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By _itsofia__

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¿Qué pasa cuando esa otra persona está, de alguna forma, "atada" a alguien? Tráiler: bieberdayz Todos los der... More

Sinopsis
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
¿Seguís ahí? + Sorpresa
Capítulo once
Nota informativa
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Vacaciones
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
¡Nueva portada!
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Grupo de Whatsapp
Capítulo treinta y dos
Tráiler
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo final ~ Primera parte
Epílogo
Agradecimientos y futuros proyectos

Capítulo final ~ Segunda parte

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By _itsofia__

31 de enero

Si ya de por si la primera semana de clase tras las vacaciones suele ser dura porque toca volver a acostumbrarse a la rutina, para Abbie y Justin lo había sido el triple; al menos durante las horas que estaban en la universidad. Aunque evidentemente la que peor lo pasaba era la chica ya que estaba con Heather prácticamente todo el rato. Sin embargo, habían conseguido superarla y ya estaban a sábado.

Hoy se celebraba el cumpleaños de Heather, había sido el día anterior, pero al caer en viernes a algunas personas les iba mal y la celebración se había pospuesto un día.

—No entiendo qué está mal con mi vestido. —Hizo un pequeño puchero mirando a Justin inocentemente.

El vestido en cuestión era rojo —a juego con la suela de sus Louboutin y sus labios—, llegaba hasta la mitad de su muslo y era de manga larga. Se ajustaba perfectamente a sus curvas y a pesar de ser de cuello de barco la parte del escote quedaba al aire porque ninguna tela lo cubría.

En cuanto Justin la había visto con él lo primero que salió de su boca fue un: "¿Vas a ir con eso?". A partir de ese momento los dos mantuvieron una pequeña discusión mientras Abbie iba de un lado a otro del cuarto terminando de arreglarse. En realidad esto estaba resultando divertido para ella.

—El problema no es el vestido en si, eres tú —Abbie le dedicó su peor mirada y él rectificó enseguida—. Me refiero a como queda el vestido en ti.

—¿Estás diciendo que me queda mal? —preguntó frunciendo el ceño aunque sabía perfectamente qué quería decir.

—No, no... Te queda perfecto.

—Entonces genial. —Sonrió volteándose para entrar al baño y acabar de retocar su maquillaje.

—¿Por qué me torturas de esta forma? —Se quejó Justin haciéndola reír—. No es gracioso. —Se asomó por el marco de la puerta.

—Para mí sí. —Le miró a través del espejo antes de aplicarse una nueva capa de rímel.

—Voy a tener que aguantar a un montón de tíos mirándote y comentando lo buena que estás sin yo poder hacer nada. De nuevo, no es gracioso.

—Pero al final de la noche, ¿con quién me iré? Exacto, contigo —respondió ella misma a su pregunta.

Cogió su perfume Miss Dior y colocó un poco sobre sus muñecas y detrás de sus orejas.

—Esa es otra... Al final de la noche —Repitió colocándose detrás de ella—. Eso quiere decir que tendré que hacer ver durante horas que no tengo ganas de tocarte —Colocó sus manos sobre sus caderas acariciándola sobre la tela— o de besarte —Su labios rozaron el cuello de la chica antes de dejar una línea de besos a lo largo de éste, consiguiendo sacarle varios suspiros— o de arrancarte el vestido —susurró en su oído antes de morder el lóbulo de su oreja.

Las mejillas de Abbie —y otras zonas que no deberían— empezaron a calentarse, sin embargo consiguió separarse un poco de Justin y carraspeó antes de hablar.

—Deberíamos irnos ya, tengo que ir a buscar a las chicas. —Le recordó.

—Claro —Sonrió divertido al ver el efecto que había causado en ella—. Pero que sepas que estaré deseando volver a casa —susurró de nuevo en su oído.

—¡Para ya!

—¿Qué? —Se apartó riendo.

—Que dejes de hacer eso. —Caminó hasta la habitación de nuevo.

—¿El qué? —Quiso hacerse el tonto.

Abbie no se molestó en contestarle de nuevo y empezó a guardar sus cosas en el pequeño bolso que llevaría. Cuando terminó le echó un vistazo a la habitación, asegurándose de que estaba todo en orden y no se dejaba nada.

—Ya podemos irnos —anunció poniéndose el abrigo.

Justin se levantó de la cama, donde estaba sentado esperando a que ella terminase, y se colocó su americana negra. Abbie examinó su conjunto. A pesar de llevar la americana, los tejanos negros y la camiseta blanca de cuello en V y manga corta le daban un toque algo más informal.

—¿Qué pasa? —Una sonrisa tiraba de sus labios.

—Vas muy guapo —contestó acercándose a él y colocó bien las solapas de la chaqueta.

—Soy guapo. —Remarcó el verbo.

—Perdón, no sé como he podido cometer ese error. —Se disculpó en broma.

—Te perdono, un error lo puede tener cualquiera —Rió al ver a Abbie rodar los ojos—. Tú estás preciosa.

—Soy preciosa. —Le imitó.

—No lo he dudado nunca. —Sonrió antes de unir sus labios en un beso.

Un beso dulce.

Un beso lento.

Un beso de estos que transmiten todo lo que las palabras no pueden.

Al separarse Abbie estaba sonriendo y sus mejillas habían adquirido un tono carmesí.

—Venga, vámonos ya que las chicas estarán esperándote.

Asintió de acuerdo y tras coger su bolso los dos salieron de la habitación.

Evidentemente no irían juntos a la fiesta. Justin iba para allí directamente mientras que Abbie primero debía pasar por casa de Bella para recoger a sus dos amigas y el regalo que le habían comprado a Heather entre las tres.

Kristie había encontrado un lugar en el que tú misma podías diseñar tus propios zapatos así que entre las tres habían creado unos para ella. Quizás no era el regalo más espectacular o el más caro que iba a recibir, pero si era algo original.

Se pararon cuando llegaron al coche de Abbie que estaba aparcado justo enfrente de la casa, el de Justin estaba tres coches por delante.

—Nos vemos en un rato. —Se despidió él.

—Hasta entonces. —Le besó rápidamente antes de entrar al coche.

___

—Bien, ahora que estamos aquí... ¡Que empiece la fiesta! —chilló Bella cuando entraron al salón principal.

La música sonaba un poco alta, pero algunas personas que se encontraban cerca y llegaron a escucharla la miraron entre divertidos y extrañados. Sus dos amigas se limitaron a reír y las tres se encaminaron hacia la mesa donde el resto de regalos estaban colocados.

—Iré a buscar a Jordan —avisó Kristie antes de perderse entre las personas que había por allí.

—No sabes cuanto me alegro de que tú no puedas ir corriendo a los brazos de tu novio. —Bella entrelazó su brazo con el de Abbie.

—Oye... —Se quejó.

—Lo siento, pero así no me dejas sola. —Sonrió.

—¿Y Heather? —Miró alrededor intentando encontrarla.

—Probablemente estará saludando a toda esta gente.

—¿Tantos amigos tiene? —preguntó al fijarse en la cantidad de gente que había allí.

—Que va, seguramente su madre se ha encargado de invitar a tres cuartos de las personas que se encuentran aquí. Ya sabes, apariencias.

—¿Para fardar?

—Exacto. —Asintió.

Ahora que miraba bien, casi todos eran adultos, gente que no tenía porque estar en el diecinueve cumpleaños de una chica.

Mientras escaneaba a la multitud su mirada topó con la de Pattie, sonrió y agitó la mano saludándola, la mujer imitó su gesto, cosa que consiguió llamar la atención de su marido que desvió la vista de la persona con la que estaba hablando para mirarla; la pequeña sonrisa que tenía desapareció de su rostro, pero volvió en cuanto posó sus ojos de nuevo sobre la persona que le seguía hablando.

Abbie, indiferente ya a los desaires de Jeremy, siguió mirando a la gente que se encontraba allí, intentando dar con algún rostro conocido. Y lo hizo. Justin se veía bastante contento charlando con una castaña que también parecía entusiasmada con la conversación por la forma en que se inclinaba hacia él y le acariciaba.

—¿Quién es esa? —La pregunta salió de su boca casi sin darse cuenta.

—¿Quién? —Bella miró en la misma dirección que ella.

—La que está hablando con Justin. —Frunció los labios.

La italiana intentó dar con el chico y en cuanto lo hizo y vio a su acompañante se extrañó.

—No tengo ni idea, no me suena de nada —Hizo una mueca—. Aunque parece que Justin si la conoce. —Miró divertida a su amiga.

Sin embargo, la chica no apartaba la vista de su novio que pareció darse cuenta de que le estaban observando porque dirigió su mirada hacia donde Bella y Abbie se encontraban. Sonrió al ver que ya habían llegado y esperaba que Abbie respondiese de la misma forma; pero ella giró la cara, dejándole confundido.

—¡Chicas! —La voz de Heather llamó su atención.

—Hey, aquí está la cumpleañera. —Sonrió Abbie.

—Que guapa vas. —La halagó Bella.

Su vestido era negro, ajustado al cuerpo y de tirantes. Llegaba hasta unos centímetros por encima de las rodillas y tenía un buen escote. También llevaba un collar y pulseras doradas.

—Vosotras no os quedáis atrás —Rió abrazándolas—. ¿Y Kristie?

—Con Jordan.

—Oh claro... Muy bien, pues las solteras nos haremos compañía —bromeó y Abbie rió algo incómoda.

