Poesía & Basura

By vodkaina

926 73 30

«Si te enamoras de un rockstar, más vale que vayas preparando tu corazón para ser roto; no hay otra opción»... More

Capítulo I: El Rubio.
Capítulo II: Todo el mundo es gay.
Capítulo III: Hasta luego.
Capítulo V: ¿Por qué no me miras a los ojos?
Capítulo VI: Poesía & Pizza.
Capítulo VII: Estás en casa.
Capítulo VIII: Con las luces apagadas es menos peligroso.
Capítulo IX: No todos los ángeles vuelan.
Capítulo X: Mis ojos se nublan.

Capítulo IV: Insomnio.

71 6 0
By vodkaina

Entré al edificio, y mientras subía las escaleras, me detuve en el tercer piso. Me asomé por la ventana y vi la camioneta salir por donde había entrado; al parecer no quiso ir hasta el otro lado y prefirió regresar. Me daban unas ganas terribles de ir con él a preguntarle por qué "hasta luego". Saber para qué me quería ver. Supuse que al igual que yo, él se sentía un poco intrigado, tal vez por mi personalidad. Y no es que yo sea una persona interesante, pero muchas de mis amistades me comenzaron a tratar porque les parecía "rara"; no sé tampoco qué quiera decir eso de "rara" en mí, pero era lo que atraía a algunas personas.Siempre me había considerado normal, no sé, nada especial, pero en segundo año de secundaria (es decir, la segunda vez que lo tuve que cursar, dado a que en la primera escuela me habían expulsado), en ese año las cosas cambiaron mucho. Parecía que mi personalidad había cambiado por completo; pasé de ser una chica extrovertida y socialmente aceptada, a ser una semi "nerd", auto-excluida y antisocial. Guardé mis materialismos y me concentré en otras cosas que había dejado atrás, como mis propios ideales, por ejemplo.En fin, supongo que esa "rara" era lo que podía haber interesado a aquel muchacho rubio pero, ¿qué era lo que me intrigaba a mí de él? 

Cuando llegué al séptimo piso, al departamento de Martha, ella me abrió sin poner alegatos o quejas, me disculpé con ella y ella extrañamente estaba calmada. No me dijo mucho, sólo me preguntó en dónde había estado en ese tiempo si no había ido con mi hermano. No quise decirle que había estado en compañía de dos completos desconocidos, es que, eso no es normal en mí, así que le dije que me la pasé rondando un rato por las calles, pensando en qué decirle a mis padres y mi hermano por no haber asistido a la entrevista de empleo. 

Tomé mis cosas y me fui donde mi hermana. Tras dos horas de viaje, ahí estaba yo: soportando los regaños de la misma. Pero la verdad es que sus gritos no me importaban, en mi cabeza no había más que el roce de sus manos, las de Kurt con las mías. No había más que su reflejo en el espejo, sus ojos en la lluvia, su voz en mi oído, su mandíbula apretada, sus pocas palabras... no había más. Esa noche dormí temprano, la cabeza me daba aún vueltas, no había comido casi nada y la presión, como casi siempre, me había bajado a los suelos; temblaba y me moría de sueño. Me dormí pensando en él, cosa rara. Hacía tiempo que no me dormía pensando en alguien que no fuera alguno de mis idiotas novios en la preparatoria o secundaria.

Pasaron tres semanas y Krist no llamaba; me estaba desesperando. Creí que él de verdad quería contactarme como me había dicho antes, por algo le dí el número de mi hermana, pero no hubo llamadas. Casi todas las tardes salía de "fiesta" con Martha y otras tres amigas, generalmente ellas terminaban borrachas o drogadas y cayendo en el suelo mientras yo las llevaba a casa. Al ver esas escenas pensaba que eso era lo último que yo querría para mí. Yo sólo bebía hasta que me empezaba a sentir extraña, después de eso mejor dejaba el alcohol de lado. Jamás probé otra cosa que no fueran cigarrillos; me daba terror terminar siendo una adicta, tanto, que pensé muchas veces en dejar esas amistades, pues tal vez en el fondo mis padres tenían razón y un día terminaría como ellas o peor. Y es que yo tiendo a llevar todo a extremos, conmigo nada es a medias.

Cierto día llegué casi en la madrugada a casa de mi hermana después de haber ido a dejar a cada una de las ebrias de mis amigas a sus casas, afortunadamente ella no estaba despierta, sólo su esposo, Charlie, mi cuñado favorito (que era más bien como un hermano). Él me entendía perfectamente, me conocía y confiaba en mí. Lo saludé y traté de arrastrarme a mi habitación.

—Oye, no tan rápido, señorita -me dijo mientras comía un trozo de pizza- Te han llamado varias veces, creo que fue el mismo chico, la última vez me dejó su número, dijo que le marcaras a cualquier hora. 

Mis ojos se iluminaron, sentí un escalofrío en la espalda.

—¿Dijo su nombre? -pregunté nerviosa.

—Creo que sí, el niño lloraba así que no escuché bien, creo que dijo algo así como Burt o Kurt... Bruce... No sé, mejor llámalo, sonaba algo desesperado. Dejé el número a lado del teléfono en tu recámara. 

