Quiéreme. (Kuroken)

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"El amor es frustrante y agotador... Especialmente cuando es imposible, en todas las relaciones hay un punto... More

Capítulo 1. A la caza de un corazón herido.
Capítulo 2. Amor inolvidable.
Capítulo 3. Campamento five lakes.
Capítulo 4. Vuelta al pasado.
Capítulo 6. Caos.
Capítulo 7. Dulce egoísmo.
Capítulo 8. Redención.
¿Nuevo capítulo?

Capítulo 5. Hiérete, sáname.

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"Hey, Kenma." Dijo antes de que su compañero despareciera entre el espesor del bosque. "Cuando acabe todo esto... ¿Podremos hablar?"

Kenma sonrió y alzó la vista. "Sólo si quedas de los diez primeros."

¿Cuánto tiempo hemos estado sentados...? Se preguntó Kageyama, avanzando lentamente por el recorrido. No debían haber estado mucho parados pero a pesar de eso notaba que sus piernas estaban algo más fuertes y su cabeza por fin había dejado de dar vueltas. Aunque estaba mejor de vez en cuando le flaqueaban las rodillas; Y ahí estaba Oikawa, estaba para sostenerle cuando viera que iba a caer. Kageyama chasqueó la lengua. Cada vez que le tocaba sentía como si algo se rompiera dentro de él. No quería escuchar los susurros de aquella voz tan cerca de su oreja, no quería notar sus cálidas manos rozar su piel porque estar a su lado no hacía sino avivar la angustia que estaba oprimiéndole el pecho. Los recuerdos de las palabras de Oikawa resonaban en su cabeza como una tortuosa canción y todo comenzó a ponerse oscuro de nuevo.

Oikawa se dio cuenta al instante y le sujetó para que no se cayera. "Hey, hey, no, Kags, venga, que ya queda poco." Dijo con dulzura y cientos de luces se encendieron a su alrededor; La noche había caído y sería peligroso continuar sin iluminación.

"Prefiero caer a esto." Escupió aquellas palabras y clavó sus ojos en esas dos orbes marrones que tanto parecían estar callando. Quería verle sufrir, quería verle sangrar con sus palabras; Pero no lo hizo. Su gesto se apagó y su boca dibujó una triste sonrisa.

"Lo sé."

Con cuidado le apoyó contra el árbol y sus rostros se quedaron a unos pocos centímetros. Los ojos de Kageyama irradiaban tanto desprecio que sentía como si se le estuviera quemando la piel; El odio de alguien nunca le había sabido tan amargo y dulce a la vez. Cometió errores, demasiados, pero de lo que más se arrepintió en aquel momento, mientras su mirada le fulminaba, era de no haberle dicho más veces que le quería porque incluso en ese instante era lo que más le dolía... Los te quiero que jamás había pronunciado, los besos que nunca le había dado, en definitiva todo el amor que nunca le había demostrado... Cómo he podido ser tan idiota... Yo solo quería tenerte a mi lado...

Acarició su mejilla y Kageyama apartó la cara; Aquel frío y distante desamor estaba rompiéndole el corazón una vez más, pero él era feliz, y seguiría siéndolo siempre que pudiera tratar recoger los pedacitos de ese amor que él mismo había roto.

"¡Kageyama!" Exclamó una voz a lo lejos. Los dos giraron la cabeza y vieron una mata de pelo naranja a punto de colgarse de una escalera; Era Hinata y parecía ir bien; Kageyama sonrió por un instante. "¿Te está acosando el gran rey?"

"Está mareado." Espetó Oikawa fulminándole con la mirada. Inoportuno enano.

"Es que no has comido nada. Te lo dije." Soltó una pequeña risita tratando de aliviar la tensión del ambiente. "Puedo ir a por ti y ayudarte."

"Eres demasiado pequeño, por querer hacerte el héroe ambos os caeríais." Contraatacó antes de que Kageyama pudiera decir nada. "Perdona, Chibi-chan, por hoy yo ayudaré a Tobio-chan."

