Para mi sorpresa Eddie les dijo a sus padres que yo era su novia. Esto fue en Navidad y todavía no lo había negado. Con la visita de sus padres me tocaba fingir serlo, mientras veía los celos de Josh crecer y a Ryan tan tranquilo.
Durante toda la cena las preguntas sobre nuestra relación no pararon de circular. Josh lanzaba tantas indirectas que no sé cómo sus padres no se dieron cuenta.
Al final, cuando pensábamos que sus padres se iban a casa su coche se estropeo y tuvimos que improvisar en lugar donde dormiríamos cada uno. Eddie y yo fuimos a mi habitación, Josh y Ryan cada uno en la suya. Josh vino a mi habitación para hablar con Eddie y yo aproveche para ir con Ryan.
Como explicarlo, los padres de Eddie nos vieron a Ryan y a mí en actitud cariñosa y lo único que se me ocurrió fue decir que era gay. Al final la noche termino con Eddie confesando su romance con Josh y con los padres de Eddie bien contentos.
–––––––––––––––––
Me despierto y me siento fría y se de inmediato que me encuentro sola en la cama. ¿Porque? Me siento en la cama, me aparto el pelo de cara y me froto los ojos. Cuando los abro veo a Ryan saliendo del baño.
– ¿Qué haces?- Mi voz sale más ronca al estar recién levantada.
El levanta la cabeza y me ve, me dedica una sonrisa de las que significan que algo se propone. Normalmente suelen ser momentos antes de acostarnos, pero si ahora quiere sexo me han dicho que la mano les ha funcionado durante años a los hombres.
Miro el reloj y veo que solo son las cinco y media de la mañana, ¿Qué hace despierto?
–Me voy a correr. Hace buen día.
–Ni siquiera es de día.- le digo mientras vuelvo a dejar caer mi cabeza en la almohada.
Le miro como puedo mientras permanezco tumbada y me doy cuenta de que se está atando las zapatillas. Cuando ha terminado admiro como cada prenda de ropa marca sus marcados músculos y me hace replantearme el sexo a estas horas.
– ¿Por qué te vas a correr tan pronto?- le pregunto.
–No es tan pronto.
Lo miro alucinada. ¿Qué no es tan pronto? ¡Son las 5:30 de la mañana! Es verdad, no es pronto, es muy pronto.
Bueno, él se ira a correr pero yo voy a aprovechar las dos horas que me quedan para seguir durmiendo. Dejo de admirar el cuerpo de Ryan y cierro los ojos intentando no perder ni un solo minuto más de sueño. De repente alguien me destapa quitándome las calientes sabanas. Cuando abro los ojos me encuentro la cara de Ryan a centímetros de la mía. Frunzo el ceño para que note mi disgusto. Pienso en el sexo y lo abrazo para intentar meterlo en la cama conmigo.
–Te vienes conmigo– me dice y yo m e suelto de su cuello para dejarme caer en la cama. Cuando veo que Ryan intenta cogerme ruedo hasta el otro lado de la cama y me vuelvo a tapar hasta arriba como si no hubiera dicho nada de correr.
–Rose.- me vuelve a decir y yo abro los ojos y doy un suspiro.
–Ni lo pienses.- le digo. No sé si se enfadara o se ira a correr él solo, pensando que no quiere perder el tiempo intentando levantarme de mi cómoda cama.- Yo no corro. Además, ya fui a correr una vez con los chicos y contigo y no pienso repetir.- le digo mientras me acuesto otra vez.
Me abrazo a su almohada inspirando su olor. Soy una psicópata. De repente las sabanas vuelven a abandonar mi cuerpo y antes de que pueda protestar, Ryan me coge del tobillo y tira de mí hacia los pies de la cama.
– ¡Eh!- le grito. Sigo agarrada a la almohada de Ryan y está loco si cree que la voy a dejar. Cuando Ryan me deja en el suelo coloco mi almohada encima de mi pecho y la agarro con todas mis fuerzas.
