Árboles de metal

By NSanchez0000

125K 10.3K 6.7K

CONTINUACIÓN de Árboles de ceniza. Ari ha comenzado la universidad e intenta llevar una vida normal, lo que... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (Parte 1)
Capítulo 16 (Parte 2)
Wattys 2016
Capítulo 17
Capítulo 18 (Primera parte)
Capítulo 18 (Segunda parte)
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
AVANCE TERCER LIBRO
¿EMPEZAMOS?

Capítulo 11

2.7K 293 242
By NSanchez0000


 Entro en el apartamento y oigo voces en la cocina. May y Neo están tomando un café.

—¡Por fin! ¿Se puede saber dónde estabas? —me interroga May.

—Con Jamie —digo con cierto reparo. La expresión de Neo no me da buenas vibraciones.

—¿Hasta ahora? —insiste.

—Sí, bueno. Me he entretenido un poco. ¿Ocurre algo?

Neo se levanta, deja la taza en el lavaplatos y sale de la cocina sin dirigirme la palabra. Me acerco a May extrañada.

—Nos han llegado noticias de tu intervención en el juicio de hoy. Has causado un gran revuelo.

Me siento en el taburete y escondo la cabeza entre mis manos.

—¿Para tanto?

—Eso parece. Me ha llegado por varias personas, aunque el más entusiasmado era Set. Está encantado contigo.

¡Genial! Está claro que no sé pasar desapercibida. No me extraña que Neo esté enfadado.

—Ya, bueno. Me alegra haberle ayudado —digo sin mucha convicción.

Me preparo un té y decido pasar un rato con ella. Le pregunto cómo le va con Adrian y tengo la sensación de que estaba deseando que me interesara, porque se dedica a hablar de él un buen rato. Lo menos que puedo hacer por ella como amiga, es escucharla. El problema es que después, es ella la que decide ejercer de amiga por lo que no puede evitar preguntar.

—¿No pasas mucho tiempo con Jamie últimamente?

Vaya. ¿Esa es la impresión que da?

—¿Mucho tiempo? Solo nos hemos visto un par de veces. Es un amigo.

Se me hace raro dar tantas explicaciones sobre algo así. Y por supuesto no puedo contarle de qué hablo con él.

—Ya, bueno. Sólo quiero recordarte que es difícil encontrar a alguien como Neo. Entiendo que Jamie es mayor y también es guapo...

Prefiero no escuchar más.

—May, de verdad, no sigas. No he pensado en Jamie de esa manera. Para nada, ¿vale?

—Quizás deberías decírselo a Neo también.

Ahora sí que no entiendo.

—No creo que Neo se preocupe por mi relación con Jamie.

—En eso te equivocas. Últimamente estáis raros. Además le ha cambiado la cara cuando Set ha dicho que estabas en el juicio con él.

¡Como para no querer contarlo! Hay que ver cómo le gusta a la gente hablar de los demás.

—Bah, serán imaginaciones tuyas.

—Bueno, tú misma. —Mira su móvil y se levanta de un salto—. Me voy a cambiar. He quedado para cenar con Adrian y supongo que me quedaré en su casa.

¡Qué bien! De nuevo sola con Neo. No me preocuparía si no supiera que seguro que protesta porque haya estado en el juicio. Pienso en invitar a David a cenar, pero tengo dudas de que en este caso no se pusiera de su lado y sólo me faltaba tener que enfrentarme a los dos.

"De todas formas soy mayorcita y no tengo porque aguantar sus reprimendas".

Decido no pensar más en ello y preparar algo rápido para cenar. Busco en el congelador y encuentro una pizza de verduras. La meto en el horno con resignación porque sé que es lo más parecido a comida basura que voy a poder encontrar en esta casa.

May se asoma y me hace un gesto con la mano a modo de despedida. Cuando oigo el ruido de la puerta al cerrarse, salgo de la cocina y veo a Neo en el sofá estudiando para variar.

—Estoy calentando una pizza.

—Vale —responde sin mirarme.

Eso es todo lo que puedo esperar de él. Voy a la habitación a cambiarme de ropa. Revuelvo entre sus cosas hasta que encuentro unos pantalones cortos y una amplia camiseta de tirantes. Cuando paso de nuevo por el salón camino de la cocina, le oigo protestar.

—¡Deja de saquear mi armario!

