Luke POV:
Ashton y yo nos habíamos ido de Los Ángeles sin decirle nada a Calum y Michael. Mamá había llamado, llorando desconsolada: James, Daelyn y Thomas estaban en el hospital, y nadie sabía que había pasado.
Ashton me palmeó en la pierna, suspirando. Estábamos en un taxi, de camino al hospital. Durante todo el vuelo mis pensamientos habían viajado de un lado a otro. Todo lo que sentía era angustia, dolor... y realmente odiaba sentirme así, tan impotente. Podría haber hecho algo para pararlo, si lo hubiese sabido antes.
―¡Luke, no corras! ¡No puedo llevar yo solo las maletas! ―gritó Ash cuando llegamos, al ver que yo salía rápidamente del coche.
―¿Dónde está James Hemmings? ¿Daelyn Jones? ―pregunté en recepción.
―Espere un segundo, por favor ―dijo la mujer, mientras tecleaba los nombres en el ordenador―. Daelyn Jones está ingresada en la habitación 393, tercera planta. James Hemmings se encuentra en la sala de operaciones en estos momentos.
Asentí, dándole las gracias a la mujer, y corrí hacia las escaleras. Las subí hasta el tercer piso. Al llegar, busqué las indicaciones para poder guiarme, pero, una vez las encontré, me quedé en blanco. Si tomaba el pasillo izquierdo, encontraba las habitaciones que iban de la 389 a la 399. A la derecha, llegaba a la sala de operaciones.
Grité con frustración, provocando que un par de señoras mayores que pasaban por allí se me quedaran mirando con desaprobación. Poco a poco mis ojos se fueron cristalizando, mientras empezaba a correr por uno de los pasillos.
―¡Mamá! ¡Papá! ―grité, llamando la atención de mis padres, los cuales estaban sentados en uno de los sillones, delante de la sala de operaciones.
Mi madre levantó la cabeza, sorprendida. Aunque en ese momento no lo estuviera haciendo, se notaba que había estado llorando; tenía los ojos y la nariz rojos.
En cuanto llegué a su lado la abracé con fuerza. Esta vez, todas las lágrimas que había estado reteniendo comenzaron a salir lentamente.
―¿Cómo está? ¿Qué ha pasado? ―pregunté, separándome de ella―. ¿Y Jack? ¿Ben?
―Ellos y Celeste han ido a por comida, volverán pronto ―dijo, acariciando mi cara―. Tu hermano... No sabemos qué ha pasado, nos han llamado diciendo que tenía un disparo y había perdido mucha sangre. Lleva horas en esa sala y no sabemos cómo va la operación. Nadie ha salido a decir nada.
Con bastante lentitud y cansancio me senté en una de las sillas, apoyando mi cabeza contra la pared. Llevé mis manos a mi rostro, tapándome con ellas los ojos.
―Todo es mi culpa... Es mi maldita culpa...
―Cariño, nada ha sido tu culpa ―dijo mamá, sentándose junto a mí.
―No lo entendéis... Si lo hubiese sabido antes podría haber hecho algo por ellos, pero ya es demasiado tarde.
―¿Saber qué? ―Jack preguntó, llegando junto a Ben y Celeste.
Tragué saliva, intentando evadir sus miradas. Un nudo comenzó a hacerse presente en mi garganta, y, sin poder hacer nada más, abrí la boca.
―¿Os acordáis de Marcus McDonough?
Daelyn POV:
―Hmm... ―murmuré, bostezando. Intenté moverme un poco en la cama, buscando una postura más cómoda, pero noté algo en mi brazo, impidiéndolo.
Poco a poco comencé a abrir los ojos, viendo que aquello que había sentido era una vía que se introducía por mi brazo hacia el interior de mi cuerpo. Notaba una sensación extraña en mi cuerpo; tenía la boca seca, moverme era toda una aventura y la cabeza me dolía bastante. Miré a mi alrededor con lentitud, visualizando una habitación de hospital. A mi lado, había una cortina, escondiendo al paciente que posiblemente estaba ingresado conmigo.
Seguí observándolo todo hasta que, de repente, un ruido que venía de la misma habitación me hizo reaccionar: la cortina se acababa de mover, revelando a Thomas, el cual llevaba también una bata de hospital y caminaba llevando consigo el suero.
Intenté incorporarme, pero él me puso la mano que tenía libre en el hombro, empujándome hasta caer de nuevo en la camilla.
