Sombras del pasado [Rivetra]

By fflora

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Levi Ackerman es el segundo capitán al mando dentro del centro de la policía. El muchacho tiene la misión de... More

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By fflora

Conocerte

-Estoy decepcionada de mi misma –mencionaba Hanji al borde de las lágrimas.

La mujer se encontraba acostada en su escritorio con un brazo cubriendo sus ojos y las gafas en su mano. Luego de seguir hablando una y otra vez de sus hipótesis, se sintió completamente abatida por no haberse dado cuenta de cómo era aquel caso de los asesinos.

Erwin la observaba con pena, mientras le daba pequeños golpecitos reconfortantes sobre la espalda intentando animarla. La mujer comenzó a sollozar, haciendo que el rubio cambiara su expresión demostrando no entender que ocurría.

Levi, quien estaba sentado cómodamente en su silla, se cruzó de brazos para fulminar a Hanji con la mirada. El azabache estaba notoriamente molesto y no solo por los gritos de la castaña, sino por lo ocurrido hacia una hora atrás.

Estaba metido en sus pensamientos, intentando ordenar sus ideas para tener claro lo que pasaba. 

Aunque estaba muy seguro de una cosa: iba a matar a Auruo y Reiner.

< Erd se encargó de cubrir con una toalla a Petra mientras ella seguía intentando recuperarse. Estaba sentada sobre uno de los bancos en los vestidores, completamente colorada y sin entender la situación abría los ojos despacio, pestañeando de una forma larga.

Levi se encontraba apoyado contra la pared contraria, mirando fijamente a Petra y notando su estado. Él se encontraba tenso, intentando contenerse para no matar al desmayado Reiner que seguía tirado en el piso.

El capitán notó como Petra comenzaba a sentarse, sobándose la cabeza y tenía la mirada perdida en sus recuerdos. Erd, a su lado, le daba caricias en la cabeza.

La muchacha de un segundo al otro aguanto la respiración mientras que sus mejillas tomaban un color carmesí y levantó su rostro sintiendo vergüenza.

Se ajustó más la toalla que llevaba a su cuerpo, y cuando su mirada se topó con la de Levi quiso gritar.

Pero antes de que él pueda preguntarle como estaba, Auruo comenzó a reír por lo que todos lo miraron. El hombre estaba molestando a un ruborizado Gunther. ¿La razón de esto? Auruo hacía gestos delante de su torso, incomodando al moreno, puesto que hacía referencia a los senos de Petra.

Levi cerró los ojos molesto por aquella actitud de su subordinado, le enojaba demasiado que la molestara.

-Cállate, Auruo –menciono secamente, pero al instante joven Bossard grito del dolor puesto que Petra le había dado una patada en la entrepierna con una clara expresión que demostraba lo avergonzada que se encontraba.

La muchacha se aferraba a la toalla como si fuera lo único que le quedaba en el mundo, mientras fulminaba con la mirada a su desvergonzado y pervertido amigo. >

Levi bufó enojado. 

Le molestaba que eso haya pasado pero no estaba seguro de la razón. En otro momento no le hubiera importado y simplemente le hubiera ordenado que se vistiera, pero ahora era diferente aunque no entendía la razón.

¿Acaso era porque se había acostado con ella? ¿O por su apariencia inofensiva? ¿Era porque él era su capitán y tenía que protegerlos?

-Tsk... -chasqueo la lengua el azabache, notando como ambos de sus amigos voltearon a verlo. Incluso Hanji, quien dejo su actuación de lado y lo miró sin una lagrima en su rostro.

-¿Qué sucede, Levi? ¿Problemas en el mundo de los enanos?

Levi le dedico un pestañeo largo, indicándole que contaba los segundos para no matarla.

-¿Por qué mierda tanto drama, cuatro ojos? –gruño enojado mientras apretaba los dientes para contener sus ganas de tirarle algo por la cabeza a la castaña. Lo haría, como muchas otras veces, pero no estaba de humor para que ella chillara o que Erwin intentara defenderla.

-Mañana seguiré investigando sobre las víctimas y su relación con la droga. Necesito que me des lugar para volver a revisar el cuerpo del asesino, Erwin –indico Hanji con su tono serio y profesional mientras se colocaba las gafas- Y Levi, podrías salir con la enana así te sacas esa cara de amargado. Necesitas acción, se nota a distancia.

-Muérete, loca. 

Levi bufó enojado a la par que golpeaba el puño contra el escritorio demostrando su enfado. Desde que Hanji conoció a Petra no dejó de molestarlo y lo pero era que solo llevaba horas.

Un misero día molestando, de quien sabe cuantos mas.

-Oh, vamos, entre enanos se entienden –menciono dulcemente y con una pizca de broma en su voz.

El azabache se levantó de su silla, para comenzar a ponerse su saco ante la atenta mirada de sus dos amigos. Erwin simplemente contenía sus ganas de reír, mientras que Hanji pensaba mas maneras para molestarlo.

-Vete a la mierda –sentencio Levi a la par que se encaminaba hasta la puerta, estando cansado de aquel largo e interminable día.

Una vez que el ruido del portazo se escucho, al instante Hanji dejó salir su sonora carcajada a la par que Erwin reía por lo bajo.

-¡Hay que vencer a los titanes! –grito la castaña parándose de golpe en su silla, haciendo que el rubio la mirara sin entender- Oh, vamos, es fácil el apodo.

El comandante se llevo una mano a la pera y comenzó a pensar las similitudes de todo lo que sucedía. No le gustaba no entender las cosas, pero simplemente desistió y negó mirando a Hanji.

-¡Son titanes por que ellos son el mayor problema que tuvimos en años!

-No tengo que dejarte ver esas películas.

Hanji grito aterrada.

-¡Pero son mis favoritas!

Erwin negó, mostrándose firme ante su decisión y al darse cuenta de eso la castaña chillo de una forma triste y se volvió a tirar sobre su escritorio.

-El mundo es cruel.

-No, no lo es –mencionaba Hanji mirando enojada a Erwin- ¡Tú eres el cruel!

....

Levi manejo hasta su departamento cansado y molesto. De hecho él vivía cerca de su trabajo puesto que se encontraba en el centro de la ciudad, pero de todas maneras se demoró unos minutos demás debido al gran tráfico que había en las calles esa noche.

El azabache bufó, mostrando la molestia que sentía. Lo peor de todo era que todavía quedaban cosas por hacer y Levi simplemente quería acostarse a no hacer nada.

Si, extrañamente se encontraba de peor estado de lo normal: impaciente, enojado, incomodo, y molesto.

El azabache subió hasta el quinto piso por el ascensor. Al llegar, camino hasta la única puerta que se encontraba ahí, siendo ese el suyo. En cada uno de los pisos había dos o a lo sumo un departamento, puesto que eran demasiado espaciosos. En el caso de Levi, tenía tres habitaciones, un gran comedor, una cocina y una sala de estar; y todo estaba en impecable orden gracias a él.

