Quiéreme. (Kuroken)

By Slider_

34K 2.5K 1.6K

"El amor es frustrante y agotador... Especialmente cuando es imposible, en todas las relaciones hay un punto... More

Capítulo 1. A la caza de un corazón herido.
Capítulo 2. Amor inolvidable.
Capítulo 3. Campamento five lakes.
Capítulo 5. Hiérete, sáname.
Capítulo 6. Caos.
Capítulo 7. Dulce egoísmo.
Capítulo 8. Redención.
¿Nuevo capítulo?

Capítulo 4. Vuelta al pasado.

3.1K 270 68
By Slider_

    Aquella noche ninguno durmió demasiado, todos tenían problemas en los que pensar, pero sin duda, en esa gran habitación, había tres personas que sufrían por un motivo distinto al resto. No sabían que hacer, no sabían que pensar, auto-torturándose hasta rozar lo enfermizo, infligiéndose heridas que no sanarían con el simple paso del tiempo...

    Los ojos de Oikawa pasaron toda la noche tratando de evitar mirar la cama de Kageyama. Tenía tantas ganas de hablar con él que sentía como si las palabras que no decía le estuvieran ahogando. De verdad que necesitaba hablarle, pero eso no sería posible, hacía mucho tiempo que había dejado de serlo. Jamás podría haberse imaginado que ese amor se clavaría tanto en su corazón, tanto que con su ida dejaría una herida incurable y un amor inolvidable.

"¿Qué me has hecho Kags?" Pensó, cubriéndose la cara con las manos.

    Antes de que ninguno quisiera, la luz de la mañana comenzó a entrar por la ventana y con ella la angustia en los corazones de los ahí presentes; La mañana había llegado y con ella las pruebas que podrían empujarles a un pozo sin fondo. Por un altavoz del techo comenzó a sonar una extraña música que acabó por despertarles a todos. Se miraban unos a otros, tratando de aparentar normalidad; nadie quería demostrar lo nervioso que estaba, nadie quería parecer el más débil. La tensión del ambiente se podía cortar.

"¡Demos lo mejor de nosotros!" Exclamó Hinata poniéndose en pie. "Sé que esto va a ser duro, pero... si damos lo mejor de nosotros no tenemos que preocuparnos." Después de pronunciar aquellas palabras notó como calor inundaba sus mejillas.

"Tiene razón, ¡Demos lo mejor!" Exclamó otro chico que, en pijama, Hinata no sabría decir a qué equipo pertenecía.

    Después de eso la tensión se disminuyó y los nervios se paliaron ligeramente. Los chicos trataron de relajarse y tras unos minutos incluso se escuchaban algunas risas, hasta que de repente tras un "ding" dos pequeños compartimentos metálicos se abrieron a ambos lados de la puerta principal. Con cautela Daichi se acercó a ver qué es lo que había dentro del compartimento que más cerca tenía.

"¿Ropa?" Se preguntó extrañado. Metió la mano dentro y sacó una bolsa prensada con ropa de color negro. Abrió el paquete y sacó las prendas. Camiseta negra, pantalón negro, chaqueta negra, incluso ropa interior negra.

"Así que cuando dijo lo de que aquí no habría equipos iba en serio..." Musitó Oikawa, cogiendo otra de las bolsas.

    Los chicos comenzaron a vestirse y tras unos minutos todos estaban vestidos iguales. En ese campamento no importaba de que equipo eras, solo importaban tus aptitudes individuales, quizás no era la mejor de las maneras para formar equipo pero sin duda lo era para mejorar como jugador; Más masa muscular; Más velocidad; Más todo. Aunque eso no era del todo cierto, pues el equipo que más integrantes tuviera a la hora de llegar a la etapa final sería el vencedor. Algo no cuadraba del todo en la cabeza de Oikawa, ¿De verdad no habría equipos? No terminaba de creérselo, quería observar más antes de confiar o no en las palabras de la mujer del día anterior.

    Mientras los chicos se vestían Kuroo seguía tumbado encima de su cama, dando toquecitos a un balón. Pasó la noche completamente en vela, pensando en las palabras que Oikawa le dijo el día anterior, tratando de convencerse de que no eran reales, de que habían nacido desde el odio únicamente para molestarle.

    Se mordió el labio y dejó caer el balón contra la cama. Odiaba esa situación, la odiaba más que nadie y a pesar de que la idea de ir allí había sido suya, casi se estaba arrepintiendo de esa decisión, pero entonces, alzó la mirada y ahí estaba él; Oikawa, mirando de reojo como Kageyama se cambiaba, como si estuviera tratando de hacer un mapa mental de las constelaciones que dibujaban los lunares de su cuerpo. Le vio bajar la mirada y Kuroo sonrió. Quizás las cosas no estaban yendo del todo mal.