Los ojos de Oikawa se volvieron oscuros y su sonrisa retadora. L-la mi-mirada del gran rey. Kageyama le ha debido de hacer enfadar mucho. Pensó Hinata tragando saliva nervioso. Desde el primer momento aquellos dos ojos marrones le infundieron respeto, incluso miedo, pero en aquella ocasión notó algo diferente, tras la fiereza que manifestaban pudo vislumbrar dolor en su brillar.

"¿Estás bien con eso, Kageyama?"

Se calló por un momento, sopesando la idea de decirle que no, de decirle que fuera a por él y le ayudase a salir de las fauces del lobo; Pero no lo hizo. "Si no sigues avanzando te ganaré." Dijo por fin, fingiendo una casi imperceptible sonrisa. Hinata sabía que pasaba algo pero no podía hacer nada, no tan lejos de ellos. Tras exclamar un "Ganaré", siguió avanzando ágil por las bases. Él debía haber gestionado su energía de una manera mucho más óptima, por no hablar de que a la hora del desayuno incluso le había robado una salchicha a Tanaka.

"No te confundas Oikawa, una cosa es que no quiera estar a tu lado y otra que quiera que él pierda por mi culpa."

"A mí no me importa perder." Dijo y se acercó de nuevo a su cara. Estaba decidido a convertir de nuevo todo ese odio en amor, haría que le volviese a querer a cualquier precio. "Te voy a llevar a la meta, sea como sea."



La pequeña charla con Kenma parecía haberle devuelto las fuerzas que había perdido, caminaba rápido y las pruebas parecían costarle menos, aunque sus piernas le pesaban mucho más de lo que cabría esperar de alguien tan musculoso. "Debería matar a Fukunaga por decirme que Kenma se había caído." Farfulló.

Sonreía al avanzar, pensando en que si quedaba entre los diez primeros (Y estaba seguro de que así iba a ser) podría hablar con Kenma tranquilamente y quizás tendría el valor suficiente como para explicarle que desde que no estaban tan juntos todo parecía estar al revés. Estuvo apático aquellas semanas porque no le tenía a su lado, no habían estado yendo juntos a la escuela y cuando se veían en ella ni siquiera hablaban. En varias ocasiones trató de acercarse y decirle algo, pero la imagen de Oikawa abordaba sus pensamientos y se le hacía imposible hablar con él; Era verle e imaginarles besándose. Imaginar las manos de Oikawa danzar por el cuerpo de Kenma e imaginar sus gestos de placer; Se ponía enfermo con tan solo imaginarlo.

A Kenma le gustan los chicos. Pensó, agarrando una cuerda e impulsándose a la siguiente base. Los chicos, con pene. Se le hacía complicado el aceptar que quizás no conocía tan bien como pensaba a su querido amigo de la infancia. Nunca había dado muestras de que le gustasen los chicos, aunque pensándolo bien tampoco lo había hecho de que le gustasen las chicas. Puso el primer pie en el tronco que le llevaría a la siguiente plataforma y por un momento se le cortó la respiración. Y si a Kenma... Le gustase Oikawa de verdad... Realmente jamás se lo había planteado. Aquel pensamiento le estaba aturdiendo y sacudió la cabeza, tratando de alejarlo de él, pero no podía. Ante sus ojos era muy probable que eso fuera cierto, que dentro de su mundo de vóley y videojuegos hubiera aparecido alguien que le hubiera tocado el corazón como nadie lo había hecho antes. Se le hizo un nudo en el estómago y el bombardeo de pensamientos se convirtió en un devastador huracán.

Cálmate, imbécil. Respiró hondo y miró el reloj, eran las nueve y veinte de la noche; Ya ni siquiera se acordaba de cuánto llevaban en el circuito pero estaba claro que debía quedar poco para llegar, o eso quería pensar. Tenía demasiadas ganas de hablar con Kenma, hablar y tratar de arreglar el roto que él mismo había descosido. Se dio con las manos en los mofletes y se obligó a mirar hacia delante. Primero la bandera, después hablar con Kenma.