Colocó la llave en la cerradura, un poco fastidiado pero cuando entró a su departamento se llevó una grata sorpresa.

Un exquisito aroma lo inundo, haciendo que se encontrara desorientado.

Levi se sacó su saco y lo colgó en su perchero, para luego encaminarse hasta la cocina. Al pasarse por el comedor, el muchacho pudo notar como la mesa estaba puesta y con tres lugares completamente bien ordenados y preparados.

El muchacho sonrió levemente al darse cuenta de lo que pasaba, lo había presentido a penas sintió el olor a comida pero en el peor de los casos un asesino serial estaba en su casa por matarlo pero antes de hacerlo iba a darle una última cena.

< Tengo que dejarme de juntar con la cuatro ojos o seguiré pensando hipótesis idiotas > mencionaba para sí mismo Levi, maldiciéndose por sus pensamientos recientes.

El azabache cerró los ojos con fuerza, borrando todas aquellas ideas que tenia y volvió a caminar, dirigiéndose a la cocina. 

Al asomarse en la habitación se encontró con ellos dándole la espalda.

Ahí estaban Isabel y Farlan, ambos vistiendo ropa de oficina. La muchacha se encontraba limpiando la mesada, usaba un delantal blanco, y bufaba por las manchas. Mientras que por otro lado Farlan estaba al tanto de la cena, preparando la comida.

-Todavía no le diré –menciono Isabel a su pareja, para mirarlo y sonreírle, pero al hacerlo grito sobresaltada, tirando el trapo al piso- ¡Me asustaste Aniki!

Levi ya se había acercado hasta ellos para saludarlos, por lo tanto cuando Isabel lo vio de pronto no pudo evitar llevarse una gran sorpresa. Aunque antes de hablarles, Levi se detuvo escuchando lo que ellos estaban hablando y miro de mala manera a la pelirroja.

-¿Qué me dirás, Isabel?

Farlan miro con burla a su novia por ser descuidada al hablar, y recibió un codazo de parte de la pelirroja porque no la estaba ayudando. La muchacha bufó, cruzándose de brazos.

-No hablaba de ti, Aniki –menciono haciéndose la desentendida.

Levi afilo su mirada, haciendo que ella se ponga incomoda. No importaba todos los años que pasaban, en aquel grupo cada uno tenía un rol fundamental: Levi siempre los lideraba, eligiendo que hacer y que no, protegiéndolos; Farlan llevaba el rol de consejero, pensando claramente cada situación, y además cocinaba para ellos; y por último Isabel quien era como una hermana y madre para los dos, dándoles todo el amor que ellos merecían.

Desde el incoo fue así y lo seguiría siendo, ellos se conocían perfectamente por lo que Isabel sabía que cuando Levi quería algo lo obtenía por las buenas o las malas.

-¡La cena esta lista! –menciono Farlan con una bandeja de vidrio en mano y llevando una gran cantidad de espagueti con salsa para los tres- Luego siguen, es hora de comer chicos.

Isabel sonrió con burla mientras que Levi frunció mucho más el ceño.

-¿No estas feliz de que viniéramos contigo, Aniki? –cuestiono la pelirroja mientras levantaba el trapo que había dejado caer al suelo.

-Lo estoy, pero luego me ayudaras a limpiar.

La muchacha abrió la boca sorprendida y bufó, comenzando a extender sus brazos con molestia.

-¡Eres un desconsiderado, Aniki!

Levi negó y la acaricio el cabello dulcemente, haciendo que ella sonría complacida por aquel gesto que él siempre hacia. Pero al instante Isabel chistó, queriendo mantener su margen de enojo. 

Farlan los miraba apoyado en la entrada de la habitación, sonriendo y cruzado de brazos.

...

La pelinaranja estaba cansada e intentaba de recuperar el aliento.

Petra había vuelto muy frustrada de su primer día, demasiadas emociones encontradas. Por lo tanto cuando llego a su casa se encontraba inquieta y decidió salir a correr hasta la cena.

Y ahora se encontraba subiendo las escaleras para llegar a su departamento, el que estaba en el piso número dos. Se encontraba a diez cuadras de donde era su trabajo, había buscado algo más o menos cerca y cómodo. Su departamento tenía un aspecto pintoresco y familiar, no era excesivamente grande y contaba con una habitación a parte de la cocina, el baño y la sala de estar, pero para una sola persona era lo necesario.

Petra entró a su nueva casa y sonrió con pereza.

La muchacha movió su cuello, tronándose los huesos en el proceso y eso hizo que se estremezca por el sonido.

Avanzó esquivando alguna de las cajas que tenía en la entrada, después de todo acababa de mudarse hacia una semana y todavía le quedaban cosas empacadas. No es que ella fuera una persona desorganizada, de hecho gracias a la milicia era bastante ordenada, pero cuando llego a la ciudad estaba sola y eso la frustraba demasiado.

Petra se miró en el espejo que estaba apoyado contra la pared arriba de una mesa en la sala de estar. La muchacha se sacó aquella gorra que había llevado, para luego comenzar a mover su corto cabello. Al hacerlo, se percató de los moretones que tenía en el cuello por cortesía de Levi.

Cuando recordó todo lo que pasó ella cerró los ojos con fuerza, ruborizándose.

El ruido de su celular sonando hizo que Petra se desconectara completamente de sus pensamientos y comenzó a buscar su móvil. Rápidamente fue hasta su bolso del trabajo, y cuando lo encontró miro a ver de quien se trataba.

Cuando leyó el nombre, sonrío al instante.

-¡Ojii-san! –saludo feliz a su abuelo.

-Qué bueno escucharte, Petra –le respondieron al instante, con aquella voz que siempre fue una melodía para la joven pelinaranja.

Al escucharlo hablar, ella sonrió cálidamente. Extrañaba a horrores a su abuelo, de hecho el era su única familia, su sustento y siempre así lo seria. Ambos se sumieron en una larga charla contándose lo ocurrido aquel día.

Cuando Petra había entrado a la marina todos los días intentaba hablar con su abuelo. Y ahora que se había mudado implementaron la misma costumbre.

La muchacha escuchaba atentamente lo que él le decía, pero en eso su mirada se desvió observando un portarretrato que estaba apoyado en la mesa frente suyo. En aquella foto estaba Petra junto a sus padres, cuando ella tenia solo cinco años. Las tres personas estaban sonrientes lo que le generó un fuerte dolor en el pecho a Petra... sentía dolor, tristeza, felicidad e ira.

-¿Petra? ¿Sucede algo cariño?

Ella se maldijo internamente por preocuparlo.

-No, ojii-san, me quedé pensando en lo que prepararía para cenar –mintió ella

....

