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Revelaciones
El hombre no quito la mirada al horizonte, parecía que no quería verme al rostro. El ambiente se tornó tan denso que podría cortarse con un cuchillo. Él tomó mi café y bebió un sorbo. Después de eso, comenzó con su relato.
Alguna vez te preguntaste quienes son los que realmente dominan al mundo, si tu primera respuesta es los gobernantes o el pueblo mismo… debo decirte que te encuentras en un gran error. Existen organizaciones que operan bajo las sombras que son quienes tienen el control de todos los gobiernos. Grupos tan antiguos como el mismo hombre, algunos buscan el dominio de las tierras, otros quieren tener el control social de la población, unos más buscan el equilibrio del poder para mantener una paz en el mundo. Nuestra organización es una de ellas, tratamos de mantener un estado balanceado de poder y ayudamos a los dormidos a despertar.
¿Los dormidos? Traté de gesticular mi pregunta, pero él continuó con su historia, sin darme la oportunidad de interrumpirlo.
Si todos los humanos fueran conscientes de su poder y de su potencial, tendrían una visión más amplia del panorama actual, y con ello, podrían tomar las mejores decisiones para su vida, teniendo como consecuencia un bien colectivo. Muchas personas tienen ese conocimiento y lo reservan para ellos. Siempre es mejor mantener al pueblo ignorante para poder ejercer control sobre ellos. Organizaciones como la familia, el clan y la horda son quienes planean suprimir el despertar del hombre para adueñarse del poder el mayor tiempo posible. Nuestro objetivo es entrenar y despertar al mayor número de personas. Es por eso que estoy aquí, es por eso que tu estas aquí. Puedo prometerte que dominaras tu talento en muy poco tiempo y tendrás los ojos abiertos para los futuros acontecimientos. Piénsalo… estaremos en contacto.
El hombre le dio un último sorbo a mi café y se retiró apresuradamente. Su caminado era misterioso y parecía que nadie notaba su presencia. Su pequeño relato me dejo pensativo. Tenía una vaga idea de organizaciones que controlan al mundo, como Google o Apple. Si era cierto lo que me contó, sería bueno conocer mi talento… aunque es una historia realmente difícil de creer. ¿A qué se refería con los dormidos? Y me es difícil creer en personas buenas muy buenas, ellos deben sacar algún provecho a lo que hacen… si es que realmente lo hacen. Su pensamiento se basa en una utopía donde todos los hombres tienen una capacidad de pensamiento superior. Muchos han hablado de esa posibilidad y se ha tratado de implementar, pero siempre ha fracasado. Si se trata de un grupo radical revolucionario no quiero involucrarme. Muchas son las preguntas en mi cabeza, pero algo dentro de mí me decía que debía saber más del asunto.
Como una estatua, me quede en la cafetería sin ningún pensamiento en concreto, mi mente vago por todos lados y el tiempo transcurría. Decidí irme de la universidad. Al llegar a mi hogar corrí a tomar el libro. El lobo de la portada ya tenía los ojos abiertos y se abrió sin ninguna dificultad.
Al parecer si necesitaba dormir un poco. Pero cuando traté de iniciar mi lectura, me di cuenta que todo se encontraba escrito en una lengua que desconocía. Retrocedí a las primeras páginas, pero estas se encontraban igual. Cerré el libro un poco frustrado. Mi celular había recibido un mensaje de un número que no tenía registrado.
“Si quieres iniciar con tu entrenamiento, podemos vernos en este momento”
¿Entrenamiento? Si apenas estoy procesando que todo lo que ha estado pasando es real, o por lo menos quiero creer que es real. Antes de contestar el mensaje, algo me impulso a tomar el libro entre mis manos, con gran duda e incredulidad respondí el mensaje.
“Estoy listo”
Pasaron unos segundos cuando recibí una respuesta.
