La apuesta perfecta [1]

Von Melgo7

1.5M 62.3K 2.7K

[Novela terminada] Eliot un chico bromista y encantador. Leire una chica callada y apartada de la socied... Mehr

Trailer + Info
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26.
Capítulo 27
Capítulo 28.
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56
Capítulo 57.
Capítulo 58
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
Capítulo 72 (Final).
Epílogo (Parte 1)
Q&A (Entrevista a personajes) -•EXTRA•-
¡Q&A 2! Haz preguntas a los personajes ABIERTO HASTA 10 de febrero del 2020
Agradecimientos.
¡Sorpresa!
Favor de corazon ❤️
Grupo de WhatsApp 😎
¡Nueva novela! ¡Vayan a leerla!

Epílogo (parte 2)

19.6K 812 75
Von Melgo7

Dos años después... Horas antes.

Leire's POV.

—¡Pero si apenas lo conozco! —Le gritaba a mi madre a través del celular—. No puedes hacerme esto.

Esto no era lo que tenía planeado hacer en mi vida.
Tal vez me casaría algún día, pero no antes de no terminar la universidad.
No entiendo de que les favorece a la empresa de mi papá que me case, lo de la fusión ya pasó de moda, es algo idiota e inservible está comprobado que no porque dos hijos se casen funcione realmente.

No me pienso casar con ese idiota, infantil, egocéntrico y arrogante.
He hablado y he convivido con él casi toda mi vida, y sin duda él sería el ultimo chico con quien me casaría.

—Hija... Solo toma ese vuelo de regreso a casa y platicamos con calma ese asunto —Me dice algo cansada—. Pero, lo mejor es que lo platiques con tu padre. Yo no puedo hacer nada.

—Mamá escúchame —Le digo con desesperación—. ¡No me puedes hacer esto! Simplemente no puedes.

Y empiezo a llorar.
Mañana... Mañana es el día de mi boda, toda chica sueña con una boda... Ese sería el día perfecto para toda chica, pero no para mí, para mí será la mayor de mis pesadillas.

Es algo inútil, mi padre me obligara y no podré hacer nada.

Tomo mi maleta de mano y me dirijo al avión.

Subo las escaleras y busco mi número de asiento, me toca casi al inicio junto a la ventana.

Espero un rato para despegar y cuanto lo hago me dedico a observar la pequeña ciudad que se empieza a ver por los aires.

A mitad del camino me doy cuenta de algo muy importante... Regresó a la ciudad... Regresó a donde no quería regresar, pero sobre todo lo único que si me emociona es que lo volveré a ver.

Casi dos años sin verlo, más de año y medio sin saber de él. Bueno... Sin saber de él, sería algo exagerado, le preguntaba a Román por él de vez en cuando...  Aunque me contaba cosas muy sencillas.

¿Podré verlo antes de casarme?
¿Qué haré si lo veo?
¿Huiré o iré corriendo a sus brazos?

No estoy muy segura, pero... Yo creo que lo mejor sería no buscarlo, sería una mala idea. Podría generar un escándalo y estoy cansada.

Y entre mis pensamientos me quedo dormida.

Cuando despierto puedo notar que el avión ya está casi vacío por completo, hemos llegado, me levanto a toda prisa y tomo mi maleta.
Bajo de este y voy en busca de la otra maleta más grande, mientras recorro los pasillos, empiezo a temblar.

Dos años fuera de esta ciudad y se siente desde el aeropuerto completamente diferente.

Cuando llegó a la terminal busco a mi hermano, y lo veo... Él pone una gran sonrisa y corro con todo y maletas hacía él.

Las dejo en el piso y me lanzo a él, lo abrazo muy fuerte.

—Te extrañe —Es lo primero que me dice en un susurro.

—Yo igual —Le respondo sinceramente.

Román es el único que ha estado realmente para mí en toda mi vida, él único de mi familia quien realmente se preocupa por mi bienestar.

Nos dirigimos a su auto y le empiezo a contar todas mis anécdotas graciosas que he vivido fuera.

No quería empezar por la triste realidad que se me aproximaba. No quería aceptarlo.

—Me gusta tu nuevo corte —Confiesa él.

Me lo corte antes de venirme, tenía el pelo demasiado largo que me enfadó.
Así que decidí cortármelo justo a la altura de mis hombros.

—Gracias —Le sonrió por eso.

En cuanto llegamos a la casa, Román me ayuda con la maleta grande, mientras que yo cargo la chica.

La miro fijamente, no quiero entrar simplemente no puedo.

—¿Estás bien? —Me pregunta mi hermano.

Él no me ha preguntado nada sobre la boda o ha hecho algún comentario sobre esta, pero creo que necesitamos hablarlo.

