ADAM - en edición.

By JohaNightmare

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El tormento de no saber que pasara es, quizá, una de las peores emociones que podremos experimentar como indi... More

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NOCHE.
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TÉ.
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PRUEBAS.
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LANA.
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PRESENCIA
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ACÁ Y ALLÁ
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40.
41.
TE AMO.
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43.
44.
45.
IRSE

18.

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By JohaNightmare

Aparté a Miranda lejos de mí con un empujón mientras intentaba regular mi respiración, sentía como el corazón se disparaba y comenzaba a sudar. Era la primera vez en mucho tiempo que me sentía así. Necesitaba a Emily.

Me adentré en la habitación y cerré la puerta apoyándome en contra de ella. El corazón seguía latiéndome con fuerza, y la cabeza comenzaba a darme vueltas. 

Tenía que decirle a Emily, la necesitaba ahora mismo.

― ¿Adam? Traje cereal y un poco de esa cosa verde que te gusta― su voz fue un alivio, pero todo seguía dándome vueltas― ¿Adam?

Me moví de la puerta y me dejé caer en el suelo con una mano en el pecho, necesitaba relajarme. Necesitaba respirar. Cuando Emily entró a la habitación no fue necesario decirle nada, se arrodilló a lado de mí, pero cuando intentó tocarme, hice una mueca y me moví a un lado.

―No voy a hacer nada malo― dijo levantando las manos―, necesito que respires, despacio.

Se acercó poco a poco a mí sin bajar las manos, mi respiración seguía mal y sentía como la habitación se cernía sobre nosotros.

«Es Emily, es Emily, déjala tocarte»

Cuando llegó a mi lado tomó con cuidado mi mano sin dejar de verme a los ojos y la puso sobre su corazón, el tamborileo de sus latidos llegó a la palma de mi mano; entendía lo que me pedía.

«Es Emily».

―Necesito que te relajes y tus latidos sean más lentos― sentía su corazón, sentía cada latido, podía hacerlo, carajo―, tienen que ser así.

Me concentre en el tacto de Emily y me repetí mil veces en la cabeza «es un ataque de pánico, sólo es un ataque de pánico». 

Tarde un rato para que mi corazón dejara de palpitar como sí acabará de correr un maratón, Emily se había quedado a mi lado sujetando mi mano y estaba muy alerta en lo que pudiese pasar, no se había acercado de más en ningún momento.

―Mi vecina solía tener ataques de pánico después de que su novio la golpeara... ―hice una mueca de dolor―, así que aprendí junto con mi padre a controlar esas situaciones, pero a ti no te he golpeado, ¿qué pasó?

Negué en silencio. Emily asintió y se dirigió hacia la puerta de la habitación, al abrirla divisé una charolita con un tazón de cereal y un vaso con clorofila. Me levanté y me senté en la cama, aún me repetía que sólo había sido un ataque de pánico.

Cuando Emily llegó a mi lado, me dio el vaso de agua primero.

―El tazón es mío, tuve que subir porque Derek comenzó a cuestionarme cosas― se ruborizó― de las cuales no sé cómo responder.

―No debí decir nada allá abajo― negué con la cabeza―, gracias de verdad Emily.

―Haría lo que fuera con tal de pagarte―negué con la cabeza y bebí de mi vaso―, de nada Adam.

(...)

Ambos nos acompañábamos en silencio, era un silencio cómodo, Emily comía de su tazón y de vez en cuando le lanzaba miradas furtivas, hacía comentarios sobre como masticaba con tal de hacerla reír.

― ¡Basta! ― dijo cubriéndose la boca―¡harás que escupa!

Le di un golpe en el hombro amistosamente, su contacto me era normal, incluso me parecía no sentir nada, pero no podía engañarme pensando así, tenía que decirle la verdad, digo, ya que andabamos en la estación de la sinceridad quizá fuese bueno sacarlo de mi pecho también; quién sabe tal vez Emily se fuese de mi vida en un par de meses y no recordase lo que le había dicho el día de hoy.

