Los exámenes meten presión en cualquier persona, en cualquier relación de amigos o de parejas, pero lo de Ryan y yo parecía un extremo de la ecuación.
Habíamos llegado a tal punto que el simple hecho de que ya no hubiese cola cao, la pasta se quedase abierta era una discusión asegurada.
No sé si los demás en la casa se daban cuenta de lo que pasaba pero para nosotros era totalmente evidente, apenas nos saludábamos.
Creo que el último día llegue al tope porque casi no podía ni mirarle después de una discusión con mi vecino Matthew. Al parecer Ryan apareció para marcar el territorio.
Me fui a casa cuando vi como Ryan ligaba con la vieja de la biblioteca y a partir de ahí todo empeoro.
Yo no sabía que Ryan me había comprado un anillo de compromiso, no sabía que aun pese a mi comportamiento de mierda el me seguía queriendo, lo único que pensaba saber era que me iba a dejar y en un arrebato de miedo y enfado lo termino dejando yo a él.
Salieron palabras de mi boca de las que me arrepiento, pero de la suya también salieron algunas de las cuales espero que se arrepienta porque si no, la convivencia va a ser un poco difícil.
–––––––––––––––––––––––––––––––
La habitación se empezó a iluminar a partir de las 6:23 de la mañana, que es cuando quiero pensar que comenzaba un nuevo y maravilloso día. A las 7 en punto la luz atravesaba tan fuerte las ventanas que pensaba que se iban a quemar las cortinas. Ha llovido a las 3:24 de la madrugada y creo que alguien se ha levantado a las 5 para ir al baño.
No os sorprendáis de que sepa todo esto, es lo normal cuando no duermes y te sientes vacía por dentro. Intentas centrarte en todo lo que pasa fuera. Ha habido momentos en los que pensaba que mi corazón no latía, pero eso es imposible, ¿no?
El despertador marcaba las 10 de la mañana y por suerte para mí los exámenes habían terminado, además de que era sábado.
Pestañee y note el escozor de mis ojos. Posiblemente tenía la cara hinchada al igual que los ojos, aparte de rojos y secos, o eso creía yo. Cuando crees que no quedan más lagrimas para expulsar por tus ojos, salen más. Mi cuerpo pesaba y podía decir que me costaba hasta respirar.
Quería levantarme, hacerle frente al día como si fuera uno cualquiera, pero había una diferencia. Él no estaba conmigo, y me lo había buscado yo solita. Sabía que mis cambios de humos me iban a joder el día desde que me levante ayer pero no sabía que iba a tener una tan grande magnitud.
Dios....querer a una persona no debería doler, entonces ¿Por qué lo hace? Ah, ya lo recuerdo. Mi culpa.
Toc–Toc
Alguien llamo a mi puerta y por un momento desee que fuera Ryan y aunque sé que no debería, me hice la dormida. La decepción me cubrió por completo cuando la voz de Eddie encontró mis oídos.
– ¿Estas dormida?-pregunto en un susurro. Yo no podía contestar, porque si lo hacia volvería a llorar y si no se iba pronto lo iba a volver a hacer.
Eddie se levantó de mi cama y se fue dando un suspiro. ¿Los chicos lo saben? Sinceramente no lo dudo porque con lo que gritamos raro seria que no se hubieran enterado.
Abrí los ojos húmedos y afronte el día como debía haber hecho desde un principio. Tengo casi veinte años y no puedo ocultarme debajo de las mantas como cuando tenía 6 años.
Salgo de la cama haciendo esfuerzos. Os juro que nunca antes me había costado tanto moverme. Sentía los músculos agarrotados pero el cuerpo vacío por dentro, era como mover un bloque de cemento que por dentro estaba hueco y que misteriosamente pesaba una tonelada.
Fui directa al baño e intente evitar lo máximo posible mirarme en el espejo, pero claro, en algún momento esto debía suceder. Mis ojos rojos parecían los de un vampiro y ya no te digo las ojeras que tenía.
Cogí mi neceser y saque todas las bases para la cara que tenía. No voy a negar que me haya metido muchísimas veces con todas esas chicas que llevaban kilos de maquillaje pareciendo otra persona en vez de ellas mismas, pues bueno, hoy soy una de ellas.