Tras mi lucha, Ryan me aparta la almohada de la cara.
–No voy a ir.- le vuelvo a decir mientras cierro los ojos en el suelo.
–Sí que vienes. Correr es bueno.
– ¿Me estas llamando gorda?- le pregunto.
–Vamos, levanta.- me dice mientras me coge y me pone en pie.
–No me has contestado.- le digo indignada. Él se da la vuelta y me mira.
–No estas gorda, tienes un cuerpo de infarto y si no fuera porque nos vamos a correr me acostaría encima tuyo para hacer lo que más nos gusta.- me dice mientras me da un corto beso en los labios.
–Apoyo eso ultimo.- le digo.- Vamos, yo ya estoy colocada.- le digo mientras me vuelvo a tumbar en la cama.
–A correr.- vuelve a decir.
– ¿Por qué insistes tanto?- pregunto– ¿si no me hubiese despertado lo hubieras hecho tu para que te acompañara?- le pregunto.
–Seguramente no. He tenido suerte de que te despertaras.- dice mientras sale de la habitación.
–Yo a eso no lo llamaría suerte.- digo mientras me pongo de pie.
Ryan vuelve a entrar con un pantalón y mis deportivas de correr. Ahora mismo lo odio. Se acerca a su armario y me da una camiseta negra junto a los pantalones.
Con un suspiro lo miro.
– ¿Me ayudas?- le pregunto y veo que él me levanta una ceja.- Voy a ir a correr contigo pero ahora mismo solo quiero tirarme en la cama así que o me ayudas o me tumbo.- le digo mientras bostezo
Suspira y de repente se agacha. Me da unos toques en la pierna para que me levante y cuando lo hago me baja las braguitas. Posiblemente me debería dar verguenza pero hemos hecho tantas cosas entre nosotros que ya nada lo hace.
Me da un toque en el tobillo y veo como se dispone a ponerme unas bragas de abuela rosas.
– ¿Has rebuscado al final de mi cajón?- le pregunto y él se ríe.
–Había que evitar tentaciones.- me dice mientras me pone el pantalón.
Me hace sentarme en la cama para ponerme las deportivas y estoy pensando seriamente si tumbarme en la cama. Solo cinco minutos. Antes de que lo haya pensado demasiado, Ryan me pone en pie y me saca su pijama para ponerme su camiseta de correr.
–Estas guapísima.- me dice
–Más te vale seguir halagándome.- le digo mientras salgo con el de la habitación de Ryan.
–Venga, nena. Vamos a empezar el día igual que queremos terminarlo– me dice y yo abro los ojos. Voy a subir otra vez la escalera.
–Ya es mucho que salga a las 5 a correr, no pienso volver a hacerlo esta noche– le espeto. Él se ríe.
–No me refería a eso.- me dice y yo frunzo el ceño,
– ¿Entonces a qué?-pregunto. Él se gira y tira de mí hasta la entrada.
–Quería decir sudorosos y sin aliento.
Abro la boca, pero al instante la cierro para formar una sonrisa pícara.
–Podríamos empezar con el mismo ejercicio que por la noche.- le digo intentando por todos los medios no salir a correr.
–Andando.- dice el sacándome de la casa bajo un gruñido.
++
Me encuentro tirada en el césped de un parque. ¿Cuánto tiempo llevo así? Mi respiración esta agitada y pienso que soy muy joven para tener un infarto, ¿no?
Ryan se ha puesto encima de mí tapándome todo el sol con su cuerpo. No deja de reírse y estoy a segundos de mandarlo a la mierda.
No se cuánto hemos corrido pero yo a casa no vuelvo moviendo mis piernas.
– ¿Estas mejor?- me dice Ryan mientras se pone de cuclillas.
–que te den. Hoy tú no acabas sin aliento y sudoroso el día.- le digo.