   Bajó de la cama de un salto y se dispuso a coger la ropa que debía ponerse, pero algo le hizo pararse, Kenma le hizo pararse. Estaba a un lado del pasillo, tratando de ponerse las zapatillas y entonces lo vio, tenía la etiqueta por fuera. Apenas podían verse un par de centímetros de piel pero fue lo suficiente como para que a Kuroo el corazón le latiera con mayor rapidez. Sin pensar en nada más se acercó a él.

"Tienes la etiqueta por fuera." Susurró, tratando de colocársela él mismo. Las yemas de sus dedos rozaron la piel de Kenma y los nervios se asentaron en su estómago; Definitivamente eso no era normal.

"Gracias..." Dijo en un hilo de voz apenas perceptible.

    Kuroo se alejó, dejándole ahí, con la mano en el cuello y la mirada más oscura de lo habitual. La situación le estaba matando poco a poco y no veía salida. Kenma no quería dar su brazo a torcer porque creía saberse en la razón, de la misma forma que creía saber que por nada del mundo Kuroo le pediría perdón.

    El desayuno fue una mera formalidad, porque de desayuno como tal poco tuvo. Muchos se quedaron sin probar bocado por culpa de los nervios, a pesar de que les aconsejaban comer. Las pruebas iban a ser duras y sin carburante que consumir estarían en una clara desventaja. Tras desayunar los entrenadores les llevaron a la parte trasera del complejo y ahí estaba el campo de entrenamiento, un campo cuanto menos peculiar.

"¿Plataformas...?" Dijo Sugawara, soltando una risilla nerviosa.

"Así es." Afirmó la mujer del día anterior. "Creo que ayer no me presenté, mi nombre es Sai y me encargaré personalmente de todos vosotros."

    Algunos de los ahí presentes la miraron con escepticismo, ¿Una mujer? Entonces esto será fácil. Se atrevieron a pensar y no sabían cuantísimo se equivocaban.

"Bien, hoy empezaremos con un juego simple, debéis llegar cuanto antes al puesto de ahí arriba." Señaló un punto en la lejanía que apenas era perceptible. Parecía ser una bandera roja, pero desde tan lejos no podían afirmarlo con seguridad. El circuito estaba conformado por multitud de plataformas de madera en los árboles. Había lianas, troncos que apenas medían dos pies de grosor, puentes que debían pasarse colgándote de ellos; Era una locura. "Para llegar allí tendréis que demostrar que sois rápidos, fuertes, ágiles y sobretodo, astutos."

"Y... ¿ya está?" Susurró un chico al fondo.

"No, esto no es todo. Andaréis con una complicación extra, estas pesas en los tobillos." Dijo, levantándose las perneras de los pantalones, dejándoles ver unas bolsitas que por lo que acababa de decir eran pesas. "Las pesas son un obstáculo añadido, vuestras piernas, por lógica, pesarán más y a la larga la dificultad se habrá duplicado. Además de las pesas debéis llevaros estas mochilas con suministros porque la prueba dura mucho tiempo y necesitaréis comer. Ah y no tratéis de engañarnos, si os quitáis las pesas, lo sabremos."

    Los chicos comenzaron a colocarse las pesas alrededor de los tobillos y las mochilas a la espalda. Kuroo las lanzó al aire y las palpó, el peso no era excesivo. Debían rondar el medio kilo pero ella tenía razón, al cabo de un rato ese medio kilo, sumado al peso de la mochila, les haría la prueba mucho más complicada. Trató de hacer un mapa mental del recorrido que tenía delante, tratando de evaluar cuál sería la ruta más corta, pero entonces Kenma entró en su campo de visión y sus ojos no pudieron fijarse en nada que no fuera él. ¿Podría superar el recorrido? Su cuerpo era pequeño y su masa muscular dejaba mucho que desear, pero era astuto y rápido, probablemente ya sabía que recorrido tomar, mientras que él no podía dejar de mirarle. Estaba tan confuso... sus pensamientos le gritaban cosas contradictorias y cosas sin sentido, no paraba de darle vueltas a todo y eso no hacía más que abrumarle; Debía relajarse o se iría a casa.

"Bien, sois 28, contando las bajas de los que no han podido venir. Cuando acabe esta prueba seréis 24. El tiempo es indefinido y podéis comer cuando queráis, pero se calificará favorablemente una buena marca de tiempo. Os invito a superar la mejor marca hasta la fecha, 6 horas, 10 minutos y 37 segundos."

"¿Y qué pasa si nos caemos?" Preguntó Hinata con las piernas temblorosas.

"No pasa nada, hay una red." Sonrió. "Bien, el tiempo empieza... ¡Ya!"