—Esto no está bien —Le suelto apunto de colapsarme—. No es justo para mí.

Me ve tristemente, me imagino que él también está pensando lo mismo que yo.

—Lo sé —Suelta—. Trabajo en ello.

Me dice y con eso entra a la casa, en cuanto abre la puerta mi madre sale corriendo para abrazarme.

—Yo también te extrañe mamá —Le digo sarcásticamente.

—Ven, entra —Me dice, y nos dirigimos a la sala.

—Mamá... Tenemos que hablar —Trato de decirle de nuevo.

—Conmigo no... Es con tu papá —Me dice sabiendo de lo que quiero hablar con ella.

—Pero... —Y antes de que pueda continuar, aparece mi padre—. Papá...

—Leire Pond, hemos hablado de esto a través de los meses... No hay vuelta atras —Dice con su tono de despreocupación. Él ya sabía de lo que quería a hablar con mamá—. Te casas mañana, no hay nada de qué hablar.

—Claro que si —Respondo furiosa—. ¡Hay mucho de qué hablar! ¿Qué no lo entiendes? ¡No me pienso casar con alguien a quien no amo!

—No aceptaré un no de ti Leire —Dice ahora él furioso—. Mañana te casas, muchas personas aprenden a amar, tarde o temprano lo harás con él.

Me levanto enojada pero con ganas de llorar, y eso provoca que mis lentes se me empañen.

—No papá, no puedo —Mi tono de voz se empieza a romper—. Simplemente no puedo... Y menos con él.

—Leire... Por favor entiende —Sigue insistiendo mi papá—. Mañana te casarás y será lo que harás, no hay marcha atrás. Entiéndelo y fin de la discusión.

Y con eso se marcha a quien sabe a dónde.

Me siento de nuevo en el sillón.
Y empiezo a llorar, junto mis piernas a mi pecho.

—Leire yo... —Empieza a decir mamá.

Pero ya no quiero escuchar nada y salgo de ahí a toda prisa, subo escaleras y entro a donde era mi cuarto.

Imagine que lo cambiarían, pero la sorpresa que me encuentro es que todo mi cuarto sigue iguala a como lo deje.

Mis paredes con fotografías, mi cama tendida, mi closet con poca ropa, y en mi espejo está una foto que no me quise llevar porque sabía que lloraría siempre que la viera.

—Eliot —Susurro.

Por lo que me ha dicho mi hermano, se dedica a estudiar y a trabajar por las tardes, no sale con ninguna chica o bueno si llegó a hacerlo la acosas no se prolongaban más que por unas cuantas semanas y ya casi no sale a fiestas, la verdad es que eso me sorprendió mucho, imagine que no tardaría mucho en conseguirse a otra chica, pero me equivoque.

Sigo llorando en mi cama, deseando que no sea el día de mañana, deseando que todo se cancele, deseando que esto termine.

Y mientras lloro me quedo dormida, porque cuando despierto eran casi las dos de la madrugada.

Me levanto, busco una sudadera en mi closet y me la pongo.

Salgo a caminar, no podía soportar estar en mi casa y saber que ahí estaba el vestido de bodas para mañana... De hecho contando la hora... Para el día de hoy.
Mi madre lo escogió y lo había puesto en la puerta de mi cuarto desde el día que lo compró, bueno eso fue lo que ella dijo.

Camino por las calles de la ciudad, parecían que habían cambiado, pero lo cierto era que la única que había cambiado era yo y eso me resultaba demasiado extraño para ser real.

Atrapada en mis pensamientos no me había dado cuenta de que había chocado con alguien.

Ni me moleste en levantar mi cabeza.

—Perdón —Escucho una voz apresurada—. No estaba viendo por donde caminaba.

Y continúe caminando, hasta frenar en seco.

Esa voz.

Esa jodida voz.

No podía ser más que de...

—¿Leire? —La vuelvo a escuchar esa gloriosa voz.

—¿Eliot? —Pregunto mientras levanto mi cabeza.

Él rodea su auto a toda prisa hasta llegar conmigo.

Oh Dios mío.

Esto no estába bien...

Tengo que irme, porque sé que si sigo aquí haré una tontería de la que me arrepentiré.
Y en cuanto doy la vuelta él me detiene tomándome de la mano.

—Iba a ir a tu casa justo en este momento —Me sorprende lo que me dice—. Me enteré que te casas mañana.

Su voz sonaba destrozada. Al parecer no era el único destrozado aquí. Y ha decir verdad me sorprende mucho. Demasiado que él intentara buscarme en mi casa.

—Hoy —Le susurró.