No puedo evitar sonreír, porque eso me demuestra que aunque se haga el difícil, no deja de prestarme atención. Llevo la pizza y unos refrescos a la mesita de la sala y me siento a su lado, tapándome con la manta. Tiene la tele encendida pero con el volumen bajo y me pregunto cómo puede estudiar así. Coge un trozo de pizza y continúa enfrascado en sus apuntes sin prestarme la más mínima atención. Intento seguir el programa que aparece en pantalla, pero es un reality de estos absurdos en los que la gente no hace más que discutir. "Que divertido".

Espero a que en algún momento saque el tema del juicio, pero pasan los minutos y ambos comemos la pizza en silencio. No le entiendo.

—¿No vas a decirme nada? —termino saltando.

—¿Decir? ¿Sobre qué? —responde sin levantar la vista.

—Esperaba un rapapolvo por tu parte por lo inconsciente que he sido llamando la atención de esa manera.

Me mira con el ceño fruncido.

—¿Acaso serviría de algo que te lo dijera? No tienes por costumbre hacerme caso. Además ya lo has dicho tú todo ¿no?

No me gusta que me echen la bronca, pero su indiferencia es todavía peor.

—Prefieres no decirme nada, pero a cambio tengo que verte con esa cara de enfado, que para el caso es lo mismo.

Deja la tablet en la mesa para prestarme toda su atención. Esto es como abrir la caja de Pandora y ya no sé si ha sido tan buena idea sacar el tema.

—De acuerdo. Entonces te diré que eres una inconsciente. En vez de pasar desapercibida cada vez estás llamando más la atención y no sabes lo que eso puede acarrearnos a la larga. Además, no sabemos si ese Jamie es de confianza y tú te dedicas a pasar el tiempo con él en vez de buscar una solución para poder regresar.

"Ese Jamie. Si no fuera porque no tiene ningún sentido, pensaría que está celoso tal y como ha dicho May".

—Jamie es de confianza. Sabes que no suelo equivocarme con la gente.

Subo los pies al sofá y me envuelvo con la manta.

—Y también me dirás que no tiene dobles intenciones contigo...

—Somos amigos. ¡Nada más! ¿Por qué es tan difícil de entender? Tienes tendencia a pensar que todos quieren algo conmigo, pero eso no significa que sea cierto.

Si él piensa así. Es su problema.

—¿Acaso no es así? Mira David, Cesar, o yo mismo.

Me da la risa sólo de pensarlo.

—Ya bueno, siempre tiene que haber alguien tan loco como para interesarse por una cabezota insoportable como yo. Pero mira Set, Gabriel o Caleb. Caleb y yo llegamos a ser muy buenos amigos, incluso hablábamos de temas personales... y te puedo asegurar que nunca hubo por parte de los dos otra intención que una buena amistad.

Caleb... cuánto me acuerdo de él. Es de las personas que más echo de menos de aquella realidad. Iba de chico duro y resultó ser un amigo estupendo. Además fue una de las personas que más me ayudó y en ningún momento puso en duda mi criterio. Me demostró que confiaba en mí... y le echo de menos. Igual que echo de menos a Neo. El que está frente a mí se pasa el día criticándome, pero sé que su parte amable, la que me hizo enamorarme de él sigue ahí, aunque él ya no sienta lo mismo. Ojalá pudiera recuperarle.

—Te has quedado pensativa. ¿Se puede saber que está pasando por esa cabecita? —Me da un golpecito cariñoso en la cabeza.

Justo a ese Neo me refería yo.

—Me estaba acordando de Caleb. Le echo de menos. —Estaba dispuesta a callarme, pero decido decir lo que pienso. ¿Qué es lo peor que me puede pasar por decir la verdad? —. También te echo de menos a ti. Bueno, ya sé que tú estás aquí. Me refiero a que echo de menos la relación que teníamos entonces.

—Sí, ya. Siempre he sido un buen amigo, ¿no? —De pronto su voz suena seca.

Esto es lo peor que me puede pasar. Enzarzarnos en la misma pelea de siempre. Esto cada vez se parece más a una mala serie de esas que su trama vuelve una y otra vez al mismo punto en vez de avanzar.

—No es eso lo que he dicho. —Me fastidia tanto el comentario que sin pensarlo le ataco—. Aunque ahora que lo dices, por lo menos otros no huyen de mi lado.

Se endereza en el sofá y creo que debería haberme mordido la lengua, sin embargo, esas palabras me han salido del alma.

—¿Huir? ¿Crees que eso es lo que hice?

No sé a dónde nos va a llevar esta conversación. De momento, ninguna nos ha llevado a aclarar las cosas, pero me estoy cansando de callarme. Esta vez voy a decir lo que pienso.