―Tengo que decirte algo, y espero que entiendas que es algo serio― Emily dejo su tazón a un lado y enfocó su mirada en mí―, ¿podrías mantener lo que te voy a confesar?

Emily asintió, froté mi rostro y me levanté para ir hacia la puerta, la cerré y puse el pestillo, lo último que me encantaría era que mi familia entera se enterase.

― ¿Por qué empiezo a creer que es algo malo realmente? ― Emily tomó una almohada y la abrazó contra su pecho.

―Es algo que nadie más sabe, creo― me acerqué a Emily y me senté con algo de distancia de por medio―, ¿conoces el nombre de la fobia al contacto entre las personas?

Emily frunció el ceño. ― ¿Humanifobia?

Sonreí pero negué. ― Afenfosfobia.

― ¿Afenfosfobia? ― frunció el ceño y puso un dedo sobre sus labios―, estoy segura de haber escuchado eso antes...

―Es un miedo irracional a ser tocado, la persona que lo padece llega a cancelar cosas de su vida cotidiana, llega incluso a negarse a ser tocado por personas que conoce de siempre― me aclaré la garganta―, otras personas dan un tipo de permiso expreso a alguien para que lo puedan tocar, o incluso esa persona hace un vínculo de confianza tan fuerte que...

―Le permites tocarte sin miedo― la mire con cierto sosiego, esperaba que entendiese―, escribí sobre esa fobia en secundaria.

―¿De verdad? Jamás pensé que la conocieses.

Emily se dedicó a decirme todo lo que sabía con respecto a la fobia, tuve que corregirla en ciertas partes, pero al final preguntó lo que debía haber preguntado desde antes.

― ¿Tú...tú eres afenfosfóbico? ― asentí― oh Adam...

―No me mires como si fuera un perrito atropellado― respiré hondo y extendí mi mano hacia ella―, ¿recuerdas lo del permiso exclusivo a que alguien le toque?

― ¿Te refieres a mí?

Toque el hombro de Emily. ― Eres mi pequeño conejito de pruebas.

Sonrió. ― ¿Lo soy?

―Quizá sea así, sólo tolero cierto tipo contacto, ni siquiera sabes cuánto me cuesta besarte sin querer huir, tomando en consideración que te he besado un par de veces.

―No pensé que besara tan mal.

Ambos reímos. Emily me miraba fijamente, al final extendió su brazo hacia mí y retrocedí por instinto, la suave palma de su mano al tocar mi mejilla fue una sensación que agradecía que existiese.

― ¿Entonces, que debo hacer por ti? ― acarició mi mejilla con ternura y sonrió― te ayudaré si es lo que necesitas, no sé que más pueda ofrecerte.

―Necesito que me ayudes a sentir de nuevo―tomé su mano de mi mejilla―, necesito salir de esto, ya estoy cansado, y si ya estarás atada a mi por un par de meses, ¿por qué no ayudarnos?

― ¿Hasta qué punto puedes soportar? ―fruncí el ceño.

―No lo sé, ayer que dormí contigo me pareció de lo más normal, no me sentía tan incómodo... Pero hoy, cuando Miranda me abrazó, me alteré y tuve ese ataque de pánico―Emily se levantó de la cama y me extendió una mano―, ¿qué...?

―Toma mi mano― dudé unos segundos y al final la tomé, Emily jaló de mi hacia ella―, ¿un abrazo fue lo que te alteró, cierto?

―Te estoy diciendo que contigo soporto ese tipo de contacto― Emily se sacó el suéter y la camiseta térmica―¿qué haces?

―Quítate el suéter― dijo con cierto toque divertido―, quiero probar algo.

