LAVINA
Cuando desperté y vi esa nota de mi tío tuve que adivinar que no sería mi día.
Nunca lo son, eres la mala suerte en persona.
Tendría que haberme quedado en mi cama invernando como me lo propuse en un principio, así nada de esto estaría pasando.
Cuando me desperté a las once de la mañana, lo que más llamo mi atención fue que no encontré a Brea en su cama roncando como la morsa con problemas de asma que es, ni a Luke que esté a los gritos tratando de despertarme por lo tardé que es o que la casa estuviera en completo silencio, ni siquiera Hemmo se encontraba, lo primero que pensé es que habían sido raptados por algún Luxen.
Lo que daría que Daemon Black me secuestrara.
Seehh lástima que no existe ningún Daemon, es ficticio.
Pepita rompiendo corazones desde siempre.
Pero esa teoría se esfumo cuando al bajar me encontré con una nota en la heladera, al parecer todos se habían ido a pasar el día en el campo que tiene Brandon, novio de mamá.
"Hice lo posible para despertarte, pero fue en vano, nos vamos a la casa de Brandon, TE JODES POR PEREZOSAS ESPERO QUE PUEDAS SOBREVIVIR.
PD: NO HAY COMIDA, SUERTE.
te quiere, tu tío preferido y sexy"
LUKE
Hijos de Voldemort.
¿Que se supone que hare durante todo el día sola en estas cuatro paredes? ¿Como sobreviviré si no se cocinar?
Delivery, mija
Pediré millones de hamburguesas, mucho helado y todo lo pagaré con la tarjeta de crédito de Luke, porque el muy estúpido la dejo arriba de la mesada de la cocina, que se joda por dejarme huérfana por un día.
Estoy por llamar al Delivery más cerca de mi casa cuando el timbre sonó, genial.
Sin arreglarme y con mi pijama de vacas abrí la puerta, inmediatamente la cerré en la cara de la persona que vino a seguir arruinando mi vida.
Jesse toco la puerta de nuevo.
—Abre.
—Es mi casa y no puedo dejar entrar a extraños.
Él no es exactamente un extraño, es el chico que tiene eclipsado tu corazón.
¿Qué cursilería más estúpida acabas de decir, pepita? ubícate.
—Luke me mando a buscarte—habló del otro lado—al parecer no está muy seguro de que tu estés sola aquí...
Awwww después de todo me quiere y se preocupa, que buen tío.
—No quiere que quemes la casa y que tu madre lo asesine por dejarte sola.
Olviden todo lo que dije.
—¿Puedes abrirme? No es lindo hablar con la puerta.
A regañadientes la abrí, Jesse me hizo a un lado y entró.
Hizo una inspección a mi pijama y curvó una sonrisa.
—Lindas... vacas.
Rodé los ojos.
—¿Por qué estás aquí? ¿No podría haber venido cualquier otro?
Se encogió de hombros.
—No lo sé, solo recibí una llamada de Dax diciéndome que Luke necesitaba que viniera para ver si seguías viva, y si era así que te llevará con ellos.
—¿Tu no fuiste?
—No, tenemos que irnos, así que vístete o te subo al auto así—señaló mi vestimenta.
—Y yo que tenía planeado dormir todo el día—mascullé—En cinco estoy.
Subí rápido a mi habitación.
Lo único que me faltaba, tener que viajar una hora a solas con la persona que más odio.
Mientes, me haces daño y luego te arrepientes.
Pepita...
¿Que? Estoy cantando, no jodas.
*
—No es por nada, pero pasamos por aquí como diez veces—dije mirando por la ventanilla—Nos perdimos, admítelo.
—Me dijeron que era por aquí—murmuró golpeado levemente el volante—¿Tienes idea por donde queda la casa?
—No, jamas fui. ¿Por qué no llamas a Dax?
—No tengo mi teléfono—dijo parando el auto—Llama tú.
Tanteé en mis bolsillos de la campera y de mis pantalones.
—Mierda—golpee mi cabeza con la ventana—olvide mi teléfono, ¿Ahora qué haremos? Estamos perdidos en medio de la nada, no podemos volver a casa y claramente no podemos quedarnos aquí.
—Cálmate—dijo poniendo en marcha el auto—seguiré conduciendo hasta encontrar esa casa o algo para que podamos llamar.
