Fall - Justin Bieber y Tu. [E...

Par Alumit

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Bien, déjame contarte una historia, Acerca de un chico y una chica. Él se enamoró de su mejor amiga, Cuando e... Plus

Fall - Justin Bieber y Tu.
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capitulo 29: ~Citas Dobles~
Capitulo 30: ~Tentación~
Capitulo 31: ~Canción~
Capitulo 32: ~Cena~
Capitulo 33: ~Te Amo~ CAPITULO FINAL. [Hot]
~Epílogo~
Segunda Temporada - Catching Feelings

Capítulo 6

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Par Alumit

 Los rayos del sol entran por la ventana, me despertaron, pero no me quería levantar, así que me quede ahí, hasta que mi madre entro a la habitación.

- ¡________(tn) Brooks levántate ya! Son más de las 9:00am. - exclamó
- Mm, no molestes, mamá. - dije tapando mi cabeza con las sábanas.
- ¡Hija levántate ya! La boda empieza a... las 10:30 y no te has levantado.
- ¡Mamá! ¡5 minutos más! - pedí como cuando no quería ir a la escuela.
- No señorita, ya es tarde. - dijo quitándome las sabanas.
- ¡Agh! ¿Por qué? Además no tengo qué ponerme. -dije reprochando mientras jalaba las sabanas.
- A ver, yo tengo un vestido que te compré hace un tiempo atrás. Así que ese te pondrás, pero por favor levántate ya, cariño. -dijo dulcemente mi madre.
- Ya voy. -dije intentando levantarme pero mi cuerpo no respondió, como siempre.

Bufé.

- Tu no cambias. - rió mamá. - Bueno iré a buscar el vestido y cuando vuelva espero encontrarte en el baño señorita, o si no tendrás problemas con tu madre. - y salió.

  Intenté moverme de nuevo hasta que pude levantarme. Fui al baño arrastrando los pies, anoche no había podido pegar el ojo en toda la noche.

Abrí el grifo del agua y entré el agua que estaba caliente así que cerré mis ojos e inmediatamente sentí su piel desnuda, caliente, sentí sus manos recorriendo mi cuerpo, sus manos tocándome...¡Esperen!. Abrí mis ojos de inmediato, no podía seguir pensando en él o si no terminaría más caliente que el agua, así que durante la ducha no volví a cerrar mis ojos con el temor de pensar en él.

- A ver cariño, este es tu vestido. -dijo mamá mientras entraba a mi habitación. Yo apenas salía de la ducha así que estaba en toalla.
- Déjame verlo. -dije acercándome, y ¡mierda! Era hermoso y rojo. Perfecto.
- ¿Te gusta? - preguntó mamá al verme la cara.
- ¡Claro mamá! Gracias. - dije abrazándola.
- ¡Cariño! Aun estas mojada. - carcajeó.
- ¡Ups! Sin querer. - quedó mirándome unos segundos y luego sonrió.
-  Arréglate y te espero abajo ¿bien?- preguntó.
- Si mamá. - dije, y ella salió.

Luego de ponerme el vestido me miré en el espejo, el vestido encajaba perfectamente en mí, era como tener una segunda piel de seda. Tenía un escote, pero sin llegar a ser vulgar, y una abertura en la espalda hasta por debajo de la cintura, lo cual lo hacía aún más elegante.

Me veo increíble.

Ahora tocaba el maquillaje, no hice nada ostenso, simplemente un poco de colores neutos en el párpado y rimel para resaltar aún más mis ojos. Rubor, iluminador y un gloss.
Después de todo, las clases a las que me obliga mamá a ir con ella sirvieron de algo. Usualmente quedaba mirándola mientras le enseñaban diversas técnicas así que algo aprendí. 

Luego me puse unos tacones nudes de aguja que mamá me había prestado, antes de salir de la habitación me miré de nuevo, y pregunte: ¿esa soy yo?.

 Después de un largo sermón por parte del padre la boda al fin había acabado. La novia tuvo que apurarlo porque, por favor, ese hombre sí que hablaba. Pero bueno, espero que ella sea buena esposa para mi primo Chaz.

Él y yo crecimos juntos, éramos como uña y mugre, nunca nos separábamos. Reí, recuerdo que nos escapábamos de clase para poder ir al parque a montar el skate, o cuando en clase hicimos una pequeña broma a la maestra y le pusimos en su café una libra de sal. En fin, Chaz era mi primo del alma.

  Ya estábamos en la fiesta, y pude ver que llamé la atención de varios presentes con mi espectacular look.

¿Yo dije eso? Soné como Cait.

Agradezco que mi padre estaba entretenido en una conversación porque si se hubiera dado cuenta de la forma en que varios hombres me miraron, habría serios problemas.
Estuve un rato sentada viendo mientras los novios bailaban, de verdad Chaz había madurado y era guapo ¿Cómo había crecido tan rápido? Ni siquiera había podido hablar con él, ya que estaba ocupado con los invitados y la novia.