—Sí. En vez de quedarte y dar la cara, te fuiste. No tuviste ni el valor de hablar conmigo. Para mí eso es de cobardes. Viniste aquí y te quedaste con una copia barata de mí misma en vez de pelear por mí.

Ya está, ya lo he dicho. Pone los ojos en blanco.

—¿Estás ofendida porque no me batí en duelo con David?

De verdad que no tiene remedio. Siempre se las ingenia para ridiculizar lo que yo digo.

—Sabes lo que quiero decir. Me creí tus palabras, pero ya veo lo que tardaste en buscarte a otra. Creo que David ha sido más consecuente con sus actos.

Estoy apretando los puños de pura rabia y de buena gana le soltaría un puñetazo. Neo se ríe sarcástico.

—Para lo que le ha servido.

Me pongo de pié furiosa. En realidad, no tengo porqué aguantar sus frases hirientes, pero él tira de mí para que me vuelva a sentar.

—Vale, lo siento. Me he pasado —reconoce.

—Es que no sé porque todos os pensáis que para mí es un juego. —Me están entrando ganas de llorar de pura rabia y pestañeo varias veces intentando evitarlo.

—Pero, ¿cuál es el problema? ¿Por qué me atacas constantemente?

¿Qué yo le ataco? ¿Acaso no sabe lo que siento por él?

—Tú deberías saberlo. El otro día echaste un vistazo aquí dentro. —Me señalo la cabeza con el dedo.

Neo baja la mirada y me extraña que él aparte la vista.

—No debí hacerlo.

Está bien que se sienta culpable ya que lo hizo sin mi permiso.

—Aun así, ¿qué sentiste? —La primera que siento curiosidad soy yo.

Se lo piensa durante un instante y me inclino hacia él inconscientemente.

—Sentí confusión, agobio, rabia, miedo, frustración... y un sentimiento intenso hacia otra persona, pero no lo pude definir del todo bien.

¿No sabe que es él? De todas formas enrojezco hasta las orejas.

—No te ruborices —me dice pasando sus dedos por mi mejilla—. Ojalá alguien se sintiera así por mí.

De pronto lo único que quiero es besarle. No pienso en las consecuencias, solo lo hago. Antes de que sea capaz de arrepentirme, le beso, con miedo, con cautela, pues no sé cómo va a reaccionar. Primero se tensa por la sorpresa pero al no separarme, responde a mi beso con más entusiasmo del que yo esperaba. Noto sus labios calientes sobre los míos y su mano se desliza hasta mi nuca, enredando sus dedos entre mi pelo y acercándome aún más a él. Se me entrecorta la respiración y noto su aliento dulce mientras nos seguimos besando. Pero como siempre, mi mente es traicionera y me recuerda que él no siente por mí lo mismo que antes. "No te olvides de que él quiere a la Ari de aquí".

Me aparto y de golpe me siento tan incómoda que solo acierto a susurrar.

—Lo siento, no debería...

No soy capaz de terminar la frase. Huyo precipitadamente a mi habitación dispuesta a taparme con el edredón hasta la cabeza y rezar para que se abra un agujero negro que me haga desaparecer.

Por supuesto, Neo no lo va a dejar pasar y no más esconderme bajo las sábanas, el está sentado a mi lado tirando de ellas.

—¡Déjame! Quiero estar sola.

Sigo notando los tirones.

—No te voy a dejar en paz hasta que hables conmigo.

—¡Olvida lo que ha pasado!

Este es uno de los inconvenientes de compartir casa y cuarto. En otras circunstancias, una puerta con llave hubiera bastado, pero así no tengo forma de escapar.

Insiste, y yo cada vez tengo menos fuerza para aguantar los tirones. Me destapo a regañadientes y me siento, apoyándome en el cabecero. Cruzo los brazos y le miro desafiante.

—Tú dirás.

Neo me mira en la penumbra durante unos minutos.

—Me has besado. —Hace una pausa—. Tú... me has besado.

Lo recalca tanto que parece que he cometido un crimen.

—Ya te he pedido perdón. No sé lo que me ha pasado...

Empiezo a estirar las sábanas y a doblarlas sobre mi regazo para no mirarle.

—Tú no besas a nadie por error... —Parece que está barajando las posibilidades— así que... ¿qué es lo que me he perdido?

Ya no puedo más.

—¿De verdad todavía no lo entiendes o esto resulta divertido para ti?