—Eso, ¡a disfrutar de la fiesta! —comentó entusiasmada Bella— Y para eso tengo que ir hablar con el DJ, ¿qué clase de música tiene puesta?

—Tranquila, la gente aún está llegando, están comiendo los aperitivos... De aquí a un rato pondrá algo más... ¿bailable?

—Eso espero, si no tendré que tomar medidas. —Trató de sonar amenazante, pero solo causó risa a sus amigas.

—¿Por qué no vais con el resto? Yo iré en un rato, cuando acabe de saludar a unas cuantas personas más. —Rodó los ojos, evidenciando su poco entusiasmo.

—Está bien, ¿sabes dónde están?

—Creo que antes he visto a Aaron cerca de la terraza, no sé si seguirá allí.

—Ahora lo comprobaremos —Tomó el brazo de Abbie de nuevo—. Que sea leve. —Se burló.

—Que vaya bien. —Abbie sonrió levemente antes de ser arrastrada por Bella.

Tal y como había dicho Heather encontraron a Aaron al lado de las puertas acristaladas que llevaban al exterior. Sonrió al verlas aparecer.

—Perfecto, justo lo que necesitaba.

—¿Nos necesitabas? —Abbie frunció el ceño.

—Iba a pedirle un favor a Kristie, pero Jordan no ha querido que lo hiciese —Bufó burlándose—. Pero como mi querida amiga modelo Abbie Hall está aquí, no me hará falta. —Sonrió abrazándola por los hombros.

—Esto me da miedo... —Bella miró extrañada a Aaron y Abbie asintió de acuerdo.

—Pero si es un favorcillo de nada. —Sonrió inocentemente.

—A ver, cuéntame.

—¿Ves al chico ese que hay en la barra? —Apuntó delante de ellos y Abbie asintió al ver al moreno—. Bien, pues tienes que ligar con él.

—¿Perdón? —Le miró sorprendida.

—Así podrías conseguir bebida para tus queridos amigos. He visto a una chica hacerlo antes, es un poco primo. —Rió.

—¿Y por qué no vas tu mismo a pedírsela?

—Porque no puede servir alcohol a menores de veintiuno. —Puso voz tonta, como burlándose del chaval.

—¿Y por qué no lo intenta Bella?

—Ah no, a mí no me mires —Se apresuró a decir su amiga—, te lo ha pedido a ti.

Bufó y volvió la vista hacia Aaron que la miraba con ojos de cachorrito.

—Anda, di que sí...

—¿Sí qué? —Justin llegó donde ellos y tuvo que reprimir el impulso de apartar a Aaron del lado de Abbie y ponerse él en su lugar.

—Abbie me va a ayudar a conseguir algo de alcohol para animar la fiesta. —Guiñó un ojo.

—Aún no he dicho que vaya a ayudarte.

—¿Cómo se supone que va a hacerlo?

Mala pregunta.

—Va a decirle cuatro cosas bonitas al barman y cuando lo tenga en la palma de su mano volverá con un par de cervezas y lo que sea que quieran ellas. —Señaló a las dos chicas.

—Ni hablar. —Se negó rotundamente.

—¿Por qué? —preguntó decepcionado.

—Ya iré yo a pedírselo. —Ignoró su pregunta.

—Te va a decir que no, en cambio a una cara boni-

—Que voy yo he dicho —Le cortó—. Casi tengo veintiuno, no tendrá problema.

Dicho eso se encaminó hacia la barra ante la mirada de los tres, sin ni siquiera preguntarle a las chicas qué querían. Una sonrisa quiso escaparse de los labios de Abbie al ver como se había puesto a la defensiva; pero luego recordó a la chica de antes y su semblante se volvió serio. De repente la idea de ligar con el barman no le parecía tan mala.

Tras intercambiar unas palabras con el chico Justin volvió, pero solo con una cerveza en la mano.

—¿Y el resto?

—No puede darme más de una bebida. —Se encogió de hombros dándole un trago a su cerveza.

—Abbie... —La miró de nuevo.

—¿Por qué no se lo pides a Bella? —sugirió Justin.

—Yo ya me he negado. —Se cruzó de brazos divertida. En realidad no le importaría ir, pero tenía ganas de ver la cara de Justin si lo hacía Abbie.

—Iré —accedió ante la mirada incrédula de Justin—, pero solo si Bella me acompaña.

—Genial, dos tienen más poder de convicción que una.

—¿Qué? Pero...

—¿Quieres un Baileys? —La chica asintió, era su bebida favorita—. Pues tendrás que acompañarme.

—Vale... —Rodó los ojos.

—Abbie, no tienes que...

—Me apetece tomar algo, no será nada. —Sonrió falsamente.

—No te pongas celoso... —susurró Bella a Justin cuando pasó por su lado.

Él se mantuvo serio, pero no dijo nada y se colocó al lado de Aaron, viendo como las chicas se iban.

—¿A ti qué te pasa? —Le preguntó su amigo extrañado.

—Nada. —Agitó la cabeza quitándole importancia pero sin apartar la mirada de Abbie.

Mientras, las dos chicas se acercaban cada vez más a la barra y Bella miró hacia atrás, soltando una pequeña carcajada.

—Dios, ¿puedo grabar la cara de Justin? —Se burló.

—Eso estaría bien. —Rió.

—Es que... —Miró hacia atrás de nuevo y volvió a reír.

—Calla, que ya llegamos —Golpeó su brazo para que parase—. Hola. —Puso la mejor de sus sonrisas para saludar al chico.

—Hey... —Sonrió también al ver a las dos chicas que tenía delante.

—Mi amiga y yo queríamos un Baileys, un vodka con naranja y una cerveza. —Pidió Abbie apoyándose sobre la barra.

—Umm... ¿Tenéis un carné o algo para demostrarme que tenéis más de veintiuno?

Bella chasqueó la lengua.

—Los hemos dejado en el bolso, ¿no puedes hacer la vista gorda?

El chaval hizo una mueca.

—Es que mi jefe es algo estricto y como...

—Oh vamos, Mark... —Abbie leyó su nombre en la placa que llevaba y ladeó la cabeza— Nadie se va a enterar. —Sonrió.

—De verdad que si por mi fuese no había problema, pero... —Paró al ver el puchero que le estaba dedicando Abbie.

—No va a pasar nada —Le tranquilizó—. Será solo una copa para animarnos un poco, no es como si fuésemos a emborracharnos y a acabar restregándonos con cualquiera en medio de la pista de baile.

—Aunque claro... Si eso es lo que quieres luego puedes servirnos más. —Las dos se miraron y rieron tontamente.

—Venga Mark.... —Le animó mordiendo su labio inferior.

Dudó durante unos segundos, pero terminó accediendo. Las chicas chocaron las manos sin que él las viese mientras iba a buscar algo de lo que le habían pedido. Primero sacó la cerveza y el Baileys.

—Voy a llevarle esto a Aaron. —Le dijo Bella mientras cogía las dos bebidas.

—¿Qué? Pero... —De nada sirvió quejarse ya que se alejó de todas formas. Soltó un bufido y se giró de nuevo hacia el chico, que estaba terminando de preparar su bebida.

—¿Sabes? De aquí a un par de horas un compañero mío vendrá a relevarme —comentó mientras dejaba el vaso delante de ella—. Quizás puedas reservarme un baile para entonces.

Algo incómoda, Abbie le dio un pequeño sorbo a su bebida.

—No creo que eso sea posible... ¿Ves al chico que no aparta la vista de nosotros? —El chico miró detrás de ella—. Pues, es mi novio y no creo que le haga mucha gracia que bailemos juntos —Hizo una mueca—; pero gracias por las bebidas. —Sonrió antes de irse.

Cuando llegó donde la esperaban sus amigos se acercó a Justin y besó su mejilla, sorprendiendo a todos por completo.

—Le he dicho al chico que eras mi novio, tengo que hacerlo un poco creíble. —Se encogió de hombros antes de beber de nuevo. Delicioso.

—Gracias Abbie. —Le agradeció Aaron levantando su cerveza.

—No ha sido muy difícil. —Rió.

Bella miraba divertida a Justin que seguía con el semblante serio.

—Aaron, acompáñame a buscar a Kristie y Jordan. —Le pidió, queriendo dejar a la pareja a solas.

—¿Para qué? —Frunció el ceño.

—Para molestarles un rato. —Sonrió pícaramente.

—Oh... —Sonrió él también— Vamos a reírnos del Jordan ñoño.

Los dos se alejaron riendo e intentando averiguar que le molestaría más a Jordan.

—¿Por qué lo has hecho? —Justin la miraba acusatoriamente.

—Me apetecía uno de estos. —Agitó su bebida delante de él y se encogió de hombros inocentemente.

—Yo podría haberte pedido uno después.

—No quiero molestar.

—Tú no molestas nunca.

—¿Si me hubiese acercado a ti hace un rato tampoco?

—¿Cuándo? —Frunció el ceño.

—Cuando estabas hablando con no sé quién. —Trató de mostrar indiferencia.

—¿Con qui- Oh... —Una sonrisa empezó a formarse en su rostro.

—¿Qué? —espetó antes de sorber por la pajita de nuevo.

—¿Te refieres a cuando hablaba con Leah? —Su sonrisa no se borraba y eso empezaba a ponerla nerviosa.

—Supongo que será ella, no la conozco. —Apartó la vista.

—No estarás celosa, ¿no?

—¿Yo? —Se giró para mirarle apuntándose con el dedo—. No digas tonterías.