–Bueno, ya veremos.- me dice y cuando quiero protestar me entra la tos. Ryan se vuelve a reír y yo le tiro al suelo dándole un empujón.
Cuando mi respiración ya es normal me levanto del mojado césped y veo a Ryan tumbado en el con los ojos cerrados. No estoy de humor así que decido despertarle de una manera que recuerde.
Estampo mi puño cerca de la boca del estómago haciendo que el pegue un bote hacia arriba y se ponga a toser. Ahora soy yo quien se ríe.
– ¿Por qué has hecho eso?- pregunta
– ¿Por qué estoy corriendo a las & de la mañana?-digo contraatacando.
Él se levanta del suelo y me mira.
–Son las 7– me dice y con eso me coge de la mano y me empieza a guiar por las calles. Sé que he dicho que no iba a volver usando mis piernas, pero bueno, al menos no tengo que correr.
Ryan se para enfrente de una tienda y veo que es una de tatuajes.
–Me voy a hacer un tatuaje.- dice Ryan.
– ¿Un tatuaje? ¿De qué?- pregunto. Él me sonríe y enrosca su brazo en mis hombros.
–Ya lo veras.- dice sonriendo.
– ¿Te vas a hacer el tatuaje ahora?- pregunto.
– ¿Por qué no?- dice él y entra en la tienda.
¿No se supone que tienes que tener cita? Me resigno y entro en la tiendo dos segundos después.
Por dentro es de un color rojo y está llena de cuadros que son tatuajes en folios. Bocetos. Los miro impresionada y me replanteo el hacerme un tatuaje.
– ¿Rose?- me giro y veo a Ryan en el escritorio junto a un hombre con tatuajes y joven, yo diría que tiene unos 26 años.
– ¿Qué te vas a hacer?- le pregunto mientras me acerco a ellos.
– ¿Es por ella?- pregunta el tatuador, yo frunzo el ceño y miro a Ryan que se está riendo.- Pasar adentro.- nos dice y yo les sigo.
Ryan se tumba en la camilla y veo como el tatuador empieza a preparar las agujas y la tinta.
–Te puedes sentar ahí.- me indica un taburete al lado de Ryan.- ¿es tu primer tatuaje?- pregunta el tatuador.
–No– responde Ryan.
–Así será más fácil.- dice el mientras se sienta en el taburete enfrente mío y hace que la aguja empiece a sonar.
Desde mi lado no sé qué es lo que le van a tatuar, solo sé que es en el tobillo.
– ¿Qué es lo que te vas a hacer?- le vuelvo a preguntar.
-Ya lo veras.- me dice.
– ¿Por qué tanto secretismo?- pregunto pero él no me contesta.
El tatuador no tarda ni diez minutos en terminar el tatuaje. Ryan ni se ha movido y mira que es una zona un tanto dolorosa.
–Ya podéis verlo.- nos dice y Ryan se inclina para ver su tobillo. Cuando sonríe me mira y yo voy hacía el otro lado para verlo.
Es medio corazón
Frunzo el ceño y lo miro pidiendo una explicación.
–Tú tienes la otra mitad– me dice y sin poder evitarlo mis ojos se humedecen.
–Es una ñoñería.- le digo riendo mientras una lágrima traicionera se desliza por mi cara.- Pero me encanta.
–Lo se.-me dice mientras me coge de la nuca y presiona sus labios sobre los míos.- Ha merecido la pena salir a correr e.e– me dice y yo me rio.
–Me van a salir caries.- dice el tatuador mientras se ríe.
+++
Como siempre los días en la universidad no pueden ser más aburridos. Ryan y yo volvimos a casa, nos duchamos y nos vestimos rápidamente para ir a clase. La sonrisa de mi cara no se borra y según Leeroy parezco una fumada.
Estoy drogada de felicidad.
En la comida mi padre me ha llamado para decirme que él, Leah y Lara pasarían por casa para pasar la tarde juntos.
¡No puedo esperar!
Hace meses que no veo a Leah y no puedo dejar de pensar en ello.
