Sabía que enamorarse no estaba mal, pero... ¿por qué su mamá reaccionaba de esa manera?
Al día siguiente, cuando despertó y terminó de hacer sus cosas. Bajó las escaleras encontrándose con su papá en el sofá mirando fútbol americano. Su mamá no se encontraba hoy, ya que fue a casa de una amiga.
Así que, se sentó junto a su papá y sin decirle nada...
Lo abrazó. No era común de Harry abrazar a las personas pero su papá se lo ganó.
Des quedó completamente quieto y desconcertado, pero luego reaccionó. Y le correspondió el abrazo.
—¿Quieres gomitas. eh? ¿Por eso me abrazas?
Harry, negó.
—Lou.
—No puedo darte a Lou. Estará en su casa.
Harry lo miró y sonrió.
Se separó de él y buscó una libreta para escribir:
"Los escuché. A ti y a mamá. Lo escuché anoche..."
Des abrió sus ojos más grande de lo normal y le dijo:
—Lo siento. Harry... tu mamá y y-
El rizad negó.
—¿Tú qué piensas?
El rizado escribió:
"Amo a mamá. Aunque creo que tú tienes razón esta vez, papá..."
Su padre le sonrió. Y asintió.
—Sé que Anne quiere que seas feliz aunque no sé de qué manera. Tú debes saber Harry que estaremos bien con lo que elijas para tu vida. ¿De acuerdo? Yo estaré bien y tu mamá... ella lo entendería completamente —dijo Des—. Tienes derecho a ser feliz cuando lo propongas, con lo que sea y con quién quieras, Harry. Yo estaré aquí, viéndote feliz y con una sonrisa en el rostro y con un flan en las manos.
El rizado comenzó a reír.
Asintió y volvió a abrazarlo. Era lindo lo que decía su papá, era lindo tener el apoyo de alguien.
Escribió nuevamente:
"Respecto a las gomitas... realmente quiero. :)"
Su papá rió ligeramente y asintió para levantarse y darle dinero al rizado.
—No voy a dejarte salir solo. Tú man-
El rizado juntó sus manos en forma de suplica. Quería ir a comprar solo, ¿qué problema había?
—Sé que está cerca pero... pero entiende que no puedo dejarte salir. Déjam-
Volvió a negar.
—De acuerdo. ¿Hacemos una cosa? Llévate mi teléfono. Si sucede algo... por Dios, sueno como Anne. Bien, si sucede algo, llama al teléfono de aquí. Y ven rápido porque tu madre está por llegar y esta vez me cortará las pelotas. No estoy bromeando —dice Des y le entregó su teléfono.
Harry asintió sonriendo y luego se marchó.
Caminó por la acera tranquilamente para llegar al kiosco y comprar sus ricas gomitas. Dobló la esquina y siguió caminando hasta cruzar la calle para entrarse al kiosco.
—Hola, Harry —saludó la mujer—. ¿Qué quieres hoy?
Harry le sonrió. Ella lo conocía, si bien venía poco con su madre o padre cuando pasaban por allí. Ella sabía que el rizado no podía hablar...
Más bien, ella pensaba que era mudo aunque no era así.
El ojiverde señaló a las gomitas y ella la colocó en una bolsa pequeña y se las tendió.
Harry le dio el dinero y luego, le hizo gesto con la mano despidiéndose.
—Adiós, Harry. Un placer volver a verte —dice la mujer sonriendo.
El rizado cruzó la calle pero cuando volteó a mirar a otro lado, quedó embobado con una bufanda color azul porque automáticamente pensó en Louis. Y así volvió a cruzar hacia la otra calle y se paró frente a la vidriera para observar esa linda bufanda que estaba allí.
—Lou —musitó para él mismo. "Esto tendría que ser tuyo. Y lo compraré, pronto.", pensó.
Aunque ahora mismo el dinero no le alcanzaba y eso era algo triste.
Su cabeza giró cuando oyó una puerta cerrarse.
Pudo ver que a una distancia estaba él. Llevaba una bolsa y salía de la farmacia.
El rizado no se movió, sólo quedó observándolo desde allí. Llevaba un beanie color negro y estaba alejándose.
Reaccionó luego de unos segundos y caminó rápidamente detrás de el castaño para alcanzarlo.
Llevó una mano a su antebrazo para voltearlo. Cuando Louis volteó, le dijo sin pensar:
—¿Podrías dejarme en paz?
Luego, miró a Harry con los ojos muy abiertos y algo, desconcertado.
Harry no sabía qué hacer. Así que sonrió algo triste y levantó la palma de su mano como saludo. Y dijo en un tono tranquilo:
—Lou.
—Yo... yo... lo siento. Harry, lo siento, pensé... pensé que era... no importa. Lo siento —dice y tomó las muñecas del rizado—. No quería sonar molesto.
Harry negó con la cabeza y le sonrió algo tímido.
—¿Sabes... qué lo siento, cierto?
El rizado asintió.
—De acuerdo... —dice Louis un poco nervioso—. ¿Qué haces solo por aquí, Harry?
Harry levantó su bolsa de gomitas sonriendo e hizo sonreír a Louis un poco.
—¿Te gustan las gomitas? A mí igual pero prefiero las que son de mentas, ¿sabes? Esas son ricas.
El rizado sonrió y asintió. También le gustaban esas.
—Yo vine... a... —dice y mira la bolsa—. Comprar. Sí, a comprar algunos medicamentos... para mi padre.
El rizado asintió.
Sólo deseaba que el papá de Louis se recuperara.
—Así que... ¿estás bien? —preguntó el castaño, y Harry asintió.
Llevó su mano hacia el peecho de Louis. Y él increíblemente entendió.
—Yo estoy bien. Estoy... algo cansado. Tengo sueño, ¿sabes? —sonrió algo tímido.
Harry ladeó su cabeza mirándolo. En este invierno infinito podía mirar a Louis eternamente.
Recordó que debía irse a su casa hace diez minutos y si no llegaba, su papá iba a matarlo. O su mamá iba a matar a su papá primero.
Comenzó a caminar lejos de Louis aunque seguía mirándolo.
—¿Debes irte?
Asintió con una mueca triste.
—Lou.
—Yo... también. Debo irme, Harry. Te-tengo que llevar esto —dice—. Adiós. Te veo luego.
El rizado asintió.
Volteó y comenzó a caminar lejos de Louis,
Aunque volteó para mirar una vez más a Louis y a lo lejos estaba él...
Y otra persona más, parecían estar bastante cerca aunque el castaño parecía muy incomodo y como si quisiera realmente escapar de aquella persona.
Era un chico y estaba muy cerca de Louis. ¿Qué debía pensar?
De un tirón Louis se soltó de aquél chico y se marchó. Pero la otra persona comenzó a seguirlo y luego, no volvió a ver a Louis.
Se marchó a su casa con muchas cosas en la cabeza.
Mentiría si negara lo triste que ahora se sentía.
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hola, ¡fin de semana por fin! aunque tengo muchas tareas *se mata* pero actualizaré algo así que... ay chicos estoy harta de la escuela ahr literal.
bueno, vamos despacio con esto porque :DD:D D:D: ahre
¡gracias por leer!
— ashi.