Emily Wolf ©

By Sexygyal

867K 22.9K 1K

[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI (parte I)
Capítulo XVI (parte II)
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Epílogo
NOTA DE LA ESCRITORA
Huellas de Wolf (SEGUNDA PARTE)

Capítulo XL

10.3K 383 6
By Sexygyal

El día había llegado, todo estaba preparado y la novia estaba histérica. Elizabeth no paraba de dar vueltas por la habitación a la espera del vestido de novia, las damas de honor en un intento fallido trataban de tranquilizarla.

Yo estaba sentada frente a ella descansando las manos sobre mi abultado vientre. No sé ni cómo hice para meterme dentro de ese vestido. Todas las damas de honor llevábamos vestidos diferentes pero todas de azul marino, quedaba muy bien y estaban estupendas.

Hasta el día de hoy, mi vida se había normalizado ligeramente. Con Alex las cosas parecían ir un poco mejor, o al menos eso intentábamos. El número de la revista en la que salía mi entrevista fue un éxito, las madres estaban muy contentas y recibí muchos e-mails con opiniones favorables.

Sandra, que había venido de visita, me felicitó por cómo estaba llevando todo y estaba orgullosa de mí.

Un fin de semana antes de la boda de Elizabeth volví a mi piso ya que Alex estaba de viaje. Estaba cansada así que al salir del ascensor me quité los zapatos y fui hasta mi puerta caminando descalza.

-Me tendré que comprar zapatos con menos tacón- le dije a Buster mientras buscaba las llaves.

Oí un ruido de las puertas del ascensor cerrándose y me asusté, al girarme Matt estaba detrás de mí mirándome con una sonrisa perturbadora.

-Hola vecina- dijo acercándose a mí despacio, cómo un león antes de atacar a su presa- veo que va muy bien el embarazo- dijo alargando la mano para tocarme. Le di un fuerte manotazo y me pegué contra la puerta.

-No me toques- le dije con voz temblorosa.

-Veo que sigues teniendo el mismo carácter de siempre- dijo justo enfrente de mí- Sabes, las cosas no van lo suficientemente rápidas para mi gusto- dijo negando con la cabeza- te dije que tenías que hablar con Alex y acelerar las cosas…

-No lo pienso hacer, que te quede claro, no quiero que mi familia tenga nada que ver contigo- le grité desesperada.

-A mí no me hables así- dijo rodeando mi cuello con su mano y apretando lo suficiente para levantarme unos centímetros del suelo- eso te funcionará con los demás, conmigo no.

Notaba que me estaba costando poder respirar y él parecía no tener intenciones de soltarme.

-Vete a la mierda- dije cómo pude ahogadamente.

Él se volvió a reír, pero no me soltó.

-Deberías verte, aunque me acabas de mandar a la mierda tus ojos reflejan miedo…- y me soltó de golpe.

Quedé sentada en el suelo gimoteando con las manos en el cuello.

-La próxima vez que me pongas esa cara de perro abandonado, no pienso tener compasión- dijo caminando hasta el ascensor y se marchó.

No sé bien cuanto tiempo estuve allí sentada, llorando desconsolada, supongo que hasta que tuve la suficiente fuerza para poder levantarme y después de por fin poder introducir la llave en la cerradura, entré y cerré la puerta con las dos vueltas de llave y el cerrojo. Me apresuré por ir hasta la cristalera de la puerta de la terraza, comprobé que estuviera bien cerrada y eché las cortinas.

-Esto no me puede estar pasando a mí, a mí no- me repetí acurrucada en el sofá.

Dejé atrás ese recuerdo y volví al presente. Por fin el vestido de Eli llegó, cuando lo tuvo puesto me quedé alucinada mirándola. Estaba realmente guapísima. Era un vestido realmente precioso de corte imperio y escote corazón, la gasa caía hasta el suelo y la cola la seguía ondeando, el corsé estaba lleno de pequeñísimos cristales y en la cintura tenía un lazo de color azul marino que llevaba atado a la espalda en un moño perfecto.

-Eli estás increíble- le dije mientras le acomodaba el tocado de plumas blancas.

-Gracias- dijo mirándose el vestido- sin tu ayuda no lo hubiese encontrado, tú estás…- dijo mirándome alegre- muy embarazada- me dijo riendo- te queda muy bien ese vestido.

-Vamos que aunque la novia es la última en llegar, vas a llegar más que tarde- dije caminando hacia la puerta.

Seguida por las damas de honor Eli entró en la limusina con dirección a la iglesia. Una vez allí, Paul vino a mi rescate.