—Entonces, ¿no has hecho todo esto para devolvérmela y ponerme celoso? —La miró alzando una ceja.

—¿Ha funcionado?

—Bastante bien, la verdad.

—Bien —Asintió haciendo reír a Justin—, pero yo no estaba celosa.

—Entonces no te importará que vuelva con ella y-

—Ni se te ocurra, Bieber.

—¿Acabas de llamarme Bieber? —Asintió tratando de ocultar su sonrisa—. Mmm... ¿significa eso que estoy en problemas? —Se acercó a ella, pero aún manteniendo una distancia prudente.

—Sí si te vas con la tal Leah —dijo seria, a pesar de que sus mejillas empezaban a doler de tanto intentar reprimir una sonrisa.

—¿Qué harías si me fuese con ella? —Alzó una ceja, mirándola desafiante.

—Volvería con el barman, el chico no está nada mal. —Se encogió de hombros.

—Entonces tendríamos un problema. —Se acercó un poco más a ella.

Por suerte la gente estaba demasiado metida en sus conversaciones como pararse a analizar si la distancia que les separaba era la más apropiada para dos amigos.

—¿Por qué?

—Porque me echarían de la fiesta por agredir a uno de los trabajadores.

—Tan violento como siempre. —Rodó los ojos.

—No tengo problema en recurrir a la violencia si es para defenderte —confesó.

Abbie pensó en sus palabras un momento.

—No sé si eso es dulce o si debería preocuparme.

Justin rió y besó su mejilla fugazmente, a pesar de que lo que quería era unir sus labios. Al separarse miró tras de ella.

—Cielo, ¿qué coño le has hecho al chico ese? —preguntó divertido.

—Solo he sonreído un poco. —Bebió de nuevo.

—Debe haber sido una sonrisa estupenda porque no aparta la vista —comentó aún mirando detrás de ella.

—Es mi mejor sonrisa de portada. —Sonrió exageradamente haciéndole reír.

—Pareces una loca.

—Pues he enamorado al chaval.

—Y a mí —dijo mirándola fijamente a los ojos.

Las mejillas de Abbie empezaron a tomar un tono rosado que poco a poco se fue transformando en rojo. Mordió su labio algo tímida y miró a Justin a través de sus largas pestañas, él la miraba sonriente y quizás algo sonrojado también.

—Justin, menos mal que te encuentro —Una voz hizo que se apartasen un poco y en cuanto Abbie vio a la chica que se acercaba a ellos hizo una mueca—. Tus padres no paran de hablar con gente sobre negocios y eso. —Rodó los ojos.

—Te he dicho que te vinieses conmigo. —Le recordó cuando la chica se colocó a su lado.

—No quería que tuvieses que hacer de mi canguro —Se giró hacia Abbie y sonrió—. Hola.

—Leah, ella es...

—Lo sé, Abbie —La abrazó y ella por no ser maleducada le devolvió el gesto, solo con una mano porque con la otra sostenía el vaso—. Yo soy Leah, la prima de Justin. Encantada.

Abbie la observó sorprendida y avergonzada. ¿Se había puesto así solo por su prima?

Justin por su parte, situado a un par de pasos por detrás de su prima, la miraba con una sonrisa socarrona en su rostro.

—Lo... Lo mismo digo. —Se apresuró a decir.

—Leah ha venido a visitar la universidad, el año que viene vendrá a estudiar aquí. —Le explicó el chico.

—Oh... ¿Qué quieres estudiar?

—Ciencias políticas.

—Vaya... Es raro ver a gente joven interesada en ese tipo de asuntos —comentó sorprendida.

—Lo sé, soy un bicho raro. —Hizo una mueca riendo.

—La verdad es que un poco rara si eres —admitió Justin burlándose de ella.

—No te metas con ella —La defendió y él le miró alzando una ceja como diciendo: "Hace un momento la odiabas"; sin embargo ella le ignoró—. Yo soy la que teniendo una prometedora carrera como modelo se ha puesto a estudiar psicología así que... —Se encogió de hombros y ambas rieron.

—Bueno, como os lleváis tan bien te dejaré con ella. Yo iré a saludar a un par de amigos, vuelvo en un rato. —Le guiñó un ojo a las dos y se alejó.

—¿Y cómo es que estás aquí? ¿Conoces a Heather? —Le preguntó Abbie curiosa.

—No mucho, la verdad... La he visto alguna vez cuando he venido aquí de visita —Le explicó—. Pero ayer mi tía insistió en que viniese, para entretenerme un rato.

—¿Te estás quedando en casa de Justin?

Las alarmas saltaron en su mente. Si era así probablemente se preguntase por qué su primo no vivía allí y dónde demonios estaría haciéndolo.

—No —Negó—, estoy en casa de mi abuela. Así le hago un poco de compañía también.

Siguieron conversando durante unos minutos y cuanto más conocía a Leah más avergonzada se sentía por su actitud de antes. Ya no solo porque había resultado ser la prima de Justin, sino también porque estaba descubriendo que era una chica encantadora.

—¿Puedo confesarte algo? —Leah la miró con una pequeña sonrisa.

—Claro. —Abbie asintió curiosa.

—Cuando salieron estos rumores de que tú y Justin estabais juntos esperaba que fuesen verdad. —Rió al ver la cara de sorpresa de Abbie.

—¿En serio? —Una sonrisa tiró de sus labios.

—Sí. —Asintió aún riendo.

—¿Por qué?

—A ver, ya te he dicho que no conozco mucho a Heather, pero por lo poco que he visto... —Calló intentando buscar las palabras adecuadas— Parece ser extremadamente empalagosa —Hizo una mueca extraña haciendo reír a Abbie—. No, va en serio. Estaba todo el rato encima de él, me extraña no haberla visto cerca de él aún.

—Mmm... En realidad eso tiene una explicación —Leah miró expectante a Abbie—. Ya no están juntos.

—¿Han roto? —preguntó sorprendida a lo que Abbie asintió—. ¿Qué ha pasado?

Yo.

—Exactamente no lo sé, no hablan mucho del tema.

—Bueno, da igual —Agitó la mano con desdén—. Lo importante es que mi primo se ha librado de la lapa.

Las dos rieron de nuevo, pero fueron interrumpidas por un carraspeo a sus espaldas. Al girarse toparon con el semblante serio de Jeremy.

—Veo que ya conoces a mi sobrina. —Mostró una sonrisa algo forzada.

—Sí, Justin me la ha presentado. —Sonrió también, intentando ser educada.

—Leah, creo que tu tía te estaba buscando para presentarte a no sé quién.

—Oh... Nos vemos luego, Abbie. —Se despidió.

—Hasta luego —dijo antes de que se alejase.

En cuanto Leah se giró la sonrisa de la chica se borró y miró a Jeremy, ya que seguía a su lado.

—¿Riéndote de Heather? —Alzó una ceja—. Primero le quitas a Justin, ahora te burlas de ella... ¿De verdad la consideras tu amiga?

—¿Quiere algo? —Ignoró por completo lo que le acababa de decir.

—Saber si te has replanteado mi oferta.

—No tengo que replantearme nada, la respuesta sigue siendo no.

—Eres un hueso duro de roer, ¿eh?

—Como ya le dije, no estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por dinero. Quiero a su hijo y no pienso cambiarle por un cheque. —Le dio un último trago a su bebida y dejó el vaso vacío sobre una mesa que tenía a sus espaldas antes de alejarse de allí.

___

La fiesta se encontraba en uno de los puntos más álgidos. Estaban a punto de sacar la tarta y, tal y como había prometido Heather, ahora la música era una que te permitía bailar.

La improvisada pista de baile se encontraba atestada de adolescentes y jóvenes mientras los adultos se encontraban en una sala contigua, algunos algo escandalizados por el lenguaje explícito de la canción que sonaba en esos momentos por los altavoces y otros intentando ignorarlo para poder continuar con sus conversaciones.

Abbie se encontraba moviéndose al ritmo de la música junto a Bella, Kristie y Leah —la cual ya se había presentado a todos—. Hacía rato que habían perdido de vista a Heather, había estado con ellos un buen rato, pero el resto de invitados la reclamaban.

I don't fuck with you —Bella cantaba junto a Big Sean—.
You lil stupid ass bitch, I ain't fuckin' with you.

You lil, you lil dumb ass bitch, I ain't fuckin' with you —Aaron llegó junto a Justin y Jordan y siguió la canción—.
I got a million trillion things I'd rather fuckin' do
than to be fuckin' with you, lil stupid ass.

—I don't give a fuck, I don't give a fuck
I don't, I don't, I don't give a fuck —cantaron al unísono—.
Bitch, I don't give a fuck about you, or anything that you do.

Justin aprovechó la distracción del grupo con el espectáculo que estaban dando sus dos amigos para posicionarse tras Abbie. Sus manos se situaron sobre sus caderas, sorprendiéndola un poco, pero enseguida se dio cuenta de que se trataba de él y siguió meciéndose al son de la canción. Él se acercó un poco a ella para que pudiese escuchar lo que le iba a decir.

—¿Sabes? Yo no tengo nada mejor que hacer. —Lanzó la indirecta haciendo referencia al estribillo de la canción.

—Estamos en una fiesta de cumpleaños. —Rió.

—Podemos irnos cuando quieras.

Se giró para encararle y vio como sonreía de lado.

—Quizás después de la tarta. —Le miró a los ojos y sonrió con suficiencia al verle tragar saliva.

Se alejó de él aún mirándole, pero cuando topó con Kristie tomó su mano y las dos empezaron a bailar mientras reían.

