Robando A Emma

Par MCRomances

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Emma Blake está lista para un cambio de su vida monótona en Los Ángeles. Así que cuando su novio Roy sugiere... Plus

Robando A Emma
Capítulo 1 - Creación de Equipo
Capítulo 2 - Extintor de Incendios
Capítulo 3 - Mal Sentimiento
Capítulo 4 - A es de Amigos
Capítulo 5 - Compañeros
Capítulo 6 - La Curva de Laffer
Capítulo 7 - Vino y Pimientos
Capítulo 8 - Mirando Estrellas
Capítulo 9 - El Paciente Inglés
Capítulo 10 - Estancados
Capítulo 11 - Una Ligera Indiscreción
Capítulo 12 - El Secuestro
Capítulo 13 - La Gran Manzana
Capítulo 15 - Allanamiento de Morada
Capítulo 16 - Contra Viento y Marea
Capítulo 17 - La Redada
Capítulo 18 - Espera, Nos Vamos a Casa
Capítulo 19 - No Hay Tal Infierno Como...
Capítulo 20 - El Robo
Capítulo 21 - Después de la Tormenta
Capítulo 22 - Juez, Jurado y Ejecutor
Capítulo 23 - Saliendo
Capítulo 24 - Hecho para Amar
Capítulo 25 - La Recta Final
Capítulo 26 - Campana de Cierre
Capítulo 27 - Eventualmente, Algún Día
¡Entrevista con Emma y Max!
Nota de la Autora
Enseñando a Mia - Capítulo 1
Persiguiendo a Sofía - Prólogo
Amando a Olivia - Capítulo 1

Capítulo 14 - La Intrusa

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Par MCRomances

Tres días. Tres malditos días y todavía no había escuchado ni un pío de ella. Honestamente, ¿qué se esperaba? Ella lo había tratado como mierda durante cada segundo del viaje y luego tuvo que insultarla. Claro que ella no iba a querer salir con él.

El viaje había sido un desastre hasta ahora. Claro, él había hecho bastante turismo durante el día y hasta se había juntado con Teresa un par de veces pero podía soportarla hasta cierto punto. Ella era mejor ver en dosis pequeñas. Para colmo, Leo le había mandado un email diciéndole que estaba yendo a Nueva York con Mia por unos cuantos días al final de la semana. Supuestamente, su viaje le había causado nostalgia a Mia de repente y todos estaban con la idea de tener una maldita reunión. Su único problema es que estaría por su propia cuenta de nuevo. Excelente.

Entró a su hotel después de una larga noche fuera y al insertar su llave en el enchufe eléctrico de la habitación, se dio cuenta que ya había una llave en su lugar. Qué raro. ¿Había dejado la llave extra por equivocación?

Colocando su tarjeta de nuevo en su billetera, prendió las luces y casi se desmaya al ver a Emma durmiendo pacíficamente en su cama. Dios, ella era un regalo para la vista. Su pelo chocolate sedoso caía en contraste con la ropa de cama blanca y se veía tan adorable. Oscureció las luces para no despertarla y revisó su reloj. Era justo después de la medianoche. ¿Por qué de repente aceptó su oferta?

Decidiendo que era mejor no pensarlo demasiado y que sólo estaba perdiendo tiempo precioso, se quitó toda la ropa menos los bóxers y rápidamente se metió a la cama con ella. Una sonrisa enorme atravesó su cara cuando vio que ella traía puesta una de sus camisas para dormir. Era una imagen surrealista que no esperaba ver. Si no estuviera tan sorprendido, casi podría imaginarse que esto era una ocurrencia natural de todos los días. Como si simplemente estuviera regresando a su chica después de salir.

Apagó las luces y se acercó cuidadosamente a ella, dejando que su brazo le envolviera su cintura en la forma más platónica posible. Ella se sentía tan cálida y perfecta que no pasó mucho tiempo antes de que él cayera en un sueño largo y profundo.