Mi cara paso de estar roja y con ojeras a tener un color uniforme por toda ella. El problema de la hinchazón era algo más difícil de solucionar y esperaba que bajase en el tiempo en el que iba a estar vistiéndome, aunque no creo que sea posible.
Fui al armario y saque una camiseta azul. Al principio me la iba a poner como un día normal, pero me di cuenta de que era una de sus camisetas, olían a él, todo mi armario la hacía en realidad. Envié la camiseta al fondo y saque una gris anudada y unos vaqueros.
Realmente lo que más me apetecía era ponerme un chándal o estar todo el día en pijama, pero ya no tengo 16 años y estas situaciones se afrontan con madurez, aunque duela.
Me volví al baño para cepillarme el pelo y que no se pensasen que un oso me había peinado por la noche. Mirándome por quinta vez en el espejo parecía tener un aspecto presentable, pero sabía que en el fondo me estaba rompiendo.
Salí de mi habitación dándome de bruces con la puerta de Ryan.
Mierda, no había pensado en eso.
Volví a entrar en mi habitación dando un portazo. En mi plan del día no contaba con encontrarme a Ryan, ¿irónico verdad? Ni que no viviese aquí. Si es que aunque quiera negarlo mi madre tenía razón
<<No te líes con el vecino>> me dijo una vez. Claro que me lo dijo porque ella estaba liada con él.
No solo me había liado con alguien vecino, si no que me había liado con mi compañero de piso.
Fantástico.
Rose, ¡ESPABILA!
Volví a abrir la puerta de mi habitación solo que esta vez no volví a entrar en ella.
Dando una respiración profunda camine hacia las escaleras con la cabeza alta y empecé a bajarlas mientras pensaba en cosas bonitas como unicornios, flores y todo eso. Mientras bajaba solo podía pensar que me iba a caer y a derrumbar solo porque me había caído por las escaleras, o que no tendría desayuno porque todos apoyarían a Ryan u otras cosas interesantes que hacían que el corazón me fuera a mil.
Las risas se oían desde la entrada y yo cada vez me ponía más nerviosa. Vale, la vida sigue Rose y tú también. Entre en la cocina y se hizo el silencio. Yo había entrado con una gran sonrisa en la cara, falsa, pero era una sonrisa y bueno esta se borró en cuanto se hizo el silencio.
–Buenos días.- susurre y fui directa a donde siempre me esperaba mi taza de café.
Pero esta mañana no estaba.
Vale...no pasa nada, hay que acostumbrarse.
Empecé a abrir los armarios en busca de mi taza perdida pero no conseguía encontrarla. ¡No puede ser tan difícil!
Respire hondo
Volví a abrir los armarios uno por uno con pausa para poder revisarlos sin problemas ante el silencio que reinaba en toda la cocina. Sabía que los chicos me observaban porque notaba sus miradas clavadas en mi espalda. Abrí el ultimo armario por segunda vez y al no encontrarla me di la vuelta frustrada con la mala suerte de que choque contra uno de los chicos.
Ryan.
Subí la mirada desde su pecho hasta sus ojos. No tenía muy buena cara pero de repente vi la sonrisa que me dio el primer día que lo vi y ahí fue cuando se me encogió el corazón.
–Está en el armarito de abajo.- dijo mientras pasaba por mi lado y se preparaba el una taza de café y se servía un plato de huevos con bacon.
–Lo nuestro se ha acabado
– ¡Por fin!
Me quede quieta durante unos minutos observando como actuaba con total normalidad mientras yo me desgarraba con cada mirada que le daba. Moví la mirada hacia los demás en la cocina. Eddie y Josh me observaban apenados mientras que Leeroy tenía un signo de interrogación en la suya.
Pestañee un par de veces para contener las lágrimas y corrí hacia las escaleras mientras dejaba la taza en la encimera de la cocina.
Subí las escaleras corriendo y entre en mi habitación dando un portazo. Sinceramente no esperaba que fuera tan duro, la verdad es que tampoco esperaba encontrármelo a primera hora de la mañana.
Me obligue a respirar un par de veces pero veía imposible parar el ataque de ansiedad que se me estaba viniendo encima. Me senté en el suelo y empecé a hacer las reparaciones que Jayden me había enseñado, esas de embarazada, pero no funcionaban. Termine tumbada en el suelo creyendo que todo se solucionaría, que volveríamos a estar como antes, a no sentir este vacío.