―No hagas esfuerzos, estás débil después del golpe en la cabeza ―dijo una voz, de repente. Danna acababa de regañar a Thomas, entrando a la habitación. Él bufó, molesto, y volvió a la camilla, dejando la cortina abierta―. Menos mal que estás bien... Acabo de enviar a tus padres a casa, llevan horas esperando a que te despiertes, sin comer ni dormir.
―Danna... ―murmuré, comenzando a llorar. Ella se acercó y, sin decir nada más, me abrazó. La abracé de vuelta, notando como me estrellaba de repente con la realidad: James, Savannah, Thomas―. ¿Dónde... Dónde está James?
Comencé a alterarme, intentando levantarme de nuevo, segundo intento el cual también fallé.
―¡Lyn! Tranquilízate por favor. James... Él estará bien.
―Pero... ¡Le dispararon! ¡Él recibió el disparo en mi lugar!
―Está siendo operado, todo saldrá bien. Preocúpate por ti misma ahora, por recuperarte y salir pronto de aquí.
Danna se fue a casa, un poco después que una enfermera se llevara a Thomas para hacerle una revisión. Me quedé sola en la habitación, así que lo único que pude hacer fue cerrar los ojos con fuerza y suspirar.
Definitivamente mi vida era un desastre y, de alguna una forma u otra, debía poner orden.
Ashton POV:
Conseguí seguir a tiempo a Luke para ver cómo corría hacia su familia. Algo se removió en mi interior al ver como el rubio abrazaba a su madre, ambos desconsolados.
Yo había causado eso, yo había causado el dolor de todos aquellos que me rodeaban.
Noté como los ojos me comenzaban a escocer. Hacía días que no sabía nada de Savannah y el estúpido de Ryan no me había querido decir donde estaba.
Me dirigí hacia la dirección opuesta que Luke había tomado, prácticamente arrastrando mis pies. "Habitación 393", leí. Levanté mi mano para tocar a la puerta, pero esta se abrió un poco por sí misma, quizás por alguna corriente de aire. Me quedé como un bobo delante de la puerta, con el brazo a medio levantar todavía, escuchando como dentro Daelyn lloraba y, la que parecía ser su prima, si no recordaba mal, la consolaba.
Tragué saliva por los nervios, sabiendo que era la hora de contarlo todo. Mi mano llegó finalmente a la puerta, tocando un par de veces y, tras ello, entré.
Daelyn POV:
―Ash... ¿Qué haces aquí? ―pregunté, confusa.
Ashton Irwin acababa de entrar por la puerta del hospital, en Sídney, cuando se suponía que tenía que estar en Los Ángeles, ensayando junto a los chicos.
―Hola a ti también, Daelyn ―rodó los ojos de forma graciosa; a pesar de su tono irónico y burlón había algo en su voz que se notaba fuera de lugar―. ¿Podrías dejarnos a solas? ―preguntó, dirigiéndose a mi prima. Danna asintió, mientras recogía sus cosas. De pronto, una enfermera apareció para llevarse a Thomas a un chequeo, así que nos quedamos solos en la habitación―. Cuánto tiempo, ¿Verdad?
―¿Habéis venido todos?
―Gracias por ignorarme... Y no, he venido porque tengo que hablar contigo ―dijo, sentándose.
―¿Qué puede ser tan importante para que sobrevueles todo el océano Pacífico en mi busca? ―dejé escapar una carcajada amarga. No me gustaba el rumbo que aquello estaba tomando.
―Primero de todo... ¿Cómo te encuentras?
―En una camilla, viva de milagro y con un gran trauma de por vida. ¿Cómo quieres que me encuentre, Ashton?
―Ya veo...
―¿Quién os ha llamado? Quiero decir... Alguien te tiene que haber dicho lo que ha pasado.
Ashton se mordió el labio inferior. Junto sus manos y apoyó sus codos en sus rodillas, mirando hacia ellas.
―Verás... La verdad es que no sé cómo debería decirte esto, aunque tengo muy claro que tengo que hacerlo...
―¿Ashton? ―pregunté, confusa.
Tras unos segundos en silencio decidió levantar su mirada, sosteniendo la mía con gran fragilidad.
―¿Te acuerdas de esa historia que te conté hace tiempo? ¿De la chica que me gustaba? Kate.
―¿Kate? Creo que la recuerdo ―asentí. Ashton volvió a bajar la mirada mientras murmuraba algo, pero no pude entenderle claramente―. ¿Qué?
―He dicho... ―suspiró antes de proseguir―. Savannah Kate Smith.