Al día siguiente, Levi se encontraba vestido de forma impecable mientras comenzaba a llenar unos documentos. El azabache se encontraba completamente atento a sus papeles y el sonido de unos golpes en su puerta lo desconcertó.

-Adelante –menciono mientras dejaba su bolígrafo sobre aquellos papeles y miraba esperando a ver de quien se trataba.

-Permiso, Capitán –indico Petra a la vez que entraba con cuidado en aquella oficina- y, buenos días. 

El azabache se asombró de verla tan temprano y más que nada con lo que ella llevaba en mano, la muchacha le traía una taza de té mientras sonreía cálidamente.

-Ayer dijo que le gustaba el té y me pareció buena idea traerle un poco, Capitán –indico Petra sin borrar aquella mueca de su rostro. Ella dejó aquella taza cerca de Levi y este la recibió, sin demostrarle nada en la mirada.

-Gracias, Petra –contestó cuando se dio cuenta que ella estaba por irse y al notar que ella lo observaba atenta, añadió intrigado- ¿Por qué dejaste la marina? El puesto de comodoro es importante.

Petra abrió los ojos sorprendida de que Levi le haya preguntado y más porque la escuchó hablando con Gunther. Además la joven Ral podía notar la curiosidad que él mostraba en sus ojos, por lo que no pudo evitar sentirse alegre por tener su atención.  

-Esto me parecía importante, Capitán. He escuchado varias noticias sobre estos asesinatos y me sentiría bien sirviendo a la causa.

-Entiendo -menciono Levi sin saber si era completamente verdad lo que escuchaba pero decidió no preguntar más al respecto- gracias por el té, Petra.

-Un placer –indico en respuesta, y sin poder evitarlo preguntó- ¿Cómo se encuentra, Capitán? ¿Necesita algo más?

Levi siguió mirándola, notando como ella lo observaba fijamente con intriga en su mirada y estaba ansiosa por una respuesta. 

Por lo que él suspiro, sintiéndose levemente incomodo.

-No es necesario, puedes retirarte.

La muchacha asintió sin borrar aquella sonrisa que tenía en su rostro y luego dio media vuelta para salir de la habitación. A pesar de aquella mueca, ella intentaba que no se viera la desilusión en su mirada por aquella respuesta, puesto que esperaba poder pasar tiempo a solas con Levi pero este solo la alejaba. 

Cuando Petra abrió la puerta se topo con Erwin, por lo que se saludaron levemente y ella siguió su camino.

-Sabes, Mike quería que te comentara que esta organizando con Hanji una fiesta de bienvenida para tus nuevos subordinados.

El azabache levantó una ceja sin entender el motivo de esto, pero no dijo nada y se concentro en beber su té.

-Dijeron que será dentro de un mes porque quieren organizarlo bien y...

-Como sea –contesto Levi luego de dejar la taza en su lugar- ¿Sabes algún detalle nuevo de la investigación de la loca?

-Por ahora no sabemos nada interesante, Levi –contesto el comandante, mientras se dirigía a la ventana de la oficina.

Por lo general cuando Erwin no se encontraba en su oficina, había que buscarlo con Levi, Hanji, Mike y alguna que otra vez junto a Nanaba. Después de todo hasta el jefe de la policía se aburría de estar encerrado entre cuatro paredes.

-¿Ya han empezado a investigar algo? –cuestiono el rubio.

-Hoy comenzarían con eso –indico el azabache molesto por tener que dar explicaciones, se supone que tenia que llenarle un reporte a Erwin sobre sus avances, pero el comandante quería las explicaciones en persona y a la vez por escrito. Levi suspiró, sabiendo que tenia que ser mas expresivo y añadió- Van a ir a ver las cámaras de seguridad nuevamente, entrevistar a mas personas y visitar a las familias. De hecho ellos creen que las victimas están relacionadas.

Erwin asintió con entendimiento.

-¿Y tu que crees?

-¿Eso importa? –pregunto tajante Levi- Después de todo puedo estar completamente equivocado.

El rubio asintió con entendimiento.

-Pero es una buena suposición.

....

-Ya ha pasado mucho tiempo -gruño enojado el castaño a la par que bufaba.

Eren la miraba fijo y le molestaba completamente verla tan pacifica ya que si no estuvieran en aquella situación podría decir que Mikasa dormía placenteramente. 

Ojala fuera ese caso, pero no lo era. Ahí estaba ella, quien formo parte de su vida durante muchos años: su mejor amiga, su media hermana, y su primer amor. 

Mikasa estaba tendida en esa cama desde hacía 14 días, sin responder o demostrar muchas mejoras.

Según los médicos, la muchacha ya tendría que haber despertado por que no mostraba signos de no poder hacerlo: su cuerpo se encontraba en buen estado y sin la droga en su organismo. Puesto que ella no solo había tenido un coma alcohólico esa noche sino que había consumido aquella sustancia tan preciada que Eren investigaba.

Al pensar que ella fue victima de eso, el castaño estaba sumamente molesto. No iba a dejarlos con vida, mataría a aquellas personas que se abusaban de la ignorancia de los jóvenes. Él también lo era, no se creía mas inteligente que personas de su edad, pero tampoco podía creer como había aquellos que mataban adolescentes solo para hacer quien sabe que cosa.

Eren suspiro, abatido y mostrándose triste.

Necesitaba verla sonreír, poder observar nuevamente aquellos profundos ojos negros, escucharla reír, notarla sonrojada. Quería a Mikasa nuevamente en su vida, no le importaba que hubiera hecho ella en todos esos años que estuvieron separados.

Aunque, ese tema le inquietaba. 

¿Por qué ella los abandono? ¿Por qué?

Todos en la familia Jaeger fueron conscientes y sabían que Mikasa los quería de verdad, por eso nunca entendieron porque no la vieron nuevamente. Al principio pensaron que se trataba de un secuestro, pero la policía luego de mucho tiempo de brusquedad les explico que ella pudo haberse fugado simplemente.

-¿Sabes? –habló Eren en voz alta comentándole- Armin esta por volver de viaje, se había ido afuera con su líder, Hanji-san, pero cuando ella regreso él tuvo que quedarse para hacer unas investigaciones. Dice que quiere verte bien... para cuando regrese.

Durante esos catorce días, tenía un libreto a seguir: llegaba al hospital, le hablaba esperando a que reacciones, luego se iba a trabajar, para volver a la noche antes de cenar y contarle como le fue en el trabajo, esperando en cada ocasión obtener mejoras de la azabache. 

Eren apretó los puños con fuerza, mirando hacia abajo, comenzando a llorar. Quería ver a Mikasa, necesitaba escuchar su voz y que ella la cuidara como cuando eran niños cosa que en el pasado tanto le parecía tedioso.

