— Si está es una forma para hacerme sentir mejor, no está funcionando. — parecía algo irritado ya que no sentía que fuera algo gracioso.
— Claro que no lo es, Yuichiro quiero casarme contigo y si es posible, ahora.
— Yo también quiero casarme contigo bobo, pero, ¿Es posible eso aquí? Ambos sabemos cómo son las reglas en Japón y aún no soy tan mayor.
Era un punto a favor, la sociedad japonesa si bien estaba muy avanzada a comparación de otros países, las bodas entre personas del mismo sexo no estaban permitidas y aún se sufría una gran tasa de discriminación.
— Nos casaremos dónde si este permitido — Mikaela sujeto las manos de su amado. — No quiero separarme de ti.
— Pero... no entiendo Mika, debo irme en unos días. Dijiste que esperarías y ahora llegas a proponerme matrimonio, estoy muy confundido.
— Y lo hubiera hecho, pero adivina quién hablo conmigo — Yuu frunció el ceño. — Tu padre le dio tu custodia temporal al mío a cambio de que tengas una educación junto conmigo.
— . . . . — El azabache no sabía que decir exactamente, pero sí que estaba sorprendido. — Yo creí que nos iríamos, que no te vería por un largo tiempo y...
En ese momento las lágrimas cayeron, pero no de tristeza, el corazón del Ichinose se sintió libre ante aquella confesión. — Soy muy malo eligiendo, pero me siento feliz de quedarme, Mika.
— Lo sé y yo igual soy muy feliz — sus frentes se juntaron, pero antes de unir sus labios el rubio volvió a hablar. — Entonces, Yuichiro Ichinose... ¿Aceptas a este bobo enamorado casarse contigo?
— Acepto, claro que acepto. — ambos rieron y finalmente se besaron.
Ambos jóvenes serían felices juntos.
. . . . .
— René, estaba pensando en algo — Lacus aún no podía digerir todo lo que escucho ayer con los demás, la despedida de Yuichiro sería triste para toda la familia y en especial para su hermanito.
— ¿Qué cosa, amor? — el mencionado dejo de prestarle atención a la televisión para observar a su novio.
— ¿Me recuerdas cuántos años estamos juntos?
— Nos conocimos desde niños, pero empezamos a salir cuando estuvimos por acabar la escuela y ahora ambos trabajamos, unos... ¿Diez años?
— Prácticamente toda nuestra primera etapa de vida — el mayor rio ante aquella ocurrencia. — No me arrepiento, a veces peleamos, pero sé que tú eres el correcto para mí.
Los brazos del pelinegro rodearon al chico para luego, dejar un suave beso sobre sus labios. — Y tú eres el único al que le aguantaría sus berrinches — ambos rieron. — Hicimos una promesa de siempre estar juntos y pienso cumplirla.
— Lo recuerdo, ese día llore mucho y tú me consolaste. — beso nuevamente los labios del mayor, era adictivo.
— Siempre has sido llorón, más cuando tenemos sexo.
— E-Eso es porque eres demasiado rudo, idiota.
— A ti te gusta lo rudo, sobre todo cuando estamos sol... — se escuchó un carraspeó de lejos, ganándose la atención la pareja de enamorados.
Ferid había escuchado todo y se arrepentía de eso.
— Me quedé porque se me hizo tierno todo lo que se dijeron en un comienzo y ahora quiero hacerme un lavado cerebral — tembló el Bathory mayor y finalmente dejo solo a los chicos quienes estaban más rojos que un tómate.
— Ahora que lo pienso y ¿si secuestramos a Yuu? — soltó de repente el menor.
— ¿Qué? — tal vez no escucho del todo bien.
— Así no se irá y podrán ser felices.
. . . .
Había llegado el día donde el circo se iría del continente, iba a ser un viaje largo, pero Yuu aprovecho para pasar los últimos días con sus amigos y enseñando.
La nueva generación de trapecista continuaba con Akane y el azabache no podía estar más orgulloso.
Iba a volver a verlos, claro que sí, pero en un tiempo muy lejano y le harían falta. Ahora se encontraba afuera del circo o bueno, los camiones ya habían sido llenados y no quedaba nada, el viaje comenzaría en unos minutos.
Toda la familia Bathory estuvo presente y ayudando, estos siempre fueron amables con él y con todos.
Todo hubiera sido perfecto si Guren no se hubiera enterado de su compromiso con Mikaela, al parecer Ferid era malo guardando secretos y apenas su padre se enteró, busco a Mikaela para matarlo.
— Bien, es momento de irnos — hablo el Ichinose mayor. — Todos suban y Yuu, acércate.
Cada persona hizo caso y se despidieron de los Bathory y también de Yuu, su amigo más preciado.
Shinoa y Akane lloraron al abrazarlo mientras que Yoichi y Kimizuki le deseaban lo mejor. — Espero volver a verlos muy pronto.
