Antes de que empecéis el capitulo os aviso de que no es suave...como veis en la imagen que he puesto en el principio del capitulo.
Aun asi, espero que os guste
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El problema de no hablar las cosas es que te montas peores películas de las que en realidad son. También es malo estar dos días sin hablar con la persona con la que tienes ese problema.
Ryan y yo hemos estado en el hospital dos días sin decir una palabra, el por estar en shock y yo por cuidarle y dejar de lado nuestros problemas para afrontar estos nuevos...juntos.
Cuando su abuelo despertó me aleje de los padres de Ryan y de el para que pudiesen hablar, pero el haberme descuidado por cuidar a Ryan hizo que me desmayase y que me metiesen en una habitación que ya estaba ocupada por un anciano.
Le conté todas mis penas y el me aconsejo y con sus palabras me dio apoyo. Cuando volví con Ryan fuimos a ver a su abuelo que coincidió ser el mismo anciano con el que había hablado, lo peor es que había hablado de Ryan.
Tras la hora de visita, en casa nos esperaba una fiesta de carnaval pero lo que yo no esperaba es que en ella me "casara" con Ryan. No fue una boda real ni mucho menos, Claire era el cura e iba borracha. Lo que me sorprendió fue el comentario de Ryan: "Cuando nos casemos lo sabrás de verdad" ¿Ryan veía un futuro conmigo? ¿Lo veía yo con él?
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Todo el mundo pone la universidad como si fuera la liberación de los padres, el momento en el que puedes ser como en realidad eres, también hay otros que solo lo ven como un cambio de sitio para seguir estudiando. Bien, pues yo lo veo como una continua fiesta que durante dos meses al año el único contacto humano que tiene es el de pasar un examen a tu compañero.
La fiesta de carnaval era la despedida de nuestra libertad. Tras despertarme al día siguiente en la cama de Ryan con el abrazándome supe que en el momento en el que pisase mi cuarto no lo volvería a ver tras los exámenes, y así fue...o casi.
La primera noche antes de los exámenes todos nos fuimos a dormir a una hora considerable así que pude dormir con mi almohada, que es el pecho de Ryan. Los demás días ya fueron una locura. Cuando acababa de estudiar podían ser las tres de la mañana, me iba a la cama de Ryan pero sin él, ya que seguía estudiando o al contrario yo estudiando y el durmiendo.
A los demás chicos los veía por el camino o en la cocina cuando nos preparábamos los tazones de café para sobrevivir durante la tarde y la noche.
Hoy hacemos el último examen, volveremos a ser libres en cuestión de horas. Yo, por suerte, tengo el examen a primera hora de la mañana, al igual que Ryan pero Eddie lo tiene por la tarde. A las siete de la tarde todos habremos terminado los exámenes.
Actualmente son las seis de la mañana y ya llevo mi quinta taza de café. He pensado en acostarme, pero para la hora que me queda prefiero utilizarla en estudiar. Ryan está metido en mi cama, se quedó una hora más esperando a que me pudiese meter con él en la cama, pero no pasaron cinco minutos y ya se había dormido con sus apuntes en la cara.
No voy a mentir, yo misma me he buscado el estar despierta todavía a estas horas. La tarde de hoy ha sido la menos productiva que he tenido durante estos exámenes. He estado frente a un libro durante tres horas para aprenderme simplemente 100 hojas de 500. Me he distraído, me he desconcentrado y no he estudiado. ¿Por qué tenía que empezar hoy la serio de los cien?
Derecho constitucional era mi último examen, y también el más duro. Empecé el repaso de mis esquemas y lo termine justo cuando sonó el despertador de Ryan. El abrió los ojos y miro si estaba a su lado, al ver que no me busco por mi habitación hasta encontrarme donde me había visto por última vez antes de irse a dormir.
– ¿No has dormido?- me pregunta mientras se levanta.
–No he podido.- le digo levantándome y dándole un beso de buenos días.
–Cuando terminemos el examen, te voy a traer a casa y nos vamos a echar una gran siesta. Tenemos que reponer fuerzas para volver a coger ritmo. Esto de consumar el matrimonio hay que mantenerlo.- me dice mientras me besa cogiéndome del culo
–Estoy de acuerdo, pero ahora toca examen.- le digo mientras le doy un corto beso y me separo de el para irme a las duchas.
– ¿Nos duchamos juntos?- me grita cuando yo ya he salido al pasillo.
–Ewww, ¡qué asco!- dice Eddie pasando a mi lado.
– ¡No te he oído! ¿Has dicho si?- pregunta Ryan desde la puerta.