    Todos los chicos salieron corriendo como una exhalación, todos salvo uno, todos salvo el chico más observador; Kozume Kenma. Echó un vistazo al suelo y se dio cuenta de que la tierra que tenían bajo sus pies era de dos colores, casi toda era blanca, pero había una hilera de un color más parecido al amarillo huevo. Si no te fijabas no la verías claramente pero como dijo Sai, la astucia sería premiada. Esa hilera de tierra no conducía a las múltiples plataformas del circuito, no, conducía al bosque y entonces lo comprendió todo.

"En ningún momento has dicho que haya que subirse al circuito para acabar la prueba." Dijo y sonrió levemente, Sai tenía la misma sonrisa dibujada que él.

    El reloj de Oikawa le decía que eran las 6 de la tarde. Ya debían haber cumplido las siete horas en el recorrido, se había acabado la comida pero todavía conservaba el agua. Las piernas le pesaban pero no estaba dispuesto a rendirse, estaba luchando por llegar, por llegar el primero. Trataba de no pensar en nada más que no fuese el circuito. El siguiente obstáculo era una escalera situada de manera horizontal que conectaba la plataforma del árbol en la que estaba con el árbol de en frente. Agarró con fuerza el primer estribo pero alguien gritó tras él. Se giró y vio a un chico en la red bajo ellos, creía recordar que era un chico del Karasuno, Hisashi Kinoshita. No puedo hacer nada por él. Se dijo y volvió a agarrar la escalera. Dejó su cuerpo colgando y comenzó a avanzar, pero cuando llevaba la mitad del camino recorrido, le vio... le vio a lo lejos, con la espalda apoyada en el tronco de un árbol. Recuperando el aliento, con la tez extrañamente blanquecina y sudada, incluso en ese momento le parecía realmente hermoso. Sus brazos flaqueaban por el cansancio pero verle le dio la fuerza necesaria para seguir, para darse prisa, para avanzar esos metros que harían que estuviese a su lado; Ellos solos. Un poco más, solo un poco más.

     Las horas seguían pasando y el camino cada vez se hacía más angosto. Kuroo no paraba de mirar hacia todos los lados, buscando a Kenma, preguntando a todo con el que se encontraba si lo había visto, pero nadie lo había hecho. Cálmate, cálmate, cálmate... Se decía una y otra vez, tratando de aflojar ese nudo que le estaba oprimiendo la respiración, pero no podía. Se había prometido a sí mismo ayudar a Kenma en todo momento y no lo había hecho, salió corriendo a la primera de cambio.

Chasqueó la lengua. Se decepcionaba a sí mismo cada vez más. Estaba parado frente a una cuerda, tenía los brazos cansados y no sabía si sería capaz de aguantar el peso de su cuerpo mucho más tiempo, no sabía si sería capaz de dar un paso más sin tener la imagen de Kenma cayendo al vacío. Una punzada de dolor se asentó en su corazón y se agarró el pecho. Maldita sea Kenma, ¿Dónde estás?

"¿Piensas quedarte ahí en medio toda la tarde?" Dijo una voz tras él, una voz conocida que hizo que se le erizase la piel de todo el cuerpo.

"Piérdete."

"Si no te quitas de en medio, pasaré por encima de ti."

    No pensaba perder un solo segundo más hablando con Kuroo, no cuando cada paso le acercaba un poco más a Kageyema. Justo cuando iba a contestarle, justo cuando iba a comenzar la guerra, vio por el rabillo del ojo una cara conocida en una plataforma algo alejada; Fukunaga, un chico de su equipo.

"¡Fukunaga!" Gritó. "¿Has visto a Kenma?"

"He escuchado que alguien se ha caído, creo que ha sido él." Contestó a pleno pulmón y su sangre se heló por completo.

"Kuroo-chan, tomaré la delantera con tu permiso." Dijo con sorna agarrando la cuerda.

    Kuroo no le escuchó, no escuchó nada más. Se quedó con la mirada posada en el suelo y se dejó caer sobre la tabla de madera. No podía creérselo, no podía creer que Kenma hubiera caído y él no estuviera a su lado, ¿Qué clase de amigo soy? Por primera vez en toda su vida la palabra amigo le sonó extraña, le supo a poco. Apoyó la cabeza en el tronco y se roció la cara con el poco de agua que le quedaba. ¿Qué voy a hacer ahora? Con las piernas colgando de la plataforma en ese momento todo se pasaba por su cabeza ¿Y si se dejaba caer? Quizás si lo hacía y se lo explicaba a Kenma podrían hacer las paces... un gesto nacido desde el corazón. Miró al suelo y creyó estar volviéndose loco, no podía ser real lo que estaba viendo.

