No me enamores demasiado #ESP2

By MaiiderP

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¿Que harías si el chico con el que sales solo esta contigo por una apuesta? ¿Y si esa apuesta la hace tu mejo... More

Sinopsis
Capitulo 1: Rumores
Capitulo 2: La carta
Trece cosas sobre mi
Explicaciones
Capitulo 4: Problema
Capitulo 5: Solo ella
Capitulo 6: Pasado
Capitulo 7: Un día mas es un día menos

Capitulo 3: Desconectar

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By MaiiderP

Emily

Me quede todo el día en casa, viendo películas y enfadada con ellas por querer meternos en la cabeza la maldita historia del amor perfecto. Siempre dicen que vivieron felices y comieron perdices. Pero se les olvida especificar si juntos o separados.

Las películas, son tan perfectas siempre. El bueno siempre gana, el amor siempre vence, los problemas siempre se arreglan... Pero la vida no es así, hay problemas graves. Problemas bastante jodidos. Y el amor nunca es ni parecido a como lo muestran. ¿Que clase de chico daría la vida por ti en realidad? 

Ojala no existiera el amor. Quizá ni siquiera existe y es una invención de alguien para que compremos regalos a nuestra pareja, un anillo de compromiso y creemos una familia y así evitar la extinción de la raza humana. Porque sino ya me explicara alguien que sentido tiene todo. 

Termine de ver "A tres metros sobre el cielo" y baje a la cocina enfurruñada. -Mama, ¿porque no vivimos en una película? Nuestra vida seria perfecta.

-Y aburrida. -Rio.

-Pero perfecta. -Añadí. 

-¿Crees que merece la pena? Seria todo muy monótono. Incluso sabrías lo que va a pasar en cada momento, porque como es todo bueno. -Concluyo mi padre.

-¿Y a ti te gusta tener problemas? -Solté.

-Claro que no, pero cuando los superas aprendes. Sin problemas seriamos todos tontos, y no tendríamos nada que hacer aquí. -Explico. -Como cuando en los libros los personajes no evolucionan, se les llama planos.

-¿Me estas diciendo que la vida consiste en... consiste en superar una cadena de problemas que no pararán de aparecer frente a ti? -Murmure confundida.

-Bueno, no. La vida son un montón de cosas, que se pueden recoger en dos. Los buenos y los malos momentos. -Sonrió mi madre.

-Sin los malos no existirían los buenos. -Comento mi padre. -Igual que sin el frió no existiría el calor.

-Pues el amor no tiene sentido. -Susurre.

-Las mejor cosas en la vida no lo tienen. -Sonrió mi madre.

Subí a mi habitación y cogí el álbum de fotos que tenia de cuando era pequeña. La primera que encontré fue una de las mas divertidas. Estaba en mi pueblo, y con unas braguitas blancas y una camiseta interior, pero toda llena de negro, incluso la boca y la cara. Estaba tan manchada... Había metido las manos en el tubo de escape del coche de mi padre, y ellos decidieron hacerme una foto toda manchada, así para que no se me olvidara nunca.

Pase la pagina encontrándome con la foto de mi hermana y mía metidas las dos en mi cuna dormiditas. Recordaba cuando mi madre me contaba que mi hermana se colaba todas las noches en mi cuna para dormir conmigo, y como no era para dos personas, dormíamos las dos apachurraditas en ella. A su lado había otra foto mía de bebé, recordaba ese día. Mi madre me había recogido de la guardería y yo me pase todo el camino en mi sillita llorando hasta el colegio de mi hermana donde la recogimos. No pare de llorar hasta que la vi. Y me hicieron una foto con la mayor sonrisa de todas y con un montón de lagrimas en la cara.

Pase la pagina encontrándome con la foto que hizo que mis lagrimas empezaran a correr por mi rostro. Era una foto de mi abuela y yo. Yo tenia como unos nueve años. Estábamos en la playa, con los pies metidos en el agua y posando para la foto. La echaba de menos. Mucho, tanto que, sentía la rabia e impotencia de no poder hacer nada para tenerla a mi lado de nuevo. La gente muere, nadie sabe porque, simplemente pasa. Y es como si nunca consiguiéramos acostumbrarnos a ello.

Odiaba echar de menos. Echar de menos es una de las peores sensaciones que hay, cuando te falta algo, que no puedes recuperar y mucho menos reemplazar. Como mis amigos. Les echaba de menos, a todos y cada uno de ellos. Aunque encontrara amigos nuevos nunca serian ni parecidos a ellos. Guarde el álbum de fotos y me puse a ver la película "Cadena de favores". Quizá yo debería hacer algún favor a alguien. Empece a pensar y pensar cuando el timbre sonó.  Mis padres se habían ido a trabajar por lo que tuve que bajar yo y abrir.