—Se te nota demasiado. —Se burló Jordan de él al ver que no apartaba la vista de Abbie.

—No soy el único que mira —Frunció el ceño al ver a más de uno dándole un repaso a su novia—. Además, tú miras como un idiota a Kristie, se te va a caer la baba.

—¿Por qué te piensas que digo que se te nota tanto? —Se burló de nuevo y palmeó su hombro.

De repente la música paró y se pudieron escuchar algunas quejas entre el público. Sin embargo, cuando un foco apuntó hacia la tarima todos se callaron al ver a Victoria sobre éste con un micrófono en la mano.

—Un poco de atención, por favor —pidió para acallar las pocas voces que aún se escuchaban de las personas que estaban regresando al salón principal—. Bien, antes que nada muchas gracias a todos por haber venido y celebrar el cumpleaños de nuestra preciosa hija con nosotros —Sonrió y entre los aplausos de la gente se pudo escuchar algún silbido—.

»Pero bueno, es el cumpleaños de Heather así que es ella la que debería estar aquí arriba. Cielo, ¿puedes subir?

La gente empezó a apartarse para abrir paso y que Heather pudiese llegar hasta las escaleras y subir con su madre. Mientras llegaba en la pantalla que había tras el escenario iban saliendo fotos de la chica desde que era un bebé de apenas días hasta algunas que se había tomado hacía un par de semanas; todas intercaladas. Abbie no podía evitar sentir una pequeña opresión en el pecho cada vez que una foto de Justin y Heather aparecía, pero sabía disimularlo con una sonrisa y un fuerte aplauso dedicado a su amiga.

—¿Por qué habéis puesto fotos conmigo? —Le preguntó Justin a Jordan, mirando de reojo a Abbie.

Su amigo se encogió de hombros.

—No sé, tío. Mi madre y Heather se han encargado de organizarlo todo.

Dirigió la vista a la figura de la chica que acababa de subir los pequeños escalones de la tarima y se acercaba a su madre para abrazarla.

Has sido y sigues siendo una parte importante de su vida, es normal que quiera ponerte, trató de convencerse a si mismo.

—Ahora que tenemos aquí a la cumpleañera, podemos traer la tarta —exclamó Victoria emocionada.

Una puerta cercana al escenario se abrió y de allí salió un camarero sujetando un pastel de dos pisos; era totalmente blanco, con elegantes detalles en negro y rosa. Muy del estilo Heather.

Mientras esto sucedía y la gente cantaba el cumpleaños feliz un grupo de camareros y camareras se distribuían por la sala; entregando copas de champagne para el brindis de después.

—¿Se supone que de ahí tenemos que comer todos? —preguntó sorprendida Bella tras aceptar su copa.

—¿Tú eres tonta? Hay más dentro. —Le explicó Jordan.

—Aaron, me acaba de insultar. Defiéndeme. —Le pidió.

—¿Qué? ¿Por qué yo? Defiéndete tú sola.

—No es justo, siempre tengo que hacerlo yo. Kristie tiene a Jordan y Abbie a... —Calló en cuanto se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir—, c-con ella nunca os metéis.

—Búscate un novio. —Se encogió de hombros.

—Ninguno cumple mis expectativas... —dijo tristemente.

—Pues baja el listón.

—¿Estás de bro-

—¿Queréis callaros? Heather va a hablar. —Les reprendió Kristie.

Y es que mientras tenían esta pequeña riña ni se habían dado cuenta de que la chica había soplado las velas y ahora sujetaba el micrófono.

—Bueno, mi madre ya lo ha dicho, pero una vez más gracias por estar aquí —Sonrió—. A algunos de vosotros, ya sea porque vivís algo lejos o cualquier otro motivo, no os veo prácticamente desde hace un año; así que os haré un resumen de todo lo que ha pasado en este tiempo.

»Algunas cosas no han cambiado, como por ejemplo: Mi obsesión por los zapatos, no levantarme antes de las once los domingos y, por desgracia, Jordan sigue siendo mi hermano. —Hizo una mueca sacando algunas risas entre el público.

—¡Oye! —Se quejó él— ¡Tampoco es un placer vivir contigo! —bromeó y ambos rieron.

—Pero, aunque esas y muchas otras cosas sigan siendo iguales este año también han habido grandes cambios: He empezado la universidad —Presionó un botón de un mando que tenía en la mano y una foto de Brown apareció en la pantalla.

—Mierda, si que tenía esto bien preparado... —murmuró Abbie.

—Si en algo se parecen mi madre y mi hermana es en que siempre tienen que destacar en las fiestas que organizan. —Rió Jordan.

—Me quité el flequillo... Mamá, ¿cómo me dejabais salir con eso por la calle? —bromeó mirando la foto que ahora aparecía en la pantalla. Victoria, ahora entre el público, rió negando con la cabeza—. Una de mis mejores amigas se ha convertido en mi cuñada.

Un gran aww se escuchó cuando una foto en primer plano de Jordan besando la mejilla de Kristie apareció en la gran pantalla.

—¿Le has pasado una foto nuestra? —Kristie miró a Jordan entre enfadada y avergonzada.

—Pero preciosa —La rodeó con su brazo y la acercó a él—, si salimos adorables.

—Estoy de acuerdo —coincidió Abbie sonriendo a su amiga.

Ella solo escondió la cabeza en el cuello de su novio, intimidada por algunas miradas de los que se encontraban a su alrededor.

—Y hablando de amigas... —continuó y esta vez una foto de ella y Abbie, tomada hacía ya unos meses, y una de la modelo en el desfile de Victoria's Secret ocupaban la pantalla— Soy amiga de una de las chicas que desfiló para Victoria's Secret.

Una ronda silbidos —molestos para Justin— siguieron a las palabras de Heather mientras que Abbie reía algo incómoda.

—¿Quién me iba a decir exactamente hace un año que eso iba a ocurrir? —Negó con la cabeza incrédula— Aunque claro, tampoco habría creído que estaría soltera. —Ahora era una foto de Justin y Heather lo que se veía en la pantalla.

Jadeos, susurros y miradas furtivas hacia Justin se repartían por toda la sala ante la sorpresa por la noticia. Abbie empezó a notar un sudor frío recorrer su espalda, no sabía porque pero esto le daba mala espina. Miró de reojo a Justin, él se mantenía serio, de brazos cruzados y miraba al frente.

—Aparentemente estos dos últimos hechos no tienen nada que ver, ¿verdad? —Heather andaba de un lado a otro del escenario.

—Jordan, ¿qué coño es esto? —susurró Justin a su oído entre dientes.

—No tengo ni puta idea. —Frunció el ceño. ¿Qué tramaba?

—Sin embargo, si indagamos un poco... Es curioso que Justin tomase la repentina decisión de ir a Los Ángeles justo cuando Abbie se encontraba allí por motivos de trabajo.

Los murmullos iban en aumento y cada vez más gente miraba hacia donde la pareja se encontraba. Bella, harta de eso y con miedo a lo que pudiese pasar, se abrió paso entre la gente hasta llegar al borde de la tarima.

—Heather, ¿qué haces? —susurró lo suficientemente alto para que la escuchase.

—Lo correcto.

Victoria, confusa por lo que su hija estaba haciendo, consiguió ponerse al lado de Bella.

—Cielo, deja ese micrófono y baja aquí.

—No mamá, sé lo que me hago —dicho eso se alejó para seguir hablando—. Hace unos días salió una noticia de que Abbie podría estar con alguien, en la foto no se veía bien la cara del chico; pero mira que casualidad... —Se hizo la sorprendida— Estaba en un restaurante al que Justin va desde que era bien pequeño.

—Creo que voy a salir fuera —murmuró Abbie algo mareada entregándole su copa a Kristie—, necesito algo de aire.

El grupito se encontraba cerca de un lateral, por lo que no tuvo que apartar a mucha gente para poder salir del tumulto.

—¿Te vas? —preguntó Heather desde el escenario, haciendo que se paralizase—. Pero si aún queda la mejor parte de la historia. —Sonrió de lado pero Abbie no pudo verla porque le daba la espalda.

—Heather, para con esto. —La voz de Justin se escuchó clara a pesar de no haberla alzado demasiado porque la sala estaba sumida en un intenso silencio.

—Tranquilo, si ya acabo. Solo queda el gran final —Presionó de nuevo el botón del pequeño mando—. Quizás deberíais tener más cuidado la próxima vez.

Al escuchar esas palabras Abbie no pudo evitar girarse, para ver a qué se refería con eso. Esta vez no era una foto, sino un vídeo y no tardó en reconocer la escena. Había sido grabado el lunes, cuando había aprovechado el pequeño descanso que tenía para ir a encontrarse con Justin; la persona que lo había grabado se encontraba algo lejos por lo que no se podía escuchar bien su conversación, sin embargo se veía claramente que eran ellos dos. Para el momento en que los dos se besaron los murmullos empezaron de nuevo, esta vez de una forma mucho más intensa.

¿Quién demonios había grabado ese video?

—Así es. Cuando Abbie llegó no conocía a nadie, yo le presenté a mis amigos y ahora es una más. Le he dejado mis apuntes siempre que ha tenido que faltar algún día por motivos de trabajo, la he apoyado cuando ha pasado por malas rachas... Ya sabéis, cosas que hacen las amigas —Su vista se posó en la chica—.