Dos voces conocidas atrajeron su atención y se giró para ver quiénes eran. En una de las bifurcaciones debían haber cogido caminos diferentes, pues unas plataformas a la izquierda estaban Oikawa y Kageyama, entonces lo vio; Ellos no habían errado el camino, el azar les había agasajado llevándoles por el camino más corto hasta la bandera. La tenían tan cerca que casi podían saborearla. Miró hacia delante y se dio cuenta de que él también estaba cerca, solo tenía que cruzar el puente que tenía bajo sus pies, colgarse por una cuerda y escoger el camino de la izquierda para llegar al mismo punto que ellos.

Por lo que veía parecían estar muy cansados pero iban a buen paso, quizás el ver la bandera tan cerca había hecho que recobrasen un poco las fuerzas. De repente Kageyama apoyó el pie en una de las tablas de madera y esta se rompió. Un sonoro crujido copó el ambiente y lo siguiente que vio fue a Oikawa con el torso fuera de la plataforma, sujetando a un Kageyama suspendido en el aire. Desde ahí Kuroo no podía ver como las manos de Oikawa temblaban o cómo le estaba diciendo continuamente que no le dejaría caer.

"Te prometí llevarte, costase lo que costase." Dijo, fatigado subiéndole poco a poco. La mano que no estaba sujetándole estaba agarrada a la tabla que se había roto. "Venga, Kags." Un quejido de esfuerzo se escapó de su garganta cuando por fin le pudo devolver a la plataforma.

"Estas loco..."

"Dame las gracias al menos, ¿No?" Dijo con la respiración agitada y se secó el sudor de la frente con la mano.

Los ojos de Kageyama se abrieron como platos. "O-Oikawa... tu mano..." Masculló sin poder dejar de mirar su cara; Estaba manchada de sangre. La escuchar eso se miró las palmas de las manos y sonrió con nerviosismo. Se había clavado astillas en la palma y ni siquiera se había dado cuenta; En ese momento Kageyama era lo más importante.

"¡Es solo una prueba, idiota, no debías haber hecho esto!"

Es solo una prueba, es solo un abrazo, es solo un te quiero. Pensó levantándose la camiseta para limpiarse la frente. "Bajemos de aquí, Tobio-chan, lo hemos hecho bien por hoy"

Deliciosos y contundentes platos copaban por completo las mesas del comedor en el que iban a cenar los chicos. En lo que duró la cena la mayoría se olvidaron por un rato de las clasificaciones, de los puestos y de la angustia que en unos minutos iba a colmar su pecho. Todos estaban cansados y más de uno pensaba que si lograba pasar la prueba de aquel día no lo lograría al día siguiente. Sus piernas pesaban, al igual que sus párpados y se desvaneció por completo la idea que tenían de que ese iba a ser un campamento relajado en el que asar chorizos en un fuego y montar tiendas de campaña en el monte. El sonido de la última cuchara caer contra el plato anunció que pronto sabrían las calificaciones; Pronto sabrían quien se iría para no volver; Pronto sabrían quienes iban a ser los primeros en abandonar el campamento five lakes.

"Bueno chicos, ¿Qué tal lo habéis pasado?" Preguntó Sai con una pícara sonrisa; Sabía perfectamente lo cansados que estaban. "Veo que nadie ha logrado superar mi marca."

¿Su marca? Pensaron la mayoría sorprendidos.

"Supongo que tenéis tantas ganas como yo de saber quiénes son los primeros cuatro en irse. ¿Verdad?" Se estaba regodeando en cada gota de sudor, en cada gesto de miedo, en cada respiración agitada. "Bueno, sin más dilación voy a dar los resultados."

Andando lentamente se acercó al proyector que descansaba en el centro de la sala y lo encendió. En un pared cercana a todos se proyectó el logo del campamento five likes y comenzó a sonar la misma música que les despertó por la mañana. La imagen del logo desapareció y en su lugar se proyectó una tabla con nombres.