Entrecerré los ojos y me saqué el suéter, lo dejé a un lado y Emily me pidió que abriera los brazos, cuando lo hice Emily se acercó a mí y me abrazó, su piel irradiaba un calor que llegó a través de la camiseta. Me tensé por unos momentos y no supe qué más hacer.

Carraspeó. ― Se supone que si te abrazan también debes hacerlo en respuesta. ―pase mis brazos por sus hombros y apreté con cuidado su cuerpo.

Emily se retiró despacio de mí y me observó interrogante.

― ¿Y?

―Te dije que podía soportarte.

Emily frunció el ceño y caminó hacia el balcón de la habitación, se quedó unos minutos ahí mientras yo terminaba de beber mi vaso.

― ¿Te gusta nadar Adam? El clima de hoy es mejor que el de ayer.

―Me voy a arrepentir de haberte dicho.

Emily se giró sonriente. ― Todo mundo está en el jardín, ¿por qué no bajamos? Al menos en lo que sé que plan idear para evitar encontrarte de nuevo tirado y rendido en el suelo.

Emily caminó hacia el armario y tomó un par de shorts desgastados- los de Drew-, después se encerró en el baño.

― ¿Debo preocuparme por tus ideas?

― ¡Para nada! ―abrió la puerta―, haré todo lo que pueda para ayudarte.

―No pienso nadar― me tiré sobre la cama y crucé los brazos―, haré una rabieta de ser necesaria, te lo juro.

Me sorprendió que se quedara callada, pero por otro lado lo agradecí, porque sencillamente no quería bajar con la familia. Emily se paró a lado de la cama y me observó entrecerrando los ojos.

―Adam, vamos a nadar.

―No.

(...)

La determinación de Emily me había hecho bajar a la piscina después de varios argumentos favorables a su persona. Miranda estaba sentada cerca de la piscina conversando con Derek, mientras que su hermano Paul estaba sentado en una de las mesas de metal y sombrilla.

― ¿Miedo al agua? ― pregunté mientras me sentaba con él, claro, interponiendo distancia como siempre―, deberías dejar de leer un rato e intentar ser un joven normal.

Paul me observó sorprendido. ― ¡Gané! ¡Derek me debe cincuenta billetes!

Fruncí el entrecejo. ― ¿Por qué?

―Él dijo que no bajarías en todo el día, y yo dije que sí porque Emily seguramente bajaría y tú querrías bajar con ella.

―Entonces ve y reclama ese dinero― crucé los brazos sobre el pecho y giré la cabeza para ver si Emily venía o no―, ¿por qué todo mundo está aquí?

―Porque hoy tu padre se va de campamento solo, y vuelve el día de su cumpleaños―rodé los ojos al recordar su estúpida tradición―, ¿y Emily?

―No lo sé―me encogí de hombros―, me ha hecho bajar y no vino conmigo.

Paul se rió y abrió su libro de nuevo, me dediqué a observar a toda mi familia, como los odiaba. Paul se levantó de la mesa y se dirigió a su hermano, al final volvió sonriente a la mesa y puso su dinero como separador en el libro.

―Bien hecho, sácale todo el dinero del mundo a tu hermano― Paul rió, levanté mi mano―dame esos cinco.

Lo vi dudar por un momento, pero el final chocó su palma contra la mía, me estremecí para mis adentros pero opté por respirar calmadamente.

―Iré a la piscina y esperaré a Emily un rato― me levanté de la mesa―, al final de ese libro, se muere.

―Lo sé― dijo dejándolo a un lado―, lo he leído como diez veces, es el único libro que tengo.

Me llevé una mano al pecho fingiendo que me ofendía.

I beg  your pardon, deberías ir algún día a mi humilde hogar Paul, y no es broma, a Emily le encantaría tu presencia, ella se ha devorado todos mis libros, tienes muchas recomendaciones que pedirle.

