El tormento de Álex - (GRATIS)

By marlenequen

19.8M 1.4M 219K

Las imprudencias se pagan y eso es algo que, por desgracia, Alex sabe muy bien... Un hombre atormentado por u... More

SINOPSIS
Capitulo 1 (Alex y Laura se ven por primera vez...)
Capitulo 2
Capitulo 3 y 4 (Juntos)
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18 (Censurado)
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34. Si teneís problemas, sacad la historia y volver a añadirla.
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38 (Censurado)
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
EPÍLOGO
¡DÉJAME VERTE! Un thriller romántico-erótico de alta tensión
¿Dónde leer mis otras historias?

Capitulo 9

334K 25.1K 2.7K
By marlenequen

Álex

Una punzada de dolor se instala en la boca de mi estómago e intento disimularla. Laura ha caído en mi trampa. Su sonrisa cuando le he hecho creer que odiaba a su pobre amiga y que entendía que ella también lo hiciera la ha delatado confirmando alguna de mis sospechas. Siento una enorme decepción, pero quiero estar seguro antes de precipitarme. Trataré de ser más sociable con ella para ganármela y que así se confíe. Su insistencia en verme aun cuando la he tratado como a un trapo sucio y su lenguaje corporal me indican que está interesada en mí. Lo usaré a mi favor y me aprovecharé de ello. Seguro que consigo llegar al final de todo esto.

—A ver si lo he entendido. ¿Eras policía y lo dejaste todo para hacerle de taxista a César y ahora también a Natalia?

—Me paga bien —respondo.

—Ya puede hacerlo —dice pensativa—, es difícil entender tu decisión. Pero cada uno es libre de hacer lo que quiera. Por cierto, hoy te estarán echando de menos —ríe—. Menos mal que no saben que habíamos quedado, si no me culparían.

—¿Por qué? —pregunto intrigado.

—Iban a Toledo a ver a su padre. ¿No te lo han dicho?

—No... —en realidad sí, César me lo comentó ayer, pero lo que no sabía es que ella también lo supiera. Está demasiado informada y eso puede ser peligroso. Natalia debería tener más cuidado.

—Me falta saber tu edad —dice sonriente. Sus labios pintados de rojo captan mi atención. Son perfectos. No puedo dejar de mirarlos. Demasiado tentadores.

—Estoy a punto de cumplir los 31 —trato de centrarme en sus ojos, pero es aún peor. Es una mujer realmente impresionante.

—¿Y a tu edad no te da vergüenza andarte peleando con gatitos? —ríe.

—Muy graciosa. Me extrañaba que no sacaras la conversación antes —respondo tratando de hacerle creer que no me afecta. Todavía tengo marcas.

—He intentado aguantarme, pero es demasiado tentador —carcajea fuertemente. Un par de lágrimas salen de sus ojos mientras lucha por calmarse. Lejos de molestarme, descubro que disfruto viéndola así. Es una persona tan alegre que contagia—. Perdona —seca con cuidado sus ojos para no desmaquillarse.

La siguiente hora pasa rápido. Todavía tiene que hacer algunas compras y se le está haciendo tarde. Nos despedimos y decido seguirla sin que lo sepa. Quizás pueda descubrir algo más. Nunca se sabe.

Para en un centro comercial y tras esperar un largo rato por fin veo que sale cargada de bolsas. Un hombre de unos cuarenta años se acerca a Laura y le ofrece su ayuda. Ella se niega y sigue caminando. El muy cabrón no para de mirarla y me cabrea. Laura llama demasiado la atención. Sus movimientos y su atractivo natural captan todas las miradas, tanto de hombres como de mujeres. Con dificultad lo guarda todo en el maletero y retoma el camino. Durante el trayecto procuro mantenerme alejado para que no sospeche. Conoce mi coche. Tras más de media hora conduciendo, parece que hemos llegado a algún sitio. Aparca y vuelve a sacar las bolsas. Bajo de mi coche y camino tras ella. Llega hasta un edificio de ladrillos. Debe de vivir ahí. Hay alguien en la puerta y me escondo en un portal.

—Hola, guapa. Veo que ya has llegado. ¿Cómo ha ido el día?

—Bien, Jorge. Estoy cansada, si no te importa déjame pasar —está tapando la entrada con su cuerpo.

—Llevo todo el día esperándote. Me gustaría hablar contigo antes.

—No creo que tengamos nada de qué hablar —dice Laura algo molesta, y me tenso—. Apártate, quiero entrar.

—No hasta que me escuches —estira uno de sus brazos bloqueando más aún la puerta. Mis puños se cierran instintivamente.

—Mira, Jorge, ya no sé cómo te lo voy a decir —suelta las compras en el suelo—. He tratado de hacerlo de mil maneras diferentes para no herir tus sentimientos, pero parece que eres tan gilipollas que no entiendes ninguna —clava repetidas veces el dedo en su hombro mientras le habla. Me gusta su carácter—. Me estás acosando y como sigas tocándome los ovarios vamos a tener un problema, tú y yo —sonrío satisfecho. Así se habla—. ¿Ves estos tacones? —señala sus zapatos y mi cabeza pica; por desgracia yo probé uno—. ¿Los ves? —repite captando su atención—. Pues acabarán clavados en tus testículos —reprimo una carcajada para que no me oigan.