–Si cariño, te espero.- le grito.- Tengo una idea– le digo a Eddie.
–Adoro tus ideas.- me dice cogiéndome del brazo como a las abuelas.
Llegamos a las duchas y cumpliendo con mi propósito, dejo mis chanclas en la puerta de Eddie y las suyas en frente de mi puerta, hacemos lo mismo con las toallas. Ahora solo queda esperar.
Mientras espero comienzo a lavarme el pelo. Me lo enjabono con mi champú que huele a fresas y me lo aclaro. Desde que Ryan me dijo que le encantaba como olia, no he cambiado ningún producto a excepción de la colonia que voy variando. Me ha confesado que ambas le gustan.
Cuando me voy a empezar a enjabonar el cuerpo oigo el grito de Ryan.
–Es normal que te asustes.- oigo que dice Eddie.
–Oh Dios, ¡Tapate!- dice Ryan. Al segundo mi puerta se abre y aparece un Ryan con la mano sobre sus ojos. Abre los dedos por el medio y cuando me ve suspira.
–Me vas a provocar un trauma.- me dice.
–bueno, pues espero saber tratarlo.- digo mientras me acerco a besarle.
–El examen.- me dice cortando nuestro beso.
–El examen.- repito yo.
–Luego habrá siesta.- me dice
–Pensare en eso.- le digo mientras le entrego la esponja.- Estoy cansada, ¿me ayudas?- le pregunta mientras pongo el culo en pompa y oigo como suspira cuando posa la esponja en el final de mi espalda.
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Bajo a la cocina a por mí sexta taza de café. Me he vestido con unos pantalones negros con manchas blancas y una camisa vaquera de color azul claro conjuntado todo con unas botas militares negras. Me he dejado el pelo suelto para que se vaya secando y no me he puesto nada de maquillaje, aunque debería, estas ojeras se ven a distancia.
En la cocina encuentro a Luke y Dylan. Ambos están bebiendo café mientras leen sus apuntes. Me sirvo una taza de café y me acerco a Luke.
– ¿Cómo lo llevas?- le pregunto antes de beber de mi café.
–Podría llevarlo mejor ¿tu?- me pregunta mientras pasa a la siguiente hoja.
–Me he quedado toda la noche estudiando, espero llevarlo bien.- le digo mientras cojo una de las hojas que ya se ha repasado.
–Buenos días.- dice Ryan cuando entra en la cocina.
–Buenos días.- decimos todos al unísono. Ryan se acerca y me da un beso en la cabeza, una sonrisa se planta en mi cara y le miro. Él me sonríe y yo me sonrojo.
Cuando me acabo el café miro el reloj y veo que en cinco minutos debería salir, así que subo corriendo las escaleras y voy al baño a lavarme los dientes. Creo que me podría quedar dormida solo con sentarme en el váter.
Piensa en la siesta de después del examen. Todo merece la pena.
Mi móvil vuelve a sonar y sé que será otra vez ese número oculto que ha estado llamándome estos días. No lo he cogido porque la verdad, nunca los cojo pero creo que después de los exámenes le pediré a esa persona que deje de llamar de manera educada.
Bajo las escaleras y voy a la entrada donde ya están los chicos. Cojo la mano de Ryan y vamos a la universidad juntos.
Cuando llegamos al centro del campus nos toca separarnos. Todos nos gritamos "Buena suerte" pero a Ryan no le basta eso y se acerca a mí dándome un beso, según él, un beso de buena suerte.
–Estoy cagada.- le digo a Luke.
–Ya somos dos.- me contesta el.
Entramos en el aula para hacer el examen. Tenemos suerte de que Luke y yo tengamos apellidos que empiecen por la misma letra porque si no, él iría a otra clase o viceversa.
Los alumnos del aula están como nosotros, repasando sus apuntes como si se dejasen algo. Lo más posible es que lo que no nos dé tiempo a repasar, sea justo lo que ponga. Entonces abra que hacer memoria y eso es un verdadero coñazo. Es imposible hacer quinielas, lo he intentado pero cuando me dejo algo por estudiar me siento mal y tengo que retroceder páginas para estudiármelo.
–Guardar los apuntes.- dice el profesor cuando entra. Todos los guardamos y dejamos nuestros bolsos en la parte de delante de la clase. Cuando nos hemos sentado empieza a pasar los exámenes del revés.- Empezamos.- dice y en ese momento se oye el ruido del papel siendo girado. Lo leo con atención y miro a Luke. El me mira y me sonríe y yo hago lo mismo.