—De hecho estaba haciendo un plan en mi mente —Continúa, y volteo para verlo—. Lo primero que iba a hacer era ir a casa de Román a sacarle toda la información, no importaba que métodos tenía que utilizar pero lo tenía que conseguir. Segundo iba buscar el lugar. Tercero iba a ir a la boda sin que nadie se diera cuenta de mi presencia. Cuarto y mi parte favorita... En el momento que el padre pronunciará las palabras: "Sí alguien se opone, que hable ahora o calle para siempre" ahí entrar y gritar "Yo me opongo". Quinto, robarme a la novia (O sea tu) y ser felices.

Su plan provocó que me pusiera helada. Y a la vez riera, cosa que tenía mucho sin hacer después de todo esto, tenía mucho sin reír. Tenía mucho sin reír con él. Se me había olvidado lo que era estar a su lado. Siempre buscando una manera de hacerme reír. Lo que más me sorprende de todo esto es que aunque lo dijera muy gracioso sonaba realmente sincero de si. ¿Por qué sigue aquí? ¿Por qué sigue esperando a pesar de todo?

—Pero ya no tengo que hacer ninguno de los cuatro primero pasos —Dice con una sonrisa—. ¿Sabes por qué?

Niego con la cabeza, pero antes de que él siga hablando, lo interrumpo. Empezó a hablar que ni si quiera me dio tiempo de disfrutar tan si quiera este pequeño momento.

—Hola —Le sonrío, no me había saludado, solo empezó a hablar y a hablar, pero no se había detenido a saludarme, después de no vernos por mucho tiempo.

Él abre sus ojos.

—Te cortaste el cabello —Me dice ignorando por completo mi hola.

—No, se me cayó —Sarcasmo ante todo, ya lo entrañaba y sonríe.

Y carajos, su sonrisa, su hermosa sonrisa, no la veía desde hace mucho, y gracias a eso mi corazón empezó a tener un ritmo de cien por segundo.

—Te extrañe —Me dice mientras se acerca más a mi—. Como no te imaginas.

Sé que no debo de decir esto, pero tengo que hacerlo, todo mi ser quiere que lo diga. A veces no podía controlarme cuando estaba Eliot muy cerca de mi. Y me doy cuenta que provoca en mi exactamente lo mismo de cuando tenia dieciocho años.

—Yo también, Eliot —Le digo mientras me muerdo el labio—. Pero... Me tengo que ir.

Tenía que huir, su "plan" me había conmovido. Pero aún si lo podía permitírselo. Me iba a casar mañana y aunque lo odiará con todo mi corazón, al parecer no había marcha atrás.

—Espera... No te puedes ir, te acabo de volver a encontrar —Dice preocupado—. No te puedo dejar ir de nuevo.

Cierro mis ojos, no puedo llorar de nuevo, he llorado mucho el día de hoy, y ayer y días pasados.

—Me casó hoy —Le digo, haciéndole recordar ese detalle—. Y no puedo cancelar la boda. Me hubiera gustado verte ahí diciendo "Yo me opongo", pero no puedes hacerlo, porque aún así me casaré.

—Pero... —Toma mi mejilla—. Tú ni lo amas.

—¡Ya lo sé! —Le grito—. Ya lo sé... Pero no es algo que yo pueda cambiar Eliot. Tengo que hacerlo. Es mi deber hacerlo

—No, no lo harás —Dice él decidido. Si tan solo supiera.

—¿Qué no lo entiendes? Me tengo que casar hoy por la tarde. Y lo voy a hacer.

—Y tú no entiendes que yo estoy dispuesto a que esa boda no suceda —Dice como si fuera lógico.

—Eliot... Por favor... —Pongo ambas manos en su pecho, tratando de que se aleje de mi—. No hagas esto más difícil para mí.

No podía continuar. Eliot es muy peligroso para mi. Nadie más en mi vida había tenido ese botón de detonante. Eliot era ese botón de detonante de todos mis sentimientos. No podía apretarlo ahora.

—Te dije, te perdí una vez y no estoy dispuesto a volverlo hacer —No soportaré más escucharlo—. Y descubrí algo.

Me sorprende esto último, y me da algo de curiosidad.

—¿Qué? —Le preguntó mientras frunzo el ceño.

Él se acerca a mí hasta llegar a mi oído.

—No hay boda si no hay novia.

—No entiendo Eliot —Le confieso.

—La quinta parte del plan es "Robarme a la novia y ser felices" y es lo que voy a hacer.

—Eliot... Yo...

Él me empieza a cargar hasta llegar a su auto. 

—¡Bájame! —Y lo más raro es que si lo hace.

Pero me acorrala poniendo ambos brazos a lado de mi , mi espalda queda recargarla en el auto de Eliot.

—Eliot, no me puedes robar, me tengo que casar hoy —Volvía a repetir.

Y por más que trataba de repetírmelo, sabía que no podía. No podía casarme porque no quería. No quiero hacerlo.