—Cla...claro, gracias.

Corrí a mi cuarto y me senté en la orilla de la cama, lo poco borracha que estaba se me quitó de inmediato. No sabía si llamar en ese momento o esperar a la mañana, pero la verdad es que no podía aguantar. Tomé el número y marqué, sonó unas 3 veces y colgué. "¿Qué rayos me pasa?", me preguntaba en mis adentros, eso se lo debería dejar a los inmaduros niños de primaria.Llamé de nuevo y esta vez lo hice decidida. "Si a la quinta que marque no contestan, lo dejo para mañana", pensé. Pero no fue necesario; me contestaron esta vez a la primera.

—¿Hola? -decía una voz ronca del otro lado.

—Ho...hola. Este, lamento si despierto a alguien, es sólo que me dijeron que llamaron en varias oca...

—¿Erika? -me interrumpió. 

—Sí, soy yo. Tú llamaste, ¿cierto? -dije tratando de controlar mis nervios. 

—Oh, sí, perdón si te molestó eso, es sólo que... no sé, quería confirmar que ese era tu número. Krist me dijo que estaba bien si te llamaba. ¿Estuvo bien?

—Sí, por algo se lo dí. -me quedé callada un par de segundos- ¿Qué haces? ¿Te desperté?

—No -rió-, yo no duermo. Bueno, sí lo hago, pero generalmente duermo en las tardes. Pensarás que soy un perezoso, pero tengo algunos problemas realmente serios de insomnio, así que no te preocupes. 

—¡Vaya! Los mismos que yo entonces, hay veces que pasan dos o tres días y no duermo más que un par de horas. 

—Qué extraño, te ves muy serena. 

—¿Cómo?

—Sí, bueno, es que generalmente la gente que no dormimos estamos ya sabes, "cucu". -rió. 

—Pues no creas, no estoy exactamente cuerda. Tú también te ves bastante normal.

—¿Normal? Vaya, eres la primera persona que me dice eso. Tal vez sea porque no me conoces. 

—¿Te puedo conocer? -dije nerviosa.

—¿Te interesa? -contestó con un tono sorprendido.

—Sí -le dije dudando un poco.

—Está bien, sólo que no me hago responsable de daños posteriores -dijo en tono sarcástico. 

—No creo que me dañes más de lo que estoy, ni mental ni emocionalmente; sería casi imposible. 

—Pero no imposible -dijo en voz baja. 

—Pero no hay razones, ¿por qué lo harías?

—No lo sé, no es algo que haga a propósito, simplemente pasa. La gente cerca de mí sale un poco dañada.

—No, no pasará eso. Lo juro. Aparte, quiero investigar si eres realmente un alíen -reí. 

—Mierda, me descubriste. Está bien, tú investígame. ¿Cuándo nos podemos ver?

—Pues, tengo libre de lunes a viernes y de sábados a domingos -reímos ambos-. Así que, sólo llámame y dime dónde estarán, y los veo -quise dejar claro que quería ver a Krist también, después de todo, no quería que nuestro encuentro sonara a "cita".

—Krist regresa mañana por la mañana, le aviso y te llamo de nuevo, ¿te parece? 

—Sí, perfecto. Entonces... Te dejo, ya es tarde y no quiero que mi horrible hermana se enoje, ¿vale?

—Claro, cuídate. Te llamo.

—Sí, tú igual -hice un pausa pues no sabía qué más decir.

—Adiós, entonces. -dijo casi preguntándome. 

—No.

—¿No qué?

—No se dice adiós, es hasta luego, ¿cierto? -reí. 

—Sí, señorita Erika, dijo citando mi repuesta de hacía semanas-. Es hasta luego- finalizo con una leve risa. 

Esa noche me quedé despierta dando vueltas en la cama, pensando en no sé qué. No lo recuerdo. No era en él, era como que en todo. Estaba extrañada de mí misma, de lo rápido que alguien podía tener poder en mis emociones, de lo raro que era todo eso. Lo cierto es que estaba emocionada. La voz, la simple voz de Kurt me había quitado las copas de más que traía, el sueño y hasta el cansancio. Me sentía hiperactiva, pero decidí quedarme en cama en vez de pararme a hacer ruidos por toda la casa. Tomé mi walkman y metí un cassette de The Doors. Me dormí como a las 6 de la mañana, con los audífonos en mis oídos mientras de fondo sonaba Don't You Love Hr Badly? en la poderosa voz del Rey Lagarto. 


Continue Reading

You'll Also Like

456K 13.7K 97
Theresa Murphy, singer-songwriter and rising film star, best friends with Conan Gray and Olivia Rodrigo. Charles Leclerc, Formula 1 driver for Ferrar...
128K 4.6K 39
❝ if I knew that i'd end up with you then I would've been pretended we were together. ❞ She stares at me, all the air in my lungs stuck in my throat...
1.3M 54.8K 101
Maddison Sloan starts her residency at Seattle Grace Hospital and runs into old faces and new friends. "Ugh, men are idiots." OC x OC
444K 30.2K 45
♮Idol au ♮"I don't think I can do it." "Of course you can, I believe in you. Don't worry, okay? I'll be right here backstage fo...