»¿Y cómo me lo paga ella? Tirándose a mi novio —Tomó la copa de champagne que se encontraba al lado de la tarta y la alzó—. Así que este brindis va por todas esas cosas que han pasado este año y por las zorras que te roban al novio. —Sonrió aún mirando a Abbie y le dio un sorbo a su bebida.

Silencio. Eso es lo que prosiguió al discurso de Heather. Las miradas de las personas se alternaban entre los tres protagonistas, pero nadie se atrevía a decir una sola palabra, por lo que se pudo escuchar perfectamente el sonido de los tacones de Abbie chocar contra el suelo mientras salía de allí prácticamente corriendo, aguantando las lágrimas que notaba al borde de sus ojos. Justin, sin pensarlo ni un segundo, la siguió.

—¿Quién quiere tarta? —preguntó Heather como si nada una vez los dos habían abandonado la sala.

—¿Qué coño has hecho? —Bella la miró enfurecida.

—Oh, vamos... ¿De verdad te vas a poner de su lado?

—¡Acabas de humillarla delante de toda esta gente! Por supuesto que me pongo de su lado.

—Ella y Justin se han reído de mí durante demasiado tiempo, debía devolvérselo con la misma moneda.

La italiana negó con la cabeza y se alejo de allí dispuesta a seguir los pasos de Justin y Abbie.

Heather alzó la vista confundida y buscó al resto de sus amigos. Todos se habían ido, exceptuando a Jordan que miraba a su hermana con completa decepción reflejada en su rostro.

—¿Tú también? —habló aún desde el escenario.

Pero Jordan ni se molestó en contestar, solo se alejó de allí para reunirse con el resto.

Cuando Bella atravesó la gran puerta por la que Justin y Abbie habían salido miró a ambos lados del pasillo, intentando dar con alguno de ellos.

—¿Alguna idea de dónde pueden estar? —preguntó a sus amigos que la seguían unos metros por detrás.

—¿El baño? —sugirió Kristie.

Bella asintió de acuerdo y se encaminaron hacia donde los carteles indicaban que estaban los servicios. Cuando se plantaron delante de la puerta del baño de mujeres se detuvieron.

—Esperad aquí —dijo Bella a los dos chicos.

—Queremos ver como está. —Se quejó Aaron.

—No es bueno que haya tanta gente, la agobiaremos —Les explicó Kristie.

Los dos asintieron entendiendo a qué se refería y las chicas entraron, encontrándose a Justin apoyado contra la puerta del último de los cubículos.

—Cielo, abre la puerta. —Insistió por lo que parecía ser la enésima vez.

Abbie se había cansado de negarse después de la quinta, por lo que ahora la única respuesta que recibía eran sus sollozos y eso hacía que su corazón se encogiese aún más.

Bella se acercó a él y acarició su brazo.

—Déjanos a nosotras.

Él miró preocupado hacia la puerta.

—No quiero dejarla sola.

—Estará con nosotras —Le tranquilizó Kristie—. Anda, ve fuera con los chicos y vigilad que no entre nadie.

Dudó unos segundos, alternando su vista entre sus dos amigas y la puerta que le separaba de Abbie, pero finalmente terminó accediendo.

—Está bien, pero cual-

—Tranquilo Romeo, te avisaremos. —Palmeó su espalda, intentando quitarle tensión al asunto y pareció funcionar ya que una sonrisa cruzó su rostro ante el gesto de la italiana.

Cuando salió del baño topó con las miradas interrogantes de Jordan y Aaron.

—Se ha encerrado en uno de los baños y no quiere salir. —Se encogió de hombros y metió las manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Tío, siento lo que ha hecho Heather —Se disculpó Jordan—. No sé qué coño le ha dado.

—No te preocupes, no eres tú el que debe disculparse. —Tensó la mandíbula al recordar lo sucedido hacía apenas unos minutos.

—Sé que quizás no es el mejor momento —habló Aaron—, pero ¿podéis aclararme todo esto?

Los dos amigos se miraron y rieron ante la confusión del chico.

Mientras, Bella y Kristie intentaban que Abbie saliese de donde se encontraba.

—Abbie, te juro que como no salgas me meto en el de al lado y salto —amenazó—. Y te recuerdo que llevo tacones.

—¡Bella! —La reprendió Kristie.

—¿Qué? No podemos dejar que se quede ahí toda la noche.

Entonces escucharon como la puerta era desbloqueada. Esperaban a que la chica saliese, pero al no ser así Kristie empujó un poco la puerta para poder abrirla.

Abbie se encontraba sentada sobre la tapa del retrete, con la cabeza gacha apoyada sobre sus manos; sobre su regazo un par de trozos de papel higiénico algo arrugados y manchados de maquillaje.

Las dos chicas se miraron dubitativas, pero finalmente Kristie dio un paso al frente y se puso en cuclillas para estar a su altura.

—Hey... —susurró apartando parte del pelo que caía sobre su cara.

Fue entonces cuando levantó la cabeza. Sus ojos estaban completamente rojos y había manchas negras debajo de éstos, no paraba de sorber por la nariz y su labio inferior temblaba un poco.

—¿Q-qué hacéis aquí?

—¿Dónde quieres que estemos? —Bella frunció el ceño colocándose al lado de Kristie.

Era un poco incómodo estar las tres metidas en el pequeño cubículo y la postura tampoco era la mejor pero, a pesar de que el lugar parecía muy limpio, no pensaba sentarse en el suelo del baño.

—No sé... —Se encogió de hombros— Co-con Heather. —Se limpió con uno de los trozos de papel.

—¿Después de lo que acaba de hacer? Ni locas.

—Pero... E-ella es vu-vuestra amiga y... —Sorbió— y debe es-estar dolida p-por to-todo esto.

—¿Y qué? —Kristie limpió sus lágrimas—. Tú también eres nuestra amiga y eres la que se ha encerrado en el baño a llorar, creo que nos necesitas más que ella. —Se encogió de hombros sonriendo levemente.

—¿De verdad creías que nos quedaríamos con ella?

Asintió.

—Lleva a-años siendo vuestra amiga —habló más calmada.

—Eso no tiene nada que ver —Agitó la cabeza—. Lo que ha hecho es algo horrible.

—Quizás me lo merecía. —Mordió su labio al notar que nuevas lágrimas inundaban sus ojos.

—¡No digas eso ni en broma!

Tras el chillido de Bella la puerta se abrió estrepitosamente.

—¿Todo bien? —preguntó Justin aún sin entrar.

—Claro. —Kristie se inclinó un poco hacia atrás para mirarle, frunciendo el ceño.

—Umm... Bueno... es que como Bella ha chillado yo... —Rascó su mejilla nervioso. Una sonrisa fue creciendo poco a poco en el rostro de Kristie— Mmm... ¿puedo entrar?

Antes de que tuviese oportunidad de preguntarle a Abbie, Bella contestó por ella.

—No, aún no hemos terminado. Vuelve con Jordan y Aaron. —Hizo un gesto con la mano como echándole, provocando que Abbie soltase una pequeña risita.

Él, al escucharla, supuso que ya se encontraba mejor y sonrió. Sin decir más volvió a cerrar la puerta.

—Realmente te quiere —comentó Kristie volviendo a mirarla—, se preocupa mucho por ti.

Ella sonrió levemente y colocó un mechón de pelo tras su oreja en un gesto de timidez.

—¿Por qué has dicho que te merecías lo que Heather ha hecho? —Bella la miró confusa.

Abbie suspiró y se incorporó un poco, sentándose recta.

—¿No es evidente? —dijo con obviedad—. Tiene razón en lo que ha dicho, ella fue amable conmigo y yo se lo pago así...

—Oh, vamos... Ni que te hubiese salvado la vida. —Agitó la mano con desdén.

—Lo sé, pero... —Suspiró de nuevo.

—¿Quieres a Justin? —Fue lo que preguntó Kristie.

—Claro —respondió sin dudar ni un segundo.

—¿Y te arrepientes de estar con él?

—No. —Negó con la cabeza.

—Entonces no hay peros que valgan —Tomó sus manos—. Si os queréis debéis estar juntos. Lamentablemente Heather estaba en medio de esta situación y ha salido herida, pero no puedes anteponer su felicidad a la tuya.

—Te lo he dicho varias veces ya, Abbie: Nadie escoge lo que siente.

Miró a sus dos amigas, que la observan en silencio esperando alguna respuesta. Finalmente, tras unos segundos, habló.

—Gracias chicas. —Sonrió.

—Abrazó grupal —canturreó Kristie estirando sus brazos hacia sus dos amigas. Ellas hicieron igual y se fundieron en un tierno abrazo entre risitas.

—Y ahora... —Empezó Bella cuando se separaron— Vas a limpiarte la cara, saldremos de aquí e iremos a por el regalo antes de irnos a tu casa.

—¿Por qué quieres que vayamos a por el regalo? —Kristie frunció el ceño.

—No pienso regalarle nada después de esto. Además, me gustan mucho esos zapatos. —Las tres volvieron a reír.

"¡¿Qué coño haces aquí?!", el chillido proveniente de fuera las hizo callar.

—¿Ese es Justin? —preguntó Bella extrañada y prestaron más atención.

"Creía haberte dejado claro que no quería verte cerca de ella."

Tras esas palabras Abbie abrió los ojos exageradamente y se levantó corriendo. Solo podía tratarse de una persona.

A paso ligero se dirigió hacia la puerta, seguida por unas confundidas Bella y Kristie. En cuanto abrió se encontró justo con lo que esperaba: A Justin con cara de muy pocos amigos; Jordan y Aaron a su lado, mirándole precavidamente y a Kyle enfrente suyo.