-Te ha estado llamando la empresa aquella por lo del contrato pendiente, además también ha llamado Sandra y Fox, que dice que ya tiene las últimas fotos del desfile- dijo sacándome del bullicioso ambiente que creaban las otras damas de honor.

-Ya me pondré al día después- dije acomodándome el vestido.

-No te lo toques más- dijo Paul arreglándome el vestido.

-No me gusta cómo me queda- dije toqueteándome más. Era un sencillo vestido de gasa azul marino hasta la rodilla y con tirantes, el toque brillante lo daba un broche con una forma abstracta del lado derecho.

-Estás divina, así que ánimo y adentro- dijo empujándome de nuevo adentro de aquella sala.

Esperamos nerviosas cinco minutos hasta que cada padrino buscó a su acompañante. Estábamos Eli y yo solas en aquella antesala.

-Tengo miedo- me dijo apretándome la mano.

-Tranquila, lo único que tienes que hacer es caminar despacio- dije acomodándole la cola del vestido.

-¿Dónde se han metido?- exclamó frustrada.

-Te quieres tranquilizar- dijo Alex por detrás de nosotras.

Me giré y vi a padre e hijo frente a nosotras, eran como dos gotas de agua.

-Por fin- dijo Eli cogiéndose del brazo de su padre que solo tenía palabras encantadoras para la novia.

Alex vino a mi lado y me acarició la espalda tiernamente.

-¿Estás bien?- me dijo al oído y yo simplemente asentí con la cabeza.

Ahora nos tocaba a nosotros caminar hacia el altar, supongo que sería un pequeño ensayo para lo que ocurriría dentro de unos días.

-No te pongas nerviosa que a ti te faltan cinco días aún- me dijo Alexander antes de que empezáramos a caminar y cruzar la puerta.

Entramos al largo pasillo de la iglesia y todas las miradas se centraron en los que avanzaban.

-Que gracioso tu padre- dije sonando falsamente divertida- ahora sí que estoy nerviosa- dije apretándole el brazo a Alex.

-Te quiero- dijo antes de separarse de mí y colocarse junto a los padrinos y yo junto a las damas de honor.

La música volvió a sonar y todos fijamos la vista en el fondo de la iglesia, dónde una preciosa novia caminaba con la vista fija en su futuro marido.

Todo fue de cuento de hadas, hasta hubo una salida de la iglesia dónde soltaron palomas blancas, solo espero que en la mía a nadie se le ocurra soltar palomas.

Cuando llegamos al lugar dónde se haría el banquete Paul me volvió a arrinconar y a darme más noticias sobre llamadas y cosas que tenía que solucionar antes de la inminente boda.

-Que sí, te he oído, pero ahora disfruta y dame mis zapatos- dije haciéndole gesto para que me pasara unos zapatos de tacón más bajos.

-No sé porque te empeñas en querer seguir llevando tacones altos cuando no los aguantas- dijo alargándomelos.

-Porqué me gustan- dije poniéndomelos- y no pienso renunciar a ellos ni cuando esté de ocho meses, así que no insistas más.

-Lo que la embarazada diga- dijo dando media vuelta y volviendo al salón.

Eso sí que era alivio, pensé al ponerme de pie y bajarme de esas plataformas de 15 centímetros.

Una vez sentada de nuevo en la mesa de los novios, vi a Ely y a Dylan en el centro de la pista.

Sonó una balada y ellos empezaron a bailar, se les veía tremendamente feliz.

-¿Baila conmigo?- me dijo Alex ofreciéndome su mano cuando empezó a sonar una segunda canción.

Ahora en la pista estaban todas las damas de honor, la familia del novio y la novia y ellos. Me dejé mecer suavemente por Alex mientras miraba a Eli que peleaba contra el vestido al bailar.

Cuando acabó la canción acompañé a Eli al baño.

-Emily por favor haz algo con el vestido, me tiene de los nervios y no puedo bailar- me dijo cogiendo la larga cola.

-Todo está bajo control- dije agachándome y abriendo la cremallera del vestido, la cola se desprendía y el vestido se acortaba hasta por debajo de las rodillas.

-Esto no lo sabía yo- dijo dando vueltas mientras el vestido se alzaba.

-Era una sorpresa- dije guiñándole un ojo.

-¿Te encuentras bien?- me dijo acariciándome el vientre- te veo pálida.

Me miré en el espejo y tenía razón. De repente me mareé y las náuseas convulsionaron mi cuerpo. Abrí de golpe la puerta del lavabo y por allí se fue mi desayuno continental de esta mañana.