—Aunque lo repitas un millón de veces no lo voy a aceptar —Se acerca a mi—. ¿Tú lo quieres hacer?

Me siento muy nerviosa con él estando muy cerca de mi.

—No, pero... —Siempre logra ponerme nerviosa, más de dos años y no me puedo controlar estando cerca de él.

—Eso es todo, huyamos por unos días, si no hay novia... —Deja la frase incompleta.

Él quería que yo la completará. Y no estaba segura de si debía.

—No hay boda —La termino al final—. Lo sé, lo sé, pero...

—Deja de decir peros Leire, he esperado por ti mucho, y no quiero que te vuelvas a ir de mi lado —Se empieza a acercar más a mi—. Porque, aunque pasaran años yo seguía sintiendo los mismos por ti. ¿Tú no?

Mi piel se congela en ese momento. O más bien se derretía.
Voltee hacia otro lado aunque roja, apuesto a que él lo nota.

—Vamos dilo.

Ni si quiera tardo más de dos segundos en decirlo.

—Yo también —Y el sonríe.

Y con eso se acerca a mí y me besa.
Jadeo por eso, hace mucho que no sentía la textura de un beso, la sensación y la adrenalina que llegaba a provocarse.
Él pasa sus manos al rededor de mi cintura y yo por inercia y necesidad de querer sentirlo, alrededor de su cuello.

Puedo sentir el deseo del beso, la furia que no fue desatada antes y al mismo tiempo la ternura reflejándose en sus labios.
Puedo sentir como él disfruta tomar su tiempo, puedo sentir como ha esperado este momento por mucho tiempo y por fin ha llegado.

Se separa poco a poco de mí y coloca su frente en la mía.

—No te cases —Me dice en susurros—. No te puedes casar con quien quiera que sea, a nomas que sea conmigo.

Abro mis ojos mucho.

—¿Estarías dispuesto a casarte conmigo Eliot?—Le preguntó mientras tragó saliva.

—No ahorita, pero si en un futuro —Me sorprende su seguridad—. Pero si lo haría y solo contigo Leire. Así que no puedes casarte hoy, porque si lo hacer no podría cumplir mi promesa.

Suspiro, tengo dos caminos Eliot o el niñito ricachón, claro que Eliot... Es Eliot, lo que significa que es irremplazable y la boda es una obligación.

—Tienes que escoger tu vida, no la puedes arruinar solo porque tus padres lo quieren así, hay un mundo entero por recorrer ¿Lo recuerdas? —Me dice Eliot tratándome de convencer—. Tu y yo. ¿Qué dices Leire?

Es mi vida, es cierto lo que dice Eliot.
Pero... Mis padres...
Pero es mi vida, yo soy la que debe de tomar este tipo de decisiones, no ellos.

—Eliot... Si decidió escapar contigo, me prometes que jamás me abandonaras.

Él ríe. Y me da miedo su respuesta.

—Jamás, ¿Sabes por qué? Porque siempre te amaré y nunca abandonas a quien amas —Sonrío por eso—. Te he esperado, y podría esperarte más. Lo que no puedo hacer es permitir que te cases.

Y me vuelve a besar dulcemente.

—Ahora jamás podré decir "Yo me opongo" —Dice fingiendo tristeza—. Pero lo que sí podré hacer es robarme a la novia.

Yo río por eso.

—Leire... Antes de que huyamos... Te quiero decir algo —Lo dice serio.

Suspiro.

—¿Si?

Él vuelve a sonreír provocando que yo también lo haga.

—Te amo, Leire Patosa Pond.

—¡Oye! —Me lanzo a él y lo abrazo—. Yo también te amo, Eliot Mujeriego Valerio.

Me vuelve a besar tiernamente mientras me susurra lo mucho que extraño y lo mucho que lo hice sufrir.
Y sabía en ese momento que mi vida volvería a cambiar y de una forma grandiosa.
Porque teniendo a Eliot a mi lado sabía que todo iba a ir bien.
Porque él me seguía amando y yo lo amo a él. Nunca lo había dejado de amar.

Y lo más seguro es que así sería por siempre.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

3.5M 202K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
4.8K 764 76
[Terminada] Y aquí estoy, fingiendo que te he superado. Pero quedaron tantas heridas abiertas que tengo que cerrar, la única forma que encuentro par...
6.4M 334K 47
Sydney: Una chica invisible ante los ojos de todos. Estudiosa y aplicada con una vida casi perfecta. Alex: ¿Típico mujeriego? No. Más bien es un chic...
223K 12.3K 20
-¿cual es tu deseo?- preguntó mirándome fijamente -si te lo digo no se cumple -oh vamos, por favor- dijo haciendo un puchero ocasionando que yo suspi...