Ocho horas después se sorprendió al despertarse completamente descansado en la misma posición exacta con Emma todavía situada con seguridad en sus brazos. No sólo eso, pero sus piernas estaban enredadas y su trasero estaba firmemente apretado contra él. Contuvo el aliento al sentir la sensación dulce y sabía que tenía que retroceder de ella en cuestión de segundos antes de que ella se despertara y cayera en cuenta de su estado matutino.

Ella le ganó cuando de repente se movió en sus brazos y se volteó a enfrentarlo con ojos dormidos. Era la cosa más hermosa que él había visto.

"Hola," ella dijo mirándolo tímidamente a través de esos ojos esmeralda increíbles.

"Hola, tú," él dijo tratando de contener su sonrisa de idiota.

"¿Todavía estás enojado conmigo?" ella preguntó suavemente.

"Nunca estuve enojado contigo, querida."

"Ah," ella dijo y lo dejó en eso. Bajó la mirada, presumiblemente para ver sus cuerpos entrelazados. Hasta antes de eso, él estaba muy consciente de que todavía estaba sosteniendo su cintura y sus piernas estaban dobladas dentro de las de él. Aún más sorprendente, ella no se movió para alejarse de él y en su lugar fijó los ojos en los de él.

"Tomé prestada una de tus camisas. Espero que esté bien."

Dios, él amaba esta versión de Emma. Era tan dulce e inocente y más importante, toda suya por el momento. ¿Estaba soñando? "Está más que bien. Lo que es mío es tuyo."

"No quise quedarme dormida. Estaba esperando a que regresaras y luego vi una de tus camisas y se veía mucho más cómoda que lo que yo traía puesto y luego me quedé dormida," ella divagó explicando.

"No hay problema, Emma. Sólo tienes suerte que no me atrapaste trayendo a una chica aquí conmigo."

Ella abrió sus ojos al instante viéndose un tanto horrorizada. "Dios mío, ni siquiera pensé en eso."

"Estoy bromeando, Em," él dijo riéndose. "Tú sabes que no te haría eso."

Ella suspiró aliviada. "Tonto," dijo dándole un empujón en su estómago desnudo.

Él la agarró de la muñeca al instante y la fijó sobre la almohada entre ellos, deseando que su roce no le hiciera cosas locas. Ella soltó una risa y finalmente le dio esa sonrisa que había estado esperando desde el principio de su viaje. Sí, definitivamente estaba soñando.

"¿Entonces me vas a decir qué te pasó para finalmente honrarme con tu presencia?"

"¿No puede una chica sólo decidir hacer una visita amistosa?" ella dijo con un sonrisa.

"Eso obviamente no es lo que pasó querida, así que suéltalo."

"Es un poco vergonzoso."

"¿Sabes que fácilmente puedo fijar tu otra muñeca a la almohada, cierto?"

Una mancha rosada apareció en sus mejillas. "Me quedé más o menos ... media encerrada afuera del apartamento de Alex."

"¿Es así? ¿Y cómo lograste hacer eso?"

"No lo sé. He estado cargando las llaves en mi bolsa todo este tiempo. Creo que las pude haber perdido. Alex me va a matar."

"¿No lo trataste de llamar?"

"Sí, pero no contestó como de costumbre. Probablemente estaba trabajando tarde o salió fuera con alguna chica. Casi no le he visto estos últimos días."

Max frunció el ceño profundamente. "¿Por qué no me llamaste a mí entonces?"

"No te quise molestar y pensé que estabas enojado conmigo. Me acordé de lo que dijiste así que vine al hotel para ver si a lo mejor estarías aquí. Acabaron dándome la llave en la recepción y bueno, tú sabes el resto."

"Querida, llámame a la próxima vez, ¿está bien? En serio, ¿qué hubieses hecho de otra forma?"

"No lo sé. Pensé en rentar un cuarto en algún lado pero no tenía suficiente efectivo."

"Emma, pudiste haber terminado en la calle. Dios, sólo pensarlo ..." él se fue apagando y negó con la cabeza. De repente estaba muy enojado. ¿Cómo podría Alex ser tan descuidado con ella? Lo podría golpear ahora.