Asentí no muy segura.
Unas cuantas horas después.
—Es inútil, siempre volvemos al mismo lugar.
—Esto es como un jodido laberinto—habló Jesse, ya perdí la cuenta de cuantas veces repetimos el camino, pero deben ser muchas porque ya está anocheciendo.
—Me hubiese quedado en mi casa—me quejé maldiciendo internamente a Luke, porque fue su jodida culpa.
—Mira.
Allí se hallaba una pequeña casa, no estoy segura de que sea la de Brandon, pero debe ser nuestra salvación por el momento, espero que tengan teléfonos para poder llamar.
Nos bajamos del auto y caminamos hasta la pequeña casa.
—Esta todo apagado, no debe haber nadie—dije evitando pisar algo indebido y caerme.
Cuando llegamos, Jesse tocó la puerta, pero nadie contesto, definitivamente no había nadie.
—¿Que haremos?
Jesse no respondió, se limitó a dar vuelta la casa desde afuera.
Cuando volvió a la puerta llevo su mano a la manija y este giro abriendo la puerta.
—¿¡Estás loco!? no puedes hacer eso, no quiero ir a prisión por meterme en una propiedad privada. Me voy, no quiero ser parte de esto.
—¿A dónde irás?— me detuvo—no sabemos dónde estamos, es de noche y al parecer no vive nadie aquí. Es mejor entrar que quedarnos a pasar la noche en el auto y que de la nada aparezca un loco y nos asesine.
—Eso solo sucede en las películas—quise convencerme. Jesse entró y no me quedo otra que seguirlo.
Era verdad el lugar estaba vació solo contaba con un sillón, una chimenea y una pequeña mesa, también había una diminuta cocina y baño. Era bastante pequeña.
—¿Como volveremos a casa?
—No te preocupes, buscaremos la manera de volver. Mañana será otro día—respondió sacando un encendedor de su bolsillo y junto a unos papeles que habían en el piso, prendió los troncos de la chimenea que había en un costado de esta.
Me acomodé un poco insegura en el sillón, no sé cómo sentirme en estos momentos. Tengo la cabeza que me da vueltas, primero nos perdemos, segundo estoy obligada a pasar la noche con Jesse y tercero tengo hambre.
En eso mi estomago hace un extraño ruido rectificando lo último que acabo de decir.
Al parecer Jesse lo oyó porque me miró de forma burlona.
—Siempre con hambre, eh.
—Lo siento, pero alguien no me dejo comer esta mañana cuando vino a invadir mi casa, es tu culpa que tenga hambre.
—Claro, veré si encuentro algo para comer—entró a la cocina y salió rápido—no hay nada, la heladera está completamente vacía.
—¿Como alguien puede vivir así?— pregunté espantada.
—No creo que nadie viva aquí, Lavina—dijo Jesse abriendo la puerta de entrada.
—¿A dónde vas?
—Desde la ventana de la cocina vi un árbol que tiene manzanas, eso es algo–salió y a los pocos minutos trajo cuatro manzanas, me dió dos—Espero que con esto te llenes, sé que no son hamburguesas, pero imagina que lo son. Al menos no morirás de hambre.
Le di un mordisco y apoyé mi espalda en el respaldo del sillón mirando el fuego de la chimenea.
—Todos deben estar preocupados.
Jesse tomó asiento a mi lado.
Se aclaró garganta.
—Puede ser...
Giré mi cabeza rápidamente que casi me quebré el cuello.
—Te diste cuenta de que hay un solo sillón en esta casita, ni siquiera hay una habitación con una cama ¿cómo dormiremos?
—Dormiría en el piso, pero está comenzando a hacer frio, así que tú de ese lado—derecha—y yo de este.
Se acomodó apoyando su cabeza en el brazo del sillón.
—Bien—murmuré imitándolo.
El lugar quedó en un silencio.
—Debe ser incómodo estar aquí con la persona que menos soportas ¿no? —preguntó de repente.
Lo miré pero Jesse tenía sus ojos cerrados.
Mastique una vez más la manzana.
—Podría ser peor.
—¡Ouch! Eso dolió—me dió una leve patada.
—Supongo que debe ser lo mismo para ti, no nos soportamos mutuamente.
