—Por favor no me hagas daño... —exclamo muerta de miedo, le miro aterrorizada, él está rojo de ira.
—¡No te voy a hacer daño, no soy tan mala persona como tú! —me dice cara a cara—. ¡¿Por qué?, dime por qué me dejaste en ese sitio!
—No... no te quería dejar solo, pe-pe-pero es que cuando encontré la salida no podía volver... —respondo temblando.
—¡Eso es mentira, yo mismo entré y salí dos veces de ahí para coger comida por si no podía volver! —me dice cogiéndome fuertemente de los hombros, me está haciendo daño, yo comienzo a llorar.
—Perdóname... sí, te dejé ahí, pero sabía que ibas a estar bien, yo no soportaba estar más en ese lugar contigo. —Me suelta de golpe.
—Ah, que te traté mal, seguro. —Rueda los ojos y alza la voz de nuevo—. ¡Tendrás queja y todo de cómo me comporté contigo!
—¡Fuiste un completo imbécil la última noche, me ilusionaste para luego darme una puñalada por la espalda!
—No querida, te ilusionaste tu sola, yo no tengo la culpa de que te enamores tan fácilmente de cualquiera. —Abro la boca y los ojos como platos, le pego en su mejilla tan fuerte que le doblo la cara.
—Desgraciado...
Noah me coge de las manos y me tira hacia atrás quedando cuerpo con cuerpo en la pared, ambos respiramos agitadamente; entonces me besa, me besa sin ninguna delicadeza, no hay magia en este beso, no hay nada, solo posesividad de su parte.
Me intento apartar, pero no me deja, me tiene bien sujetas las manos y apenas puedo moverme.
—¡Ah! —Me ha mordido el labio el muy salvaje. Cuando grito, se aparta y yo me toco el labio—. Eres un animal, me has hecho daño. —Le miro enfadada.
—Te lo mereces. —En su mirada solo hay furia e ira.
—¡Ya te he pedido perdón! ¡¿qué más quieres que haga?!
—Quiero que dejes a Jacob.
—¿Qué? ¿Y eso por qué? A ti que más te da que estemos saliendo.
—No te voy a dar explicaciones, ¿quieres que te perdone? Pues ya sabes que tienes que hacer.
—¡Vas listo si piensas que voy a dejar a Jacob solo porque me lo digas tú! —Me acerco a la puerta—. ¡Y déjame salir!
—Y tú vas lista si piensas que te voy a dejar salir así tan fácilmente.
Con la cabeza bien alta me acerco a él rápidamente y meto mi mano en sus pantalones con la esperanza de coger las llaves, me está dando mucho asco, puedo notar su...
—¡Qué asco! —Saco la mano rápidamente, pero la vuelvo a meter cuando veo a Noah reírse de mí.
—Estate quieta Nicole, no están en mis pantalones, están debajo de mi ropa interior. —Me aparto un poco de él sin sacar la mano y me pongo pálida.
—Mu-muy bien. —Cuando voy a meter la mano debajo de sus boxes él me aparta rápidamente haciendo que me caiga al suelo con él encima de mí.
—Te he dicho que te estés quieta, quieres que salga mi amigo a saludarte verdad.
—¿Que-que amigo? —sonrió de medio lado de forma pervertida.
—El que casi tocas, como no te estés quietecita saldrá, y no creo que te parezca bonito lo que podría hacerte. —Abro la boca sorprendida.
Definitivamente este chico está loco.
—¡Noah, Nicole! ¿Estáis ahí? Abrid la puerta, por favor. —Es la voz de Will.
—Ya salimos, Will — responde Noah, se levanta de encima, pero yo no puedo ni moverme, cuando Noah nota que estoy paralizada me coge de la cintura y me levanta, saca las llaves y abre la puerta.
—¿Que estabais haciendo aquí tanto tiempo? —Me mira a mí, yo aún sigo paralizada—. ¿Nicole, estás bien?
—Si... estoy bien, me tengo que ir. —Salgo de la cabaña secreta mirando al suelo rápidamente.
—¿Que le has hecho, tío? ¡No le habrás pegado!
—¡¿Cómo le voy a pegar, Will?, estás loco! Le he besado y poco más.
—¿Poco más? —Will levanta las cejas extrañado.
Estoy andando por el bosque a buen ritmo para encontrarme con todos en la aldea, tengo ganas de que alguien me dé un abrazo, me siento muy mal ahora mismo.
Antes de llegar veo de lejos a Jacob acercarse hacia mí corriendo, ya ha pasado una hora y por eso ha salido de la jaula.
—Pichoncito, pichoncito ¿dónde estabas? Te estaba buscando. —Jacob comienza a darme pequeños besos por la cara.
—Estaba hablando con Noah, le he aclarado todo, sigue enfadado, pero yo ya no puedo hacer nada.
—Que le den, tu pasa de él, como si no existiera.
—Pues sí, eso haré —respondo intentando sonreír.
Algo complicado veo yo eso...
—Vamos con los demás. —Me coge de la mano y nos dirigimos hacia la aldea.