-Hola Em. -Sonrió triste Dani.

-¿No has ido a clase? -Murmure confundida.

-No, tenia la intuición de que tu no irías y necesitaba hablar contigo. -Comento.

-Pasa. -Ofrecí apartándome.

Subimos a mi habitación y me senté en mi cama mirándole. Se sentía raro, pero a la vez bien. Era una sensación de haber vuelto atrás en el tiempo cuando todo estaba bien. Me levante poniéndome de pie en la cama y corrí hacia el abrazandole y rodeando su cintura con mis piernas me colgué de el. Le pille desprevenido pero pudo cogerme y corresponder a mi abrazo. Ninguno dijimos nada, solo nos abrazamos, juntando todos los trocitos de nuestros corazones que habían sido rotos. Porque yo sabia que en algún momento de todo este tiempo yo también había roto su corazón.

Era lo mejor que podríamos haber echo, abrazarnos. Ninguna palabra habría podido mejorar esto, y estaba segura de que ninguno de los dos tenia ni la menor idea de que decir. Porque, ¿que se dice en estos momentos? Quizá los dos debíamos disculparnos por muchas cosas pero un abrazo dejaba todo claro. El giro abrazándome y yo le abrace mas fuerte rompiendo a llorar. Sabia que de todos, él era el que menos culpa tenia. Escondí mi cabeza en el hueco de su cuello.

-Tranquila. -Susurro acariciando mi espalda.

No quería dejar de abrazarle. Era uno de esos momentos en los que desearías poder congelar el tiempo y que el reloj dejara de moverse. Como cuando besé por primera vez a Alex, o mismamente a Dani. Porque el había sido mi primer beso, y eso siempre sería así.

-De todas las cosas que me había imaginado que podrían pasar, esta ni se me había ocurrido. -Susurro feliz besando mi cuello y entonces me separe.

-Dani. -Susurre, como si eso era lo único que pudiera decir. Y es que así era.

-Emily. -Sonrió.

Dios, no me acordaba de la sonrisa tan preciosa que tenia. Nos mirábamos, y eso era suficiente para saber que ya nos habíamos perdonado, todo lo que hubiera que perdonar y más.

-Tengo que explicarte cosas. -Susurro mirando mis ojos.

-No quiero hablar de eso. -Negué con la cabeza.

-Si hablamos de eso luego te llevo al parque de atracciones. -Propuso.

-Lo que sea. -Suspire triste sentándome en la cama.

El se quedo callado sentándose en la cama a mi lado. Me miro y reflexiono unos segundos acariciando mi pierna hasta que habló. -¿Sabes? Estas siendo muy dura con ellos. Al menos una vez en la vida todos hemos fallado a alguien. Y a nosotros también. 

-Lo se. No me dices nada nuevo, pero ¿y que hago? He tenido la sensación de ser estúpida. Porque todos lo sabíais menos yo. Y me duele cada vez que lo pienso. -Susurre.

-No lo pienses entonces. -Susurro. -A veces hay que dejar ir lo que te hace daño. Si lo retienes es peor, es como si lo tuvieras en la mano y lo apretaras para hacerte mas daño, tienes que soltarlo y dejarlo que se aleje.

-Lo dices como si fuera fácil. -Comente. -Como si no sentir dolor fuera una decisión.

-No Em, claro que no. Solo digo que veas el vaso medio lleno. Que si necesitas tiempo ellos te lo van a dar, pero se arrepienten, te echan de menos, te quieren... -Acaricio mi pierna. -Están sufriendo tanto como tu o mas. Porque tienen el peso de la culpa. 

-¿Y no crees que se lo merecen? -Susurre mirando sus ojos.

El me miro fijamente por unos segundos y asintió levemente. -Pero también se que no tiene sentido que si dos personas sufren por estar separadas o enfadadas no arreglen lo que tengan que arreglar, para poder estar juntas y bien. Creo que os necesitáis mas de lo que queréis aparentar.

Nos quedamos en silencio unos minutos. Por que el siempre sabia que decir y exactamente como. -Dani. Nose que hacer... -Susurre con ojos llorosos.

-Tomate tu tiempo. Lo que tenga que pasar pasara. -Me abrazo acariciando mi espalda.

Nos preparamos y finalmente salimos de mi casa para ir al parque de atracciones como me había prometido. Dios, me alegraba tanto de tener a Dani de vuelta. El era la clase de persona que sabia que decir en cada momento, que sabia como tranquilizar a las personas y hacerlas sentir mejor. Una persona que merecía la pena tener a tu lado.