De tanto dar vueltas en la fiesta me dió hambre, así que corrí a la mesa de comidas entusiasmada.

Por favor, ¿a eso le llaman comida? Más bien parecen bocadillos. Alguien me tocó el hombro así que volteé y ahí estaba como siempre con esa típica sonrisa.

- ¡_______(tn) estas hermosa! - dijo abrazándome.
- Tu estas muy guapo Chaz, no sabes cómo he tenido que retenerme para no robar al novio. - le dije y soltó una carcajada.
- ¿Cómo esta mi nena? - dijo tiernamente.
- Bien Chaz, estoy bien ¿y tú? - pregunté.
- ¿Por qué no seguimos esta conversación mientras bailamos? - me invitó.
- Claro. - dije aceptando su mano. Me llevó al centro del salón y empezamos a bailar.
- ¿Recuerdas cuando tuvimos que bailar juntos, esa vez en la boda de la tía Lola?- dijo riendo.
- Recuerdo que te pisé. - le seguí la carcajada.
- Casi me dejas sin pies.
- Éramos como uña y mugre. - dije mientras él me daba una vuelta.
- Sí, nos divertíamos tanto juntos.
- Ay Chaz, no sabes la falta que me has hecho. – suspiré.
- Tú también, ya no estamos juntos para hacerle bromas a las maestras o escapar de la escuela. - dijo sonriendo.
- Exácto. – suspiré de nuevo.
- ¿Estás bien? – me preguntó.
- Si, solo recordaba la época en que no estaba sola. – no voy a mentir, me encontraba algo nostálgica.
- ¿Estás sola en Atlanta? - preguntó preocupado.
- Pues no, bueno sí, solo tengo a la familia Bieber. – sonreí
- He oído hablar mucho de esa familia. – dijo.
- Pues si, ellos son como mi familia adoptiva. - reí - Está Caitlin que es mi mejor amiga, también esta Christian, es el menor y el más tierno y Pattie que es tan dulce. El señor Jeremy casi no lo veo pero es un buen hombre y por ultimo está…. – quedé en silencio.
- ¿Quién? – preguntó.
- Justin. – dije en un suspiro después de un largo silencio.
- De ese he oído hablar mucho. ¿Lo odias?
- Pues al principio nos llevábamos tan malz pero ahora no sé. El es... - no terminé la frase.
- Entonces no lo odias. – negué – Bien, ¿eso significa que lo amas?
- ¿¡Que!? - casi grité. - No… no… ¿Cómo se te ocurre? Es un odioso, orgulloso, egoísta.
- Y te enamoraste de el. – dijo riendo.
- ¡Que no! Claro que no.
- Está bien, está bien, te creo. – dijo.

- Chaz, como quisiera empacarte y llevarte conmigo.
- Y como quisiera que lo hicieras. - dijo sonriendo. - Pero ¿por qué no te vienes a vivir aquí otra vez?
- No puedo Chaz, tengo que terminar la universidad. Allá tengo a Caitlin y está mi apartamento y…
- Justin. – se burló.
- ¡Chaz! – lo regañé.
- Bueno, bueno, ya no te molesto más. – rió.
- Oye creo que es mejor que vuelvas con tu novia, desde aquí veo que me come con la mirada. – dije riendo y Chaz volteó a ver a su esposa. – Aclarale que soy tu prima, no sea que me mechonee. – me burlé.
- Ella no es celosa. - dijo Chaz riendo. Ni él se lo creía.
- Si claro. – reí. - Oye Chaz, ¿puedo hacerte una pregunta? A parte de ésta.
- Si dime. – acortó el.
- ¿Eres... feliz? - el sonrió.
- Claro que si. ¿Por qué?
- Pues si tú eres feliz yo también lo soy, sabes que te adoro.
- Si lo sé y yo también a ti. – dijo. - Pero ahora yo pregunto, ¿eres feliz? - me quedé en silencio haciéndome la misma pregunta.

¿Yo era feliz? No lo sabía.

- Sí.
- ¿Segura? - me volvió a preguntar, y vino a mi mente el recuerdo de él y sonreí.
- Si lo soy. – dije sonriendo.
- Bien, te creo, pero ahora debo ir donde mi esposa. – dijo. - Se siente bien decir que es mi esposa. – rió.
- Si si, ya vete. – ordené.

Volví a dar vueltas por toda la fiesta mirando con curiosidad lo que hacían las demás personas pero al rato me encontraba aburrida, así que volví a la mesa de “comidas”. Son bocadillos así digan que no. Como era tan pequeños cogí varios y me los metí a la boca y en ese momento me volvieron a tocar el hombro volteé...

Mierda, solo yo podía tener esta suerte. ¿Qué hacía él aquí?

Lo miré avergonzada, ya que tenía la boca llena y salí corriendo al baño. Cuando llegué respiré con tranquilidad y termine de pasar lo que estaba en mi boca.