Empecé a cerrar los ojos pero la puerta se abrió dándome un cabezazo.
–Auu!-grite.
–Perdón.-dijo Eddie cerrando la puerta tras de si
Volví a apoyar la cabeza en el suelo y observe como Eddie se tumbaba a mi lado mientras me miraba. Relaje mi respiración al igual que mis sollozos y note como los dedos de este me limpiaban las ultimas lágrimas.
– ¿Estas bien?-pregunto.
Yo asentí pero mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas y negué con la cabeza.
– ¿me quieres contar lo que ha pasado? Me lo puedo imaginar por los gritos de ayer pero por favor, explícamelo.- me dijo y yo hice la cucharita con Eddie
–Rompí con Ryan.- le digo.- Me dijo que quería que hablásemos y yo me llevaba comportándome con el como una autentica zorra y pensé que me iba a dejar y la ira me invadió y yo no quería oírselo decir así que lo hice yo. Soy una idiota.- le dije mientras dejaba caer mi cabeza en mis manos. Eddie me abrazo por los hombros.
–Eres una idiota.- me dijo y yo reí.- No te rías, no lo digo en broma.- me dijo serio y le mire.- Él no iba a romper contigo.
– ¿Co...como que no? Me dijo que quería hablar conmigo y entonces volvimos a discutir y...– empecé a vomitar palabras.
–no iba a romper contigo, no te puedo decir más.- me dijo y yo le mire con odio.
–Dijo que por fin se había librado de mi.- le dije y él se rio.
–Sois de lo peor, ambos.- me dijo yéndose de la habitación.
Me levante del suelo y fui al baño a refrescarme. ¿Cómo que no quería romper conmigo? Dijo las palabras clave que se dicen cuándo vas a romper con alguien, discutimos y me dijo lo que me dijo. Si iba a romper conmigo, otra cosa es que Eddie no lo supiese.
Me lave un par de veces la cara y me retoque la mascarilla de maquillaje que me había hecho. Había que mantener estable la situación. Respire hondo un par de veces y salí a por mí merecido desayuno.
Por las escaleras volví a oír las risas de los chicos y yo quería unirme a ellas, no quería tener una opresión tan fuerte en el pecho que sintiese como si me estuviera ahogando. Intente imitarla todo lo posible y cuando entre en la cocina vi como la cara de Ryan cambiaba.
De seria a divertida.
Carraspee al entrar y puse una sonrisa falsa en la cara. Los chicos se callaron pero yo continué mi camino hacia mi taza, que aunque no estaba llena, era mi taza, la que me iba a llenar yo solita.
Me serví un plato de huevos justo delante de Ryan que me observaba con interés y con su típica sonrisita.
Me estaba tocando los cojones.
Cogí sitio en la encimera y me senté entre Leeroy y Luke. Claro está que me puse a comer nada más sentarme, el hambre no me la quita nadie ni nada. Notaba las miradas de todos pero sobre todo la de Ryan. El calor empezó a subir a mis mejillas y decidí que tras este silencio sepulcral debía decir algo.
–bueno días chicos. Los huevos están muy ricos.- les dije mirándolos a todos menos a Ryan que cuando pase de él, sonrió. ¿le hacía gracia?
–Oh, gracias, son mi especialidad.- dijo Eddie rompiendo con el silencio de los demás. Josh se rio y le dio un beso en la boca haciendo que apartara la mirada.
–¿Qué planes tenéis para hoy?- pregunte dando un sorbo de mi taza de café, esa que yo misma me había servido.
–Había pensado en organizar una fiesta.- dijo Ryan haciendo que levantase la mirada y la mantuviese fija en el.- Ya sabes, para relajar la situación.- dijo mientras salía de la cocina.
Me quede estática cuando dijo eso. ¿relajar la situación? Como coño voy a relajarme cuando no paras de aparecer con esa sonrisa que me dan ganas de besarte. ¿relajar la situación' yo te voy a dar un relajante.
Rose, relax
Hemos dicho que íbamos a comportarnos y eso voy a hacer. Persona madura, recuérdalo. Di un par de respiraciones y volví a mi café. La cafeína iba a ser una completa mierda.