Caminé hacia un extremo de la piscina, la parte más vacía, y me senté sumergiendo las piernas hasta las rodillas, Derek me observó por unos momentos para después girarse hacia Miranda y reír.  Agradecía estar de espaldas a la casa, no quería tener que soportar la mirada de la familia sobre mí esperando algún saludo o cumplido, me cansaba escucharles parlotear la mayor parte del tiempo y que Emily no estuviese a mi lado me parecía aún más insoportable, prefería escuchar su voz a la de ellos. Quería relajarme un rato, a final de cuentas tal vez no había sido mala idea bajar, tal vez Emily había tenido una buena idea después de todo, pero tenía que estar también aquí.

― ¡Hey Adam! ― levanté la vista hacia Derek― ¿y la belleza de tu prometida?

― ¿Y la tuya? 

Derek desvío su mirada de mi hacia la casa, volvió a mirarme y gesticuló un "ahí está".
Quería preguntarle a que se refería, pero a los pocos segundos recibí mi respuesta en forma de unos brazos alrededor de mi abdomen.

―Si no soportas esto, dímelo ahora― susurró a mi oído―, por cierto, ¿desde cuándo tengo un traje de baño?

Sentía la piel de Emily contra mi espalda, sus piernas tocaban las mías, me estremecí y respiré varias veces para no alterarme, pero por otro lado me gustó sentirla cerca, sentir su piel, la suavidad acompañada de su calor corporal era reconfortante.

― ¿Así que este era tu plan? ― pregunté mientras acariciaba sus manos sobre mi abdomen y le daba un pellizco― te aborrezco más hoy que ningún otro día, Wiley.

A respuesta recibí sus uñas clavándose ligeramente. ―Me lo vas a agradecer en un futuro, tal vez cuando te cases o tengas hijos.

Quité suavemente las manos de Emily de mi abdomen y le pedí que se sentara a lado de mí. Emily estaba usando la parte de arriba de un bikini azulado y un short.

― ¿De dónde ha salido ese bikini?

―Quiero saber lo mismo, aunque sé que me arrepentiré por usar este short― comentó cubriéndose las piernas―, se notan mucho mis cicatrices.

Era cierto, las pequeñas líneas blancas que cubrían su piel se notaban, pero no tanto para alterarse, tomé una de sus manos y la quite de sus piernas mientras negaba con una sonrisa.

―No deberías sentirte mal después de que golpeaste al que las causó, imagínate como lo dejaste― sonreí amablemente―, así que deja de cubrirlas.

Emily asintió. ― ¿Y? ¿Has soportado mi abrazo edición 2?

―Prefiero mil veces no abrazos.

―Mentiras― se levantó―, iré por un jugo, ¿quieres?

― ¿Acompañarte? ― me levanté y caminé hacia la casa―, de igual forma no quería estar afuera.

―En realidad te estaba ofreciendo un jugo, Adam.

 (...)

Emily tomó asiento y depositó su vaso frente a ella.

―Tienes que decirme que soportas y que no.

―A ti, definitivamente no― golpeó mi brazo―, de acuerdo, soporto tomarte de la mano, cuando me abrazas, y con mucha dificultad, soporto besarte.

―Prosigue―tomó su vaso y bebió.

―No soporto que gran parte de tu piel me toque, definitivamente eso no, y no se me ocurre nada más.

―Quédate quieto, ahora vuelvo― se levantó y se fue.

Bebí de mi vaso mientras observaba a mi madre conversar con un hombre con cámara, al final se acercó hacia mí y sonriendo comenzó a hablar.

―Adam, este es Joseph, se encargará de las fotos de la familia― miró a todos lados―, ¿y tu novia?

―Aquí― Emily apareció a mi lado― ¿sucede algo?

―Le decía a Adam que este hombre se encargaría de las fotos familiares, hoy ha estado tomando fotos de todos, nos faltan ustedes dos.

Joseph acomodó su cámara y nos pidió que sonriéramos. Emily sonrió mientras que yo rodaba los ojos. Mi madre me reprochó.