"Me congratula anunciar que el primero en llegar fue Kenma Kozume. El único que logró hallar la verdad tras mis palabras." Dijo sonriente y los murmullos comenzaron a escucharse en la sala; Nadie había visto a Kenma en todo el recorrido y los que decían haberle visto afirmaban que se había caído. El ambiente se acaloró pues muchos de los allí presentes contaban con que Kenma no había superado la prueba y al escuchar su resultado los nervios afloraron en su estómago. "En último lugar está Hisashi Kinoshita, del equipo de Karasuno, en vigesimoséptima posición está... So Inuoka, del equipo de Nekoma, en vigesimosexta posición tenemos, también del equipo de Nekoma, a Yuki Shibayama y, en el puesto 25, tenemos a Shigeru Yahaba, del aoba johsai."

Las caras de todos los jugadores se proyectaron en la pared y tras un fogonazo de luz se comenzaron a ordenar.

1- Kozume Kenma.

2- Yu Nishinoya.

3- Hinata Shoyo.

4- Hajime Iwaizumi.

5- Kentaro Kyotani.

6- Daichi Sawamura.

7- Morisuke Yaku.

Kuroo sintió como se le aceleraba el pulso, nunca había deseado con tantas ganas ver su cara proyectada en una pared. Quedan tres. Pensó viendo como otro fogonazo de luz anunciaba el octavo participante.

8- Kageyama Tobio.

Kuroo no miró más al proyector. Ya sabía que nombres iban a continuación.

9- Oikawa Tooru.

10- Kuroo Tetsuro.

"Parece que vamos a tener que hablar." Le dijo a Kenma y no pudo contener la sonrisa que se dibujó en sus labios, de la misma manera que no pudo evitar que su corazón rozara la taquicardia al mirarle tan directamente a los ojos; Al ver como su rubio cabello estaba recogido tras su oreja; Al ver cómo inconscientemente tras separarse sus miradas se mordía nervioso el labio inferior. Joder Kenma, que demonios es esto que siento ahora mismo.

Tras saber las clasificaciones los chicos comenzaron a abandonar la sala, las caras de felicidad de los que se quedaban se estaban viendo opacadas por la tristeza de los que debían irse; Irse sin su equipo. Todo estaba saliendo bien, o eso pensaba Kuroo, había quedado en una posición buena (aunque no tanto como quería), Oikawa se estaba rompiendo por momentos e iba a hablar con Kenma. Lo único que se salía de sus planes era aquel extraño sentimiento que tanto le recordaba a las ganas de vomitar.

Antes de ir a la habitación fue unos minutos al baño para refrescarse la cara, y las ideas, antes de hablar por fin con Kenma. Salió del baño y antes de cruzar el pasillo comenzó a escuchar unas voces hablar; Hablar sobre Kenma.

"Me parece increíble que haya ganado un tío que ni siquiera ha hecho el circuito." Dijo uno de los dos chicos que estaban hablando.

"Y encima la mujer esa le halaga y todo. Es como "Felicidades por no haber hecho nada, toma, el primer puesto." Dijo entre risas y Kuroo no aguantó más.

"Me parece estar escuchando mal." Dijo metiéndose un dedo en la oreja. "Me parecía oír a dos perros ladrar."

"¿A quién te crees que estás llamando perro?" Exclamó uno de los dos; Kuroo ni siquiera sabía quiénes eran pero apostaría porque formaban parte del Aoba Johsai.

"Hacéis bien en esconderos como ratas para hablar de él, porque aunque sea más bajo que vosotros siempre os mirará desde arriba."

Una sonrisa malévola se dibujó en su cara y justo cuando uno de los dos chicos estaba a punto de contestar Kenma apareció de repente.

"Ya basta Kuroo, vámonos." Dijo caminando hacia él.