El plan que me ha dicho mi padre es ir al cine y ver una película, no es mucho pero es suficiente.
Durante la comida Ryan y yo nos tiramos mini zanahorias y se empieza a reír cuando una se mete en mi escote.
Capullo.
Los chicos se ríen entre ellos y veo como Eddie y Josh están tan acaramelados como nosotros.
No he visto a George en el comedor ni en ningún sitio y espero no hacerlo porque lo único que quiero es partirle la cara. Puede que el tema este olvidado entre Ryan y yo peor no entre él y yo.
– ¿A qué hora volverás?- me pregunta Ryan sacándome de mi sueño de pegarle un puñetazo a George.
–Supongo que a la hora de la cena– le digo– ¿Por qué?
–Por saber si hago una cena guay o no.- me dice sonriéndome.
– ¿Si voy a cenar harás una cena guay?- le digo.
–por favor, que presuntuosa. Hare una cena guay para mis chicos.- me dice y yo me empiezo a reír.
– ¿Qué les harás a tus chicos?- pregunto mientras bebo de mi botella de agua.
–Rose, esas cosas no se preguntan. Estamos en un sitio público.- dice y yo no puedo evitar empaparlo de agua. Ha salido despedida de mi boca.
–Agradable.- me dice el mientras se empieza a reír conmigo.
–Lo siento.- le digo entre risas. El niega con la cabeza.- es el karma por sacarme a correr esta mañana.
++++
Cuando llego a casa corro a mi habitación para cambiarme. El clima ha mejorado mucho y hace tanto calor que creo que en poco tiempo el aire acondicionado será imprescindible.
Saco del armario un blusón blanco largo y unos pantalones cortos de color marrón claro. Saco unos botines de estilo vaquera y me los pongo.
Me cepillo un poco el pelo y cuando ya estoy a punto de salir alguien entra en mi habitación. Voy a salir a protestar cuando me encuentro a mi hermana.
Ella corre hacia mí y yo hacia ella.
–Rose.- me dice mientras me abraza.
–Estas guapísima.- le digo mientras le lleno la cara de besos.
Parecerá tontería pero hace 8 meses que no veo a mi hermana y cualquier mínimo cambio lo noto como si fuera gigante.
La veo más alta e incluso creo que ha cogido unos kilos que le sientan fenomenal. En verano estaba demasiado delgada y por un momento pensé que mama le estaba haciendo lo mismo que a mí. Su pelo a crecido y noto que se ha puesto un poco de raya verde en los ojos. Los doce años...es el momento en el que quieres ser muy adulta.
Ambas nos observamos de pies a cabeza y nos volvemos a abrazar. A los pocos minutos le digo de bajar para saludar a mi padre y a Lara y presentarlos a mis chicos.
–Hola papa.- le digo abrazándolo fuerte.
– ¿Qué tal te encuentras?- me pregunta y yo sonrío aún más si se puede.
–Estoy genial.- le digo. Abrazo a Lara y veo como mi padre y ella no se sueltan de la mano. Que monos.
Los chicos empiezan a entrar y yo comienzo con las presentaciones. Todos se comportan genial con Lara y mi padre y cuando llegan a Leah la llenan de halagos. Ella se sonroja y cuando Luke le dice que es la chica más guapa que ha visto en toda su vida ella empieza a tartamudear y se pone todavía más roja.
¡A Leah le gusta Luke! ¡A Leah le gusta Luke! ¡A Leah le gusta Luke!
Cojo mi bolso y beso a Ryan antes de irnos en dirección al cine. Mi padre conduce y en el camino nos ponemos al día de las cosas de mi hermana en el colegio.
Cuando llegamos al cine no puedo evitar reírme ante la película que vamos a ver.
Kung fu panda 3.
¿Cómo lo han sabido? Quería ir a verla.
– ¿Queréis palomitas?- pregunta Lara y ambas asentimos.