Se sentía inútil sin poder hacer algo y eso le molestaba mas que cualquier cosa. El castaño no podía contener aquella impotencia como el dolor que golpeaba abruptamente contra su pecho. Eren apretó sus dientes con enojo, intentando no gruñir.

El castaño levantó la cabeza para poder mirarla, notando que ella estaba con los ojos levemente abiertos o en proceso de eso.

Sus pestañas parecían pesarle y todavía no estaba consciente de la situación puesto que no reaccionaba. Ella estaba cansada y eso lo demostraba en su mirada. Con cuidado fue capaz de abrir completamente los ojos, pestañeando confundida y llevando su mano hasta su rostro por la mascarilla de oxigeno, la cual se quito al instante con una mueca de horror en su rostro.

-Mikasa... -habló completamente incrédulo Eren a la par que no dejaba de observarla, él se puso de pie mostrándose feliz y satisfecho por verla.

Al escuchar su voz, ella palideció y lo miro fijamente con sus ojos negros. Lo reconoció al instante, era imposible para ella no hacerlo. Mikasa contuvo la respiración, y sus ojos se llenaron de lagrimas. 

No esperaba verlo, mucho menos encontrarlo a su lado y llorando.

El corazón de Mikasa latía con fuerza contra su pecho debido a la emoción y el nerviosismo, pero tenia un gran nudo en la garganta debido a la culpa que sentía.

-Eren –menciono ella, delatando aquella fría pero reconfortante voz que la caracterizaba, la cual demostraba madurez.

El castaño se arrojo a su lado abrazándola de golpe.

Mikasa dejó salir todo su llanto, demostrando el miedo que sentía, el dolor de todos aquellos años, la culpa que la inundaba, la soledad que tuvo que pasar, y las mentiras que la persiguieron.

Ella se aferro completamente a Eren, para luego entre lágrimas sonreír por estar nuevamente junto a él.

....

En aquellas dos semanas que habían pasado dentro del equipo de operaciones especiales, o mejor conocido como el equipo de Levi, todos tenían un rol fundamental.

Levi era el líder de todo el escuadrón, y lo que él ordenaba ellos hacían al instante sin chistar o dudar; Erd, el segundo al mando, estando a cargo de los demás en caso de que Levi no estuviese, el muchacho era muy sabio a la hora de tomar decisiones ademas de ser un gran compañero; Petra era como la hermana de todos, se preocupaba siempre por el bienestar de sus compañeros y demostraba una gran capacidad a la hora de la lucha cuerpo a cuerpo; Gunther era la persona mas racional del grupo, siempre concentrado en todo lo que ocurría a sus alrededores y buscando muchas soluciones para un mismo problema; por ultimo estaba Auruo, el indicado para ordenar las preguntas de las interrogaciones y persuadir a quien haga falta para que ellos obtengan su objetivo. 

Todos estaban mirando los distintos documentos que se encontraban apoyados sobre el escritorio y algunas fotografías de sospechosos que Petra terminaba de colgar en la pared. Se los notaba pensativos mientras repasaban los acontecimientos que ocurrieron.

En sus investigaciones, lograron percatarse que por las cámaras de seguridad había una persona pasando por ese mismo lugar minutos antes de cada incidente. Se trataba de Nile Dawk, un empresario de la compañía SNK, una fábrica industrial.

Cuando se percataron de eso, decidieron seguirlo por varios días para poder interceptarlo en algún extraño hecho por si se veía con los traficantes de droga pero nada de eso paso sino que por el contrario lograron sacar una agenda de lo que más o menos era la vida de Nile.

Y el equipo de Levi estaba pensando cual sería el siguiente movimiento.

-¿Qué hacia los jueves? –cuestiono Gunther sentado en su silla mirando a Erd que tenía todo anotado en la planilla.

-Va un bar, hace apuestas –le recordó el rubio mientras suspiraba con cansancio- Luego por lo general se va con alguna mujer. Eso hace casi todas las noches, ya que los fines de semana su esposa vuelve del trabajo.

El moreno asintió recordando ese hecho.

-Lo interceptaremos esta noche, no ha de ser que se de cuenta que lo seguimos o alguien se lo informe –menciono seriamente Levi mientras se cruzaba de brazos, él se encontraba sentado en una silla mirándolos a todos- Actuaremos solo nosotros, y luego lo interrogaremos.

Al escuchar las ordenes de su capitán, todos asintieron estando de acuerdo.

-Lo mejor sería hacerlo a la salida del bar –menciono Erd sobándose la barbilla.

Petra negó.

-Él se va acompañado, ella podría llegar a hacer alboroto o en el peor de los casos si Nile está armado podría herir a una civil inocente.

Auruo asintió dándole la razón a Petra, a la par de los demás.

-¿Y si lo interceptamos antes que entre?

-Es una hora muy concurrida –indico Auruo- llega entre las once y las doce, es mejor a la madrugada.

Mientras sus subordinados discutían las ideas, Levi se mostraba atento y pensativo. Todo lo que ellos decían era verdad, y eso lo molestaba puesto que se daba cuenta que no le quedaba otra opción.

-Entonces tu ira con él, Petra –indico Levi ciertamente molesto por aquel plan- ¿Podrás con eso?

La muchacha se quedó helada, al igual que sus amigos. Ninguno esperaba que ese fuera el plan, de hecho estaban siendo tomados por sorpresa. La pelinaranja miro a su capitán y notaba que él esperaba una respuesta.

-Sí, señor –respondió ella sin sonar completamente convencida pero esto se debía a que el plan no estaba entre sus posibilidades pero si el Capitán Levi le ordenaba eso era porque se trataba de la mejor opción. En aquellas dos semanas, todos habían entendido que confiar en él era lo correcto, era la figura a su cargo, su superior, y ellos lo obedecerían siempre.

-No sé si es buena idea –menciono Erd mirando a Petra lo que hizo que ella frunciera el ceño.

-¿Qué quieres decir?

El rubio comenzó a reír.

-Eres demasiada adicta a las apuestas, eso puede ser un problema.

La muchacha se puso roja como un tomate, mientras fulminaba con la mirada a su amigo. Al instante Gunther asintió recordando ese pequeño detalle, a la par que Auruo bufaba molesto.

Levi levantó una ceja sin entender completamente aquellas palabras. No lo estaba creyendo de Petra, le resultaba extraño y raro.

-Maldita me has robado demasiada plata -gruño Auruo fulminándola con la mirada. 

-Te he ganado –gruño entre dientes

-A todos –menciono despectivamente Guther. El moreno miro a su capitán que estaba con el ceño fruncido al no entender y le explico- Durante la escuela militar todos los viernes hacíamos apuestas, nos juntábamos en uno de los cuartos masculinos. Un día se nos ocurrió decirle a Petra que nos acompañara... y descubrimos que tiene una adicción con las apuestas, de hecho siempre gana.

La muchacha apretaba los dientes con fuerza.

