El Credo - Iniciación

By AlainArtolaYllescas

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Desde los antiguos tiempos de la magia y la hechicería existieron diversos grupos que se reunían para practic... More

El Credo - El libro rojo
Capítulo 1 - Un día normal
Capítulo 2 - Fuerza bruta
Capítulo 3 - Orígenes
Capítulo 4 - El camino del sabio
Capítulo 5 - Búsqueda
Capítulo 6 - Mensajes
Capítulo 7 - Revelaciones
Capítulo 8 - Descubrimiento
Capítulo 9 - Habilidades
Capítulo 10 - Memorias de un alumno
Capítulo 11 - Identidades
Capítulo 12 - Mi nombre es Galdor
Capítulo 14 - Combate
Capítulo 15 - Compañeros
Capítulo 16 - Te veo
Capítulo 17 - Entrenamiento
Capítulo 18 - Esfuerzo
Capítulo 19 - El crudo presente
Capítulo 20 - Curiosidad
Capítulo 21 - Pensamientos
Capítulo 22 - Intento
Capítulo 23 - Ensayo y error
Capítulo 24 - Otro tipo de estudiante
Capítulo 25 - Creo que me he equivocado
Capítulo 26 - Planes a futuro
Capítulo 27 - Depresión
Capítulo 28 - Regreso
Capítulo 29 - El inicio
Capítulo 30 - ¿Estoy en casa?
Capítulo 31 - Humanidad
Capítulo 32 - Nuevo entrenamiento
Capítulo 33 - Daimus
Aviso, explicación y disculpas.
Capítulo 34 - Equipo
Capítulo 35 - Cúpulas
Capítulo 36 - Enfermería
Capítulo 37 - Dolor
Capítulo 38 - Dragones
Capítulo 39 - Un pequeño favor
Capítulo 40 - Fuego
Capítulo 41 - Por un segundo
Capítulo 42 - Detalles
Capítulo 43 - Motivo
Capítulo 44 - Razón
Capítulo 45 - Circunstancia
Capítulo 46 - No puedes verme
Capítulo 47 - Aguja percutora
Capítulo 48 - Diálogos
Capítulo 49 - Ventana de oportunidad
Capítulo 50 - Huor
Capítulo 51 - Apuesta
Capítulo 52 - Casa
Capítulo 53 - Tiempo
Capítulo 54 - Recuerdo

Capítulo 13 - Vecinos peculiares

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By AlainArtolaYllescas

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Vecinos peculiares

Traté de tomar un momento para calmarme y hacer que lo rojo de mis rostro desapareciera. Comencé a caminar por la habitación hasta que tomé asiento en la silla de madera, a unos cuantos metros de Lúthien. Una parte de mí pensó que de esa manera podría tranquilizarme, pero otra parte me gritaba que estuviera cerca de ella.

-          Te dejaré en la mesa las normas de conducta dentro del credo. Son básicamente las mismas que cualquier otro lugar, solo te recomiendo que leas la sección de habilidades, si lo haces no creo que tengas ningún problema, También tu horario de entrenamiento.

Empecé a sentirme menos nervioso, y pude dirigirle la palabra.

-          ¿Podrías darme un resumen de las reglas sobre las habilidades?

-          Claro, en si tienes prohibido usar tus habilidades fuera de las áreas de entrenamiento, o usarlas en contra de algún miembro. También está prohibido hacerlo en el mundo humano, a menos que una situación extrema lo requiera.

-          ¿De qué situaciones extremas estamos hablando?

-          De algo que ponga en peligro tu vida o la integridad del credo.

Ahí fue donde me di cuenta. No se trata de un juego, no es simplemente el conocer mis habilidades y conocer un mundo diferente al humano. Quizás pueda correr riesgos reales.

-          No tienes de que preocuparte Galdor, la situación actual es de gran paz. No creo que pases por una situación peligrosa.

-          ¿Tú puedes leer mi mente?

-          El poder sentir la energía de los demás me da una idea de lo que están pensando.

-          Ya veo.

-          ¿Quieres dar una vuelta por el cuartel?

No suena como una mala idea. Lúthien Me acompaño a la puerta y mientras caminábamos ella me mostraba y explicaba todo sobre el lugar.

-          Sé que las habitaciones no son las más cómodas, pero creo que encontraras lo necesario para descansar un momento. Toda esta área es la unidad habitacional. La mayoría de los miembros descansan aquí, salvo casos especiales. En la planta baja se encuentra la recepción, no hay nada interesante ahí, así que nos saltaremos esa parte del recorrido.

Del lado contrario del elevador se encontraba un pequeño y largo pasillo, al final había otro gran espacio, como si otro edificio se conectará al primero.

-          Este es el sector de servicios. En la planta baja encontraras la biblioteca, en el primer piso se encuentran los centros de cómputo y el área de avances tecnológicos ¿te interesaría conocerlos?

-          Realmente no soy un gran fanático de las computadoras ni de los libros.

-          Es un poco triste saber eso. Yo soy una gran fanática de los libros.