Sinceramente, yo no siento nada por Jacob, pero me gusta que yo le guste y que sienta eso por mí, además es la única manera de olvidarme de Noah, espero que en un futuro pueda sentir lo mismo que sentí, y creo que sigo sintiendo, por Noah.
Hemos pasado toda la tarde apartados del resto, los demás están todo el rato con Noah, y Jacob no lo soporta, y yo menos, sobre todo después de lo que ha pasado en la cabaña...
De vez en cuando Noah nos mira de reojo, pero yo paso completamente de él.
—¿Qué tal parejita? —aparece Liam mirándome con una sonrisa dibujada en su rostro y se sienta en medio de los dos.
—¿Qué quieres Liam? —responde Jacob de malas maneras.
—No gran cosa, hablar con la señorita, ¿nos dejas? —Liam le echa del tronco pegándole un empujón—. Gracias —exclama sonriendo, Jacob se marcha molesto y algo enfadado—. Nicole, porque no pasas de míster aburrido y te vienes con nosotros.
—Es que míster aburrido es mi novio, y no quiero dejarlo solo, además estoy muy cómoda aquí.
Mentira, estoy más aburrida que una ostra, pero con tal de estar lejos de Noah hago cualquier cosa.
—Como quieras, pero ¿te puedo decir una cosa?
— Claro.
—Noah desde que ha venido no ha dejado de quitarte la vista de encima, le gustas, Nicole. —Yo me pongo seria ante su comentario.
—No creo que le guste, y si le gusto que se busque a otra porque yo estoy con Jacob.
—Pero si aquí no hay más chicas.
—Pues que se la imagine. —Ambos comenzamos a reír.
Ya ha caído la noche, todos los chicos se marchan a sus cabañas excepto Will y Noah, que siguen hablando.
—Buenas noches mi pichoncito —exclama Jacob dándome muchos besos en la nariz y en la boca, yo le sonrío falsamente—. Que duermas bien. —se marcha.
—Me voy a la cama Noah, mañana será otro día. —Noah no deja de mirarme, no le hace ni caso a Will—. ¡Noah! —Will chasquea los dedos para que le haga caso, Noah le mira algo enfadado.
—¿Qué? ¿Qué quieres Will?
—Que me voy a dormir ya, hasta mañana, y pórtate bien con ella. —Me señala con el dedo y se marcha hacia su cabaña. —Cuando Will se marcha Noah se acerca hacia mí.
—¿Pichoncito? En serio. —Hace un gesto de asco con la boca—. Más cursi y no nace, se tenía que haber quedado igual de borde que antes. —Yo cruzo los brazos.
—No es cursi, lo que pasa es que está enamorado, es diferente, las personas cambian cuando se enamoran sabes.
—¿Y tú estás enamorada de él? —Se acerca a mí peligrosamente y mirándome fijamente, yo me muerdo el labio nerviosa, él sonríe y me mira los labios.
—Cla-claro que lo estoy.
—No lo parece la verdad. —Se va acercando cada vez más, pero yo me marcho de ahí a buen ritmo.
¡No aguanto más a este chico! ¿No se supone que está enfadado conmigo? ¡Pues que lo demuestre y que no me hable! Me haría un gran favor la verdad.
Entro en mi cabaña y me quito la ropa para ponerme la de dormir, pero de repente escucho como alguien abre la puerta.
—Pero, ¡qué haces tú aquí Noah! ¡me estás siguiendo o que! —digo tapándome como puedo avergonzada.
—No tienes por qué taparte, total, ya te he visto desnuda. —Me pongo roja como un tomate.
—¡Me da igual, fuera de aquí! —Me mira fijamente.
—¿Ya no recuerdas de quién es esta cabaña? Es mía.
Dios es verdad, ya no me acordaba...
—Tu duerme donde quieras, allá tú si quieres dormir conmigo aquí en la cama calentita, o fuera, muriéndote de frio, no es mi problema. —Se quita la camiseta.
—¡No pienso dormir contigo!
—Pues duerme fuera al viento. —Se mete en la cama.
Me pongo rápidamente el pijama y salgo fuera de la cabaña sin mirar atrás, no pienso dormir con él, me niego.
—¿Nicole? Que estás haciendo aquí —exclama Jacob sorprendido.
He tenido una gran idea, ya que Jacob es mi novio no me puede negar que duerma con él, además, como es el segundo jefe si falta Noah, tiene una cabaña igual que la de los demás, pero duerme el solo, me da igual que sea pequeña con tal de que pueda dormir bien.
—¿Puedo dormir contigo? Es que no quiero dormir en la misma cama que Noah. —A él se le ilumina la mirada.
—Por supuesto que si pichoncito, pasa, pasa, no te quedes ahí fuera.
—¿Tú también tienes solo una cama?
—Sí, pero nos sobra para los dos. —Me coge de la cintura—. Estaba deseando que llegara este día. —Yo me aparto algo nerviosa.
—Jacob, vamos a dormir que estoy muy cansada, ¿vale pichoncito? —le digo con voz de niña pequeña.
—Está bien pichoncito, buenas noches. —Nos acostamos y me duermo en poco tiempo.