Ashton no tuvo fuerzas para levantar la mirada después de aquello. Durante los primeros segundos no estaba en todos mis sentidos. Mi mente había procesado la información, pero a la vez la había bloqueado para que no entendiera qué era lo que realmente estaba sucediendo. Cuando aquella barrera imaginaria se fue la burbuja estalló.
Savannah Kate Smith. Kate. 'K'.
Todo tenía sentido ahora. ¿Cómo podía no haberme dado cuenta antes?
―Ash... Ashton... Qué... ¿Qué es esto? ―tartamudeé, incorporándome poco a poco de la camilla.
―Ella tenía un problema mental, ¿De acuerdo? Yo solo quería hacerla feliz, quería ayudarla para que se recuperara... Pero me temo que he fallado. Escucha... Prometo contarte toda la historia si no te alteras, lo único que necesito ahora es que intentes comprender todo; no diré esto dos veces ―sin siquiera darme tiempo a abrir la boca, Ashton prosiguió con su monólogo―. Cuando la conocí ella estaba de intercambio en Sídney, pero eso ya lo sabes. ¿Recuerdas que la llevé a McBox? Allí conoció a James. Nosotros solíamos ser amigos, aunque a raíz de todo este asunto nos fuimos distanciando. El punto principal es que dejé que ella llegara demasiado lejos en aquel lugar... Añadió problemas a su vida y yo no fui capaz de resolver ni uno de ellos... ―Ashton dejó de hablar por un momento, tragando saliva―. Encontró aliados dentro de McBox; Ryan era uno de ellos, aunque siempre ha sido un poco independiente y, como ya sabes, tampoco es que sea tan despiadado como puede aparentar ser al principio. Nada se hubiese salido de control a no ser de tu llegada. James se comenzó a fijar en ti antes de que tu pudieras darte cuenta, pero ella le veía prácticamente todas las noches boxeando, ella conocía todos sus gestos, expresiones y sentimientos... Sin embargo, a pesar de intentar llegar a ellos tú fuiste la primera, como con Daniel. Aquello descontroló su mente, hasta el punto de recuperar tu número de su antiguo móvil e idear todo un plan, donde yo era cómplice desde el principio. Yo no te conocía de nada, estaba enamorado de ella y no pude negarme a sus peticiones, pero con el tiempo me iba dando cuenta de todo lo que iba a causar aquella locura. Quise detenerlo, pero no pude, como ya sabes ―suspiró, mirando de nuevo al suelo―. Al principio ella tan solo quería advertirte, pensó que quizás con Ryan y Trisha, Aleisha y Ella sería suficiente, pero como ya te he dicho antes, Ryan acabó siendo un aliado encubierto para ti y las chicas, al descubrir que la cosa podía ponerse muy seria, se echaron para atrás ―Ashton se detuvo, de repente. Sus manos estaban temblando―. Sé que no voy a obtener tu perdón, tampoco venía en su busca; tan solo pensé que era justo que supieras que había pasado realmente. Lo siento mucho Daelyn, siento mucho todo esto.
Finalmente, tras un buen rato sin siquiera pestañear, Ashton se derrumbó. Dejó caer su cabeza en la camilla, escondiendo su rostro bajo sus temblorosas manos. Yo, por mi parte, intentaba asimilar todo lo que acababa de escuchar, intentando entender el porqué.
―Todo, desde el principio... ―murmuré―. Todo ha sido una farsa desde el principio... Su amistad, tu ayuda, todo... ¿Quién más lo sabía?
Ashton intentó detener sus lágrimas y, con la voz rota, murmuró un corto "James".
Tal y como Savannah había dicho.
―No... No le culpes, Daelyn... Él lo sabía pero no podía hacer nada en su situación... Exponernos ante la policía hubiese sido exponerse a él mismo; en McBox solo puedes encontrar ilegalidad por todos lados.
Abrí mi boca, pero ningún sonido salió de ella. Estaba confusa, alterada, incluso mareada. Simplemente... No podía aceptarlo.
―Ashton, vete, por favor.
Ashton se intentó tranquilizar mientras se levantaba de la silla.
―Sé que todavía tienes dudas y que no vas a dejarlas escapar, así que cuando te sientas preparada puedes preguntarme por teléfono ―con lentitud se fue acercando a la salida, mientras yo le seguía con los ojos, cristalizados―. Lo siento mucho Daelyn, de verdad. Espero que tu vida sea mucho mejor de lo que ha sido hasta ahora, no te merecías todo esto. Lo siento de nuevo.