Creo que no acabo de darle una buena impresión a Lúthien. Ella es una mujer que gusta de la lectura y yo… apenas y puedo leer unas cuantas páginas de uno.

-          Acompáñame, tengo el presentimiento que el área de avances tecnológicos te puede parecer interesante.

Un poco incrédulo la acompañe a un segundo elevador. En el momento en que las puertas se abrieron mi boca quedó totalmente abierta. En los extremos había muchos escritorios y mesas de trabajo, pero eso no fue lo que me sorprendió, fue el traje robótico que se encontraba en el centro. Como un niño pequeño en juguetería, corrí para verlo más de cerca. El diseño era asombroso y hasta cierto punto… muy interesante. Parecía que encajaba perfectamente en el cuerpo de un humano promedio, pero su presencia imponía y denotaba muchísimo poder.

-          Nuestro departamento de armamento ha estado trabajando es esto desde hace unos cuantos meses. La idea es cuadriplicar las habilidades del portador, sean las que sean. Ya he tenido la oportunidad de probarlo y es muy efectivo. Pude notar la presencia de una pequeña mariposa que se encontraba a unos 45 kilómetros.

Nunca había escuchado de algo similar. Pero el hecho de lo que puede hacer no me impresionaba, era la estructura en sí. Es como un exoesqueleto humano, no parecía pesado pero a la vez se veía muy resistente a los golpes.

-          ¿De verdad no quieres conocer la biblioteca?

No respondí nada, el asombro llenó mi cuerpo y no era capaz de gesticular una sola palabra.

-          Al parecer no, sigamos con nuestro recorrido, ya tendrás tiempo para estar aquí.

Lúthien comenzó a caminar y lentamente la alcancé. Tomamos el elevador y regresamos al segundo piso.

-          Este piso está asignado para el área de investigación. Pero creo que también lo pasaremos de largo.

El lugar se encontraba repleto de escritorios y gente totalmente entregada a sus trabajos. La mayoría escribiendo en cuadernos, otros cuantos en pequeños círculos de debate y unos últimos frente a su pizarra. Las puertas del elevador se cerraron y nos llevó al siguiente piso.

-          Esté lugar quizás te interese. Este es el arsenal, aquí se guardan todas las armas del credo. Si tienes las aptitudes necesarias, puede que pases mucho tiempo aquí. Pero necesitamos un permiso especial para entrar, lamento no poder mostrártelo a fondo.

El elevador nos llevó a nuestra última parada.

-          Y en este piso vas a pasar mucho tiempo. Aquí es la cafetería, creo que está de más explicar lo que aquí se hace.

El lugar era muy espacioso, una gran cocina se encontraba al final de la habitación, pero esta llenaba el lugar con un delicioso aroma que no pude identificar. Diversos platillos se cocinaban a la vez pero era provocativa la fusión de todos los olores. Las mesas eran redondas con bancos a su alrededor. Unos cuantos miembros del credo se encontraban comiendo, riendo y sociabilizando. Se parecía mucho a la cafetería de mi universidad… solo que en esta si me apetecía comer.

-          Los pisos superiores son restringidos. No te pierdes de gran cosa, ahí se encuentra el departamento de logística, las oficinas de los mentores y cosas por el estilo.

-          … Es un lugar bastante acogedor.

-          Me alegra escuchar que te sientas cómodo. Vamos, regresemos a tu habitación.

Seguí a Lúthien durante todo el camino. Mis ojos no pudieron despegarse de ella. Su caminar era muy seductor y su cabello se movía conforme ella lo hacía. Debo admitir que esa mujer me atraía mucho.

Cuando llegamos a mi cuarto, ella tomo asiento en la silla de madera. Yo me senté al borde de la cama.

-          ¿Tienes alguna pregunta?

-          Me gustaría saber un poco más sobre los miembros del credo.

-          ¿Qué quieres saber de ellos?

-          En general ¿cómo son?, ¿cómo llegaron al credo?

-          Bueno, todos son invitados al credo como ha pasado contigo y en general todos son muy amables. El carácter de todos es muy diferente y no podría darte una respuesta. Huor es quien sabe más de eso.

Claro, a Huor le gusta mucho eso de leer a las personas. Espero poder hablar con él pronto.

-          ¿Tienes alguna otra pregunta?

-          No, por el momento no.

-          Entonces te dejaré solo, si quieres puedes recorrer el credo a tu gusto, solo evita los lugares restringidos o aquellos en los que necesitas algún permiso. Lo sabrás por los colores que hay en las puertas. Verde es de libre acceso, amarillo es necesario un permiso y rojo es restringido.

-          Gracias por la información.

-          Me da gusto verte Galdor. Y espero que tus vecinos no sean una molestia para ti.

-          ¿Por qué serían una molestia?

-          Asómate por la ventana.

Me aproxime a la pequeña ventana a un lado de mi cama.

-          ¡No puede ser!

Curiosamente mi habitación se encontraba justo a un lado de una madriguera de dragones. Y aquel dragón que intentó chamuscarme me identifico y no dudo en lanzar otra bola gigante de fuego… No sé cómo sobreviviré con estos vecinos.

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