―Después podré tomarles una foto― dijo el hombre despreocupadamente―, no quiero molestarles.

El cabello de Emily escurría por su espalda, se acercó a mí y le di su toalla.

―El agua no está tan mal, deberías nadar Adam― negué― sólo un poquito.

Inconscientemente me quede observándola mientras se secaba el cabello, el color de su bikini no la hacía lucir mal, sus delgadas piernas le daban un toque de ser alta cuando en realidad no lo era, apenas me llegaba a la barbilla y sus lunares le daban un toque muy lindo a su espalda detrás de todas esas cicatrices.

Se sentó de nuevo y puso su toalla en el respaldo de su silla. Le acerqué el plato de fruta que había conseguido hace unos minutos.

― ¿Puedo preguntarte algo Emily? ― asintió―, ¿por qué no has intentado escapar de mi casa?

―Al principio lo planeé, pero después lo deje a un lado, no lucías como captor tan malo o un tipo extraño.

― ¿Cómo sabes que mis planes no eran matarte cuando durmieras? 

―Lo pensé dos veces, por eso le ponía el pestillo a la puerta.

Ambos reímos por lo extraña que se había vuelto la conversación, a Emily se le formaban dos hoyuelos, ¿por qué jamás lo había notado?, esta chica era preciosa, no había duda.

Conversamos un buen rato más, sinceramente me gustaba hablar con ella, escuchaba cualquier comentario estúpido que yo hacía y reía por la forma en que me expresaba de mi familia, llegó un momento en el que Emily habló de como era su vida y me presté a escucharla, ella había trabajado desde que estaba en secundaria, me había contado sobre su primer novio y de cómo eran las escuelas a las que iba.

―Cuando cumplí doce mi papá me regaló el kit de pintura más lindo del mundo, creo que aún tengo algunas pinturas en casa― apoyó su mentón entre sus manos y me observó.

― ¿Y tu madre? ― el rostro de Emily ensombreció―, oh, no quise preguntar eso, lo siento.

―Le detectaron cáncer cuando yo tenía cinco años, pero no pudo contra ello― picó un poco de fruta.

―Lo siento.

Me miró fijamente unos momentos y después negó con una sonrisa restándole importancia.

―Yo no tenía edad para saber qué diablos pasaba, así que, mi padre tuvo que guardar la compostura después de eso y obviamente tuvo que actuar con mucha cordura por mí ¿sabes?, siempre habíamos sido los tres y en ese momento pasamos a ser un dúo, se esforzó bastante por no llorar frente a mí en los cumpleaños de mamá.― guardó silencio y rio― ¿Podemos cambiar el tema? Empiezo a sentir que estamos llegando a temas muy personales y no quiero que esto se ponga muy incómodo.

―Tienes razón― asentí y bebí todo el contenido de mi vaso―, ¿recuerdas haber recibido una cosa de esas para pintar?

―Sí, un caballete, tu padre me lo dio―lo pensó un momento y después abrió la boca sorprendida―. Ahora entiendo tu odio.

―Estaba celoso. Mi padre te regaló una cosa de esas y a mí no me regaló nada en mi cumpleaños.

―Admitámoslo, yo era una niña linda e inteligente, por eso me lo dio― rodé los ojos causando que riera.

―Jamás te vi de pequeña, pero siempre te odie.

―Tu odio es bien recibido― me levanté de mi silla y tomé su vaso, la voz de mi madre me detuvo.

― ¡George se ha ido! Así que a partir de mañana empezaremos los arreglos de la casa, les asignaré a todos que hacer, y los que falten de comprar un presente―miró fijamente hacia mí― mañana es el día que tienen. Tengan linda tarde familia Blair.

Emily se levantó conmigo y nos dirigimos a la cocina, Derek estaba ahí con Miranda, el maravilloso dúo problemático.

―Adam, no has nadado nada― dijo divertido―, ¿miedo al agua?