"¿Kenma?" Dijo y acto seguido Kenma alzó la mirada. No se estaba volviendo loco, Kenma estaba ahí, debajo de la plataforma y Kuroo no le encontraba sentido alguno a lo que estaba viendo "¿Qué haces ahí? Te vas a hacer daño, ¿Te has perdido?"

"Nadie dijo que hubiera que subirse a las plataformas." Dijo con una media sonrisa, sonrisa que Kuroo le devolvió. Kenma había vuelto a hacerlo, había vuelto a ganar gracias a su gran astucia.

"Eres increíble, Kenma." Dijo, rebosante de orgullo. "Gana por nosotros desde abajo."

    Los pies de Kageyama se movían lentos, había acabado toda su agua y toda su comida, al igual que toda su energía. Estaba cansado, demasiado. Creía que llevaba la delantera de la prueba, pero no lo sabía con seguridad, lo único que sabía era que sus piernas le pesaban más de lo que nunca lo habían hecho, entonces alzó la vista, otro obstáculo; Un puente, de apenas pie y medio de grosor. Dio un largo suspiro y se preparó para pasar, pero... todo se puso negro a su alrededor y sus ojos se cerraron.

« "Kageyama, no lo decía en serio, ¡te lo juro!" Exclamó, agarrándole por los hombros. »

» "¿Qué es exactamente lo que no iba en serio? ¿Qué dijeras todo eso sobre nosotros o que besaras a esa chica?" Su mirada se puso borrosa por culpa de todas esas lágrimas que se agolpaban en sus ojos. »

» "¿Beso? ¿Qué estás diciendo? No he-"»

» "Basta." Dijo con dureza, dejando escapar la primera y la última lágrima que derramaría delante de él. "Basta de excusas, basta de mentiras. No me vuelvas a hablar, nunca más, Oikawa." »

    Los ojos le pesaban, los párpados le pesaban y se sentía como si estuviera flotando en medio del mar. Se sentía tan cansado... De repente, cuando decidió que descansar un rato más estaría bien, una voz comenzó a hablarle. "Tobio-chan, despierta, despierta, por favor." Decía y comenzó a notar como unas manos le tocaban la cara con cuidado. "Abre los ojos..." Esa voz le resultaba tan familiar... Trató de abrir los ojos lentamente, todo era demasiado brillante y en medio de esa cortina de luz comenzó a vislumbrar unos ojos que lo miraban preocupado.

"¿Qué ha pasado?" Preguntó con la voz temblorosa.

"Hey, Kags." Dijo con dulzura, acariciando su cara de nuevo. Le tenía recostado sobre su pecho, con el brazo pasado por encima de sus hombros; Como en los viejos tiempos. "Has estado dormido un buen rato..."

"Déjame levantarme." Hizo un amago de incorporarse pero todo a su alrededor comenzó a girar y tuvo que apoyarse de nuevo sobre él.

"Has desayunado muy poco."

"No quiero que me toques, Oikawa." Contestó con dureza y al estar tan cerca de su pecho debió escuchar cómo los mil pedazos que eran su corazón se rompían de nuevo.

"Sabes... me acuerdo que cuando llegaste al equipo te traté fatal. Fui un completo capullo, pero me sentía abrumado por tu brillo; Tu talento innegable. Me sentía celoso de mi kohai." Dijo, forzando una pequeña risa nerviosa. "Pero entonces me dijiste que me querías y todo se puso patas arriba."

"No sigas hablando, por favor." Su voz vacilaba y las palabras se negaban a salir con normalidad.

"Las tornas se han invertido." Susurró. "Y es mi turno de decirte, Kags, que te quiero. Probablemente, más que nunca."

🌈        🌈       🌈        🌈

Amiguitos míos <3 he vuelto, he vuelto y los que hayáis leído la nota que puse en mi perfil explicando mi dolorosa ausencia sabréis que he venido para quedarme y actualizar todo lo que pueda!!! Si no la habéis leído me encantaría que lo hicierais porque si alguien merece una explicación sois vosotros ♥

Bien, ahora hablemos del capítulo *_* Espero que os haya gustado mucho, yo he disfrutado muchísimo haciéndolo y leyendo los capítulos anteriores, tanto que quizás haga más fanfics de haikyuu! Se admiten propuestas así que si queréis también podéis comentarme de quien os gustaría que escribiese 

Me encantaría que me dijerais qué os ha parecido porque creedme cuando os digo que cuando leo vuestros comentarios mis ganas de escribir aumentan por mil! Cada comentario, cada personita detrás de la pantalla apoyándome... Para mi no tiene precio, no tenéis precio. Y bueno, basta ya de ponerme ñoña, lo dicho, espero que os haya encantado!!!

Nos leemos en los comentarios ♥

Continue Reading

You'll Also Like

565K 76.2K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
337K 25.3K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
872K 103K 119
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
351K 23.4K 95
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.