–Ahora os las traigo.- nos dice y yo le sonrío. Cuando mi padre y ella se han alejado lo suficiente me giro hacia Leah.
–Tu gusta Luke.- le digo sonriendo
–Pero que dices.- me dice ella.
–Leah, te has puesto súper roja.- le digo riéndome.
–deja de reírte. Es inalcanzable.- me dice suspirando.
–Ya habrá otros, a ser posible más cerca de tu edad.- le digo mientras ambas nos reímos.
Lara y mi padre regresan y justo cuando me doy a la vuelta me chocó contra un muro. Levanto la mirada al ser tan estúpida de no haber visto la pared pero cuando veo con lo que me he chocado me sorprendo.
– ¿Qué haces aquí?- le pregunto y miro a los demás detrás del el comiendo palomitas.
–Íbamos al cine.- me contesta.
–Que listo.- le digo– ¿Qué película?
–Kung fu panda 3. Leeroy y Luke no querían perdérsela.- me dice Ryan y yo me empiezo a reír.
–nosotros también vamos a esa.- le digo.
– ¿En serio? Te veía más como a una chica de cosas de adultos.- me dice sonriéndome pícaramente.
–Eso lo reservo solo para hacerlo contigo– le digo. Un carraspeo nos saca de la nube y veo como Leah me mira nerviosa. Oh, sí, claro Luke.
–Nos tenemos que ir.- le digo a Ryan mordiéndome el labio
–Antes haz algo por mí.- me dice y yo frunzo el ceño. ¡No le voy a dar de mis palomitas!- Bésame.- me dice y yo sonrió como una niña de cinco años.
–Encantada.- le digo acercándome para besarle. Cuando nuestras lenguas se mueven oigo los abucheos de los chicos y me entra la risa. Me separo de Ryan con una sonrisa y me voy con mi familia a la sala.
Leah se burla de mí durante los dos minutos hasta nuestros asientos. Decidimos dejar a la pareja juntos y Leah y yo nos ponemos en un lateral.
Estamos hablando sobre un chico del internado cuando los chicos entran sin hacer apenas ruido.... Se ponen a subir escaleras y cuando pasan nuestra fila suspiro. Sería muy incómodo estar en un sitio a oscuras con mi padre y mi novio en le mismo lugar.
Mi ilusión se va a un pozo en el momento en el que se sientan detrás de nosotros. Genial
La película empieza y ya noto la lluvia de palomitas cayendo sobre mi cabeza. En cuanto puedo contraataco e intento no perder ni un solo segundo de la peli pero me es imposible, por lo que mi hermana me ayuda con la ofensiva.
Cuando se nos acaban las palomitas nos ponemos a tirar las bolitas de maíz que no han explotado con la mala suerte de que le doy en el ojo a Mike que ahora mismo me mira con absoluto odio.
La película acaba y cuando pienso que nos vamos a ir sin ningún follón alguien llama a Luke.
– ¿Luke?- todos nos giramos y vemos a una rubia...porque no decirlo, despampanante.
–Hola Shirley.- oigo que dice Luke sin ganas.
– ¿Qué haces aquí?- pregunta ella
–No se...ver una película quizás.- dice el con sarcasmo. Ella se ríe y de repente sale de detrás de ella un hombre delgadito pero bastante guapo.
–Este es Tomas, mi novio.- Luke le da la mano pero no muestra ningún síntoma de celos.- ¿Tú tienes novia¿?- pregunta ella y yo pienso que no se puede ser más gilipollas.
–Sí, sí que la tengo.- dice y ahí empiezo a pensar que el papel de novia lo he actuado hace poco y la verdad es que no tengo ganas de volver a hacerlo.
–esta es Leah, mi novia.- dice y yo abro los ojos como platos. Mi hermana sonríe con esa sonrisa de zorra que caracteriza a nuestra familia.
–¿Cuántos años tiene?- pregunta la chica un poco alarmada.