Me lo se todo.
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Luke y yo salimos del aula pegando saltitos. ¡SOMOS LIBRES! Vamos a la cafetería para desayunar y encontrarnos con los demás pero cuando llegamos no están. Busco a alguien conocido y es cuando veo a George. Me acerco con Luke a su mesa y me siento a su lado.
–Hola.- le digo, él me sonríe con nostalgia y yo frunzo el ceño.
–Hola.- me dice el con tono triste.
– ¿Estas bien?- le pregunto preocupada. De repente se pone de lado y me coge de las manos.
–La cague.- me dice y yo me preocupa mas todavía ¿Qué ha hecho?- Nunca debí dejarte por mi ex.- cuando me dice eso me desinflo como un globo. Solo es eso. Bueno....en realidad es algo importante.-No paro de pensar en ti y cuando te veo con Ryan, los celos me corroen. Vuelve conmigo, por favor.- me dice y cuando voy a contestar él dice algo que me congela.- Creo que te quiero– respira Rose, respira.
–George, estuvimos un par de semanas juntas, me engañaste con tu ex. Es imposible que me quieras.- le digo– Además, yo estoy con Ryan. Quiero a Ryan. No puedo volver contigo, no quiero hacerlo.- le digo separando mis manos de las suyas y levantándome de la mesa.- Lo siento.
Luke que ha estado presente en toda la conversación me lleva a otra mesa vacía.
–Lo has hecho bien.- me dice.
–Me da pena.- le digo y el me mira con cara de interrogatorio.- Eso no significa que quiera volver con él. Creo que cuando estuve con el simplemente era atracción, con Ryan todo esta triplicado. Me encanta.- le digo sonriendo como una tonta enamorada.
–Mañana es San Valentín.- me dice– ¿Vais a hacer algo?- pregunta
–No tengo ni idea, Luke. Hemos estado estudiando todos los días y apenas hemos hablado. Yo con dormir con él por la noche tras no hacerlo desde hace dos semanas me conformo.- le digo echándome el pelo hacia atrás y apoyando mi cabeza en mis cruzados brazos apoyados en la mesa.
–No sé si vais a dormir mucho.- dice Luke, pero yo lo oigo como un susurro.
Un suave movimiento hace que abra los ojos. No veo nada, solo negro. Levanto la cabeza y al instante me arrepiento. Que dolor de cuello. Vuelvo a levantar la cabeza más suavemente y me encuentro con la mirada divertida de Ryan.
–Buenos días, bella durmiente.- me dice el mientras muerde una tostada.- Me termino el desayuno y nos vamos a por nuestra siesta, aunque bueno...veo que ya te has echado una aquí.- me dice y yo apoyo los codos en la mesa para dejar que mi cabeza sea sujetada por mis manos.
– ¿Qué tal te ha salido el examen?- digo con la voz ronca.
–Mejor de lo que pensaba.- me dice mientras toma el ultimo trozo de tostada.- vámonos.- Se levanta de la mesa y se pone a mi lado, me ofrece las manos y yo las cojo. El me levanta de la silla y cogidos de la mano nos dirigimos hacia la salida, pero antes de salir miro hacia la mesa en la que estaba George. Está vacía.
–vámonos. Solo he pensado en la siesta desde que entre por estas puertas.- le digo cuando salimos al campus.
–yo también.- me dice el mientras acaricia con un dedo mi mano.
Llegamos a la casa y en lo único que puedo pensar es en Ryan en la cama conmigo, ya sea con siesta o sin siesta. Total, ya me he echado una en la cafetería ¿no? He recuperado fuerzas.
Subimos a mi cuarto esta vez y ambos nos desnudamos quedando en ropa interior. Aunque es febrero y haga frio entre los dos nos damos calor...ya me entendéis.
Ryan me abraza haciendo la cucharita. Oigo como inspira el olor de mi pelo y noto su sonrisa en mi hombro.
–Fresas.- me dice y yo sonrío.
–Fresas.- le digo dándome la vuelta para estar cara a cara.
– ¿Qué quieres hacer para San Valentín?- me pregunta dándome un beso en la nariz.
–Me basta con quedarnos como estamos en este momento.- le digo acomodándome entre sus brazos.- ¿No ibas a visitar a tu abuelo mañana?-pregunto
–Sí, pero eso será por la mañana, me tendrás toda la tarde para ti. Además, había pensado en prepararte una cena y luego ver una peli y ya para terminar pues ya sabes...lo que hacen marido y mujer...consumar.- me dice riendo y yo rio con él.