Me arreglé un poco mirándome en el espejo, y luego volví a la fiesta. Lo vi sentado en una mesa así que me senté junto a él con una sonrisa.

- Perdona, es que tenía que ir al baño. – me excusé. Por Dios, qué avergonzada estaba, casi podía sentie el calor llenando mi rostro, pero no permití que fuera a más así que me concentré en otras cosas.
- No pasa nada. – dijo sonriendo Andrew.

Se preguntaran quien es este tipo, pues él es mi ex. Mi primer novio si no estoy equivocada era un tonto pero mirándolo bien, ahora era bastante guapo y si mi meta aún sigue en pie, tal vez esta misma noche pierda mi virginidad pensé en mi interior.

- ¿Y cómo estas Andrew? – le digo sonriendo.
- Bien y por lo que veo tu estas mejor que nunca. – dijo mirándome el escote.
- Estoy excelente en Atlanta, me va muy bien. Has cambiado. – observé.- Estas más guapo.
- Ya lo creo pero tu estas hermosa. – dijo.
- Gracias – dije sonriendo, trataba de seducirlo con mi mirada pero mis hermanos llegaron.
- ¡Hey! Hola Andrew. – dijo Bryan.
- Hola chicos. – respondió y se sentaron a nuestros lados.
- ¿Cómo estas? – preguntó Pablo. Los mato, los mato, pensé.
- Bien muy bien.
- ¿Y cómo está Clara? – esperen ¿quién es Clara?
- Bien, ella está excelente, pero no puedo venir tenía que cuidar a la niña- ¿Cuál niña? ¿De qué hablan?.
- Ah sí ¿Cómo está tu hija? – ¿Su hija? ¿Escuché bien? ¿Acaso tiene hija?
- Está muy linda – dijo sonriendo.
- ¿Tienes una hija? – ¡ups! Pensé en voz alta.
- Si – sonrió.- De 4 años – si no recuerdo mal el es mayor que yo como 1 o 2 años ¿O sea que la tuvo a los 17? Y esperen, yo me fui de Miami hace 4 años… o sea que el muy idiota no perdió tiempo.
- Felicitaciones. – dije con una sonrisa forzada
- Gracias. – dijo sonriente.
- Y tú, hermanita, ¿tienes novio allá en Atlanta? - preguntó con malicia mi hermano Bryan.

Imbécil, lo hacía para hacerme quedar mal, así que lo fulminé con la mirada y me apresuré a contestar.
- Si. - dije cortante.
- ¿En serio? – preguntó Pablo.
- Si. – volví a decir.
- ¿Y cómo se llama? – preguntó Bryan, otra vez con malicia mientras miraba a Andrew.
- Justin. – ¿Que acabé de decir? ¿Por qué dije Justin? ¿Acaso me enloquecí? Oh por Dios.
- Espera… espera, ¿no es el chico que es hermano de tu mejor amiga? – preguntó Pablo y yo asentí con la cabeza. - ¿Y no lo odiabas? – preguntó confundido.
- Bueno pues tu sabes hermanito, como dicen por ahí del odio al amor solo hay un paso – dije matandolo con la mirada a Bryan que sonreía con burla.
- ¿Cuántos años tiene? – preguntó Pablo tomando de nuevo su papel de hermano protector.
- 21.
- ¿Y qué intenciones tiene contigo? – preguntó otra vez.
- Oigan… oigan, ¿acaso esto es un interrogatorio? – pregunté fastidiada.
- ¿O sea que ya no eres virgen? – dijo Bryan alterando la situación. Lo hacía para joderme y yo estaba avergonzada.

¿Qué iba a contestar? Ahí estaba Andrew y él ya tenía hijos y ¿yo que?.

- Saben qué, me hartaron con sus estúpidas preguntas. – dije levantándome de la mesa. - Gracias Bryan por arruinarme la noche. – dije y Pablo lo golpeó.

Luego me dirigí a Andrew que hasta el momento se había quedado callado.- Adiós Andrew, fue un gusto volver a verte. – le dije y el sonrió.
- También fue un gusto. – dijo mirando mis pechos… ¡Oh por favor! ¡Tiene una hija! ¿Y le mira los pechos a una mujer?

Solo di media vuelta, quería salir de ahí sin que nadie se diera cuenta, pero como buena torpe que soy antes de salir del salón choque con unos de los meseros haciendo que todas las bebidas que traía me cayeran en el escote de mi vestido y todo voltearon a verme.
- Lo siento señorita no fue mi intención. – dijo el pobre muchacho, que mirándolo bien, no era feo.
- No te preocupes la culpa fue mía. – dije.
- ¿Quiere que la ayude a limpiarse? – dijo mirándome los pechos. ¿Acaso no hay ningún hombre decente aquí que no te mire las pechps?
- Nop, gracias – dije saliendo de ahí, pude sentir la mirada de muchos mientras salía del lugar.

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