— El año pasará rápido y cuando menos te lo esperes te voy a golpear — alardeó el de cabellos rosa siendo reprendido por un castañito.
— Kimi, no seas maleducado hoy. — Yoichi se quejó y como respuesta solo ganó un suspiro.
— Solo porque tú me lo dices.
— ¿Dominado por tu novio? Nunca olvidare esto
El más alto gruño avergonzado mientras recibía las risas de ambos chicos.
— Yuu-kun tu tampoco lo molestes.
Luego de aquello, todos se despidieron y quedó solo con su padre.
— Yuichiro
— Guren
— No vas a casarte
— Ya hablamos de eso, no sigas más con eso — el menor rodo los ojos, ya no quería pelear más.
— No, lo digo en serio. Primero acaba tus estudios antes de pensar en algo así, ¿entendido?
— Entonces, ¿Me estás dando tu aceptación para un futuro?
— Es una advertencia, si yo me entero que tú...
— Entendido, nada de bodas hasta que termine de estudiar — una mentirita no le haría daño a nadie, o ¿sí?
— Y dile a ese rubio oxigenado que si te hace daño yo le haré más daño.
— No es necesario que me lo diga, lo ha estado repitiendo los últimos diez días. — Mikaela había aparecido detrás de ellos, pero lejos de sentirse amenazado estaba tranquilo, las amenazas de Guren eran pan de cada día.
— Bien, nos vamos — los Ichinose se despidieron con un fuerte abrazo antes de que el mayor se dirigiera hasta el camión principal donde Ferid lo esperaba para despedirse.
— Cuídalo bien, ¿sí? Te mandaré cada mes lo acordado.
— Ya te dije que no es necesario que me des dinero, tengo de sobra.
— Ferid...
— Guren, en serio déjame ayudarte. Sé que el circo está yendo bien, pero hay muchas cosas que deben mejorar así que invierte el dinero en eso, ¿Bien? No queremos que vuelva a suceder algo como lo de Yuu.
— No volverá a suceder, gracias por todo — ambos mayores sonrieron. — Cuídate mucho.
— Y tú igual, tonto Guren
Finalmente, el circo se retiró camión tras camión dejando al pequeño Ichinose melancólico, extrañaría todo, pero no sé arrepentía de su decisión. Horas más tarde ya estaban en la casa de los Bathory nuevamente, Ferid se había encargado de volver una de las habitaciones de invitados en su propia habitación, su ropa ya estaba acomodada más algunos regalos por parte de todos.
— Bien Yuu, no quiero presionarte, pero a partir del próximo mes empezarás a estudiar con un tutor. — Todos estaban reunidos en la sala principal. — Guren me comentó que obtuviste una educación, pero no fue bajo algún certificado que lo compruebe y necesitamos eso para que entres a una universidad.
— Entiendo, señor Ferid.
— Mikaela cuando era un niño también tuvo un tutor, pero fue porque en ese tiempo el recurría a terapias y era lo mejor, este tutor es uno de los mejores del país.
— Es una buena persona, amor — intervino el rubio. — Papá no miente y si tienes dudas yo te ayudaré
— Tu también empiezas nuevamente en un mes así que anda preparándote, quiero que todos pongan de su parte.
— Yo también puedo ayudarte Yuu-kun — Lacus y René se sentaron frente a los demás. — Nosotros ya terminamos de estudiar y somos más listos que Mika
— Papá, ¿lo callas tú o yo lo haré callar? — el rubio gruño.
— Yuu y por último — ignoro a sus dos hijos — no estoy en contra de la idea de Mikaela en casarte contigo pero dejémoslo para más adelante, quiero planear bien eso sí es que ustedes me dejan
— Yo no tengo ningún problema, pero... — el menor recordó los extravagantes gustos del padre de su novio. — Me gustaría solo algo sencillo.
— A mi igual, quiero que él se sienta cómodo. — ambos entrelazaron sus dedos.
— Me parece bien, entonces pueden ir a descansar o como deseen. — el mayor de todos sonrió. — Bienvenido a la familia Bathory, Yuu.
— Y tú, ¿Cuándo me pedirás matrimonio? — en el momento que Lacus volteo para ver a su novio este no se encontraba ahí, había desaparecido de repente.
— ¿René?
. . . . .
— Mika
— ¿Si amor? — ambos estaban en la cama del mencionado, ya había pasado un par de días dónde Yuichiro empezó a vivir con la familia de su prometido y todo iba bien, se iba acostumbrando a poco a la rutina del día.
— Gracias por todo, realmente soy muy feliz.
— Yo debo darte gracias a ti por existir.
— Bobo — el menor ya estaba avergonzado, pero con una sonrisita formada en sus labios.
— Tu bobo
— Si, solo mío.
Aún quedaba mucho por delante, pero lo que, si estaban seguros ambos chicos, era su fuerte amor.
Fin