< Mis amigos no vienen a trabajar de policías, ellos solo están aquí para avergonzarme todo el tiempo > pensaba Petra.

Erd rio.

-El problema es que ella hace muy bien trampa –dijo el rubio ganándose la mirada de sus dos amigos- y sino es suerte, en resumen ella siempre gana.

-¿Y porque eso perjudicaría la misión? –cuestiono Petra apretando los dientes.

Auruo chasqueo la lengua.

-Nadie quiere que una mujer le gane, a ningún hombre le gusta eso.

La muchacha asintió entendiendo pero al caer en cuenta de lo que tendría que pasar abrió la boca con pesar.

-Pero odio perder –dijo haciendo berrinche, pareciendo una niña pequeña- No lo haré, va en contra de mi naturaleza.

-¿Ustedes hacían eso mediante la academia? –Cuestiono Levi con un tono seco y profundo que hizo que todos se estremezcan- Eso es ilegal, mocosos. 

Petra los fulmino a todos con la mirada, viéndolos como traidores por hablar de sus mañas. La muchacha contaba internamente para no perder los nervios y matarlos delante de su capitán. Pero ella se dio cuenta que si no hacía algo, pronto volverían a molestarla.

< Si no puedes contra ellos, úneteles > pensó con cierto pesar.

-Tienes razón, Erd, deberías ir tu por mí –menciono ella sonriente- tú tienes una pésima suerte, yo te presto ropa si quieres.

Gunther comenzó a negar divertido, mientras que Auruo disfrutaba que Erd se avergonzara. 

-No me entra la ropa de duende, lo siento.

-Ya es suficiente, cállense –indico secamente Levi fulminándolos con la mirada- si siguen molestando los castigare.

Petra se puso colorada, ya que malinterpreto esa frase de su capitán por lo que contuvo la respiración.

< ¡Deja de relacionar todo lo que diga con lo sexual! Maldita sea > Petra quería desparecer al ver como Levi la miraba con una ceja levantada.

....

Todos se encontraban en posición.

Habían estacionado la camioneta exactamente a media cuadra del lugar, para que no sea tan sospechoso, tenían que estar cerca para poder ver al hombre en cuestión: Nile Dawk, alto, de cabello negro, ojos del mismo color y siempre llevaba bigote. 

Erd y Gunther estaban parados en la vereda, observando hacia el lugar seriamente; Auruo se encontraba sentado en el piso de la parte de atrás de la camioneta hablando con sus amigos; y Levi por su parte se cruzó de brazos pensando en todos los posibles resultados de la misión.

A la vez que Petra estaba en el asiento de copiloto, maquillándose los ojos. Ella se había peinado perfectamente el cabello y ahora se retocaba el rostro, dándose un aspecto más sensual.

Sus compañeros vestían de traje, similares a su vestimenta en la oficina pero levemente más desarreglados sin llevar corbata.

-Los de la promoción están haciendo un buen trabajo con el caso de la droga –menciono Gunther seriamente.

-Es lo mínimo que pueden hacer esos mocosos por la agencia.

Petra bufó sonoramente, mientras dejaba sus maquillajes en el costado del auto. La muchacha se volteó y fulminaba con la mirada a su amigo.

-Deja de imitar al Capitán Levi –gruño enojada mientras ponía ambas manos sobre su cadera- Es tedioso.

Durante esas dos semanas Auruo había tomado la costumbre de comportarse como Levi, lo que hacía rabiar a Petra. Incluso el joven Bossard se cortó el cabello como su superior y hasta llevaba aquellos pañuelos como él.

-¿Pero qué mierda te sucede, mocosa? –cuestiono el hombre riendo, aunque al instante grito porque Petra le dio un zape en respuesta.

-Deja de hacerlo –chillo mientras inflaba sus cachetes por la molestia que sentía.

Los demás miembros del equipo los ignoraban no queriendo perder la vista de su objetivo, aunque eso no impedía que soltaran una que otra carcajada de a momentos por los comentarios entre ellos. 

Auruo grito de dolor al haberse mordido la lengua, y Petra sonrió con burla.

-Así no hablaras un rato –luego de eso se cruzó de brazos, y le sacó la lengua a su amigo.

Levi se mostró serio durante toda la conversación. No era la primera vez que los escuchaba discutir por eso, pero el capitán no intervenía porque poco le importaba que lo imitaran aunque de a momentos si le era molesto. Pero siempre, antes de que él intervenga, Petra comenzaba a callar a Auruo para la suerte de Levi.

-Ahí entró –índico Erd secamente mientras observaba el bar a lo lejos.

Gunther asintió percatándose de lo mismo.

-Petra, tu turno –ordeno Levi a la par que la miraba fijamente, notando cada detalle de su subordinada.

La muchacha obedeció al instante y se bajó de la camioneta. Al hacerlo, piso con cuidado por aquellos tacos que llevaba, no eran demasiados altos pero le daban una altura similar a la del azabache. Petra se quitó su saco largo y negro, dejando entre ver lo que llevaba puesto; usaba un pequeño vestido azul marino, el cual tenía dos pequeñas tiras que dejaban apreciar sus pálidos hombros descubiertos, tenía mucho escote resaltando sus senos puesto que era ajustado en la zona superior, luego de la cintura se abría la pollera dándole movilidad y le llegaba centímetros debajo de los glúteos.

Ella se ruborizo al instante y tomó aire para mirar a su capitán, quien la estaba observando de arriba a bajo, lo que hizo que ella quiera chillar.

-Ve, Petra –murmuro sin dejar de pensar lo incomodo que lo tenía la misión. No le gustaba tener que mandarla a ella sola, después de todo si Nile era un degenerado podría herirla. Pero a la vez pensaba que Petra era un soldado con experiencia considerable para que nada le ocurriera.

La muchacha miro a sus compañeros un instante y sonrió cuando ellos les asintieron con la cabeza en son de apoyo.

-Suerte –menciono Gunther.

-Ojala te caigas con esos zapatos –murmuro adolorido Auruo mientras se agarraba la pera con dolor.

Petra rodó los ojos mientras se encaminaba para cruzar la calle.

-¡Pierde, apostadora compulsiva!

La muchacha no se volteó, siguió caminando intentando no responder ante ese apodo pero sus mejillas se pusieron rojas sin poder evitarlo. 

Petra suspiro, tomando aire en el proceso y caminando a paso firme. La muchacha estaba pensando en que apenas entrara tendría que buscar al hombre y se mentalizo en su objetivo, olvidándose de las molestas de Erd y las miradas de Levi.

Ella suspiro, en esas dos semanas intentó llevarse de lo más normal con Levi pero se le hacía muy difícil a la pelinaranja. Intentaba que todo fuera natural, de hecho siempre le llevaba un té a la mañana y con esa excusa le preguntaba cómo se encontraba. Ella no lo hacía por compromiso, de hecho estaba interesada en la vida de su capitán, él era una persona que la intrigaba, desde que escucho su nombre en la milicia quería conocerlo, todos mencionaban sobre su pasado oscuro y sombrío, pero Petra quería verificarlo por ella misma.