–Creo que nosotros empezamos a consumar antes de estar "casados".- le digo
–Bueno, la práctica lleva a la perfección– me dice mientras él se tumba bocarriba y me apoya la cabeza en su pecho mientras pasa su brazo por mis hombros.
– ¿Y hemos llegado a la perfección?- pregunto.
–Creo que tendré que practicar contigo toda mi vida.- me dice y eso hace que se me hinche el corazón hasta casi salirse de mi pecho. Otra indirecta.- duérmete, luego tengo que hacer cumplir con mis deberes maritales.- me dice y yo me rio contra su pecho.
–Te quiero.- le digo
–Yo también te quiero– me dice dándome un beso en la cabeza– Ahora descansa.
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Comemos a las cinco de la tarde como si hubiésemos tenido resaca. Hemos pedido comida china para alimentar a un ejército pero aun así creo que no es suficiente así que Mike y yo nos hemos puesto a preparar un bol de pasta con tomate y queso para los hambrientos compañeros.
Eddie esta que se sube por las paredes de los nervios, no ha querido comer nada porque cree que si lo hace lo vomitara. Cuando veo que va a salir de casa para hacer el examen, después de que Josh le dé un no muy casto beso, me acerco a él y le doy un bocadillo.
–Para luego.- le digo dándole un beso en la mejilla.- No te preocupes, te saldrá bien.
–Vale mama.- me dice abriendo la puerta.- gracias.- yo me despido con la mano y cierro la puerta. Cuando me doy la vuelta me encuentro a todos mirándome.
– ¿La pasta?- pregunto y todos asienten.- Sabéis, tenéis piernas y manos para traer un bol.- les digo y ellos se ríen. Que capullos.
La tarde la pasamos jugando a juegos de mesa, como al cluedo o al monopoli.
–Haces trampa.- el digo a Ryan mirándolo con los ojos entrecerrados.
– ¿Yo?...que va– dice con falsa indignación.
-Cómo puedes ir ganando en esta partida también. ¡Banca! – Grito hacia Leeroy– ¿No estarás haciendo contrabando?- le digo.
–Para nada, además ¿qué iba a intercambiar?- me dice
–Quizás los labores domésticos– le digo y él se paraliza.
–Es muy malo acusar a una banca de algo tan gordo, tú lo deberías saber, estas estudiando derecho.- me dice
–Sois unos tramposos.- digo.
–No sabes perder cariño, que sea millonario y tú ya estés en bancarrota debiéndome dinero no es un gran problema. Podemos solucionarlo.- me dice sonriéndome pícaramente.
En un momento de estos de que se te cruza un cable decido que es buena idea coger todos los billetes del monopoli de Ryan y metérmelos en el sujetador. Bajo la mirada atónita de todos y sobre todo de Ryan veo cómo va naciendo el fuego en sus ojos.
–Voy a recuperar ese dinero.- me dice y yo entrecierro los ojos viendo mis posibles salidas. Las escaleras.
Antes de que pueda saberlo salgo disparada de la silla y corro hacia las escaleras como si me persiguiera un asesino. Oigo el ruido de sus zapatos chocando contra el suelo e intento apresurarme a entrar en mi habitación. Cuando voy a cerrar la puerta él lo impide y entra en la habitación. Va directo hacia mí y me coge poniéndome en su hombro. Lo siguiente es que me que deja en la cama y se pone encima mío.
–Creo que me has robado.- me dice.
–No tienes pruebas.- el digo.
–No estés tan segura.- me dice y es cuando noto su mano por debajo de mi sudadera, que en realidad es suya. Llega al sujetador y en medio de cada pecho se encuentra el dinero. Ryan saca la mano con un fajo de billetes del monopoli.
– ¿Y esto?- me pregunta.
–Oh, eso...Unos ahorros de nada.- le digo sonriendo. Él se ríe y me besa
Sus manos vuelven a meterse debajo de la sudadera y a rodearme la cintura pegándome todavía más a él si se puede.
–Eres mala.- me dice
–Eso tú ya lo sabes– le digo mientras gimo al notar sus besos en mi cuello.
–Me gusta que seas mala.- me dice mientras me muerde suavemente la clavícula para luego quitarme la sudadera. Hora de consumar.
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Una música me despierta, ¿Quién coño se pone a escuchar música en la madrugada? Cuando me voy despertando distingo la música. Es mi móvil. Me levanto rápido para que Ryan no se despierte y cojo el teléfono.
Numero oculto.
Bueno, allá vamos.
– ¿Si?- digo mientras salgo al pasillo para hablar.