Kuroo les estaba fulminando con la mirada, de la manera más retadora posible; No quería dejar eso ahí. Sabía perfectamente que lo que había hecho Kenma no había sido cuestión de suerte, él era así siempre; Agudo y astuto como pocos. Pero igualmente, aunque no se hubiera dado cuenta del secreto tras las palabras de Sai, sabía que hubiera superado el circuito, quizás no de los diez primeros, pero lo superaría. Chasqueo la lengua dispuesto a discutir más pero entonces una cálida mano le agarró del brazo y todo dejó de tener sentido. "Vámonos." Susurró y Kuroo no se pudo resistir.

"No tienes que entrar al trapo." Dijo Kenma cuando por fin estaban lo suficientemente lejos. "Es normal que piensen eso, ellos han hecho un duro trabajo."

"Pero tú has averiguado lo que realmente había que hacer y seguro que tu camino tampoco ha sido fácil."

"No, no lo ha sido." Concluyó y ambos quedaron en silencio.

Kenma le condujo a un pequeño patio que había visto al llegar y ambos se sentaron en los columpios. El viento les mecía y Kuroo sentía que podría vomitar la cena de un momento a otro; Jamás había estado tan nervioso y no comprendía lo que le estaba sucediendo. Tenía que decir algo o la situación cada vez se pondría más incómoda.

"Esto... A ti te gustan los chicos, ¿No?" Preguntó, notando como una cálida sensación inundaba sus mejillas. Mierda, así no debería haber empezado.

"Sí."

Ante aquella tajante respuesta Kuroo se quedó en silencio, notando el pulso de su corazón retumbar en sus oídos. "¿Desde siempre?"

"Desde siempre."

"¿Por qué jamás me lo has contado, Kenma?" Preguntó meciéndose ligeramente en el columpio.

"Tú nunca me has tenido que aclarar que eres heterosexual..." Dijo tratando de salir del paso. Sentía como una fuerte presión le oprimía el pecho y hacía que le temblasen las manos, aunque en ese momento lo había confesado con naturalidad era la primera vez que lo decía en voz alta y decirlo era mucho peor de lo que se imaginaba.

"¡No es lo mismo!" Alzó la voz y al encontrarse sus miradas sintió como una descarga le recorría de cabeza a pies.

"Las cosas hubieran cambiado..." Dijo devolviendo la mirada al suelo. "Como han cambiado ahora."

Punto para Kenma. En el fondo Kuroo sabía que tenía razón porque las cosas no habían sido iguales desde lo sucedido con Oikawa, pero no tenía nada que ver con su sexualidad; Tenía que ver con que odiaba a Oikawa.

"Seguimos siendo amigos."

Amigos. Pensó Kenma levantándose del columpio. Aquella palabra era dolorosa, no importaba cuantas veces la escuchase, le hería como si fuera la primera vez, como si fuera una daga clavándose en su piel. Iba a irse, por supuesto que iba a hacerlo, pero rápidamente Kuroo le agarró y le atrajo hacia su cuerpo. Kenma quedó entre sus piernas, mirando desde arriba como Kuroo le sujetaba por la cadera y le miraba directamente a los ojos.

"No me importa en absoluto que seas gay, incluso podría aprender a lidiar con ese asqueroso novio tuyo, pero no te vayas." No era normal, lo que estaba sintiendo definitivamente no era normal. ¿Alguna vez había tenido tantas ganas de... besar a Kenma?

"Está bien..."

🌹         🌹        🌹        🌹

¡Hey babes! *^* 

¿Os ha gustado este capítulo? ♥  

yo me lo he pasado genial escribiéndolo aunque sufro por Oikawa y Kageyama ;u; Pero miremos el lado positivo, Kuroo se está dando cuenta de sus sentimientos y merece un abrazo \(*^*)/ Esperemos para ver que nos depara el futuro ewe 

Bueno hermosos, nos leemos en los comentarios, estoy deseando saber que os ha parecido!! 

Nos leemos y gracias siempre por vuestro apoyo ♥

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