-Buenas noches –menciono un hombre al abrirle la puerta de bar y ella le sonrió agradecida.

Petra observó todo el lugar con detenimiento, a la par que avanzaba con cuidado por sus zapatos. La muchacha pasó su mirada por la barra y se percató de que ahí se encontraba Nile Dawk, bebiendo con un aire claro de molestia.

La joven Ral se acercó hasta él, y cuando estuvo a su lado se apoyó en la mesa haciendo que la vea. Petra le sonrío como siempre hacia pero en su mirada demostraba diversión y hasta parecía ser picara.

Ella se estaba concentrando en su objetivo aunque estaba claramente actuando. Petra tenía a otra persona en mente, ignorando completamente a Nile que la miraba con deseo. 

Petra sonrió, como aquella noche cuando se encontró con Levi.

....

Había pasado cerca de una hora y todos se encontraban en la camioneta esperando. 

Levi estaba sentado en el asiento de conductor y tenia ambas manos sobre el volante al cual apretaba molesto. Por otra parte los demás estaban sentados en los asientos de atrás con notorio cansancio, después de todo era jueves y todos se encontraban con el peso de los días de semana sobre la espalda.

-¿Por qué tarda tanto? –gruño enojado Levi en voz alta, pero ninguno de sus hombres le contesto sino que intentaban encontrar la respuesta.

-Por lo general Nile siempre sale muy tarde, asumo que a eso de las dos...

El azabache frunció el ceño, no estaba dispuesto a esperar tanto tiempo pero antes de decir algo Levi ensancho los ojos al notar por el espejo que un hombre salía del bar, y era precisamente Nile. Todos observaron al instante, pero casi gritaron al percatarse de que el hombre salía solo.

-¿Qué? –cuestiono Auruo mirando a sus amigos esperando una respuesta.

Pero cuando estaban todos por hablar, la puerta del bar se abrió de vuelta permitiéndole a una pequeña figura femenina salir.

Nile le extendió el brazo y Petra lo acepto sin borrar esa sonrisa coqueta en su rostro. La muchacha llevaba en su mano derecha una pequeña bolsa negra con listones dorados, además de una mirada de satisfacción en el rostro.

-Ha apostado –indico Erd mientras miraba con pesar a la muchacha, notándola completamente feliz.

-Maldita mocosa –menciono Levi en voz baja, esperaba que Petra lo haya hecho porque no quedaba otra opción y no por que quería. Si ella había puesto la misión en peligro, él la castigaría por ser descuidada.

La pareja comenzó a caminar por la cuadra del bar y cuando pasaron por un callejón Petra se paró, y le menciono unas cuantas cosas a Nile en el oído. El hombre sonrío con perversión y comenzó a arrastrar sin descaro a Petra hacia ese lugar, llevando su mano hasta la espalda de la joven para comenzar a deslizarla cada vez más.

-Andando –ordenó Levi mientras salía de la camioneta, dando un fuerte portazo.

Todos tomaron sus armas, llevándolas en mano, y Levi asintió para que comenzaran a moverse. Se acercaron hasta el callejón, Auruo y Erd de un lado mientras que el capitán junto a Gunther del otro.

-Eres una perra –gruño Nile enojado, lo que hizo que Levi ensanchara los ojos al escucharlo- Ahora...

El azabache se asomó para ver la escena, Petra se encontraba parada cruzada de brazos, mientras el hombre buscaba algo entre su saco. Nile saco una pequeña pistola, y miro con diversión a la muchacha. El hombre se acercó hasta ella, tomándola fuertemente de la cintura y comenzando a llevar su mano debajo del vestido de ella. 

-Harás lo que yo quiera.

Levi volvió a su posición y comenzó a indicarle las órdenes a Erd mediante señas. Una vez que todos se pusieron de acuerdo, Levi asintió para comenzar a moverse pero el sonido de un disparo los dejó helados.

En su mirada, Levi mostraba sorpresa mientras que un extraño malestar crecía en su pecho. El azabache se metió en el callejón al caer en cuenta de la realidad y frenó en seco al ver la escena.

Petra acababa de golpear al hombre, empujándolo contra la pared. La muchacha levantó su pierna, para luego clavar su taco entre el cuello de Nile y la pared. Ella estaba molesta y enojada, mientras tenía el arma en sus manos.

La pelinaranja se encontraba en un buen estado, salvo que la bala había rozado por su brazo haciéndole una leve y superficial herida.

-Idiota –gruño Nile y ella rodó los ojos divertida para después sonreír.

-Encárguense de él –ordenó secamente Levi mientras se acercaba hasta la muchacha.

Petra sonreía victoriosa y sus compañeros comenzaron a felicitarla lo que hizo que su mirada fuera de superioridad. La muchacha intento moverse pero el taco estaba tan bien clavado que le era imposible por lo que se puso nerviosa, pero al instante chillo cuando unos brazos la cargaron.

Levi la había levantado de un tirón, sacando el zapato en el proceso. La muchacha se encontraba ruborizada, pero a la par estaba feliz de que no había sido una situación embarazosa.

Petra intentaba ignorar la mirada de Levi, y cuando observó hacia otro lado se percató de que su falda estaba levemente levantada. La muchacha chillo, al instante se tomó la prenda y la estiro lo más que pudo hacia abajo. 

Se encontraba ruborizada, y cuando Levi se percató de eso negó en un gesto que dejaba entre ver que se encontraba un poco más tranquilo al verla actuar como siempre. 

Cuando escucho aquel sonido del disparo, y pensó que la habían herido, se sintió completamente enojado. No quería perderla, no quería haber fallado en su misión de protegerla.

Después de todo, Petra era su subordinada. Si, era eso.

El azabache se dirigió hasta la camioneta y escuchaba las quejas de sus hombres pero no le dio importancia. Eran tres contra uno, ellos podrían claramente.

Durante el trayecto, ella iba callada sin decir una palabra, más bien estaba quieta y tensa, sin intentar moverse demasiado mientras seguía apretando la tela de su vestido contra su pierna, para que no se le viera de más.

-Te dije que no usaras esos zapatos –menciono secamente Levi a la par que llegaron a la camioneta.

El joven Ackerman la bajó, y al instante se dirigió hasta el otro lado del vehículo para subirse en su lugar. Ella lo imito, y al instante se comenzó a sacar los zapatos con mueca de dolor.

-Lo bueno es que hice bien la misión, Capitán –menciono ella sonriente e intentando no mostrar su nerviosismo.

Levi asintió, y al instante sacó un pañuelo de su bolsillo para colocarlo en la pequeña herida que tenia Petra. La muchacha se sorprendió y colocó su mano sobre la de él para hacer ella misma la acción.