Eddie me miro y yo le mire e hice una mueca.
–Quería romper conmigo.- le dije mientras me levantaba y dejaba los platos en el fregadero– Relajar la situación.- dije susurrando mientras me iba a mi cuarto.
Tenía un plan y aunque no me gustase mucho, era lo mejor.
Me senté en la cama, cogí el ordenador y tras un par de suspiros y masajes en la cabeza comencé mi búsqueda.
APARTAMENTOS DE DOS HABIATCIONES
POV Ryan
En cuanto dije lo de la fiesta me arrepentí. ¿Cómo podía estar actuando de una manera tan insensible?
La quería con toda mi alma y en vez de solucionarlo le estaba haciendo más daño para intentar sentirme yo mejor.
No funcionaba.
Subí a mi habitación y cerré con un portazo. Es rose, Ryan, la persona a la que amas, estuviste a punto de pedirle que se casara contigo. Es verdad que todo se torció pero sé que ella rompió conmigo porque pensaba que yo lo iba a hacer.
Eddie me lo ha contado.
Cogí la camiseta que estaba debajo de la que era su almohada y me tumbe con ella mientras la olía. Podía imaginarme que estaba tumbada a mi lado, durmiendo, leyendo, hablando o incluso estudiando. Como que contaba su día, como escuchaba el mío. Su olor volvía a hacer latir mi corazón y a mis pulmones respirar.
Intente dormirme un rato, probar si con la camiseta de ella lo conseguía pero en mi cabeza estaba el momento en el que todo se acabó y era como vivir una pesadilla repetidas veces.
Suspire mientras me ponía bocarriba y volví a cerrar los ojos y pensar en los mejores momentos.
La primera vez que nos acostamos. puede parecer que no fue bonito por lo que paso después pero puedo deciros que fue como mi primera vez. Salió natural, sin forzar nada y puedo decir que estaba hasta un poco nervioso. No era una chica cualquiera, era Rose.
Nuestra primera cita. Empezó como un acto de generosidad a unos amigos y termino convirtiéndose en un momento especial para nosotros. Ahí fue la primera vez que me dijo que me quería, de manera consciente claro.
No me quiero quedarme solo en los momentos de nuestro noviazgo, antes también hubo algunos buenos.
Me encantaría repetir la guerra de comida, como la harina se le hizo un montículo en la cabeza y como cuando andaba iba dejando un rastro que parecía estar hecho para que yo la siguiera.
Creo que ahí ya me estaba enamorando de ella.
El teléfono comenzó a sonar y yo lo cogí. El bar que nos proporcionaba los barriles quería saber cuántos quería, iba a negarme pero me di cuenta de que quizás sí que nos vendría bien.
Me senté en la cama todavía con la camiseta en mis piernas. ¿estaba haciendo bien? De repente un grito me hizo levantarme de golpe, había sonado en la habitación de Rose.
Corrí la corta distancia que había de mi habitación a la suya para encontrarme algo que no me agrado mucho.
Luke estaba de pie en una posición que no hacía más que multiplicar mi enfado. Rose, por su parte estaba enfrente de el con una mano en la frente.
Le dolía la cabeza.
–¡No vas a hacer eso y punto!- dijo Luke sacándome de mi mundo.
–¡Hare lo que yo crea conveniente!¡Soy yo la que tiene que soportarlo!- dice Rose y en ese momento supe que hablaban de mí.
–¡Hay más gente en esta casa!- grita Luke.
Eddie se colocó detrás de mí y me pregunto que estaba pasando, pero yo aquí era otro mero espectador.
–¡No lo entiendes!- dijo Rose al borde de las lágrimas. – Me duele la cabeza.- dijo y se dio la vuelta para salir cuando de repente nos vio. Su cara se volvió roja y sé que estaba avergonzada.- Lo siento.- dijo mientras le dejábamos pasar.
Tenía ganas de abrazarla y consolarla. De qu eme contase que había pasado y solucionarlo para ella, para que no sufriera, pero el enfado gano y me abalance hacia Luke.
Avance hasta tenerlo en frente y entonces le cogí del cuello de la camiseta y lo empuje hacia la pared.
–¿quién coño te crees que eres para gritarla?- le pregunte muy pegado a él.