Al escuchar el ruido de la puerta abrirse todas las cabezas se giraron en esa dirección.

—¿Qué haces aquí? —Le miró confusa.

—Heather me invitó.

—¿Por qué te invitaría? —preguntó Bella.

—Por el mismo motivo por el que vengo a disculparme.

—¿A disculparte? —Justin rió sin humor—. Si va a acabar como la última vez espero que te lo ahorres.

—¿Qué última vez? —susurró Kristie. Sin embargo, Abbie solo le respondió con un gesto para indicarle que lo hablarían luego.

—¿Por qué quieres disculparte?

Kyle titubeó un momento, mirando de reojo a Justin.

—¿Puede alguien sujetar a tu novio? Es incómodo hablar cuando parece que alguien quiere tirarse a tu cuello y lo último que necesitamos ahora es una pelea.

—Pero, ¿de qu- —Fue interrumpido.

—Aaron, Jordan. Sujetadle —ordenó Bella.

—¿Qué? —Justin la miró incrédulo.

Alzó una ceja en su dirección y tras una pequeña batalla de miradas él bufó, cediendo. Contenta por su victoria, Bella dirigió su vista a sus otros dos amigos.

—No creo que haga falta hacer eso —Jordan rodó los ojos—. Si vemos que intenta algo ya le agarráremos.

—¿Podemos ir a lo importante? —dijo Abbie ya harta—. Habla. —Se cruzó de brazos mirando a Kyle.

Él tragó saliva antes de hacerlo.

—Fui yo quién le dijo a Heather lo vuestro.

Un pequeño bufido que pretendía ser una risa sarcástica se escapó de los labios de Abbie.

—Debí suponerlo... —Negó con la cabeza— ¿Y ahora vienes a pedir perdón?

—Sí, pero... no solo por eso.

—Ah que encima hay más, genial —comentó Justin sarcásticamente.

—Para tu información ella ya sospechaba de todo esto.

—Y llegas tú para terminar de confirmar su teoría.

—Al menos me disculpo, otro no lo haría —respondió empezando a molestarse.

—Ya, también podrías no haberle dicho nada a Heather y te habrías ahorrado la disculpa. —Sonrió falsamente.

—¡Parad ya! —Abbie les llamó la atención, no quería más problemas de los que ya tenían— ¿Qué más has hecho? —Cerró los ojos y frotó sus sienes. Empezaba a estar harta de todo esto.

—El vídeo —dijo finalmente tras unos segundos callado.

Abrió los ojos y levantó la cabeza de golpe.

—¿Tú grabaste ese vídeo?

—Sí, pero cuando se lo mandé no creía que iba a hacer esto —confesó—. Me dijo que iba a afrontar el asunto con vosotros y quería que yo estuviese aquí. No creía que fuese a hacer eso. Si lo hubiese sabido no le habría enviado el vídeo, lo siento mucho.

Tras sus palabras todos se mantuvieron en silencio, esperando una respuesta de Abbie o de Justin —y por el bien de todos sería mejor que ella lo hiciese primero—.

—¿Qué problema tienes conmigo?

—¿Perdón? —Frunció el ceño confundido.

—Querías acostarte conmigo, me engañaste y lo conseguiste. ¿Qué más quieres de mí? —Abrió los brazos y los dejó caer.

—¿Sigues sin entenderlo?

—No tengo ni idea de qué tengo que entender.

Suspiró, pasando una mano por su pelo y miró a todos los allí presentes.

—Creo que esto es algo que deberíamos hablar en privado.

—Ni loco te dejo a solas con ella después de lo del miércoles pasado.

Los amigos de la pareja se miraban confundidos entre ellos al no conocer lo sucedido hacía más de una semana en aquella cafetería.

—Yo no soy así. —Miró duramente a Justin.

—Claro... —Se mofó.

—¡Es verdad! Es solo que...

—¿Qué? —Insistió Abbie.

—Mierda, Abbie. Me gustas y estaba jodidamente celoso. —Acabó confesando.

Para ese punto la tensión era más que palpable y Justin estaba cada vez más cerca de perder los nervios, cosa que solo empeoraba la situación.

—Kyle, no me vengas con eso de nuevo... —Rodó los ojos.

—¿De nuevo? —Repitió Justin.

—Me dio a entender algo parecido cuando quiso hablar conmigo antes de Navidad.

—Lo digo en serio. Sé que fui un completo capullo por hacerte eso, pero al pasar tiempo contigo fui descubriendo un lado tuyo que no conocía y me encanta.

—Como diga una sola palabra más tendremos problemas —murmuró Justin de forma que solo Jordan y Aaron alcanzaron a escucharle.

—Tranquilo. —Aaron palmeó su hombro con una pequeña sonrisa en su rostro.

Abbie, sin percatarse de las palabras de su novio, seguía sin apartar la vista de Kyle mientras intentaba averiguar si estaba siendo sincero con ella; pero es que ni siquiera sabía si sería capaz de averiguarlo. La había engañado una vez, ¿por qué no podría hacerlo una segunda? Quizás solo era una excusa para no quedar tan mal después de lo que había hecho.

—¿Sabes? —habló al fin, todos la miraron expectantes—. Si... Si de verdad te gusto o aunque sea me tienes un mínimo aprecio... déjame en paz, por favor —El rostro de Kyle quedó completamente desencajado tras esas palabras—.

»Ahora mismo no puedo perdonarte, me es imposible después del dolor que me has causado —Negó con la cabeza—. Jugaste conmigo y heriste mis sentimientos, quizás lo que sentía por ti no era tan fuerte como creía, pero eso no quita que me sintiese utilizada.

»Y ahora apareces de nuevo, cuando más feliz estoy, para jodérmelo todo. Puede ser que si me das algo de tiempo consiga perdonarte, pero para que eso sea posible deberás dejar de herirme y parece ser que el único modo es alejándote de mí.

Kyle agachó la cabeza cuando su discurso terminó, comprendiendo lo que ella quería decir y sabiendo que esa era la única salida.

—Está bien —accedió alzando la vista—. Pero... ¿crees que algún día podremos ser al menos amigos? —Una pizca de esperanza en su tono.

—El tiempo lo dirá... —Se encogió de hombros.

—Entonces, supongo que nos veremos por la facultad. —Una pequeña sonrisa tiraba de sus labios.

Ella se limitó a asentir y él, tras levantar la mano a modo de despedida, dio media vuelta y se alejó de allí. El resto se quedó mirando como se alejaba y hasta que no dobló la esquina no reaccionaron.

—Eso ha sido intenso... —Bella fue la primera en hablar.

—Desde luego —coincidió Krisite.

Justin se apartó del lado de sus amigos y se acercó a Abbie que aún seguía mirando por donde se había ido Kyle. Al ponerse su novio delante de ella le bloqueó la vista y parpadeó varias veces, saliendo de su trance, para luego fijar su mirada en Justin.

—¿Estás bien? —Agarró su rostro preocupado.

Ella asintió y sonrió levemente para tranquilizarle.

—Solo necesito irme a casa. —Se abrazó a si misma.

—Claro —Asintió—, iré a por nuestras chaquetas y tu bolso.

—Nosotras también nos vamos.

—Y yo. —Se unió Aaron.

—Yo me iría, pero no puedo dejar a mi madre sola después de todo esto. —Se disculpó Jordan.

—Lo entendemos. —Le dijo Kristie.

—Bien, mientras vosotros vais a buscar las cosas yo me lavaré la cara y eso.

—Podemos esperar a que acabes —sugirió Justin.

—No hace falta, id tirando. Así adelantamos un poco.

—Yo me quedaré con ella —dijo Jordan al ver dudar a su amigo.

—Está bien —cedió algo más tranquilo—. Enseguida volvemos. —Besó su frente antes de alejarse de ella.

—Anda Romeo, que serán cinco minutos. —Bella volvió a burlarse con ese apodo mientras tiraba de su brazo para que empezase a andar.

Abbie rió al ver a su novio siendo prácticamente arrastrado por su amiga y dio media vuelta para volver a entrar al baño.

—No tardaré mucho —avisó a Jordan.

—En realidad... Quería hablar contigo, ¿puedo entrar?

—Claro, no creo que haya problema. —Sonrió al abrir la puerta.

Jordan la siguió dentro y ella se colocó en el primer lavamanos que había. Cogió algo de papel de un dispensador y lo colocó debajo del grifo.

—¿Qué querías? —Miró a Jordan a través del espejo antes de empezar a restregar el papel mojado sobre el maquillaje que se había corrido.

—Lo que te dije hace unos días en casa de Justin... —Empezó.

—Oh —Paró para mirarle—, no te preocupes por eso. —Agitó la cabeza.

—Estaba enfadado y descargué toda mi rabia contra ti.

—Lo sé, tranquilo. Cuando estamos molestos tendemos a decir cosas que no pensamos.

—Ya, pero eso no quita que estuviese mal así que quería disculparme.

—Acepto tus disculpas —Sonrió antes de volver a empezar a limpiarse—. Tú sabes que yo no quería que Heather saliese herida de todo esto, ¿verdad? —habló después de unos segundos en silencio.

—Sí —Metió las manos en los bolsillos de sus pantalones—, sé que la aprecias y ella a ti... por eso no entiendo a qué coño ha venido lo de antes. —Frunció el ceño.

—Está dolida, es comprensible.

—Yo no lo creo. —Negó.