–El amor no entiende de números.- dice Luke mientras coge de la mano a mi hermana y baja las escaleras hasta salir del cine.
Los chicos y yo nos hemos quedado flipando y no es hasta que nos empujan para salir que nos empezamos a mover.
Cuando salimos del cine unas luces de neón me llaman la atención. Los chicos se van por su lado y antes de que mi familia y yo nos vayamos por el nuestro les interrumpo.
–¿Podéis tomaros algo durante 10 minutos? Tengo que hacer una cosa.- Ellos asienten y corro hacia las luces de neón.
Espero no cometer una tontería.
++++
Me despido de Leah con un fuerte abrazo y otro a Lara. Me cae súper bien y creo que le viene muy bien a mi padre. Ha hecho que madure y lo veo más centrado en lo que tiene que estar. A parte, le veo feliz.
Me bajo del coche y entro en casa. Cuando voy hacia la cocina el olor me invade.
–¡Qué bien huele!.- digo entrando en la cocina. Cuando abro los ojos solo me encuentro a Ryan con lo que creo que es una quiche. Le amo.- ¿Y los demás?- pregunto
–Les he dado dinero para que se quedasen a cenar en el centro comercial.- me dice mientras coloca una hoja de perejil justo en el medio.
–Así que tenemos la casa para nosotros.- le digo sonriendo.
–Es una cita casera.- me dice sonriendo mientras se acerca a mí y me besa.
–Huele genial.- le digo
–eso ya me lo has dicho. Ahora tienes que probarlo
Ryan me saca un poco la silla de la mesa que ha preparado. Con un mantel blanco y un par de velas. Dos copas de vino y la quiche en el medio.
–Me encanta.- le digo.- ¿Lo tenías planeado?- le pregunto.
–Lo he pensado en el comedor de la universidad.- me dice y yo sonrío.- Tenía que hacer algo para acabar la noche sin aliento y sudorosos.- me dice y yo me rio.
–Solo me quieres por el sexo– le digo.
–Claramente– me dice– No es que tu belleza interior, tu personalidad, tu inteligencia y tu generosidad me hayan conquistado por completo.- me dice mientras él se sienta.
Antes de que tenga oportunidad de decirme algo más, me quito la bota y pongo mi pie en su regazo.
El me mira con una ceja levantada y no es hasta que giro un poco el pie que ve el tatuaje.
–tú también tienes la otra mitad de mi corazón.- le digo sonriendo y antes de poder hacer nada él me ha sentado en su regazo y me está besando.
–estamos locos.- me dice y yo sonrío.
–Me encanta hacer locuras contigo.- le digo mientras vuelvo a besarlo.
–Baila conmigo.- me dice.
¿Qué?
–No hay música.- le digo y veo como saca un mando de la parte trasera de sus vaqueros y empieza a sonar Frank Sinatra.
–no te tomaba por un hombre de Sinatra.- le digo.
–Ha sido mi abuelo.- me dice mientras me levanta y me coge de la cintura. Apoyo mi cabeza en su pecho y ambos nos movemos suavemente.
–Me haces muy feliz Ryan.- le digo.
–Para eso estoy aquí.- dice el.- Tú también me lo haces a mí.
–Te quiero.- digo levantando la cabeza.
–Yo también te quiero.- dice le mientras aplasta nuestros labios con la melodía de Sinatra sonando de fondo.
Hacía mucho tiempo que no era tan feliz.
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Buenas noches chicas. ¡Feliz domingo! o lo que queda de el.
como vereis este capitulo es un poco moñas pero me encanta. Me gustaria añadirle una cancion pero no se cual ¿Alguna ayuda?
Esta vez no lo he dejado con ninguna intriga por que no se me ocurria nada. Podeis dar ideas is quereis que pase algo en el proximo capitulo y si me gustan quizas añada alguna.
Es posible que el proximo domingo no aztualice. Lo intentare pero emjor pensar que no para nop desilusionaros despues.
Espero que os guste.
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