-Es algo superficial, Capitán.

Él bufó, sorprendiéndola.

-Deja tanta formalidad de lado, Petra. Estamos solos, no tienes que estar todo el tiempo refiriéndote a mi así.

-No puedo, tengo que hacerlo –menciono ella mirándolo fijamente con sus ojos ámbar demostrando duda- Usted es mi superior, es lo correcto de esta manera.

-Tsk... -gruño enojado por la insistencia de ella- Ya nos hemos acostado, no finjas que hay respeto.

Las mejillas de ella se sonrojaron al instante, a la par que Petra soltó un pequeño chillido por el atrevimiento de su superior.

-El respeto lo tengo –dijo con su corazón latiendo a mil por hora- No es mentira, yo lo respeto. Durante mi entrenamiento escuche mucho sobre usted, y siempre me vi intrigada. Quería...

Levi levanto sus cejas al notar que ella no terminaba de hablar.

-Bueno, asumo que usted sabe que su historia es un secreto a voces en la milicia –menciono Petra levemente ruborizada y acomodándose el cabello- Pero siempre me cuestione si lo que decían sobre usted era verdad. No me gustan los chismosos, por lo general no dicen nada bueno... Quería conocerlo y por mí misma sacar mis propias deducciones de usted y su pasado.

-¿Y qué tienes hasta ahora?

< En el sexo es perfecto > Petra se reprimió internamente por pensar esas palabras, aunque su dilema interno era si decirle eso o no a su superior aquel pensamiento. Ella intentaba llevar una relación cordial con él, lo vería por mucho tiempo y no necesitaba generar tensión entre ambos.

-Pues, es algo gruñón y tacaño, pero es buena persona –menciono convencida de sus palabras y mirándolo a los ojos para luego sonreírle. 

Levi frunció el ceño al escuchar su descripción.

-Petra, ¿Por qué aceptaste el trabajo? Te habían dicho que era conmigo. 

Ella negó con la cabeza al instante, sin dejar de moverse por segundos a la par que extendía las palmas de sus manos hasta él.

-Mejor dicho -volvió a hablar el azabache- ¿Por qué en la fiesta tú...? 

-¡No lo sabía! ¡Nunca he visto una foto de usted, señor! ¡No me hubiera acostado con usted si sabia quien era!

< Mentirosa > pensó internamente y chisto al instante.

-¿Cómo que nunca has visto una foto mía?

-No es el centro del universo... -menciono obviamente pero al sentir que le faltaba el respeto a su superior lo miró asustada- ¡Lo siento! ¡En la marina no es demasiado conocido, Capitán!

Levi asintió levemente, acomodándose en su asiento de brazos cruzados y ojos cerrados.

-Ya veo.

Ellos se quedaron en silencio, a la par que escuchaban las voces a lo lejos de sus compañeros de equipo. Al ver que no volverían a estar solos durante un tiempo largo, Levi la miro notándola tensa con ambas manos sobre sus piernas y su saco negro ya puesto.

-¿Tienes frió? –cuestiono Levi sacando un tema de conversación a la par que llevaba su mano hasta la calefacción, pero Petra puso la suya adelante impidiéndole que pudiera encenderla.

-No se preocupe por mi, estoy bien.

Levi negó.

-Soy tu capitán, no estaría bien sino lo hago.

Ella desvió la mirada, pero al instante lo observó de reojo estando entre sorprendida y nerviosa, no pudiendo interpretar si esas palabras no eran mas que un chiste refiriéndose al respeto que debían de tener.

Luego de prender la calefacción ambos se sostuvieron la mirada, acercándose levemente mientras no perdían de vista las acciones del otro. Levi chistó, acomodándose nuevamente en su asiento por lo que Petra ensanchó su débil sonrisa. 

Ella abrió la puerta del copiloto y se bajo, aunque antes de cerrar volteo a ver a su capitán mostrándose inexpresiva.

-Iré a ver porque tardan tanto –explico ella con su voz sonando serena y tranquila a pesar de sus sentimientos.

La joven Ral volteó el vehículo pasando por la parte de adelante, y llegó hasta la puerta del piloto. Al ver como la ventanilla estaba baja, ella se detuvo para mirarlo.

< Nunca podré dejar de pensar en eso si no le digo algo > pensaba internamente a la par que se regañaba.

-¿Sabe, capitán? –cuestiono Petra mirándolo fijamente, haciendo que aquellos ojos grises la observaran al instante- Me gustaría conocer mas su historia, pero me conformo con hacerlo de a poco.

Levi se la quedó mirando sin decirle alguna palabra.

-No me gusta hablar de mi, Petra. 

Ella sonrió. 

-Púes a mi me dirá -menciono divertida a la par que le sonreía dulcemente- quiero lograr construir mi propia imagen de usted. Pero todavía me falta mucho... -se encogió de hombros.  

Levi levantó una ceja confundido.

-Aunque, también me he dado cuenta que es muy bueno en la cama, la he pasado muy bien con usted –menciono con las orejas rojas, ya que si Levi no estaba interesado en ella no importaba que se lo diga- Creo que tenía que contárselo, ¿no? Ya le he dicho todo lo que logre conocer de usted, capitán.

El azabache se quedó estático al escuchar la declaración de su subordinada.

Petra se dio vuelta al instante y vio a sus compañeros venir del callejón con un golpeado Nile siendo arrastrado por Erd y Gunther. Ambos parecían satisfechos, después de todo se habían "vengado" del hombre por haberse intentado pasar con Petra.

La muchacha negó enternecida por la actitud de sus amigos, a la par que rodaba los ojos por lo violentos que fueron.

Pero de golpe la mirada de Petra cambio. 

Ella se agarró el pecho con fuerza, a la par que miraba desesperadamente a sus compañeros. Petra comenzó a palparse el cuerpo, sin encontrar lo que buscaba. La muchacha se acercó a Levi, asomándose por la ventanilla y tampoco lo encontró ahí.

Al instante chilló enojada, acercándose a grandes zancadas a Erd.

-¿¡Donde esta mi bolsa!? –grito furiosa a la par que se mostraba confundida, ella estaba mirando desafiante a su amigo para las atentas miradas de todos los presentes.

-Auruo fue a apostar, eso dijo.

Petra abrió los ojos al instante sintiéndose traicionada, observando como caminando solo a centímetros de la entrada del bar estaba el joven Bossard con una bolsa negra de listones dorados.

-¡Es mi premio! –chillo como loca la pelinaranja, a la par que comenzaba a correr por la calle descalza hasta llegar a él- ¡Devuélvemelo!

Auruo colocó una mano en la frente de Petra, deteniéndola por unos segundos hasta que ella lo golpeo en el estomago enojada por aquel hurto.

-¡Consigue ganar tus propias apuestas! –chillo enojada volviéndolo a patear.