"Max, estoy bien. No pasó, así que no tienes nada de qué preocuparte."

Ignorando su comentario, él soltó su mano y alcanzó el teléfono en la mesa de noche. Así de enojado estaba que había dejado de tocarla. "¿Cuál es su teléfono?" resopló.

"¿De quién?"

"De Alex. ¿Cuál es el teléfono de Alex?"

"Yo lo manejaré, Max."

"Ni lo sueñes." Él salió enojado de la cama y fue en busca de su bolsa. Su celular tenía que estar ahí dentro en algún lado.

"¿Qué piensas que estás haciendo?" Emma preguntó mientras que él buscó dentro de su bolsa sobre el sofá.

Él se volteó para mirarla una vez que tenía su celular en mano. Sorprendentemente, Emma todavía estaba envuelta dentro de las sábanas en la cama y sus ojos estaban recorriendo su cuerpo en lo que sólo podría ser aprobación. Era una semblanza de la mirada que él había visto antes cuando estaba herido. Pero esta vez no estaba golpeado ni mitad drogado y podía apreciarlo enteramente. Y sí, ella lo estaba admirando.

Él le sonrió satisfecho, momentáneamente distrayéndose de la tarea entre manos, y luego buscó rápidamente el número de Alex. Mientras que hacía la llamada, se preguntó por qué ella no lo estaba tratando de parar.

"No tiene caso, Max. No va a contestar," ella finalmente dijo apartando la vista de él.

Escuchó mientras que la llamada entraba al buzón. Odiaba cuando ella tenía la razón. "Alex, es Max. Contesta el puto teléfono y llama de vuelta a Emma. No me importa si estás fuera revolcándote con chicas o lo que sea que haces todo el día, es tu hermana así que llámala, imbécil."

Él tiró su teléfono de vuelta en su bolsa y respiró profundamente. No podía aguantar ver a otra persona cercana a ella, mucho menos su hermano, tratarla como mierda. Alguien tenía que ponerle un fin.

Se fue a sentar junto de ella en la cama. Ella parecía confundida y en shock y él ahuecó su mejilla. "¿Hambrienta?" preguntó lo más despacio posible.

Ella cerró los ojos y asintió titubeando.

"Qué bueno, me estoy muriendo de hambre. Ahora ve a ponerte ropa antes de que saque tu lindo trasero de la cama. Conseguiremos después otra cosa para que te cambies." Antes de que ella pudiera protestar, él se dirigió al baño para darle su espacio y tiempo de procesar el que la había defendido. Claramente no estaba acostumbrada a eso.

Acabaron desayunando en una cafetería cercana. Emma había mencionado que era una de las cosas que más extrañaba y no lo tuvo que convencer más. Además, no te podías equivocar con café ilimitado.

Se dirigieron hacia Union Square después para ir de compras. Emma confesó que tenía una entrevista más tarde así que necesitaba conseguir algo apropiado para ponerse. Lo arrastró hacia H&M diciendo que era lo único que ella podía permitirse, aunque él le hubiese comprado con mucho gusto lo que ella quisiera de otra tienda más cara.

Ella encontró una falda negra de tubo bastante rápido y él la convenció de escoger una blusa verde con botones a lo largo que hacían juego con sus ojos. Cuando se lo vio puesto en el vestidor, de repente se sintió celoso del tonto que la entrevistara cuando ella usara ese atuendo.

Si fuese él, pensaría en levantarle la falda y desabotonar su blusa. Diablos, ya estaba en la mitad de esos pensamientos ahora mismo. Estaba seguro que su entrevistador pensaría lo mismo, y sujetó la puerta en la que estaba reclinado hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Él gimió, no pudiendo creer que él podría atormentarse tanto de un escenario ficticio de su imaginación.

"¿A qué hora es tu entrevista?" Max le preguntó, tratando de alejar esta basura de sus pensamientos actuales.

"A las 4pm," ella suspiró. "Odio que sea tan tarde. Hubiera preferido tenerla por la mañana y así acabar de una vez. En cambio, tengo que pensar en ello todo el día."