—No niegues lo evidente —se acerca a ella y mi piel se eriza. Toma uno de sus mechones y siento las palmas de mis manos arder. Laura se retira rápidamente—. No decías lo mismo aquella noche cuando estaba entre tus piernas —mi respiración se agita y mi corazón late con fuerza. La imagen de ellos dos juntos me hace sentir náuseas.

—Pues fíjate que yo no recuerdo absolutamente nada. Mi cerebro tiene por costumbre borrar al instante las experiencias traumáticas —toma las bolsas del suelo—. Y si no fuera porque eres mi vecino y tengo que estar viendo tu asquerosa cara todos los días hace tiempo que también me habría olvidado de ti —de un empujón consigue hacerle a un lado y entra al edificio.

No la sigue, cosa que agradezco. Se queda en la puerta y enciende un cigarro. Si ese idiota hubiera entrado al edificio tras de ella estoy seguro de que habría intervenido. He estado a punto de salir de mi escondite un par de veces mientras peleaban para romperle la cabeza. Espero un tiempo prudencial y al ver que todo está tranquilo decido volver a casa. Quiero aprovechar las horas libres que me quedan para descansar.

Cuando entro a mi pequeño apartamento suelto las llaves del coche en la mesa de la entrada, y sin darme cuenta dejo caer el portafotos que hay sobre ella. Con cuidado vuelvo a ponerlo en pie. Siempre me ha gustado esa foto. Gema está preciosa en ella.

La melodía del móvil llama mi atención. Descuelgo.

—Ei, Álex. ¿Se solucionó el problema? Quedé preocupada.

—Hola, preciosa. Sí, todo se arregló. Perdona por haberte colgado tan precipitadamente, pero un idiota se puso pesado y tuve que enseñarle modales —evito contarle toda la verdad.

—Tú siempre tan educado —ríe.

—¿Cuándo vienes?

—En una semana. Todavía me quedan muchas cosas por empaquetar. Espero que tengas suficiente espacio para dos camiones —ríe de nuevo—. Ya sabes cómo somos las mujeres.

—Puedo alquilar un piso más amplio. Ya te lo dije, no tengo problema.

—No hará falta, nos arreglaremos, ya verás.

—Lo que tú digas, pero luego no te quejes.

—No lo haré. Tengo que dejarte, Álex, acaban de llegar mis compañeros y vamos a celebrar mi despedida del trabajo.

—De acuerdo. Pásalo bien y ten cuidado.

—Lo tendré. En unos días vuelvo a llamarte. Te quiero.

—Yo también a ti —cuelgo.

Antes de soltar el móvil en la mesa, vuelve a sonar. Pongo los ojos en blanco, entre todos se han propuesto no dejarme disfrutar de mi día libre. Compruebo que es César y descuelgo.

—Dime.

—Álex, perdona que te llame en tu día libre, pero ha habido problemas.

—¿Qué ocurre? —todo mi cuerpo se activa.

—Estamos en la comisaría en un pueblo cercano a Madrid. Mario nos ha dado un susto de muerte.

—¿Cómo? —mis ojos se abren.

—Cuando volvíamos a casa apareció de la nada en la carretera e intentó sacar a Natalia de la calzada. Gracias a Dios que supo maniobrar a tiempo, Álex. Si no es porque maneja perfectamente, hubiera acabado en tragedia —hay mucha angustia en su voz—. Consiguió golpear su coche varias veces y tuvimos que dejarlo aquí. ¡Ese tío está loco!, va a por ella sin importarle nada más... —respira agitado.

—Trata de calmarte, estás demasiado alterado y sabes que eso no te ayuda —cuando está en ese estado suelen darle crisis que después le cuesta controlar.

—Lo intento —hace una pausa—. Necesito que hagas una investigación paralela a la que van a empezar aquí, hay que dar con él cuanto antes.

—¿Puedes darme algún dato?

Me explica todo lo ocurrido. Apunto los datos del coche y nos despedimos.

«Mierda», digo apretando fuertemente el teléfono cuando caigo en algo. «Solo hay una forma de que Mario supiera dónde estaban». Ya no hay duda. Alguien le está informando y todas las pruebas apuntan a Laura. Ella lo sabía...

_____________

¿Quieres ver el rostro de Álex? Sígueme en mi instagram: elenagggggg o en mi facebook elenagggg

¡Gracias por vuestros votos y comentarios!. Sin ellos no merecería la pena seguir escribiendo. ¡Besos!

Continue Reading

You'll Also Like

2.6K 557 25
Tras diversos y horribles acontecimientos, Jihán quiere estar tranquila; sólo quiere sentirse en paz después de ese "suceso" del cuál nadie sabe a ex...
6.6M 319K 55
¡NOVELA GANADORA DEL I PREMIO OZ DE NOVELA JUVENIL DE OZ EDITORIAL! EN LIBRERIAS DE ESPAÑA A PARTIR DEL 17 DE MAYO. PAÍSES DE LATINOAMERICA: FECHA A...
92.2K 5K 15
Obra registrada en safecreative. 1512176046113 Prohibida su copia/o adaptación parcial del documento.
6.1K 1.7K 71
Lindsey Cooper una chica de instituto, se enamora de un chico popular que va en el mismo grado que ella, aunque nada ha sido fácil ya que es una chic...