–Alguien que no quiere que se vaya.- dijo Luke y yo fruncí el ceño.
–¿irse?- pregunte frunciendo el ceño y el asintió. Me señalo con la cabeza un lugar donde suponía que debía mirar.
Lo solté por la sorpresa de lo que estaba viendo
Rose había buscado apartamentos para dos personas, cerca de la universidad.
Se iba a mudar, para no verme.
No podía permitirlo. Una cosa era que hubiéramos roto, pero podía verla todos los días, otra cosa muy diferente era verla como mucho un par de horas y eso si tenía suerte.
Esto no podía suceder.
baje las escaleras de dos en dos y busque por todas las habitaciones hasta que di con Rose en el jardín.
Estaba sentada en una de las hamacas y vi cómo se tomaba lo que suponía que eran sus pastillas para la migraña. El sol reflejaba en su pelo haciendo que le saliesen reflejos color bronce, su cara se iluminaba haciendo de sus ojos azules aún más cristalinos. Por la mañana vi como ella no parecía ella misma, el maquillaje, pero aun así estaba guapísima y eso me dolía, el saber que no iba a poder admirarla dese mi ventana como un acosador o mientras se tomaba un café por las mañanas.
Carraspee para que se diera cuenta de mi presencia y cuando lo hizo se pasó rápidamente las manos por los ojos. Seguía estando hermosa.
Me acerque a ella con todo mi discurso en la cabeza, iba a ser perfecto, pero cuando llegue delante de ella...
–el transportista con los barriles llegara a las 7, lo digo para que puedas arreglarte.-dije y me di la vuelta pegándome a mí mismo en la cabeza por idiota.
Cuando me iba del jardín oí un sollozo de Rose y se me rompió el corazón, todavía más si era posible.
++++
Como ya dije a las 7 vinieron los transportistas con los cubos de cerveza. Jayden y yo los colocamos en distintas partes de la casa y terminamos de preparar la fiesta.
Al parecer el rumor de nuestra ruptura había salido de los muros de nuestra casa haciendo que medio campus se enterase y viniese hoy a la fiesta para ver si pillan algo.
No va a pasar.
Subí las escaleras y me dirigí a mi habitación. No voy a negar que hubo un momento en el que desee llamar a la puerta de Rose y preguntarle si estaba bien pero hice de tripas corazón y me metí en mi habitación.
No había caído en la posibilidad de que no viniese a la fiesta y si eso pasaba creo que no me reprimiría y entraría en su habitación. Necesitaba verla.
Me vestí lo más rápido posible y baje a la entrada a esperar a los invitados, o bueno, a esperar a Rose, a la que podía ver desde donde estaba bajar las escaleras.
El amor es una droga de la que te conviertes adicto y yo necesito un subidón de Rose para no derrumbarme esta noche. El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero y es justo lo que yo quería hacer con Rose, hacerlo eterno.
Sé que Rose y yo hablaremos y espero, con muchas fuerzas, que lo solucionemos porque ahora mismo soy incapaz de no estar con ella.
Los tacones comenzaron a sonar por toda la casa y note como el corazón me latía a mil.
Estaba bajando.
Deje entrar a unos invitados más a los que no conocía de nada y cerré la puerta a los siguientes en las narices. Necesitaba verla. Corrí con disimulo a la zona de las escaleras para admirarla más de cerca.
Ella no me vio ya que me había ocultado entre el grupo de gente pero vi como observaba toda la casa una parte de mi deseaba que me estuviese buscando.
Llevaba un vestido negro que parecía tener una capa que cubría una parte de los brazos. No llevaba maquillaje excepto por la base de la cara y un poco de rímel. Llevaba mis zapatos favoritos, negros súper altos. Se puede decir que cumplió una de mis fantasías con ellos.
De repente observe su mano y vi que todavía llevaba el anillo de plástico de nuestra boda de borrachos y solo pude sonreír por dentro al saber que no se lo había querido y que pronto esperaba que en el llevase el de verdad.
Rose se fue a la cocina a por lo que imagino que era una bebida. No quería seguirla ni mucho menos pero era imposible no vigilar cuando todos los tíos se acercaban a ella.