– ¿Rose? Soy mama.- dice la voz del interlocutor. Pienso en si colgar o esperar a saber lo que quiere. ¿Por qué ha dicho que es mama? Ella no es una madre.
– ¿Qué quieres?- pregunto de manera cortante. Puede que la curiosidad haya ganado pero eso no significa que vaya a ser amable.
–Rose...– oigo como que solloza y yo frunzo el ceño.- estoy en el hospital. Me han operado. Te necesito, por favor.- me dice y algo se remueve en mi interior. Joder, la quiero.
– ¿Qué ha pasado?- pregunto con la voz más cariñosa y a punto de llorar. ¿Y si las llamadas eran del hospital?
–Prefiero no asustarte por teléfono.- me dice– ¿Vendrás?- pregunta
–Voy a coger el primer avión que haya, ¿en qué hospital estas?- le digo. Ella me dice el hospital y yo me despido sintiendo todavía un nudo en la garganta. ¿Soy mala persona? ¿Qué le habrá pasado? Me paso la mano por la cara para intentar despertar de este sueño tan confuso pero cuando mis ojos vuelven a ver el pasillo de la casa veo que todo es verdad.
Entro en la habitación y me encuentro a Ryan sentado en la cama.
– ¿Quién era?- me pregunta antes de bostezar. Voy al armario y cojo la maleta pequeña.
–Mi madre está ingresada en el hospital, no sé lo que le pasa, solo sé que el numero con el que me ha llamado a estado llamando durante dos semanas y yo no lo he cogido. – Digo mientras una traicionera lagrima se desliza por mi cara– Me voy a Florida, no sé cuánto estaré, si un par de días o más. Sinceramente espero que no esté más pero... ¿Soy mala persona?- le suelto de repente a un Ryan dormido que viene hacia mí.
–Eres la persona más buena que he conocido. Si yo fuera tú, no iría por eso tu eres especial.- me dice mientras me abraza por detrás.- iré contigo.
–No.- le digo de manera rotunda.- En dos días estaré aquí y celebraremos San Valentín. Quiero hacer esto sola– le digo mientras meto un par de camisetas en la maleta.
– ¿Estas segura?- me pregunta– No me cuesta nada acompañarte, es más, me sentiría mucho mejor.
–Quédate por favor.- el digo
–Te llevare al aeropuerto.- me dice y yo le beso como agradecimiento.
–Gracias.
– ¿Te compro el billete de avión?- me dice y yo asiento.
–La cartera está en el bolso blanco, coge la tarjeta negra y cómprame un billete en clase turista, por favor.- le digo
–Sí, señora.- me contesta.
Me doy el privilegio de mirar la hora en mi teléfono y veo que son las cuatro de la mañana. Termino de preparar la maleta y entro de nuevo a mi habitación.
–En tres horas sale el próximo avión, es directo, sin escalas.- me dice y yo lo beso.
–Muchísimas gracias.-le digo.
–Me visto y nos vamos, ¿de acuerdo?- me dice y yo asiento.
Me vuelvo a meter en el armario y cojo unos vaqueros negros, una camiseta del mismo color y unos blucher negros. Encima me pongo una cazadora blanca y cojo el bolso blanco que cada día se parece más al de Mary popins. Me voy al baño y me lavo los dientes. Me hago una coleta y lista.
Salgo de mi habitación y cojo la maleta con las manos para no molestar a los demás que están durmiendo.
– ¿Estas lista?- me pregunta Ryan mientras baja por las escaleras.
–Vamos.- el digo yo.
Durante el camino en coche yo tengo apoyada mi mano en su pierna y el cuándo puede la pone encima de la mía.
Llegamos al aeropuerto justo a tiempo. Ryan vuelve a insistir en que me puede acompañar pero yo me niego a que lo haga. Eso sí, me pregunta el hospital al que voy y yo se lo digo aun sin saber muy bien para que quiere saberlo.
Nos damos un beso de película, incluso algunos se han parada a vernos y nos han aplaudido. Tras nuestra despedida me he ido a la terminal desde donde salía mi avión y en cuanto me he metido dentro y me he sentado en mi asiento he cerrado los ojos esperando que mi madre no tuviese nada grave, porque si no me lo perdonaría nunca.
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Salgo del aeropuerto y cojo un taxi. Le digo el nombre del hospital y espero. No me he parado a observar si algo había cambiado, estoy muy nerviosa y me es imposible hacerlo. Le envio un mensaje a Ryan diciéndole que ya he llegado pero él no me contesta. Se habrá vuelto a dormir.
