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Seguíamos caminando en las calles solitarias, ya era algo tarde y no había muchos carros. Estábamos en medio de una calle caminando platicando sobre cosas de nosotros. Rubén aveces me hacía reír con las cosas que me decía, tenía un sentido del humor demasiado raro, pero me divertía mucho.
-Pues... ¿Qué otra cosa me cuentas sobre tu vida? -pregunté y voltee a verlo.
-¿Qué más quieres que te diga? -preguntó sonriendo.
-Lo que tú quieras -dije y se puso a pensar.
-¿Cómo perdí la virginidad? -preguntó y abrí los ojos como plato.
-Ay Dios... -dije y él se echó a reír.
-¿Quieres saber o no? -preguntó riéndose.
-¿Ya no eres virgen? -pregunté, estaba nerviosa.
-No -dijo. -Fue de lo peor -dijo riéndose.
-¿Por? -pregunté riendo.
-La chica me mordió el pene -dijo y me ataque de la risa.
-Oh por dio, ¿es enserio? -pregunté aún riendo y él asintió con una sonrisa.
-Fue en una fiesta y ya estaba súper borracho, la chica se me acercó y me llevó a la planta de arriba -empezó a contar y lo callé.
-No, no quiero saber -dije aún riendo.
-Esta bien... -dijo y gotas empezaron a caer sobre nosotros. -Puta madre, ¿cómo rayos? -preguntó, su pelo se estaba mojando y se veía tierno así.
-Esta bien, me gusta la lluvia -dije y él me miró con una sonrisa. Los dos ya estábamos empapados.
-Bueno, pero como quiera hay que apurarnos -dijo y tomo mi mano. Sentí raro y bonito cuando tomo mi mano.
Faltaba como unas dos cuadras para llegar a su casa, aún seguía lloviendo. Rubén seguía tomando mi mano, me acerco a él y de la nada ya estaba enfrente de él. Nuestras caras estaban muy juntas, como la vez que me salvó aquel día, puso sus manos en mi cintura y me pego más a él.
-¿Quieres concederme esta pieza bajo la lluvia? -preguntó y reí.
-Sí, acepto -dije y comenzamos a bailar.
Rubén y yo estábamos bailando como si estuviéramos en un vals. Me daba vueltas de vez en cuando, pero siempre que volvía a pegarme junto a él nuestras caras estaban muy juntas, tanto que hasta aveces nuestras narices chocaban.
Seguimos haciendo tonterías bajo la lluvia. Hacía mucho que no hacía eso, y siempre me divertía haciendo eso cuando había días lluviosos, pero lo que más me gustaba es que estoy disfrutando de este momento con Rubén.
De tanto estar jugando nos dio media noche, así que decidimos irnos a casa. Estuvimos corriendo para llegar más rápido. Cuando llegamos a la casa todo estaba apagado, no había nadie en la casa. Entramos y Rubén me dijo que esperará en la sala, y subió a la planta de arriba; cuando bajó traía una toalla en la mano y una la tenía en la espalda.
-Toma -dijo entregándome la toalla. -Mis papás y mi hermana no están, se fueron a no sé dónde -dijo y me coloque la toalla.
-Oh bueno -dije y Rubén me tomo la mano.
-Vente, vamos arriba -dijo y nos subimos arriba. Lo bueno es que mañana no habría clases.
Nos fuimos a su habitación y tome mis cosas y me fui al baño para cambiarme de ropa. Me quite la ropa mojada y me puse mi pijama, me cepille el pelo y luego salí del baño. Me dirigí a la habitación de Rubén y estaba él sin playera, me puse roja al verle así y se dio cuenta.
-¿Qué? ¿Por qué tan roja? -preguntó y me puse nerviosa.
-Eh... No, nada -dije y me dirigí a la cama.
-¿Ya tienes sueño pequeña? -preguntó y negué con la cabeza. Aún seguía sin playera el hijo de puta. Se acostó en la cama sin playera y yo me acosté a lado de él. -Bueno ¿Qué quieres hacer? -preguntó y de la nada me miró lo labios.
-Emm... No sé -dije y yo vi sus labios.
Nuestras caras se estuvieron acercando poco a poco hasta que nuestros labios se juntaron con un beso.
Me estaba besando...