Veo su cara de despiste.

—Yo no estoy jugando —responde con sequedad.

Parece que habla en serio. Quizás tenga que ser sincera tal y como me dijo David.

—Está bien. Verás —Me armo de valor— lo que viste que sentía por alguien, es por ti.

Espero a que diga algo, así que su silencio se me hace eterno. Parece estar... ¿asimilándolo?

—¿Desde... cuándo lo sabes? —me suelta a trompicones.

Nunca le había visto tan nervioso.

—Uff. Digamos que... lo tuve claro cuando nos encontramos aquí y me besaste para comprobar que era yo.

Me alegro de que haya tan poca luz. Es más fácil hablar de ello así.

—¿Todos estos días? ¿Sin decir nada? ¿Por qué?

¿No lo entiende?

—Neo, piénsalo. Dejaste bien claro que no querías saber nada de mí, por eso desapareciste. Además llego aquí y me encuentro con que te has buscado otra Ari.

—Pero te dije... te dije que desde que llegaste sólo estabas tú. Que no quería acostumbrarme a ti de nuevo...

No me hacía falta oír eso otra vez.

—Lo sé. Por eso no tienes que preocuparte. Cuando regresemos no te molestaré, no volverás a verme, yo...

—Cállate, Ari.

Se acerca y coge mi cara entre sus manos antes de besarme. Parece un gesto rudo, pero no lo es. Es el beso más dulce que me han dado en mi vida. Se demora un poco antes de separarse apenas unos centímetros y yo no puedo evitar pensar por qué lo está haciendo.

—Pensé que no querías cometer el mismo error dos veces.

Se separa un poco más, para mirarme a los ojos. De nuevo tiene el ceño fruncido.

—No sé cómo has llegado a esa conclusión pero estás equivocada. Quiero que me molestes, porque eso significará que formas parte de mi vida. Quiero estar contigo y que nada nos vuelva a separar. —Me da un rápido beso—. Y quiero poder besarte cuando me dé la gana.

No sé qué contestar. Lo último que esperaba era esas palabras por su parte.

—¿No me crees? —insiste.

—No es eso, es solo que...

Coge mi mano derecha y cuando gira mi muñeca, entiendo lo que pretende.

—No necesito que me muestres lo que sientes.

Me sonríe mientras acerca su dedo corazón para hacer contacto.

—La ley te obliga a que aceptes ver lo que te quiero mostrar.

Noto la descarga y cierro los ojos. Al momento me invade una sensación cálida y luminosa. Grande, enorme, que parece llenarlo todo.

Separa su mano de la mía, pero yo lo sigo notando en mi interior. Y ya no tengo dudas. "Me quiere".

Abro los ojos y le miro en silencio durante un instante intentando comprender.

—Pero, ¿por qué te fuiste entonces?

Neo se frota la cabeza.

—Está claro que no acerté tomando esa decisión. No sabes lo difícil que fue para mí irme, pero estaba tan convencido de que ya habías elegido, que no estaba dispuesto a verte todos los días con él. No podría soportarlo, ¿lo entiendes?

Mejor de lo que cree.

—Sí. Créeme si te digo que he llegado a sentir celos de la Ari de aquí...

Neo no puede evitar reírse.

—¿No te he dado suficientes pistas todos estos días de que seguía sintiendo lo mismo por ti?

Se apoya en el cabecero y me acerca para abrazarme.

—Estaba hecha un lío. Me besabas y después mantenías las distancias. Me abrazabas y luego dormías dos días en el sofá... ya no sabía que pensar.

—La culpa fue tuya.

Ya estamos.

—¿Mía?

—No podía evitar acercarme a ti, pero luego pensaba que estabas con David y que al regresar te olvidarías de mí. Cuando supe que no estabas con él, pensé que quizás tenía alguna posibilidad, pero si tú no me habías dicho nada, es que no querías estar conmigo. Si me lo hubieras contado desde el principio...

—Lo mismo digo. Yo estaba igual de confusa. Tú tenías una relación con la Ari de aquí.

Neo pasa los dedos por mi pelo. Podría quedarme dormida así.

—¿Y eso no era suficiente pista? ¡Lo hice porque pensé que sería lo más parecido a estar contigo! Aunque estaba equivocado. Ni siquiera otra Ari se parece a ti.

Ahora todo empieza a tener sentido...