“Entonces empecemos”
Me confundió el mensaje… ¿Ya vamos a empezar? La pantalla de mi celular comenzó a brillar más de lo normal, cubriéndome totalmente con su resplandor. Una sensación extraña recorrió mi cuerpo, como si este se dividiera en pequeñas partes. No era capaz de moverme o de emitir algún sonido. De un momento a otro me encontraba… en algún lugar, mi mente era consiente pero perdí la sensación de todo mi cuerpo, parecía que viajaba a una gran velocidad hacia alguna parte. En un abrir y cerrar de ojos me encontré en una habitación blanca, sentado en una pequeño sofá del mismo color. Note que mi mente ya se encontraba ahí, pero no mi cuerpo, este llego poco a poco, en pequeños fragmentos apenas visibles para el ojo humano… ¡POR QUÉ MI CUERPO SE ESTA ESAMBLANDO FRENTE A MÍ! Cuando terminó el proceso, mi mente fue directamente a mi cuerpo, retomando la sensación de él. Aunque no fue la experiencia más agradable. Mi estómago se encontraba revuelto, mi cabeza me dolía, la luz lastimaba mis ojos, no tenía fuerza en los brazos o piernas y eventualmente vomite por todo el piso. El cansancio impidió levantarme del piso, y me arrepentí de responder ese mensaje. Segundos después comencé a analizar las cosas… ¿Cómo carajo llegué aquí? La idea de tele-transportarme llegó a mi mente, seguido de miles de pensamientos que refutaban esa idea. Posiblemente esté alucinando… pero, yo no consumo drogas… ¿Estoy dormido? Pero el vómito y el malestar son tan reales.
- Veo que tu estomago no es tan fuerte como pensé.
Esa voz la reconocía, era la misma voz de aquella noche. Con gran esfuerzo gire la cabeza para ver quién me hablaba. Se trataba de un hombre con un traje muy elegante, pantalón y saco negro como la noche, una camisa de rojo escarlata, corbata negra con un nudo un poco extraño, zapatos perfectamente brillantes, por debajo de la camisa se notaba que portaba un collar, un reloj dorado en su muñeca derecha y una cadena en la muñeca izquierda. Su rostro mostraba cierta fascinación al verme en el suelo, sus ojos, a pesar de los lentes que portaba, irradiaban algo que no logro explicar.
- ¿En dónde estoy?
- Te encuentras en el cuartel general, también el lugar donde vas a iniciar con tu entrenamiento.
- ¿Quién eres?
- Me han llamado de muchas formas, pero puedes dirigirte a mí con el nombre de Huor.
- ¿Qué hago aquí?
- Además de manchar mí suelo con tu desayuno, estas aquí porque tienes curiosidad de saber la verdad. Apresúrate, no tenemos mucho tiempo.
Cómo quiere que me apresure si apenas y puedo mover mi cuerpo. Lo miré, pensando que estaba bromeando.
- Veo que no tienes un gran sentido del humor. Déjame buscar un poco de ayuda.
Chasqueo los dedos y una mujer de ropas blancas entró en la habitación, se acuclillo a un lado mío y colocó sus manos sobre mi espalda. Una cálida corriente fluía desde sus manos a mi espalda, aliviando mis malestares poco a poco, momentos después la mujer se retiró. Me levante lentamente, aun un poco mareado.
- ¿Acaso ella…?
- Te alivio, si, es su especialidad.
- ¿Me estás diciendo que con solo colocar sus manos, es capaz de aliviar el dolor?
- … Sí.
- Ok, no soy un experto en el tema, pero ¿no tiene nada que ver con magia o sí?
- Magia, manejo de energía, habilidad, efecto placebo, llámalo como quieras.
Esto debe ser un sueño, no tiene lógica ni sentido.
- Créeme que no es un sueño.
- … Ahora me vas a decir que puedes leer la mente.
- No, es lo que todos piensan al llegar aquí.
- ¿No soy el único?
- No te consideres tan especial, esta organización ha trabajado desde hace mucho tiempo.
- ¿De cuánto tiempo estamos hablando?
- Unos cuantos milenios.
- Y puedo saber… en donde estoy.
- Como ya te lo dije, en el cuartel general.
- El cuartel general… ¿De qué?
- Del credo obviamente.