"¿Quieres ir a la piscina del hotel después de esto? Te puede alejar la mente de ello hasta entonces."

"¿Hay una piscina?" ella preguntó emocionada. "Pero no tengo traje de baño," dijo un poco desanimada.

"Conseguiremos uno. Estoy seguro que tienen una sección de bikinis aquí."

"¿Quién dijo algo sobre un bikini?" ella bromeó.

"Yo lo dije. Busca lo que tú quieras. Estoy seguro que te verás bien en cualquier tipo de traje de baño, así que sorpréndeme," él dijo guiñándole el ojo.

"Sin intención de desinflar tu burbuja, no creo tener presupuesto para comprar todo eso."

"Yo te invito, Em. No te preocupes por eso."

"Te pagaré de vuelta, ¿de acuerdo? Si alguna vez consigo entrar al apartamento de Alex de nuevo."

"Sólo ve por el bikini, querida. Te veré en la caja," él dijo dirigiéndose hacia la sección de hombres.

Max se rió a su mención específica del bikini de nuevo y negó con la cabeza. Sólo al pensar en ella en un traje de baño lo tenía agitado de nuevo y con pensamientos caprichosos. Deseó a dios que ella escogiera uno de cordel para fantasear sobre desatar el cordel y desvestirla. Maldición, ¿primero el atuendo de trabajo y ahora esto? Era el peor bastardo.

Encontró unos shorts de baño azul claros para él mismo y ni siquiera se molestó en probárselos. Eran tamaño medio así que definitivamente le iban a quedar. Se dirigió hacia la caja y vio un vestido que Emma había estado mirando antes. Pensó que se vería muy sexy en él así que decidió comprárselo. Sólo necesitaba encontrar una manera de convencerla de que se lo pusiera.

De vuelta en el hotel, se cambiaron y fueron hacia el piso de la piscina. Max estaba contento de ver que estaba bastante vacío con la excepción de un par de otras personas merodeando alrededor. Después de todo, era un día de trabajo a mitad del día así que no esperaba que estuviera lleno con gente de todas maneras.

Encontraron unas sillas de reposo y para su sorpresa, Emma arregló su toalla rápidamente y se acomodó en una. Él apenas se había quitado la camisa, cuando llegó un mesero apresuradamente preguntando si querían algo. Se irritó al ver que estaba mirando abiertamente a Emma, así que se puso enfrente para taparle la vista. Él se volteó a preguntarle lo que ella quería y literalmente sintió su mandíbula caer al verla.

Traía puesto el bikini dorado más sexy que había visto. Se veía impecable en él y se ajustaba en todos los lugares correctos como una segunda piel, acentuando cada curva endiablada de su cuerpo perfecto.

"¿Max?" escuchó en un lugar a la distancia.

"¿Hmm?" dijo en estupor, tratando de forzar su mirada fuera de su cuerpo. Era una tarea imposible. Gracias a dios él traía lentes de sol, de otra forma ella le hubiese dicho algo.

"¿Estás bien?" ella se rió. "Acabo de pedir una limonada. ¿Querías algo?"

"Este, sí. Eso suena bien."

Ella se rió de nuevo y miró hacia el mesero. "Supongo que dos limonadas. Gracias."

Ella se enderezó en su silla, enfrentándolo directamente. De repente sus pechos firmes estaban enfrente y al centro en exhibición. ¿Estaba tratando de matarlo? Imágenes malvadas inundaron su mente, mayormente de él corriendo su lengua sobre y entre ellos, sujetando su pequeña cintura y cavando en su piel.

Max se quitó los lentes y masajeó su sien, tratando de sacar las imágenes de su mente ... o al menos guardarlas para después. Mantenlo bajo control idiota, él pensó.

"¿Estás seguro que estás bien? Te ves un poco ... enrojecido."

"Estoy bien. Creo que el sol me llegó un poco rápido. Voy a meterme a la piscina," él dijo apartando la mirada de ella levantándose. Realmente esperaba que estuviera helada.