-Hacemos una parada en mi casa ¿vale? -Sonrió mientras caminábamos por la calle.

-¿Para que? -Dije a su lado.

-Quiero enseñarte algo. -Levanto los hombros.

Estuvimos hablando mientras caminábamos hacia su casa y al llegar salio un niñito pequeña muy adorable que corrió hacia Dani abrazándole fuerte. -¡Liam! -Exclamo Dani abrazándole fuerte y cogiéndole en brazos.

-¡Dani! Te echaba de menos. Quería que volvieras y jugar a la pay. -Dijo el pequeño mirando feliz a Dani.

-¿A la play hoy? -Rio Dani acariciando su mejilla. -Tengo una idea mejor. Se giro hacia mi sonriendo. -Este es mi hermanito Liam. -Me presentó.

-Hola Liam. -Sonreí poniéndome de cuclillas para estar a su altura. -¿Que tal?

-Bien. -Sonrío dejando al descubierto que le faltaba un colmillo.

-Veo que has tenido al visita del ratoncito Perez hace poco. -Comente divertida.

-¡Si! -Exclamo mirándome sorprendido. Luego miro a Dani flipando. -¿Como lo sabe?

Dani rió negando con la cabeza. Entramos en su casa ya que Liam me quería enseñar el transformer que le había traído el ratoncito por su diente. Y tras vestirle nos fuimos directos hacia el parque de atracciones. Liam estaba bastante feliz y no paraba de dar saltitos agarrado de la mano de Dani. Yo no hablaba demasiado ya que no sabia muy bien que decir, simplemente escuchaba las divertidas conversaciones que mantenían entre hermanos. Liam era rubio, de ojos verdes y con un entusiasmo por todo que se te contagiaba irremediablemente. Llegamos al parque de atracciones y entramos caminando entre los puestos que habían a los lados. 

Había bastante gente para ser un día de clase pero era entendible ya que hacia un bonito día y el sol brillaba escondiéndose tras el horizonte, justo tras el mar que podía apreciarse desde la feria que estaba al lado de la playa. Liam le pedía montarse a Dani en un montón de atracciones y el aceptaba mirándole con una amplia sonrisa. Sinceramente me lo estaba pasando bien, estaba evadiéndome de mis problemas y dejando de pensar en ellos. Desconectar. Eso necesitaba. Ojala pudiera irme durante un tiempo, desaparecer durante unos días. Alejarme de todo y descansar. Estaban tan agotada, física y mentalmente.

Cuando ya llevábamos dos horas por allí a Dani le entro hambre y decidió ir a comprar algo dejándonos a Liam y ami solos. Mire al pequeño y él me miró a mi.

-¿Eres tímida? -Murmuro.

Le mire sorprendida y asentí. -Si. Un poco. -El sonrió por haber acertado y fue adorable. -¿Cuantos años tienes?

-Seis, casi siete. -Dijo feliz. -¿Y tu?

-Dieciséis. -Le informe.

-Ala, que vieja. Como mi hermano. -Rio.

-Si. Es lo que tiene cumplir años. -Levante un hombro divertida.

El soltó una carcajada y apareció Dani con tres helados. Le dio uno a su hermano, otro para mi y finalmente el suyo. Dani dio la mano a su hermano con las que les quedaban libres y yo me coloque al lado de Liam caminando por la feria. Se había echo algo de noche y empezaba a refrescar. Nos habíamos terminado los helados hacía unos minutos y entonces me sorprendí al notar una pequeña manita cogiendo la mía. Liam me había cogido la mano y fue un gesto que me hizo sentir mas querida de lo que el podía imaginar.

Me acompañaron los dos a casa y por el camino Liam se había quedado dormido en los brazos de Dani. Nos despedimos y al quedarme de nuevo sola en mi habitación los pensamientos tristes y deprimentes volvieron a mi pero conseguí distraerlo con imágenes de esta tarde pasándolo bien en las atracciones. Subí a mi habitación después de cenar y me metí en la cama quedándome dormida en un instante. Hacía tiempo que eso no me pasaba. Quizá era porque había agotado todas las fuerzas en las atracciones o porque saber que tenia a Dani me había tranquilizado lo suficiente para conciliar el sueño.

Al día siguiente me desperté algo mas descansada de lo que solía despertarme. Me vestí y me mire en el espejo arreglándome para ir a clase. Baje a desayunar y hable un rato con mi madre antes de abrir la puerta y encontrarme a Adrian esperándome como siempre. Le salude con un abrazo y nos subimos en su coche para ir al instituto.