Pienso en llamar a Claire pero creo que ella está empezando los exámenes ahora. Decido que mejor le enviare un mensaje el día que me vaya para ver si puede quedar aunque sea una hora.
El taxi me deja en el hospital. Actualmente son las nueve de la mañana y estoy agotada. Se suponía que hoy iba a pasar el día con Ryan, cenando y viendo películas y como él dice, consumando el matrimonio. En cambio estoy entrando por la puerta del hospital rezando porque mi madre este bien.
Pregunto en administración en que habitación esta y cuando me lo dice cojo el ascensor hasta la quinta planta. Ni si quiera me fijo a que pertenece esa planta, solo estoy centrada en mi madre.
Llego a la habitación y llamo dos veces a la puerta, tras eso entro.
Nada más entrar veo a mi madre dormida con toda la cara vendada. ¿Qué le ha pasado? ¿Se ha quemado? Dejo la maleta a un lado de la habitación y noto como las primeras lágrimas se deslizan por mi cara. Soy estúpida.
Otros golpes en la puerta hacen que mire en su dirección y cuando se abre me sorprendo al ver a mi hermano. El me mira igual de sorprendido.
– ¿Qué haces aquí?- me pregunta
–Mama me llamo, me dijo que la habían operado y que quería que viniese. ¿Está bien? No me quiso decir que paso.- le digo secándome la lagrima que se escapa de mis ojos.
–Está bien, solo le han hecho un algo de cirugía estética para estirarle la cara.- me dice tirando un vaso de café a la basura.
– ¿Perdón?- le digo– ¿Cirugía estética?- pregunto y el asiente
Miro a mi dormida madre y juro que en este momento siento verdadero odio. Me ha llamado por una puta cirugía estética dejándome con la intriga de que le había pasado para que me digan que se ha hecho algo como un lifting.
Los ojos de mi madre se abren y cuando me ven sonríe, pero no es una sonrisa de cariño, es...extraña, no me gusta y me da miedo.
–Mis niños– dice y mira a mi hermano.-Gracias por venir, en un día tan especial.-dice y comprendo ahora porque quería que viniese, me quiere estropear mi san Valentín. Seguramente habrá visto la revista en la que Ryan y yo salimos.
– ¿Me has llamado por una cirugía estética?- pregunto y ella me vuelve a sonreír de esa forma que hace que me recorra un escalofrió.
–Y por algo más cariño.- me dice y cuando voy a despotricar alguien entra en la habitación.
Es un hombre, digamos que de unos treinta años o así con una incipiente barba y con una ramo de rosas en su mano.
–Feliz San Valentín cariño– dice el chico acercándose a mi madre para darle un sonoro beso. ¿Quién es ese? Cuando se separan el me mira y sonríe...tampoco me gusta esa sonrisa.
–Esta debe ser tu hija.- le dice a mi madre y ella sonríe.- Encantado soy Damien, el novio de tu madre.- Se acerca a abrazarme y cuando lo hace me tenso de sus poros solo sale el olor del peligro y no me gusta.
Nos pasamos lo que queda de hora de visitas en la habitación. Damien me ha tirado la caña en cada momento en el que nos encontrábamos a solas y cuando pasaba yo corría a volver con mi hermano. Pero tristemente no pude evitar lo que venía.
–Cariño, ¿Por qué no vais a casa a dormir?- dice mi madre y yo acepto.
–Yo tengo que rellenar unos papeles antes, pero ir yendo, cogeré un taxi.- dice y yo abro los ojos. No, por favor.
–Podemos esperarte.- digo yo de forma apresurada.
–No en serio, ir yendo.- dice y cuando voy a volver a hablar Damien me interrumpe.
–Lo haremos.- dice cogiéndome del codo y llevándome al ascensor
Nos montamos en el coche y durante todo el camino mantenemos un silencio sepulcral. Este tío no me gusta nada y solo espero que Jeremy llegue pronto porque nada más llegar a casa me voy a encerrar en mi cuarto hasta que llegue.
Aparca el coche en la que era mi antigua plaza de aparcamiento. Bajamos del coche, el entra primero en la casa ya que lleva la llave, yo entro después y antes de que haya cerrado la puerta algo me golpea tirándome al suelo.
Levanto la cabeza del suelo y veo como Damien tiene esa sonrisa en la cara, la misma sonrisa que tenía mi madre. El algo que me ha golpeado ha sido él, ha sido Damien.
– ¿Qué haces?- le digo levantándome pero un nuevo golpe me lo impide.