Ella los espantaba con la mano o haciéndose la tonta pero cuando llego el tal Matthew me pudo la rabia y comencé a hablar con una chica con gran delantera. De vez en cuando echaba un vistazo a Rose y hubo una vez en la que la pille mirando hacia mí, o bueno, hacia la chica con la que hablaba.
–¿Bailamos?- le pregunte a ¿Roxxana? Ella acepto y comenzó a sonar "Duele el corazón" de Enrique iglesias.
No esperaba encontrarme en la pista a Rose y a un chico que no era Matthew. Se veía claramente que Rose se había pasado con el alcohol y eso me preocupo porque los tíos no todos tenemos buenas intenciones cuando estamos con una mujer borracha.
Mientras Roxxana balanceaba sus caderas rozando mi polla yo miraba a Rose. Incluso borracha bailaba bien, pero he de decir que no me gustaban sus pasos en el otro chico. Ella debería bailar conmigo, besarme y amarme y no estar con el paleto ese que parecía un palo.
De repente vi como el chico se empezaba a lanzar para besar a Rose y no pude hacer otra cosa que un cambio de parejas rápido. Agarre a Rose del brazo y tire de ella hacia mi dejando a Roxxana en algún sitio. La verdad, no me importaba
Rose se quedó abrazada a mi durante un rato, sin bailar, sin movernos, solo abrazados. Creo que es el momento que más he disfrutado der todo el día.
Ella comenzó a removerse y cuando subió su mirada y me vio sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. Quiso escaparse de mi abrazo pero no el deje.
–Por favor.- le dije susurrando en su oído. Ella se calmó y dejo de luchar contra mi abrazo mientras apoyaba la cabeza en mi pecho.
Comenzamos un leve balanceo y sentía como si estuviéramos solos en la casa. Todo lo de alrededor había desaparecido y solo existíamos nosotros. Baje la cabeza y ella subió la suya. No pude evitarlo.
Junte mis labios con los suyos dándole a entender todo lo que sentía con ese beso. Fue delicado pero podía notar su desesperación. Su lengua jugaba con la mía y yo le di un mordisco en el labio. De repente se separó me miro y se fue corriendo hacia las escaleras. Iba a ir tras ella pero Eddie me paro y vi como él seguía los pasos de rose.
POV Rose
Me deje caer contra la puerta. Había tomado una decisión, se suponía que me iba a ir de la casa y a olvidarme de Ryan y va ahora y me besa, es más yo también lo beso. Y no me arrepiento.
Alguien llama a la puerta y yo le dejó pasar.
Eddie
–¿Otra vez?- pregunta y yo asiento.-sigo pensando que ambos sois unos idiotas.
–Gracias.- le digo y el sonrió.
–¿sabes lo que pienso?- dice y yo niego.- creo que te empezaste a comportar así con el porque la relación avanzaba muy rápido y tenías miedo así que la saboteaste desde dentro.- me dice y yo me quedo en shock. ¿Qué dice?
–No creo que es...–empiezo a decir.
–No quiero que digas nada, quiero que lo pienses.- dice mientras saca un trozo de papel– Me lo ha dado Ryan.- me dice mientras me entrega el papel, me abraza y se va.
Vale....conversación extraña.
Abro la nota y leo con atención. Me cuesta un poco entenderlo porque es una servilleta y ha utilizado un boli de tinta.
Te vayas o te quedes yo te voy a seguir queriendo y no voy a parar hasta volver a tenerte entre mis brazos.
Pd: quédate
Una lágrima se desliza por mi mejilla y rápidamente la recojo. Me meto en la cama con el vestido y me duermo con la nota en la mano. Tengo mucho en que pensar.
-------------------------------------------------
Hola chicas. Bueno, como sabeis el domingo no pude subir porque la pagina de wattpad me daba error cada vez que intentaba actualizar asi que espere al lunes. peor el lunes se me olvido y me he acordado ahora. pense que ya habia actualizado...pero no.
¿que os ha parecido el capitulo?
¿Que crees que decidira Rose?
¿Que decision deberia tomar?
¿que hraiais vosotros en su situacion?
Colton Hayes es gay y yo hace nada que me he enterado. QUE MIERDA. Todos los tios que estan buenos son gays. Tengo que tacharlo de novios de la semana.
Volvemos al tema libros, ¿Recomendaciones?
Comentar, votar
Muchos besitos <3<3<3