—Bueno... Quizás ha sido un poco exagerada, pero ya sabes como es tu hermana. —Intentó bromear.

Entonces la puerta se abrió, dejando ver a una mujer entrada ya en sus cincuenta que abrió los ojos exageradamente al ver a Jordan allí.

—Señora, estamos hablando y completamente vestidos, no sé de qué se escandaliza.

Un jadeó se escapó de los labios de la mujer tras escuchar el comentario de Jordan, mientras que Abbie tuvo que reprimir una carcajada.

—Esta juventud... —refunfuñó antes de cerrar la puerta de nuevo.

—Pobre mujer. —Rió Abbie.

—Ahora irá a contárselo a todas sus amigas, pero bueno... ya no nos va de eso. —Se apoyó sobre el lavamanos.

—Pues yo creo que he tenido suficiente drama por una temporada y espérate a mañana, cuando esto salga en todos los portales de noticas —Suspiró—. Jessica me va a matar.

—Todo famoso tiene algún que otro escándalo.

—Esperaba poder librarme de ello. —Sonrió.

—Nah, si no tu vida sería demasiado aburrida. Además, quizás esto te abra nuevas puertas.

—¿Nuevas puertas? —Frunció el ceño mientras comprobaba que había eliminado todos los restos de maquillaje de debajo de sus ojos.

—Sí, quizás ahora te quieran como imagen de la web Ashley Madison* —bromeó y rió.

Abbie abrió exageradamente la boca y se giró hacia él.

—Imbécil. —Le tiró una bola de papel, pero él consiguió alcanzarla al vuelo antes de que golpease su cara.

—Era broma... O no, quizás te quieran de verdad —Una nueva bola voló en su dirección, pero esta vez dio contra su frente y al estar mojada quedó enganchada.

—Dios —Abbie empezó a reír exageradamente al ver la bola pegada a la frente de su amigo.

La puerta se abrió de nuevo, esta vez revelando a Kristie. Miró curiosa a Abbie ya que no entendía de qué se reía, pero en cuanto su vista fue a parar a Jordan ella también empezó a hacerlo.

—¿Qué tienes en la cara? —preguntó entre risas.

—Esto. —Antes de que pudiese reaccionar le lanzó la que antes había conseguido atrapar, dándole de lleno en la mejilla.

Kristie dejó de reír enseguida y se quedó unos segundos estática, con la boca abierta.

—No acabas de hacer eso.

—Oh, sí lo he hecho...

—Ahora verás.

Entrecerró los ojos, dedicándole la peor de sus miradas, y empezó a acercarse a él como si lo de la bolita hubiese sido una gran ofensa y estuviese dispuesta a pegarle una paliza o algo así. Sin embargo, cuando estaba a suficiente distancia, Jordan la agarró de la cintura y la levantó como si nada, colocándola sobre su hombro.

—¡Jordan! ¡Bájame ahora mismo! —Empezó a golpear su espalda y a patalear.

—Cuidado con esas patadas, no querrás golpear cierta zona que los dos apreciamos.

—¡Gilipollas! A ver si te voy a dar a propósito. —Roja como un tomate movió su pie con intención de dar en un sitio concreto.

Abbie miraba la escena mientras reía y pensaba en la suerte que tenía con sus amigos. Hacía apenas diez minutos estaba encerrada en uno de los cubículos y ahora no podía parar de reír gracias a ellos.

—Eh, para —Como pudo agarró su pie con la mano que tenía libre—. Supongo que podemos irnos ya, ¿no?

—Sí, nos esperan fuera —explicó ella ya cansada de moverse.

—Abbie, ¿puedes abrirme la puerta?

—¿Me vas a llevar así hasta el coche? —preguntó sorprendida.

—Soy todo un caballero. —Sonrió mientras Abbie habría la puerta y la siguió.

—Pues hay un pequeño problema.

—¿Cuál? —Frunció el ceño.

—Tío —Justin rió al ver salir a Jordan con Kristie sobre sus hombros—, no es por nada pero le estoy viendo la ropa interior a tu novia.

—¿Qué?

—Ese era el problema. —Le explicó.

—No miréis. —Se dirigió hacia Aaron y Justin y ellos se taparon los ojos riendo.

—Te recuerdo que tú has visto en ropa interior a mi novia, estamos en paz.

Jordan dejó en el suelo a Kristie y ella se colocó bien el vestido antes de golpear levemente su hombro.

—Ya podéis destaparos los ojos —anunció—. Y Justin, primero de todo ni siquiera era tu novia cuando la vi y segundo, el mundo entero la ha visto, ¿piensas mirarle la ropa interior a todas las tías del mundo?

—No, solo a las que tengan novio.

—Oh, muy bien... —murmuró Abbie cogiendo su abrigo y su bolso de sus manos— Que te vaya bien. —Se colocó el abrigo.

Él rió y rodeó su cintura para acercarla a él mientras empezaban a andar, el resto les siguieron.

—Sabes que solo me interesa tu ropa interior... más bien tú en ropa interior —susurró en su oído—. Aunque sin nada estás aún mejor. —Sonrió contra su oreja.

Ella le empujó juguetonamente, intentando reprimir una sonrisa.

—¿Disfrutas diciéndome estas cosas en público?

—Claro, me encanta cuando te pones roja como un tomate —Se burló ganándose un manotazo por parte de ella—. Por cierto —Lamió sus labios y la miró. Ella también giró la cara, esperando a que hablase—, ¿lo que me has dicho mientras bailabas sigue en pie? —Alzó una ceja y sonrió de lado al ver sus mejillas sonrojadas.

—No sé qué te ha dicho y créeme cuando te digo que prefiero no saberlo —Bella se interpuso entre ellos dos—, pero no sigue en pie.

—¿Y se puede saber por qué?

—Pues porque hoy toca noche de chicas —Rodeó con un brazo la cintura de Abbie—. Así que lo siento, pero esta noche Abbie es nuestra.

Justin miró a Abbie y ella se encogió de hombros y se abrazó más fuerte a Bella.

Cuando llegaron a la entrada del salón principal todos se detuvieron.

—Aaron, ¿me ayudas a buscar nuestro regalo? —Le pidió Bella.

—¿Vuestro regalo? —Justin la miró extrañado.

—Después de lo que ha pasado lo último que quiero es regalarle unos preciosos zapatos diseñados por mí —Kristie a sus espaldas carraspeó—. Bueno, diseñados por nosotras —Rectificó—. Y como me gustaron mucho... ¡para mí! —dijo contenta.

—Anda, que te acompaño. —Rió Aaron y tiró de su brazo, entrando a la sala.

—Iré a despedirme de mis padres. —Les avisó Kristie.

—Yo la acompaño y ya me quedo allí —Se acercó a Justin y se abrazaron a modo de despedida—. Nos vemos el lunes —dijo antes de abrazar a Abbie—. Siento lo que ha pasado —murmuró en su oído.

—Está bien, no te preocupes. —Sonrió al apartarse.

Justin y Abbie vieron como la pareja entraba dentro y ellos se quedaron solos.

—Así que, ¿noche de chicas? —Alzó una ceja mirándola.

—Sip. —Asintió sonriendo.

—¿Me va a tocar dormir en el suelo?

—Yo nunca dejaría que durmieses en el suelo —Acarició su mejilla y él sonrió—. Quizás sí en el sofá. —Rió.

—Vaya, gracias. Sin duda eres la mejor novia del mundo.

—Lo sé —Apartó el pelo de su hombro y los dos rieron—. No, ahora en serio, si quieres que les diga que mejor no vengan no hay problema.

—No, está bien. Te he acaparado bastante estos días.

—Awww... Tú si que eres el mejor novio del mundo.

—Lo sé —Imitó el gesto de Abbie y ella rió fuertemente, llamando la atención de algunas personas—. ¿Sabes? Creo que al final todo lo que ha pasado tiene su lado positivo.

—Ah, ¿sí? ¿Cuál?

—Que puedo hacer esto delante de todo el mundo sin ningún problema. —Tomó sus mejillas y la acercó a él para unir sus labios.

Ella sonrió contra su boca y siguió el beso. Cuando se separaron miró de reojo hacia un lado, donde algunas personas aún tenían puesta la vista sobre ellos y suspiró, apartándose un poco de Justin.

—¿Pasa algo?

—No —Negó con la cabeza—, solo estoy algo cansada.

—Enseguida nos vamos, tranquila —aseguró—. ¿Me esperas aquí? Quiero ir a despedirme de Leah, se va mañana y no sé si la veré.

—Mierda, Leah... Me había olvidado de ella.

—No creo que te lo tenga en cuenta después de lo que ha pasado —bromeó.

—¿Puedo acompañarte? Yo también quiero despedirme.

—Claro, pero ¿estás segura de que quieres entrar allí?

—No será agradable que todos nos miren como están haciendo ahora mismo unos cuantos —Volvió a desviar la mirada hacia la sala—, pero creo que tengo que ir acostumbrándome. —Se encogió de hombros.

—Vamos entonces. —Entrelazó su mano con la de ella y entraron.

Conforme iban pasando entre la gente podían sentir las miradas que les dedicaban; algunas eran acusatorias, otras algo más curiosas e incluso se podría decir que había alguna que otra de comprensión. Todo esto empezaba a cabrear seriamente a Justin porque sabía que le estaban juzgando sin conocer ni la mitad de la historia, pero intentó controlarse a pesar de que no sabía si duraría mucho.

—¡Leah! —Justin llamó a su prima en cuanto la vio.