"Iré contigo," ella dijo. De repente ella estaba a su lado tomándole la mano. "Vaya, estás tan caliente." Ella alzó su mano para tocar su frente y luego su cuello, presumiblemente revisando por una fiebre. Él cerró los ojos, casi con dolor. Su roce era chisporroteante y se estaba acalorando exponencialmente.

"Ahora no, Em," él dijo roncamente, quitando su mano de su cara. ¿Cómo podía ser tan despistada del efecto que ella tenía sobre él? Prácticamente corrió el resto del camino y saltó en la piscina, jalándola con él.

El minuto que sintió el agua rodearlo, sintió que finalmente pudo respirar de nuevo. Sí, esto estaba mil veces mejor.

"¡Max! Avísame con más tiempo a la próxima, ¿quieres?" Emma dijo salpicando agua fuera de su cara.

Él se rió. "Esa es tu culpa por enredarte a mí. ¿Qué pasó con tu regla de afecto en público?"

"Ah, supongo que me olvidé. Parecías enfermo así que me preocupé. Lo siento."

"Entonces supongo que yo me olvidaré también. Sabes, sólo para que estemos parejos," dijo jalándola hacia el lado menos profundo.

Ella salpicó agua en su cara juguetonamente cuando se acercó demasiado. "¿Sintiéndote mejor?"

"Sí, definitivamente." Mientras que las gemelas no estuviesen en su cara y se quedaran ocultas debajo del agua donde pertenecían, él estaría bien.

"Qué bueno, me asustaste por un minuto," ella dijo tímidamente.

"Estoy bien ahora," dijo sonriendo con seguridad. No pareció funcionar, así que tomó su mano y la apretó contra su cuello que ahora estaba varios grados más frío. Le dio un beso rápido en su palma antes de soltar su mano.

Ella apartó la vista de él cuando el mesero llegó con sus bebidas. Él trató de no lanzarse sobre él cuando lo pilló mirando a Emma de nuevo. ¿No podía ver que estaba apartada? Bueno, técnicamente no por él, pero aún así el mesero no sabía eso. En verdad quería decirle que se largara cuando firmó la cuenta, pero no era su lugar decir nada.

"Tranquilo, chico duro," ella dijo cuando el mesero se fue.

"¿Lo notaste, eh?" él dijo un poco avergonzado.

"Creo que el rugido ligero emanando de tu pecho lo delató," ella dijo sonriendo.

"Lo siento, Em. Después de anoche, me estoy sintiendo un poco ... protector. Él no debería de estar mirándote así."

"¿Y tú sí?" ella preguntó, sus labios convirtiéndose en una mueca antes de tomar un sorbo de su limonada.

Puta madre. "Este ..." él dijo apagándose y corriendo su mano bajo su cara y frotando su barba. ¿Qué diablos se supone que debería de decir a eso?

"Sólo estoy bromeando, Max," ella dijo reventándose en risas.

"Dios, Em. Deja de jugar con mi mente. Sólo hay tanto que puedo soportar."

"Puedes mirar todo lo que quieras. Es halagador, en verdad." Como si para llevar el punto más lejos, ella se reclinó hacia atrás contra las escaleras, dejando el agua gotear bajo su pecho.

Mujer escorpión. "Para, Em. Hablo en serio."

"¿O qué?" ella dijo riéndose.

Suficiente es suficiente. La quería intensamente. Se inclinó a ella, agarrando su espalda baja y jalando sus piernas alrededor de su cintura. "O me obligarás a hacerte cosas muy malas." Él egoístamente corrió sus manos alrededor de su trasero, jalándola apretadamente contra de él para que su pecho presionara contra él. "¿Eso es lo que quieres, querida?" él susurró contra su oreja.

La escuchó ligeramente gemir y luego ella tembló ligeramente contra él. Ella colocó sus manos contra su pecho y él casi gimió al contacto hasta que se dio cuenta que ella lo estaba empujando. Él aflojó su agarre sobre ella pero no la dejó ir enteramente. Ella se sentó de vuelta en sus piernas y le echó una ojeada con cautela. Su corazón martilló contra su pecho a su escrutinio y podía jurar que ella también lo sintió.