A la mañana siguiente me despierto y miro hacia mi derecha, Jacob está en la otra punta de la cama; cuando duermo con Noah siempre me despierto con su brazo rodeándome la cintura...
En fin, mejor así.
Me levanto sin hacer mucho ruido, me visto y cuando salgo de la cabaña...
—Dios, que susto me has pegado Noah, ¿qué haces aquí? —Noah se encuentra delante de mí, con los brazos cruzados, se nota que está muy enfadado.
—¡Que habéis hecho! ¡dime que habéis hecho!
—¿De qué estás hablando?
—¡Me tenías que haber avisado de que estabas aquí! ¡no he pegado ojo en toda la noche por tu culpa, he ido al bosque, he dado mil vueltas hasta que por fin te he encontrado durmiendo con ese estúpido!
—¡Y donde querías que me fuera si me echaste de la cabaña!
—¡Yo no te eché de la cabaña!
—Hey, hey chicos, tranquilos, ya peleando de buena mañana. —Will se acerca a nosotros aún algo dormido.
—Es ella, Will. —Yo ruedo los ojos.
—Ah claro, mira me voy a desayunar, no quiero oír más estupideces. —Me marcho muy molesta.
—Tío tranquilízate, te va a dar algo, controla los celos vale.
—¡No estoy celoso Will! ¡Nicole, no he terminado de hablar contigo! —Doy media vuelta, en segundos ya lo tengo a pocos centímetros de mi cara.
—Dios... ¿qué quieres ahora?
—Yo que tu llevaría cuidado con ese tipo, no vaya a ser que termine forzándote.
—¿De qué me hablas ahora, Noah? —respondo cansada de escucharlo.
—Te estoy advirtiendo, lleva cuidado, porque al final acabaras presionada por él y terminaras haciendo algo de lo que tu aun no estás preparada.
—¿Me estás diciendo que no me acueste con Jacob?
—No, te estoy diciendo que lleves cuidado, porque como te fuerce tu aun... —se calla porque le interrumpo.
—¡Jacob, buenos días! —me marcho corriendo hacia él y le doy un beso—. Vamos a desayunar a otro lado.
—Como quieras pichoncito. —Noah se queda con cara de póker.
El resto del día ha pasado normal. Los chicos de la aldea han preparado como una especie de "acampada" en el bosque no peligroso, a mí no me apetece mucho ir, ya que está Noah y no tengo ganas de que se nos quede todo el rato mirando, ya tengo bastante en las comidas y en las cenas.
Ahora mismo estamos Jacob y yo solos en la aldea.
—Así da gusto eh, Nicole. —Jacob me coge de la cintura y me acerca a él, yo me pongo algo nerviosa.
—¿Por qué no vamos un rato con los chicos a ver que hacen?
—Bromeas, con lo bien que estamos aquí los dos solos. —Me mira y me besa—. Vamos a mi cabaña... —Abro los ojos, mi cuerpo comienza a temblar.
—¿A-a tu cabaña a qué? Si aún no es de noche. —Intento separarme un poco de él, pero él me tiene bien sujeta de la cintura, me estoy poniendo muy nerviosa.
—¿Tú no tienes ganas? —Me toca los labios con sus dedos.
—¿Ga-ganas de que Jacob?
—Ya sabes de que te estoy hablando, no te hagas la tonta, no sé tú, pero yo no puedo aguantar más.
¿Que no puede aguantar más? ¡Si llevamos poquísimo saliendo!
—Jacob yo... —me muerdo el labio, nerviosa.
—Que no se hable más. —Me coge del brazo y me lleva corriendo a su cabaña—. Túmbate. —Abro los ojos asustada.
—¿Qué?
—Que te tumbes, venga. —Me quedo paralizada, no sé qué hacer, Jacob rueda los ojos y me tumba como puede, se pone encima de mí—. Abre las piernas. —Como ve que no puedo de lo nerviosa que estoy me las abre él, me empiezo a asustar muchísimo.
Jacob me toca por todas partes, parece un pulpo... a mí me está pareciendo repugnante la verdad... tengo que parar esto cuanto antes.
—¡Jacob, para por favor! No puedo seguir, no estoy preparada. —Le aparto un poco.
—Que tonterías dices, ahora no me puedes decir esto, tú estate quieta y déjame hacer a mí el trabajo. —Me besa el cuello.
—¡Que no quiero, para, por favor! —No me hace caso, él sigue a lo suyo.
Madre mía... ya no sé qué hacer, espera, ¿qué está haciendo? Me está metiendo su mano en...
—¡¿Se puede saber que estáis haciendo?!
Noah entra por la puerta rojo de furia, no dice nada más, solo me quita de encima a Jacob rápidamente, me coge del brazo y me saca de la cabaña llevándome a la suya.
—Mira que te advertí, sabía que te iba a forzar. —Él cierra la puerta con llave.
—Noah, yo...
—¡Tú, nada! —dice cabreado.
—¿Por qué has cerrado la puerta con llave?
—Considérate secuestrada.
Abro los ojos sorprendida y asustada, ¿cómo que secuestrada? ¿No me va a dejar salir de aquí? ¿Y ahora qué hago yo?