Ella se giró al escuchar que la llamaban y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro al ver a la pareja acercándose hacia ellos.

—Estaba preocupada —Les abrazó—. ¿Estás mejor? —Acarició el brazo de Abbie.

—Sí, gracias.

—Quería ir con vosotros, pero he pensado que era mejor dejar algo de espacio.

—No te preocupes. —Justin le quitó importancia.

—Es que lo que ha pasado ha sido... muy fuerte —Se cruzó de brazos—. ¿Soléis hacer las cosas así por aquí? Porque empiezo a plantearme lo de venirme a estudiar aquí.

—Tú no te metas en problemas y todo irá bien. —Revolvió su pelo y ella le miró mal mientras intentaba peinarse, aunque una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios.

—Sí, Leah. Mientras no le robes el novio a tu amiga no pasará nada —habló alguien a las espaldas de Justin y Abbie.

Ambos se tensaron, aún sin girarse, mientras la sonrisa de Leah iba desapareciendo poco a poco y alternaba la vista entre la pareja y la persona que se encontraba tras ellos.

Justin apretó la mandíbula antes de decidirse a girarse y encarar a su padre.

—Papá —habló duramente.

—Leah, ¿podrías dejarnos solos un segundo? —La chica dudó un poco, pero terminó asintiendo antes de alejarse—. La familia ha quedado en ridículo por vuestra culpa y estoy bastante seguro de que, si pudiese, Richard te estrangularía con sus propias manos. Espero que estéis contentos. —Se cruzó de brazos.

—Por supuesto, me encanta que llamen a mi novia zorra delante de toda esta gente. —Sonrió sarcásticamente.

—No esperes otra cosa si se comporta como tal —espetó.

Abbie tuvo que agarrar con todas sus fuerzas el brazo de Justin para evitar que se abalanzase sobre su padre.

—Justin, no —Le advirtió intentando no alzar demasiado la voz—. No montes otro espectáculo.

Pareció escucharla porque, a pesar de seguir mirando a su padre con odio y de estar apretando los puños con todas sus fuerzas, se echó hacia atrás.

—Mira, en algo estamos de acuerdo, yo tampoco creo que sea necesario otro numerito.

—Pues entonces no sé qué coño haces aquí insultando a Abbie.

—Quiero que pidas perdón.

—¿Cómo? —Frunció el ceño.

—El daño ya está hecho, pero quizás con una disculpa sincera podamos mejorar la situación.

—Querrás decir que mi disculpa pueda mejorar la situación para ti, ¿no? —Le corrigió.

—Aquí has sido tú el que ha metido la pata hasta el fondo así que sí, tu disculpa mejorará la situación para mí ya que yo no he hecho nada para cagarla.

Justin colocó sus manos sobre sus caderas y giró la cara. Inspiró a través de la nariz y tras unos segundos dejó salir todo el aire.

—¿De verdad quieres que me disculpe? —Volvió a mirarle y Jeremy asintió—. Muy bien, iré a disculparme —dijo antes de empezar a andar. Abbie le siguió segundos después.

—¿Vas a buscar a Heather? —Negó rápidamente—. ¿A su padre?

Justin frenó en seco, provocando que ella también lo hiciese.

—Tú solo... Espérame aquí, ¿vale? —Colocó sus manos sobre sus hombros.

—¿Qué vas a hacer?

—No te muevas. —Le advirtió antes de darle un corto beso e irse, esta vez a un paso más rápido.

—Jus- —Suspiró al ver que no la iba a escuchar y si lo hacía la ignoraría.

Miró a su alrededor y vio como Leah se acercaba hacia ella.

—¿Me puedes explicar qué coño ha sido eso con mi tío? —Señaló a sus espaldas y Abbie la miró alzando una ceja—. Lo siento, no he podido evitar escuchar. —Se encogió de hombros.

—Eso era tu tío demostrando el gran aprecio que me tiene y la buena relación que mantiene con su hijo. —Sonrió sarcásticamente mientras buscaba con la mirada a Justin, le había perdido de vista.

—Ya, ¿problemas con el suegro? —Abbie hizo una mueca, indicando que por ahí iba la cosa—. ¿Y dónde está Justin?

—Eso mismo me gustaría saber a mí... —murmuró mientras seguía buscándole.

—Mmm... ¿Abbie? —habló no muy segura después de unos segundos en silencio.

—¿Qué? —La miró.

—Creo que le he encontrado.

—¿Dónde? —Miró a su alrededor.

—Allí. —Levantó el brazo, señalando a un punto fijo.

Abbie miró hacia la dirección en la que ella apuntaba y abrió los ojos exageradamente al encontrarle al fin.

—Justin, ¿qué coño haces? —susurró.

El chico se encontraba sobre el pequeño escenario donde antes se había subido Heather y sujetaba el micrófono. Le hizo una seña al chico que se encargaba de la música y bajó el volumen de ésta, llamando la atención de la gente, que pronto se percató de la presencia de Justin sobre el escenario.

—¿Hola? ¿Podéis prestarme atención un momento? —Esperó un momento a que la gente callase y cuando lo hicieron sonrió—. Gracias. Bien, se suponía que esta iba a ser la noche de Heather, pero al final otra persona y yo hemos acabado acaparándolo.

—¿Qué está haciendo? —Abbie miró sorprendida a Heather que había formulado la pregunta entre dientes.

—No tengo ni idea —contestó seria antes de volver a prestar atención a Justin.

—Sé que pensáis que lo que hemos hecho es algo horrible —Prosiguió—, lo sé por las miradas que nos habéis dedicado desde entonces y por los cuchicheos que, aunque no lo creías, logro escuchar perfectamente. Pero quiero decir algo —Tomó una bocanada de aire antes de hablar de nuevo—: Me arrepiento.

Abbie sintió una fuerte opresión en el pecho y tenía la sensación de que se le había cerrado la garganta y le costaba respirar con normalidad. ¿Se arrepentía? ¿Después de todo lo que habían pasado se arrepentía?

Heather por su parte intentaba reprimir la sonrisa que quería escaparse de sus labios. Quizás todo esto había sido un simple capricho.

—Pero no os confundáis, no estoy hablando de Abbie, jamás me arrepentiría de lo que tengo con ella —Quiso aclarar—. Me arrepiento y quiero disculparme por haber herido a Heather, muchísimo. Pero sobretodo me arrepiento de haberle hecho caso a mi padre y no haber terminado con esto antes.

Los invitados empezaron a hablar entre ellos, confusos por lo que Justin acababa de decir y Abbie empezó a comprender lo que estaba haciendo.

—Mierda, le he dicho que no quería más escándalos —murmuró para si misma, sin embargo una confundida Heather logró escucharla.

—¿Tú sabes de qué habla? —La miró, pero Abbie la ignoró—. Te estoy hablando.

—Y yo te estoy ignorando. —Su vista seguía fija en Justin que ahora estaba intentando que la gente callase de nuevo.

—¿Cóm-

—Si callases y escuchases quizás te enterarías de algo. —La cortó Leah.

Por otro lado, Jeremy se acercaba a paso rápido hacia el escenario. No podía permitir que Justin hiciese lo que creía que estaba a punto de hacer.

—Justin Drew Bieber, ni se te ocurra decir ni una sola palabra más —Le amenazó dispuesto a subir a la tarima, pero topó con un obstáculo que no esperaba—. Jordan, déjame pasar.

—Lo siento, pero no va a poder ser. —Se encogió de hombros, bloqueándole el paso a las escaleras.

—Hombre —Sonrió Justin al verle—, pero mirad a quien tenemos allí. El mismísimos Jeremy Bieber, un gran empresario y un gran padre, ¿no?

—Justin... —Intentó subir, pero Jordan era más rápido que él e impedía que lo lograse.

—Es gracioso que la gente diga eso, ¿sabéis por qué? —Se dirigió al público.

—¡Para con esto ahora mismo!

—No papá, si ahora viene lo mejor —Le sonrió—. Veréis, al principio de mi relación con Heather todo iba perfectamente, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que no podía corresponder sus sentimientos de la misma forma que ella —confesó—.

»Así que, tonto de mí, fui a hablar del asunto con mi padre, ¿y sabéis lo que me dijo?

—¡Justin! —chilló frustrado.

—Me dijo que no podía dejarla porque lo mío con Heather podría... ¿qué fue lo que dijiste, papá? Ah, ¡sí! —exclamó sin dejarle hablar— Lo mío con Heather podría beneficiar su relación empresarial con Richard Bennett —Lo dejó caer como si nada y el alboroto en la sala fue aún mayor—.

»Así es señoras y señores, para mi padre mi relación con Heather no era más que un simple negocio.

Todas las miradas se dirigieron entonces a Jeremy Bieber, que observaba a toda esa gente nervioso y algo pálido.

Ahora era Heather a la que le costaba respirar. ¿Había vivido una mentira todo este tiempo?

Abbie, que la había estado ignorando todo este tiempo, la miró con algo de pena; merecía saber la verdad, pero no de ese modo.

Mientras, Justin dejó el micrófono en el suelo y bajó por el otro extremo del escenario. Caminó hacia Abbie con una gran sonrisa plasmada en su rostro, feliz, pero sobretodo liberado como hacía tiempo que no se sentía.

Y es que al fin la verdad había sido revelada.


Ashley Madison: Red social de parejas en línea lanzada en 2001, dirigida principalmente a personas que ya tienen una relación.


A continuación tenéis el epílogo, no dejéis de leer ;)

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