Ella lo miró confundida, como si no entendiera lo que estaba pasando, y luego su expresión se volvió suave y casi hasta triste.

Él esperó en anticipación por algún tipo de respuesta, pero nunca vino. ¿Lo había llevado demasiado lejos? Quizás él debería de disculparse por actuar como un cavernícola. "Em, yo ..."

"Probablemente me debería regresar a la habitación," ella interrumpió como si nada hubiese pasado. "Necesito empezarme a arreglar."

Él alcanzó hacia ella y colocó un mechón de pelo detrás de su oreja. "Está bien, guapa," él suspiró. "Sólo dame un minuto." Con pocas ganas él la puso de pie y se ajustó, tan discretamente como fuera posible. Lo bueno es que el agua estaba bastante fría.

Eventualmente la tomó de la mano, dirigiéndola fuera de la piscina. El aire parecía más fresco ahora, así que regresó rápido a su lugar y envolvió una toalla alrededor de ella antes de tomar una para el mismo.

Él trató de ignorar el desasosiego que sentía dentro mientras caminaban de vuelta a la habitación en silencio. Realmente lo había hecho esta vez. Seguramente ella se iría a su entrevista y nunca regresaría. ¿Cómo logró joder las cosas tan rápido?

Emma rápidamente se dirigió hacia el baño sin decir otra palabra, así que él se dejó caer en el sofá y prendió la tele, cambiando de canal sin rumbo fijo. Escuchó la regadera prenderse y gimió, pensando en Emma en breve enjabonándose. Dios, se estaba volviendo patético. Cada cosa pequeña sobre ella lo hacía explotar.

Se recostó contra el sofá y trató de prestar atención a The Real Housewives of Atlanta en la tele. Aparentemente había un tipo de maratón por el día pero apenas podía seguir lo que estaba pasando con un tal personaje llamada Nene.

Escuchó un sonido de un zumbido venir de la bolsa de Emma. Pensando que podría ser Alex, alcanzó su teléfono para finalmente darle un pedazo de su mente. Pronto se dio cuenta que no era él, pero más bien un email que ella había recibido sobre su entrevista. Parecía importante.

Él tocó la puerta del baño, antes de pasar. "Em, perdón por interrumpir pero te llegó un email de una Sarah Jones."

"Santo dios, ¿qué dice?" ella dijo dando un vistazo fuera de la regadera en alarma. "¿Me lo puedes leer?"

Él respiró profundo, tratando de calmarse al hecho de que ella estaba completamente desnuda detrás de esa cortina de baño. "Dice, Hola Emma. Perdón por el email de último minuto, pero ha sido un día agitado en la oficina. ¿Podrías pasar el viernes en lugar de hoy? Estamos disponibles de 10-2pm. Espero que todavía puedas venir. Gracias, Sarah."

"Ay, ¿en serio? Eso es tan poco profesional. Siento que me están haciendo a un lado," Emma dijo.

"No sabes eso. Sí, es poco profesional, pero a lo mejor estaban ocupados y querían darte una entrevista apropiada."

"¿Crees que debería de responder?"

"Claro. Le puedo escribir de vuelta ahora. ¿Qué quieres que diga?"

"Supongo ... Hola Sarah. Gracias por contactarme. Estoy disponible el viernes a las 10am entonces iré a esa hora. Nos vemos pronto. Emma." Ella suspiró y dijo algo bajo su aliento. "¿Suena tonto eso?"

"No, está perfectamente bien. ¿Algo más antes de que lo mande?" Max preguntó.

"¿Lo escribiste en inglés americano? ¿Queriendo decir sin U's o Z's raros o algo así?"

Max se rió. "Déjame revisar, pero no lo creo. Nunca pensé que mi educación inglesa resultaría ser un impedimento un día."

Emma sacó su cabeza otra vez. "Ven, muéstrame rápido."

¿Estaba loca? Él caminó más cerca hacia la regadera y sostuvo el teléfono para ella, tratando de mirar en la otra dirección.