Me senté en el asiento del copiloto y dejé la mochila en mis pies mirando por la ventana. Se suponía que teniendo a Adrian debería sentirme bien, no estaba sola. Pero nunca me sentía del todo bien, ni siquiera cuando sonreía o algo me hacia feliz. Siempre estaba la sensación de incomodidad, de que me faltaba algo. Y no era algo lo que me faltaba. Me faltaba alguien. Me faltaban unas cuantas personas con las que quería compartir todo de mi vida. Ni cuando estaba bien estaba realmente bien. Siempre estaba sensación de vacio que habían dejado mis mejores amigos. Les necesitaba.

Les vi pasar por los pasillos y sentí un nudo enorme en el estomago. Sentía que una parte de mi se había ido, se había perdido. Ellos eran una parte de mi y ya no estaban conmigo. Perder a un amigo es como perder una parte de nosotros mismos. Una parte que puede que no recuperes jamas si no lo arreglas con esa persona. Nadie es igual con todo el mundo, mas que nada porque las personas no son iguales. No puedes decir lo mismo estando con una persona que con otra. Por eso mismo hay que encontrar esos amigos con los que puedes ser tu mismo. Pero eso son los mas difíciles de encontrar.

Había comenzado la sensación de que el final se acercaba. Esa sensación tan familiar cuando me enfadaba con alguien o alguien se enfadaba conmigo. Esa negatividad que me hacia creer que el problema no tenia solución. No al menos una que me gustara. 

Había echo tantas cosas por ellos. Y me refiero a Leslie y Alli. Al igual que ellas habían echo tantas cosas por mi. Nunca antes había perdido a mis mejores amigas, no sabia que hacer. Aunque no las había perdido yo, me habían perdido ellas. Perder una amistad como esa es una de las cosas mas dolorosas. Quien inventó el mundo debía de ser masoquista.

Camine hacia mi taquilla. Cuanto mas piensas en algo mas te duele. Solo tenia que dejar de pensar en ello. Evitarlo a toda costa y distraerme. Durante el día había evitado pensar en cualquier cosa. Como si no tuviera cerebro. Dibujando entre clase y clase. Al irme a casa subí a mi habitación y abrí el armario para cambiarme de ropa ya que hacia algo de frió. Entonces encontré la sudadera que me regaló Leslie un día. Yo la dije que tenia frió y ella me la dejo, y de paso me la regaló por lo mucho que me había gustado.

Eso me hizo pensar, lo cual había estado evitando todo el día. ¿De que sirve estar enfadado? ¿De que sirve guardar rencor? Ademas sabia que ellas no me habían echo daño a posta. Eso estaba claro. No era como si quisieran hacerme daño o me hubieran herido a propósito. Eso seria mucho mas grave. En mi opinión ningún amigo debería herirte a posta bajo ninguna circunstancia. Es la cosa mas sin sentido que hay. ¿Hacer daño a alguien que te importa? Es como hacerte daño a ti mismo.

Al día siguiente fui a clase y estuve junto a Adrian y algunos de sus amigos. Sentí la mirada de alguien en mi a la hora del comedor. Y al mirar Alli, Scott, Leslie, Brad, Dani y Alex me miraban tristes. En realidad no me miraban a mi, si no a la gente con la que estaba. Yo sabia lo que pensaban. Que les había sustituido. Y en parte podría ser así, pero no. Ellos me habían herido haciendo que me alejara de ellos. ¿Que sentido tiene? ¡No querían hacerme daño! ¡Nunca quisieron herirme! De echo solo querían ayudarme, o abrirme los ojos. Querían hacerme sentir bien y demostrar algo. Que el amor existe y que enamorarse es mágico. Al menos Leslie. No había conseguido demostrar lo que ella quería. Pero aunque ella no lo supiera ni lo pretendiera había demostrado que existe otra clase de amor, el de la amistad.

Fue en ese momento en el que decidí que les había perdonado. Que no merecía la pena perderles. Que todo se puede perdonar si no esta hecho con mala intención. Que mi orgullo no iba a estar por encima de lo mucho que me importan. Y que la amistad hay que salvarla como sea...

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¡¡¡¡¡AL FIN CAPITULO!!!!

Bueno, tengo muchas cosas que decir así que subiré un aviso explicando varias cosas ya que se que no a todos los lectores les importa. Espero que os haya gustado el capitulo y lo hayáis disfrutado, aunque sea un poco triste.

¿Que team sois? ¿Adrian, Dani, Alex...? ¿Que os parece el punto de vista de Emily? ¿Que creéis que piensan sus amigos? ¿Lo hicieron con mala intención? ¿Que haríais en su lugar?

Gracias, comentad y votad. ;)

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