Alguien me sacudía lentamente, abrí mis ojos y me encontré con otro par de color marrones, pertenecientes a un chico alto,musculoso y moreno.
-Oye, el avión ya ha aterrizado- Me dijo el dulcemente y por unos segundos me perdí en su hermosa y blanquecina sonrisa.
-Mmm gracias... em como es tu nombre-Le pregunte ya que me parecía conocerlo.
-Marcellus Gerard, pero dime Marcel y tú?- Preguntó y claro que lo conocía era el rey de Nueva Orleans.
-Ya decía yo que te conocía de algún lado, me llamo Alanna, Alanna Michaels-Respondí, siempre me pareció una persona agradable a pesar de que siempre intento tener el control sobre mis padres y pretender que ellos fueran otros de sus vampiros falderos
-Bonito nombre, te conozco, vivías en las afueras de Nueva Orleans-Dijo un tanto inomodo.
-Creo que deberíamos ir bajando ya- Él asintió y juntos bajamos del avión.
Fuimos a recoger nuestras maletas, una vez que ambos tuvimos nuestras pertenencias Marcel se paró frente a mi.
-Te gustaría ir a tomar algo?
-Claro, muero de hambre y tú?-Dije alzando una ceja.
-Si te refieres a sangre, si tendría que alimentarme, luego buscare alguien-Dijo mientras caminábamos hacia el exterior.
Tomamos el primer taxi disponible y Marcel le indico el destino.
Marcellus quería adquirir un coche y lo comprendía a la perfección, así no habría que preocuparse por los demás y podría moverse por sí mismo.
Diez minutos después el taxista estacionó frente a una gran tienda de autos, antes de que Marcel pudiese utilizar la compulsión con él le tendí un puñado de billetes al hombre.
Una vez que el taxi se marchó dí la vuelta quedando frente a la tienda, en unas enormes letras blancas era posible leer "BMW" con su respectivo logo al final.
La verdad que no me apetecía entrar a mi tienda favorita de coches para marcharme con las manos vacías, pero igualmente lo hice. Al entrar mis ojos recorrieron todos y cada uno de los coches allí presentes, pero mi mirada se detuvo en uno en especial, en el modelo i8.
-Disculpe, podría mostrarle aquel coche?-Escuche que Marcel le preguntaba a uno de los vendedores.
El chico paso por mi lado y se posiciono al lado de la puerta del auto, la abrió y me regaló una gran sonrisa, para luego ladear la cabeza hacia el interior, un claro gesto para que me subiese. Eso hice, ya en el interior puede apreciar el delicado tapizado crema, el chico me paso las llaves e hice el motor rugir, música para mis oídos. Al bajarme abrió el capo y pode apreciar el motor, este coche sobreviviría a mi sin duda alguna. Ya deseaba convertirme para poder conseguirme uno de estos.
-Ya escogí mi coche, iré a hacer el papeleo, si quieres espérame afuera-Dijo.
Salí al exterior y me senté en una de las maletas, veinte minutos después y luego de revisar todas mis redes sociales, Marcel salió. Cuando llego a mi lado aparecieron dos coches, uno de ellos era el i8. Miré a Marcel con sorpresa y este tan solo sonrió con orgullo.
De cada uno de los coches bajó un chico, cada uno nos entrego la llave correspondiente, cargaron las maletas y se marcharon.
Antes de que Marcel llegara a subirse a su auto ya había saltado sobre él, pasando mis brazos por su cuello y mis piernas al rededor de su cintura, comencé a besar todo su rostro mientras el me abrazaba por la cintura y ambos estallábamos en carcajadas.
-Muchísimas gracias, no se como hacer para agradecerte-Dije
-Tan solo no te alejes demasiado, eres una persona llena de vida y como bien sabes eso a muchos de nosotros nos hace falta-Dijo con algo de tristeza.
-No lo haré, tu eres una gran persona-Deje que mis pies tocaran el suelo, le di un último beso en la mejilla y cada uno se dispuso a encaminarse a su auto. Apenas habíamos dado un paso cuando dí la vuelta y lo tome del brazo atrayendolo hacia mi.
-Aliméntate de mi, sé que lo necesitas-Dije segura.
-No, no podría-Dije.
-Marcel es tu naturaleza y no me digas que iras a un hospital porque los dos sabemos que detestas la sangre en bolsa-Dije con una sonrisa para trasmitirle mas confianza-Vamos no me lastimaras.
-Aquí hay mucha gente-Siguió buscando escusas, me acerque mas y lo abracé.
-Vamos esconde la cabeza en mi cuello, pensarán que es un simple abrazo-Dije.