"Max, no puedo ver nada," ella dijo agarrando su muñeca y jalándolo más cerca.

"Querida, estoy tratando de ser considerado. Además, me estás mojando todo."

"Todavía estoy con mi traje de baño, así que relájate. No hay nada que ver aquí."

"¿Por qué estás ...? Jesús Em, ¿por qué no dijiste eso antes?"

"Max, estamos lidiando con cosas más importantes ahora así que guarda silencio."

Esta mujer era increíble. Pero se mordió la lengua, y dejó que leyera el maldito email.

"Okay, se ve bien. ¿Lo puedes mandar? Gracias Max."

"De nada, niña loca." Puso mandar y colocó su teléfono sobre el mostrador junto al lavabo. Estaba por secarse del spray de agua en su brazo, cuando una mejor idea le vino a mente.

Antes de que lo pensara demasiado, estaba empujando la cortina de baño hacia atrás y pisando dentro de la tina con Emma.

"Max, ¿estás loco? ¿Qué demonios estás haciendo?" ella gritó.

"Conservando agua. ¿Qué más parece?" se encogió de hombros, actuando como si no fuese gran cosa. Sí lo era.

"¡Pude haber estado desnuda!"

"Bueno, no lo estás. Me lo dijiste hace cinco segundos."

"Aún así, estás cruzando la línea."

"La última vez que revisé no estaba dentro de tu libro de reglas, así que estamos bien," él dijo indiferente alcanzando por el shampoo y enjabonando su pelo antes que ella lo pudiese parar.

Ella resopló y cruzó sus brazos.

"Sabes cuando haces eso, tus pechos resaltan de muy buena manera," él sonrió satisfecho.

Ella inmediatamente puso sus brazos de vuelta a los lados y lo miró detenidamente. "¡Cuando hice las reglas, no incluí bañarse juntos porque obviamente está más allá de las reglas básicas!"

"Lo siento, debiste de haber especificado. ¿Te puedes mover a un lado? Estás acaparando toda el agua," dijo haciendo un esfuerzo para no sonreír.

Emma se movió a un lado, posiblemente más en shock que nada.

"Gracias, querida," dijo enjuagando el shampoo de su pelo. "¿Por qué te estás bañando con tu bikini puesto de cualquier manera?"

"No lo sé. Costumbre supongo," ella dijo mirándolo intensamente mientras que él enjabonaba su pecho.

"Hmm, bueno." Obviamente no quería hablar sobre ello. "¿Estás desanimada sobre la entrevista?" él preguntó cambiando la conversación.

Ella suspiró y finalmente relajó su postura. "Sí, un poco. Sólo tendré que esperar un poco más hasta el viernes."

"¿Qué te parece si vamos a cenar y luego a ver una película? ¿Sacar esto de tu mente?" él propuso con una mirada esperanzada.

"Eh, claro. Eso estaría bien ... y normal por un cambio."

"Bien, es una cita entonces."

"No es una cita, Max. Ni se te ocurra robar un beso al fin de la noche."

"Está bien. Será una cita masivamente aburrida," él dijo con un guiño de ojo.

"Mi tipo favorito," Emma reflexionó.

"Supongo que realmente no me puedo quejar después de pasar la noche y bañarme contigo. Diría que mis probabilidades se están viendo muy bien."

"No te hagas ideas, chico duro."

Más tarde esa noche, Max llevó a Emma a casa renuentemente. Se sintió aliviado cuando Alex finalmente le había mandado un mensaje durante la película diciendo que estaba en casa, pero al mismo tiempo hubiese sido agradable quedársela una noche extra, tan egoísta como era. Además, él había estado en su mejor comportamiento por el resto de la noche, y no cruzó la línea por mucho que se picaba a hacerlo. Merecía algún tipo de medalla de honor a este punto.

"Bueno, ¡mira quien se apareció!" Alex dijo entusiasmado al abrir la puerta.

"¿Dónde diablos has estado? ¡Te estado tratando de llamar desde anoche!" Emma le gritó.