Decidí ignorar sus comentarios cotidianos y me dirigí a las escaleras. Había sido suficiente por hoy. No quería convivir con nadie, sólo lo había hecho por Emily. Cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí a la ducha. Emily podía seguir disfrutando del día sin mí, de eso no tenía duda. Enrollé una de las toallas a mi cadera y abrí la puerta hacia la habitación, Emily no había regresado, merecía un día sin mí. Tomé ropa del armario y me vestí apenas poniendo atención. Me dirigí hacia la cama y me senté mientras revisaba mi teléfono, al no encontrar nada importante decidí dormir un rato. 

(...)

Hold back the river, let me look in your eyes! ―me removí molesto por la voz que cantaba― Hold back the river so high!

El sonido de una puerta cerrarse y la voz cantando comenzaban a sacarme de mi sueño. Abrí los ojos despacio y busqué la fuente molesta que cantaba, ni siquiera tuve porque preguntarme quién era la causante, era claro que era mi castaña compañera.

― ¿No puedes cantar más bajito? ― me giré quedando boca abajo pero dirigiéndole una mirada a medias― o mucho mejor, cállate.

― ¡Dios! ¿Quieres matarme de un infarto? ― exageró llevándose la mano al pecho― ¿no estabas dormido?

―Estaba, tú lo has dicho― me giré de nuevo quedando sobre la espalda―, ¿qué hora es?

―Como las ocho, no lo sé―tomó un cepillo―, estuve en la ducha, debí perder la noción del tiempo.

― ¿Cuánto tiempo puedes durar en la ducha? ― se encogió de hombros y se acercó a la cama―, de cualquier forma, ¿qué pasó después de que subí?

Emily se sentó en el borde y comenzó a cepillar su cabello, tenía los dedos arrugados, y su piel desprendía un olor a flores que puedo suponer, sin equivocarme, que era de una de las bombas de baño de burbujas. Llevaba esa camisa holgada del primer día después de la subasta, y un pants gris; aun vistiendo eso se veía linda.

« ¿Qué estás diciendo?» Ya no me engañaba ni a mí mismo.

―Tengo algo para ti― se levantó de la cama y se dirigió al closet, después de varios minutos regresó a sentarse―, promete no regañarme o algo parecido.

Asentí cuidadosamente y me extendió una pequeña placa de metal, tenía las iniciales «A.J.B», eran mis iniciales bajo un grabado del mejor hermano del mundo.

― ¿Dónde lo encontraste? ―sonreía inconscientemente― ¿cómo fue que olvide esto?

―Iba caminando por la casa, me distraje como siempre, entré en una habitación que resultó ser un armario, vi la plaquita tirada en el suelo, y al ver que la primer letra era una "a", la tomé y pensé en que posiblemente sería tuya― sonrió y se levantó de la cama por segunda vez― ¿quieres bajar a cenar?

― ¿Cómo te las ideas para hablar así de rápido?

―Solía hacer un montón de cosas de pequeña, ahora, me estoy muriendo de hambre― me tendió la mano―, ¿me hace el honor de bajar a cenar conmigo, por favor?

Le pegué delicadamente a su mano y me levanté de la cama sin su ayuda, le pedí que bajara primero, yo la alcanzaría después, quería ponerme los tenis primero, los tomé de al lado de la cama. Llené el vaso que se encontraba en la mesita de noche para remover lo seco que sentía en la boca.

―Carajo―murmuré cuando sentí el contenido del vaso caer sobre mi pants.

Tomé un pants negro del armario y me saqué el anterior.

― ¡Juro que no vi nada! ― la voz asustada de Emily hizo que se erizara mi piel y me sonrojara, había entrado en la habitación― ¡lo juro!

Me giré hacia ella, tenía el rostro cubierto por sus manos; tomé el pants del armario y me lo puse rápidamente.

―No quería entrar sin permiso―murmuró―lo siento, lo siento, de verdad.

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