– ¿Sabes? Tu madre me lo pidió.- dice mientras me da una patada en el estómago– No sabía ni como eras, ni porque quería hacer eso.- me coge del pelo y me arrastra hasta el salón de la que era mi casa.
– ¿Entonces por qué lo haces?- digo a través de mis gritos y sollozos. Damien se agacha y puedo ver que tengo una pequeña escapatoria. Si le golpease en la garganta podría irme.
–Quizás porque hasta que no vi una foto de ti y un chico en una revista no supe que eres como todas.- Veo mi oportunidad. Muevo el brazo con fuerza directo a su garganta pero cuando está a menos de 15 centímetros de su nuez, el para mi pucho y lo siguiente que hace provoca que vea las estrellas. Gira mi puño hacia la derecha y oigo claramente como mis huesos se rompen.
– ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-grito. Cuando me suelta la mano la pego inmediatamente a mi cuerpo y la acuno con la otra mano. Con los ojos llenos de lágrimas lo miro.
–Cómo iba diciendo, eres como todas las chicas de padres ricos. Una niña mimada que solo chupa dinero, eres una puta y en la única foto que he visto de ti me lo has demostrado.- Me levanta del suelo mientras aprieta sus dedos en mi hombro derecho, seguramente dejando marca.- Sé que tu madre es rica pero bueno...ella me ofrece lo que tú nunca me ofrecerías, aparte de dinero claro.
–Eres asqueroso.- le digo y su sonrisa se borra de su cara. De repente su puño impacta en mi cara y caigo al suelo dándome un golpe en la cabeza contra él.
– ¿Quieres saber que es ser asqueroso de verdad?- me dice mientras se tumba encima de mí y me sujeta como puede. Yo me muevo todo lo que puedo. Esto no puede estar pasando, mi madre no me puede odiar tanto.- Tu madre me dijo que te diese una lección, pero no me dijo como.- dice mientras separa mis piernas con las suyas. Como sigo moviéndome el me asienta un golpe en las costillas que hace que por un momento empiece a ver borroso.- Tengo mis propios métodos, espero que te guste.
Cuando sus manos empiezan a bajar de mis costillas hacia mi ombligo empiezo a temblar y a llorar.
–Por favor, no lo hagas.- le digo llorando.
–No lo haría si no me hubieses provocado...aunque bueno, creo que lo hubiese terminado haciendo.- dice mientras noto como desabrocha mi pantalón.
Cuando creo que ya no puedo hacer nada más por evitar lo que está a punto de pasar oigo como la puerta de casa se abre y yo grito con toda la voz que me queda dentro.
Lo primero que veo son los zapatos de mi hermano y un segundo después el peso que tenía encima de mi es eliminado. Ahora veo dos pares de zapatos aunque en un abrir y cerrar los ojos veo a Damien tirado en el suelo.
Me levanto como puedo sin forzar la muñeca y sin doblarme mucho, creo que me ha roto una costilla. Todavía tengo la visión borrosa pero eso no me impide gritarle a mi hermano para que deje de golpear a Damien. Esto solo empeorara las cosas.
–Jeremy por favor.- le digo entre sollozos. El me mira y en ese instante de despiste Damien sale corriendo de casa. Jeremy se dispone a seguirle pero yo le agarró del brazo.- Por favor.- Sus brazos me rodean nada más terminar de decir esas palabras.
–Oh dios mío.- dice mientras pasa su mano por mi pelo como cuando éramos pequeños y yo tenía miedo aunque en realidad sabía que él era el que lo tenía.- dime que estas bien. – dice separándose de mi para mirarme. Cuando lo hace se pone a insultarlo.- Juro que lo voy a matar.- dice.
–No ha sido solo el.- le digo– Mama se lo pidió.- el digo mientras mis ojos se llenan todavía más de lágrimas.
–Rose, cariño, sé que tu relación con mama no es la mejor pero ella nunca haría eso.- sus palabras son como un cubo de agua fría. Me separo de él inmediatamente y le miro.
– ¡Deja de defenderla!- le digo gritando y llorando.- ¡Ella le pidió esto! ¡Ella quiso abortar cuando estaba embarazada de mí! ¡Ella no me quiere! ¡Me odia!- digo gritando.- y esto solo ha sido una prueba más, ¿es que no lo ves?- digo hablando cada vez más bajo.
–Es imposible que mama haya dicho eso. En Navidades hablamos mucho de ti y ella hablaba orgullosa de ti.- me dice y yo veo que esto es una batalla perdida.