Negó con la cabeza y sentí su aliento chocar contra mi cuello, sus colmillos se deslizaron por este provocando que mi piel se pusiera de gallina, acaricié su nuca para que supiese que estaba bien y luego sus colmillos fueron hundiéndose poco a poco en mi piel. Cuando acabo quitó los restos con su boca y levanto el cuello de mi chaqueta, me tomo por las mejillas obligandome a verlo a los ojos. Acorto la distancia y me beso, mordisqueo mi labio inferior y me sentí obligada a hacer lo mismo con el de él, el sabor metálico se esparció por toda mi boca, cuando el aire comenzó a faltarme se apartó.
-Necesitaba hacerlo-Dijo limpiando con su pulgar mis labios y luego se subió a mi coche, copie su acción.
Una vez dentro del coche lo encendí, pero antes de seguir a Marcel me quedé pensando unos minutos. Alce el cuello hasta que lo pude ver por el espejo retrovisor, no había rastros de mordida.
Entonces Marcel corto su labio y me beso solo para que pudiese cerrar mi herida, o no?
Diez minutos después aparcamos en una cafetería, una chica nos guió hasta una mesa para dos y tomó nuestro pedido, dos capuchinos y dos porciones de torta de chocolate con dulce de leche. Estuvimos casi una hora hablando sobre nuestras vidas, luego Marcel insistió que no condusiese hasta Mystic Falls en la noche por lo que consiguió una casa mediante la compulsión.
Si hubiese sido por mi dormiría en el coche, pero el insistió en una casa, pero la condición era que con que nos alcanzase para dormir estaría bien.
En la casa vivía un joven soltero, la casa contaba con un baño, una cocina-comedor, un recibidor que también era utilizado como living, una habitación con cama matrimonial y un baño. El chico muy amablemente insistió en dormir en el living para dejarnos la habitación a nosotros.
Entre al baño, hice mis necesidades, cepille mis dientes, me peine y me coloque el piyama, abrí la puerta y entré a la habitación.
-Que crees que haces?- Pregunté.
-Estoy acomodando las cosas para poder dormir mejor-Dijo Marcel dejando una pequeña almohada en el suelo. Ya vestía con su piyama, que consistía en un pantalón celeste a las caderas y el torso desnudo.
-Deja de decir idioteces, vamos dormirás en la cama-Dije cruzando mis brazos.
-Tu no dormirás en el suelo-Dijo parándose frente a mi, me sentí pequeña en comparación suya, mediría un poco mas que metro ochenta y tenía gran musculatura.
-Claro que no, ambos dormiremos en la cama-Dije golpeando su hombro con diversión y subiendo a la cama.-Vamos o tienes miedo que te patee-Dije divertida tapándome con las mantas.
-Más vale que sea una broma-Dijo subiéndose a la cama, observándome divertido.
-Por supuesto-Dije recostándome.-Cuéntame sobre tu vida.
-No es muy interesante, mi padre era un hombre rico y mi madre una esclava, él no me reconoció como su hijo y pase toda mi infancia siendo maltratado. Mi espalda ya no sentía dolor con los latigazos que me daban diariamente. Un día por tomar una manzana un hombre blanco comenzó a azotarme sin piedad, de tal manera que caí de rodillas, cerca de allí iba caminando el gran Nicklaus Mikaelson junto a su hermana Rebekah y Elijah. Al verme algo se movió dentro del frío corazón del híbrido, se vio reflejado en mí, mato al hombre que me azotaba y me adopto, me convirtieron en vampiro, no puedo decir que el tiempo que viví con él fue todo color de rosas pero era mejor que mi vida anterior. Luego los originales se marcharon y me convertí en el nuevo rey de Nueva Orleans-Su voz tenía tonos de tristeza, enojo y rencor.
-No puedo creer todo lo que has tenido que pasar-Dije dolida por su historia- No lo merecías.
-Nadie lo merece, Al-Dijo.
Sentí la necesidad de abrazarlo y eso hice, me incorporé hasta llegar a su pecho y allí recosté mi cabeza, pase mi mano por su cintura y lo abrece con la mayor fuerza que me era posible. Marcel quito su mano que estaba debajo de su cabeza y me abrazó por la cintura, mientras que su mano izquierda seguía reposando bajo su cabeza.
-Descansa-Dije acomodándome sobre su pecho, quite mi mano de su cintura y la deje reposar sobre su corazón.
-Descansa princesa-Dijo besando mi cabeza.
Sonreí, cerré mis ojos y rápidamente caí en los brazos de morfeo.