Me despierta la claridad que entra por la ventana. Estoy acurrucada entre los brazos de Neo y no recuerdo cuándo me quedé dormida. No puedo evitar sonreír al pensar en lo que ocurrió y me siento culpable por dormirme en plena conversación. Pero era tan tarde ya...

Tantos días de incertidumbre, de disgustos, de nervios... y cuando ya había perdido la esperanza, resulta que sólo hacía falta hablar claro.

Observo su rostro relajado y no me puedo creer que aún sienta algo por mí. Sin pensarlo, le paso la mano por el pelo y le acaricio la línea de la mandíbula. Le he debido hacer cosquillas porque se mueve un poco y arruga la nariz. Me resulta tan gracioso que le doy un suave beso en los labios. Noto como ciñe sus brazos alrededor de mi cuerpo y sé que se está despertando. Le doy otro rápido beso e inmediatamente abre los ojos. Me observa un segundo y no duda en acercarse a mis labios, como si pensara que llevara mucho tiempo lejos de ellos. Su boca busca la mía y su lengua se abre paso haciendo que se me entrecorte la respiración. Nunca me había besado así y la sensación que me embarga parece que va a poder conmigo. Me siento abrumada, con el corazón latiendo a mil por hora y por primera vez desde que le conozco, disfruto, porque ya no tengo miedo y sé que es esto lo que quiero.

Me besa los labios, el cuello, la clavícula mientras me acaricia la espalda por debajo de la camiseta. Pega su cuerpo más a mí y de pronto tengo la sensación de que quiere ir más allá lo que considero un poco precipitado, dadas las circunstancias.

Intento separarme un poco de él para que capte la indirecta, pero lo único que consigo es caerme de la cama. Levanto la vista y Neo me observa divertido.

—¿Intentando huir? ¿Me tienes miedo?

No quiero confesarle que no estoy preparada para ir más allá. Al ver que no respondo, da unas palmadas a su lado.

—Vuelve a la cama. Me portaré bien.

Siento alivio al oírle decir eso y me cuelo de nuevo bajo las sábanas, aunque mantengo las distancias. Neo ser ríe, tira de mí y me acerca a él para abrazarme.

—Qué tonta eres, Ari. No voy a hacer nada que tú no quieras, pero tienes que entender que cuesta estar cerca de ti sin querer más. Sobre todo ahora que no hay nadie por medio.

—¡David!

—Sí, a él me refería.

Pienso en la última conversación que mantuve con él y aunque fue comprensivo no me apetece pasarle por las narices que estamos juntos.

—Dime que no le fastidiarás con esto. Es nuestro amigo y no quiero que deje de serlo.

—De acuerdo. —Esconde la cara en mi cuello-. Oye, ¿Qué te parece si nos quedamos en la cama todo el día?

Faltar a clase de economía. ¿Qué más puedo pedir?

—Me parece un plan genial —le respondo sonriendo.

Antes de que se me ocurra cambiar de idea, me está besando de nuevo.

"Podría acostumbrarme a esto".


¡Por fin Ari y Neo han dejado las cosas claras! A los que os gusta el romance, espero que hayáis disfrutado del capítulo. A los que leéis esta historia por que os gusta su trama de Ciencia ficción, no os asustéis. Este capítulo y parte del siguiente están un poco más centrados en ellos y en aclarar lo que sienten (tampoco quería seguir alargando su relación de esa manera) pero a partir de ahora, la trama irá cogiendo ritmo como en Árboles de ceniza y el romance aunque esté presente pasará a ser un elemento más. 

¡Preparáos! Porque todavía no os imagináis todo lo que les queda por pasar en esta dimensión. 

Y ya sabéis, si os ha gustado el capítulo, podéis votar y comentar. Yo, como siempre, estaré encantada de charlar con vosotros.

Mil gracias por leerme, cada una de las lecturas os las debo a vosotros. 

Continue Reading

You'll Also Like

4K 512 11
•Anteriormente este libro se llamaba "The first world" podéis encontrar su segunda parte en mi perfil. Si te dijera que existe un mundo diferente al...
98.8K 7.3K 34
Este es la segunda parte de mis reaccionando a Dragon Ball, como dice el titulo será de la saga de Freezer, espero les guste y le den mucho apoyo a l...
98.6K 12.8K 48
*Segunda parte de ZDF: Engendros* La Competencia Anual de Engendros a significado la masacre para Occidente, la etapa final está a nada de comenzar y...
43.1K 2.2K 19
Soy la niñera de Sky, trato con Nash todos los dias pero hay algo que no me deja quererlo, simplemente lo detesto.