"Te dije que estaba ocupado, Em. No es mi culpa que dejaras tus malditas llaves en el apartamento. Sé más cuidadosa para la siguiente vez."

"¿Están aquí? ¿Entonces no las perdí?" ella preguntó incrédula.

"No, están en la mesa de centro, hermanita."

"Ah, gracias a dios," ella dijo, prácticamente corriendo dentro del apartamento.

"¿Una palabra, Alex?" Max le resopló.

"Dame un minuto. Te veo abajo," él respondió con voz baja y calmada.

Max asintió, desprevenido. Había esperado que Alex lo mandara a volar.

"Nos vemos, Em," él le dijo a ella, tratando de sonar casual. Realmente odiaba dejarla, especialmente después de haber pasado todo el día juntos.

Para su sorpresa, ella caminó de vuelta hacia él y le dio un abrazo seguido por un beso rápido en la mejilla. "Gracias por hoy, Max," ella dijo tímidamente agachando su cabeza.

"Cuando quieras, señorita," él contestó cálidamente y luego volteó hacia Alex, quien estaba sonriendo al ver este intercambio. "Nos vemos, Alex," dijo mirándolo fijamente.

"Nos vemos, hombre," él respondió con un cabeceo ligero.

Cinco minutos después, Alex bajó a encontrarse con Max. Él alzó sus manos de inmediato. "Antes que digas nada, déjame explicar."

"¿Qué te pasa? ¿Así es como siempre la tratas? ¡Estoy harto de que ustedes piensen que la pueden pisotear y tomarlo como si no fuera nada! ¿Se queda afuera del apartamento y no te importa una mierda? Tal hermano que eres."

"¿Ya terminaste?" Alex respondió, pareciendo aburrido.

"Ni siquiera cerca. No puedo creer que –"

"Max, yo tomé sus llaves, ¿está bien?" rápidamente interrumpió.

"Tú ... ¿qué? ¿Por qué harías eso?"

Alex se encogió de hombros y miró hacia la calle, como si estuviese colectando sus pensamientos. Miró a un taxi amarillo mientras bajaban unos pasajeros y luego dio vuelta a la esquina. "Supuse que ayudaría a acelerar lo que sea que está pasando entre ustedes dos. Ella obviamente quiere contigo, pero no lo admite. Puede ser muy terca a veces."

"¿Entonces lo hiciste al propósito? ¿Para que ella se quedara conmigo?" Max preguntó tratando de procesar la información.

"De nada, imbécil," él dijo adoptando su elección de palabras a su mensaje de voz. "Y sólo para que sepas, amo a esa niña. Es mi hermana menor y haría lo que sea por ella. Así que no me digas que soy un hermano malo. Ya tiene suficiente con que lidiar entre nuestro padre idiota y ese cabeza hueca."

"Mierda, hombre. No me di cuenta ... así que tú prefieres que yo ... ¿supongo que sí debería de darte las gracias, no?"

"No lo menciones. Sólo no metas la pata. Estoy echando porras por ti, pero si acabas lastimándola te juro que volaré a España sólo para darte una patada en el culo."

"Entiendo. Pero sólo para que sepas yo nunca la lastimaría," Max respondió.

"Bien. Entonces mantenlo así," él dijo con una ligera sonrisa.

"Lo haré. Gracias, Alex. Te debo una."

No le dio importancia esta vez. "Para ser honesto, pienso que nos estarías haciendo un favor a todos. Todavía no entiendo qué está haciendo con ese idiota."

"Yo me pregunto lo mismo todo el tiempo. Si lo descubres, déjame saber."

"Sí. Buena suerte, hermano. Me tengo que ir. Le dije a Emma que estaba yendo por algo a la tienda china," Alex señaló, mirando la hora en su celular.

"Está bien, nos vemos hombre," Max respondió, dándole un apretón en el hombro.

Él caminó de vuelta a su hotel con un vigor extra en su paso y sacudiendo la cabeza entretenido. Era reasegurador saber que él tenía a uno de los hermanos Blake de su lado. Ahora si sólo pudiese conseguir que Emma se pusiera de su lado, de alguna manera.



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