Eli enseguida me sujetó la frente y tiró de la cadena una vez que terminé. Me hice varios buches de agua, pero el sabor amargo no se marchaba.

-No se lo digas a Alex, se preocupará y hará una montaña de un grano de arena- dije rebuscando en mi neceser un cepillo de dientes.

-¿Has estado vomitando más veces?- me preguntó frunciendo el gesto.

-No te preocupes, estoy bien- dije notando en la boca el gusto fresco de la menta- vamos, deja de preocuparte- dije arrastrándola de una mano mientras con la otra sujetaba la bolsa con el resto del vestido.

La fiesta se alargó hasta altas horas de la noche. Todos bailaban divirtiéndose, y yo no era menos, aún con mis movimientos restringidos disfruté como la que más.

Ya cuando mis pies presentaron su dimisión, me quedé sentada en mi sitio mirando la pista de baile.

-Hola- dijo Paul con unas cuantas copas de más- ¿Sabes qué?

-¿A quién te has ligado Paul?- pregunté.

-Al camarero aquel rubio- dijo señalándomelo.

-Buen fichaje campeón- dije alzando mi vaso de agua con gas- Paul, me marcharé de aquí poco, así que el lunes nos vemos.

-No te marches mujer- dijo arrastrándome a la pista de baile.

-La última- dije empezando a bailar con él.

-¿Cómo que la última?- dijo Eli uniéndose a nosotros- es mi boda- me dijo con carita triste- pero lo entiendo, por el bien de mis sobrinos mejor ve a casa a dormir.

-¿Quién se va a dormir?- irrumpió Dylan abrazándonos a las dos- ¿Tú?- dijo señalándome.

-Estoy cansada- dije gritando para que me oyera.

-No, no y no- negó cómo lo haría un niño de cuatro años- tú no te vas si haber vuelto a bailar conmigo- dijo cogiéndome de la mano y de la cintura.

-¿Me tengo que poner celoso?- oí a Alex a mi lado.

-Se quiere marchar y no ha bailado conmigo- dijo Dylan haciéndome dar vueltas.

-Pues entonces nos vamos- dijo Alex cogiéndome y cambiándome por Eli- suelta a mi novia y baila con la tuya- dijo riendo.

-Chicos portaos bien- dije mirando a Dylan, Eli y Paul- y no hagáis nada que yo no haría- guiñándole un ojo a este último.

Cuando llegamos a casa, literalmente tiré los zapatos lo más lejos que pude para no verlos más y me desplomé sobre la cama.

-¿Te lo has pasado bien?- me preguntó Alex quitándose la corbata y los gemelos.

-Mucho- me levanté, me quité el vestido y me metí en la cama.

-¿No te pones el pijama?- me dijo divertido.

-Me da mucha pereza- dije apartando las sábanas para que se metiera- ¿Tú tampoco te lo pones?- pregunté sentándome a horcajadas sobre él y abrazándolo.

-Me da pereza- dijo riendo- esto sobra creo- dijo pasando los dedos por el borde del culote de encaje.

-Ni se te ocurr…- no pude acabar de hablar que ya los había roto y tirado a un lado de la cama.

-¿Qué no que?- preguntó haciéndose el despistado.

-Te odio cuando haces eso- dije besándolo casi dolorosamente.

-Y yo cuando haces esto- dijo devolviéndome el beso.

Algún día le tendría que preguntar dónde aprendió a quitarse tan rápidamente la ropa interior sin que me diera cuenta. Por ahora era un misterio sin resolver.

-¿Qué prefieres, tú arriba o yo?- dijo dejando besos y mordiscos por todo mi cuello. El condenado sabía muy bien lo que hacía.

-Aprovecha mientras puedas- dije rodando hasta quedar debajo.

Esbozó esa sonrisa ladeada sumamente lujuriosa y apagó la luz.

Continue Reading

You'll Also Like

13.8K 914 81
La nueva generación de los Rivers llega para darle nuevas situaciones a la familia, cada uno de personalidad totalmente diferente, intereses opuestos...
248K 28.4K 27
El empresario Jeon JungKook necesita encontrar un Omega para satisfacer su más profunda fantasía sexual: Mamar pechos llenos de leche materna. 🚫Adve...
57.5K 4.9K 25
Una aparente pirata sin tripulación, Dux Bogdánov, a llegado recientemente al reino, con una apariencia que refleja una reciente batalla, poco a poco...
9.4K 833 18
Después de la derrota de "The one who waits", nuestro principal, "El cordero" o "Lamb", ha optado por misericordia, entregándole una segunda oportuni...