–Muy bien Jeremy, tu créela a ella pero luego no vengas como un perrito arrepentido al ver la realidad de las cosas, que claramente no es la tuya.- le digo cogiendo el bolso de la entrada y saliendo por ella.
Cojo uno de los coches que tenemos aparcados y que mi padre me había comprado, menos mal que no los había aceptado porque si no, posiblemente no tendría escapatoria de esta interminable pesadilla. Conduzco hasta llegar al primer hotel que veo, mañana mismo me cojo el primer avión que vea, no pienso pasar ningún solo minuto más cerca de esta casa que se suponía que era mi hogar.
Llego a recepción y soltándome la coleta que llevaba me tapo la cara como puedo y escondo la mano lesionada en el bolsillo de la chaqueta, no puedo evitar soltar un gruñido por el movimiento. Creo que mis ojos todavía siguen húmedos porque sigo viendo borroso.
–Una habitación, por favor.- digo mirando hacia el suelo.- Individual.- le digo para que no me pregunte y me mire mucho.
–¿Quiere pag...- intenta decir pero yo ya le he entregado la tarjeta y sé que eso servirá para que no haga muchas preguntas.
–Oh, es un placer tenerla con nosotros señorita Taylor.- me dice y yo solo puedo pensar en el dolor de mi muñeca y costilla mientras empieza a nacer un leve dolor en la parte posterior de la cabeza
–La habitación por favor.- repito.
–Claro.- dice la recepcionista.- Su habitación es la 145, segunda planta. Que tenga una buena estancia.- me dice mientras me entrega la tarjeta de crédito y la de la habitación.
–Gracias.- digo en un susurro apenas perceptible para alguien.
Voy al ascensor y espero a que no me encuentre a nadie en él, quiero estar sola. Por suerte, esta vacía y el pasillo del segundo piso también. Busco mi habitación entra las tantas puertas que hay. Cuando doy con la mía no pierdo ni un segundo en abrirla y dejarme caer sobre el interior de la habitación.
Derramo todas las lágrimas que tengo, no solo por el suceso de esta noche, que aunque es doloroso no tanto como el resto. Que tu hermano no te crea en algo que ha visto con sus propios ojos o que tu propia madre mande a su joven novio a que te de una paliza por las razones que ella haya querido.
El ruido de unos golpes en la puerta me hace saltar. Hago que no los oigo mientras cojo el móvil y escribo el 911 en él. Con el dedo preparado en el teléfono verde para llamar me dirijo hacia la puerta para acallar esos insistentes golpes.
Cojo el pomo de la puerta y lo giro hacia la izquierda. Cuando veo quien está en la puerta el móvil se cae a mis pies y yo me lanzo hacia ese príncipe azul dejando que me sostenga a pesar de que por dentro estoy muriendo de dolor no solo físico si no también emocional. Creo que lo que más me duele es el corazón, que aunque no haya sido dañando a través de golpes, si lo ha sido a través de palabras.
Ahora sé que todo se va a pasar si tengo a mi príncipe azul cuidándome.
–Feliz día de San Valentín.- le digo entre sollozos y el me abraza más fuerte si puede.
Cuando mi nariz se instala en su cuello puedo afirmar eso del olor, ya que el huele a casa.
–Ya estas a salvo, nena.- me dice
Tras esas palabras sé que ya puedo respirar tranquila.
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Buenos tardes querias lectora, espero que todas hayáis llegado hasta el final. Se que es un poco fuerte el capitulo pero oye, es lo que habia pensado y espero que os haya gustado.
Estoy probando esto de las imagenes, decirme si os gusta o no. Las imagenes aun asi estaran een el Twitter, los gifs no.
VOY A TENER BOOK TRAILER
Una chica que me ha confirmado que el dia 26 de febrero tendre mi book trailer, espero que sea asi, por lo que el domingo de esa semana lo subire junto con el capitulo.
Preguntas.
¿Os esperabais que fuera la madre la que la llamaba al movil?
¿Creeis que la madre de verdad le dijo a Damien que le diese una leccion o ha sido solo cosa de el?
¿Creeis que el hermano se dara cuanta de la verdadera madre que tiene?
¿Quien es la persona de la puerta del hotel? Esta es un poco evidente
¿Porque camino creeis que tirara el proximo capitulo?
Creo que no me dejo nada si no, ya sabeis. Me lo decis por mensaje privado o por comentarior.
Gracias a todos por votar y comentar. Seguir haciendolo
Feliz dia de San Valentin. A las solteras se nos olvida jajajajajaja
Muchisisisisimos besos a todos <3<3<3<3<3