Sorprendentemente Levi observaba toda aquella escena desde la camioneta sonriendo. Si, el azabache no entendía porque pero su charla con Petra le había generado algo nuevo en su interior. Capaz se debía solamente a la sinceridad de sus palabras... aunque Levi no lo sabia.

Al caer en cuenta de lo que sucedía, frunció el ceño. Él no estaba seguro de querer descubrir que le pasaba, no le interesaba hacerlo.

-¡Capitán! –grito Petra llamando su atención- ¿No podemos festejar?

Todos voltearon observando a Levi, notando como este miraba con molestia a la joven Ral a la par que ella hacia un leve puchero con los labios de forma inconsciente.

-Tenemos que llevar a Nile...

-¡Pero luego! –insistió Petra completamente feliz a la par que no dejaba de sonreír- Por favor, por un trabajo bien hecho. ¡Yo invito! –grito levantando la bolsa.

-¡¿Cuánto dinero ganaste para ser así de buena?! –grito Auruo enojado por el dolor.

Petra lo fulmino con la mirada ofendida.

-Solo quiere apostar capitán, no le crea –insistió Erd a la par que metía a Nile en la camioneta.

Levi rodó los ojos.

-Quédense, iré a la comisaria a llevar a esta basura.

Tanto el rubio como el moreno intercambiaron una mirada cómplice, para luego encogerse de hombros.

-Esta bien, señor.

Levi asintió, para luego encender la camioneta.

-¡Pero capitán! –menciono Petra acercándose hasta la ventanilla, mirándolo con tristeza porque se marchara mientras tomaba sus zapatos que el azabache le daba con una mueca de cansancio. 

Él le sostuvo la mirada, esperando a que continuara.

-Quédese con nosotros.

Levi se inclino mucho mas cerca de Petra, quedando solo a centímetros de su rostro. Ella lo miro sin entender lo que pasaba pero no se alejo, le gustaba demasiado aquella cercanía entre ambos.

-Esto te podrá salir muy caro, Petra.

Ella se ruborizo al instante, haciendo divertir a Levi por aquellas actitudes que tenia.

< ¡No es justo! Solamente quiero que nos llevemos bien. Pero no se puede. El siempre intenta algo para incomodarme. Lo odio, lo odio > pensaba en su interior < Aunque yo le dije que dusfrute de acostarme con él... ¡Que idiota! >

-Limpiaras la oficina el lunes.

-¿Qué? –cuestiono fuera de onda por aquella orden que su capitán le daba muy seriamente.

-Lo que escuchaste –Levi la miró levantando una ceja al verla tan quieta- ¿Esperabas otra cosa?

< Oh, claro que si. Esperaba otra maldita cosa. mierda. Soy una persona completamente pervertida. Y quiero dejar de serlo. ¡Tengo que dejar de serlo! ¡Es mi capitán! ¡Maldita sea!> al mirar a Levi, suspiro < Es tan lindo >

Ella le sonrió dulcemente, sin poder evitarlo, y se lo quedó observando unos segundos. Levi no se inmuto, le gustaba verla de cerca, durante aquel momento se había olvidado de que era lo que tenia que hacer y todo lo que los rodeaba, solo pensaba en Petra. 

Y extrañamente eso no le disgustaba. 

....

Eren se había ido desde hacia unos minutos atrás.

Durante todo el día el joven Jaeger se había quedado a su lado, no dejándola sola, incluso faltó al trabajo para poder acompañarla. Todas esas horas se hicieron completamente perfectas para ella, puesto que disfrutaba de retomar aquella cercanía que tenia con Eren.

Mikasa suspiro, largando aquel aire que contenía en los pulmones y sonrió levemente sin mirar ningún punto fijo a través de la ventana.

Le habían hecho estudios mientras estuvo inconsciente y su cuerpo estaba en un estado excelente. De hecho solo tenia sueño y quería volver a dormir, pero Eren no la dejó hacerlo...

< -Eren –lo llamó, haciendo que el muchacho se ruborice y desvié la mirada- ¿Por qué no? –cuestiono como una niña pequeña que esperaba una sabia respuesta.

-No quiero que duermas –contesto él sonando caprichoso y molesto a la par que fruncía el ceño- Así que no lo harás.

Al escuchar aquella orden, Mikasa no sabia si ponerse completamente feliz o enojarse por dicha actitud de Eren. Aunque al instante sintió sus mejillas arder, obteniendo la respuesta de sus emociones. 

Ella respiro levemente, sin mirarlo a los ojos puesto que estaba avergonzada de todo lo que había pasado. Eren no la estaba interrogando, de hecho había dejando de lado todo lo relacionado con el pasado: no hablaron del momento que desapareció y ni siquiera de porque estaba en esa fiesta.

Y Mikasa se lo agradecía, ya que no quería dar explicaciones porque debía mentirle y no quería eso.

La muchacha se apoyo en la almohada, cerrando sus ojos levemente mientras escuchaba los diálogos de la película que Eren puso en la tele. Ella suspiro, relajando la expresión de su rostro.

-¡Oi, Mikasa! –grito Eren enojado mientras la sacudía de los hombros haciendo que ella abra los ojos asustada- ¡No quiero que vuelvas a dormirte! ¡Ya estuviste muchos días inconsciente!

La joven Ackerman se ruborizo al instante, a la par que abrió sus ojos completamente demostrando su asombro. Por su parte Eren desvió el rostro, para después sentarse en la silla junto a la cama.

-Esta es mi película favorita –menciono él diciendo lo primero que le vino a la mente.

Pero ella negó, sabiendo que Eren odiaba las películas tristes, pero prefirió no llevarle la contra. Después de todo, no estaba en la posición como para hacerlo. >

Al escuchar el ruido de la puerta, la azabache dejó sus pensamientos de lado para poder observar quien era su visitante. 

Al notar de quien se trataba, se tensó mientras desviaba la mirada.

-Tardaste en despertar, Mikasa.

-¿Qué quieres? –cuestiono de mala gana, cruzándose de brazos a la par que bufaba- Dime de una vez.

-Te vendrán a buscar, no se cuantos días pero no interesa –habló secamente la otra persona a la par que la fulminaba con la mirada- Solo has lo que quedamos, no te equivoques. 

Mikasa gruño, apretando sus puños con fuerza a la vez que le sostenía la mirada.

< Eren >pensó, recordando al muchacho estando perdida sin poder ver cual era la opción correcta.

....

¡Nuevo capitulo! 

Espero que les guste ♥ 

De hecho este contaría como parte del maratón... ¡Si! ¡No pude creer cuando vi que "siempre contigo" llegaba a las tres mil visitas! ¡Aqui esta un pequeño regalo! Gracias a todos los que leen mis historia, me hacen feliz :3 

Pasen un muy buen fin de semana 

~Saludos 

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