejado de la ciudad.
Llego a la puerta de su finca y no tiene nada, nada, que ver con mi casa.
Era de dos pisos, con unos jardines preciosos, dos casetas de perros y dos coches aparcados en un lateral, al otro lateral había un pequeño parque.
Toco a la puerta de la finca fuertemente y veo atraves de la valla a una mujer no miy mayor viniendo hacia la puerta.
-Buenos dias.-dice abriendo la puerta.-¿Alba Reig no?
-Si, señora.-digo sonriendo.-
-Oh hija, llamame Marga.-sonrie una vez abre la puerta.- pasa, te presentaré a la familia.
Entro a la casa por un camino de piedras por mitad de unos jardines.
Allí dentro me encuentro a un niño y a una niña en el suelo pintando, en el sillón a un hombre leyendo el periódico.
-Hola, buenas tardes.-digo entrando.-
-Buenas tarde.-dice el marido quitadnose las gafas de lectura.-
-Pedro, esta es Alba, la niñera de tus hijos.-dice dirigiéndose al marido.-
-Encantado, soy Pedro.-dice levantándome a darme dos besos.-
-Estos son Hugo-señala a un niño rubio mismísimo.- y esta es Cristina.-dice señalando a una niña con un lazo en la cabeza, mosnísima también.-
-Hola.-dicen los dos.-
-Bueno,-da una palmada.- Pedro y yo nos tenemos que ir a trabajar, despues hablamos del dinero.-dice cojiendosu bolso.-
-Em... Claro.-digo, obviamente no se lo iba a exigir.-
Salen por la puerta y me siento en el sofá.
-Bien chicos, yo soy Alba, os cuidaré mientras vuestros papás no están.-digo intentando parecer lo más amable posible.-
Levanto la vista de los niños y en el pasillo veo a un chico rubio, con el pelo más oscuro que su hermano menos.
-Se te nota que no se te dan bien.-dice riendose.-
-¿Y tu eres...?-digo.-
Ah, este es el de la Universidad...
-Carlos, Carlos Marco.-sonríe y se mete a su cuarto de nuevo.-
-¡Espera! ¿y porqué me llaman a mí teniendo aqui a su hermano?-digo levantandome del sofá.-
-No confian en mi lo suficiente.-dice quitandose un casco.-
-Ah.-Obviamente si fuma y se pasa las clases vacilando, yo tampoco le confiaria nada a este.-
Vuelve a sonreír y se va.