—No es tan así—habló dándome una leve mirada—¿Por qué me odias? Se supone que yo debería odiarte. ¿alguien te borró la memoria o algo por el estilo? porque no puedes actuar tan bien.
Otra vez con eso.
—Tal vez te la borraron a ti y no sé a qué te refieres. Espera, dime que es lo que te hice y así solucionamos esto de una vez.
No dijo nada, y prefiero ignorar mi presencia.
*
No se cuento minutos o horas pasaron, pero Jesse se encontraba durmiendo plácidamente, mientras que, por otro lado, no podía pegar un ojo, a comparación de Jesse no me sentía segura durmiendo en un lugar desconocido además no sé si era mi imaginación, pero veía sombras y oía ruidos extraños.
Y para agregarle más suspenso a mi noche se había largado a llover a cantaros.
Estaba tan concentrada rezando todo lo que me sabía que por un momento pensé que era mi imaginación, pero no, Jesse se estaba moviendo demasiado exaltado y murmuraba cosas.
Eso me asustó por lo que fui hasta a él.
—Jesse—murmuré en voz baja no quería despertarlo y asustarlo—Jesse, despierta.
Abrió sus ojos y estos se quedaron mirándome fijamente, era como si estuviera en otro lado.
—¿Estás bien?—pregunté preocupada.
Negó con su cabeza e hizo el amago de levantarse, pero lo detuve.
—$Qué es lo que sucede? Sabes, que puedes confiar en mi ¿no?
Me hizo a un lado y se levantó dándome la espalda.
—Por favor,Jesse.
—Me pasa siempre en las noches. No puedo dormir bien porque siempre tengo la misma pesadilla—se dió vuelta encarándome—No me preguntes nada más.
Sus ojos estaban brillantes, no sé lo que sucede exactamente, pero ahora me estoy dando cuenta que sea lo que sea que está pasando, lo está afectando demasiado y no me gusta verlo así.
No me gusta ver a Jesse destrozado.
—¿Puedo hacer algo por ti? no sé qué sucedió contigo, pero necesitas saber que a pesar de todo estoy aquí para ti, si quieres hablar....
Jesse llevo su mano a mi mejilla dejándome muda, me quede quieta mirándolo.
—No me importan los demás, no me importa que tu corazón no me pertenezca en estos momentos, no me importa que el único sentimiento que tengamos sea el odio, no me importa que me hieras una vez más. Lo único que necesito ahora... es a ti y tenerte conmigo hace que me olvide de todo lo malo—tras decir eso se acercó y nuestros labios se rozaron, mi cabeza estaba luchando con mi corazón en estos momentos.
—¿Me dejas besarte?—preguntó sin apartar sus ojos de los míos.
Tragué con fuerza.
A veces es imposible ignorar los sentimientos cuando están a flor de piel, aunque quisiera e insista no puedo olvidarme de Jesse, no como quisiera.
Es porque no quieres olvidar a Jesse.
Tomé la iniciativa e impacté mis labios contra los suyos.
Cuando quise darme cuenta estábamos los dos en el sillón, Jesse encima mío.
Solo deje de pensar y me deje llevar por lo bien que me hacía sentir, en un momento llevó sus labios a mi cuello, ahí fue donde perdí el control y mi cordura.
Jesse se alejó un momento para mirarme a los ojos. Recién ahí me di cuenta de que no llevaba la remera y mi pantalón estaba desprendido.
Vamo a calmar las hormonas, okay momento inoportuno.
—Esto no está bien—murmuró .
—Nosotros no estamos bien, hacemos todo mal—dije respirando agitada, agarré con mis manos su cara—No quiero arrepentirme.
Jesse intento alejarse de mi tal vez porque no me entendió bien.
—No quiero pensar en nadie, solo en nosotros, en este momento. Y pase lo que pase, no me arrepentiré.
Se quedó quieto observándome detenidamente luego fue acercándose y me dió un casto beso en la frente.
—Pase lo que pase siempre serás tú—murmuré.
Jesse me hizo callar cuando saco lentamente mi pantalón.
—Te amo—dijimos los dos al unísono.
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OK.
NO SE QUE DECIR.
GRACIAS POR LOS VOTOS Y COMENTARIOS, EN REALIDAD GRACIAS POR TODO SON LOS MEJORES.
NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO.
BESOS
MAC