No hay rosas sin espinas

By Mollylogia

858K 28.1K 877

Barbara Williams es una chica de 18 años, altanera, petulante y podría describirse bien como "un hueso duro d... More

Capitulo 1: El trato
Capitulo 3: Fiesta problematica
Capitulo 4: Tentación en casa
Capitulo 5: Sentimientos ocultos
Capitulo 6: Un corazón no tan frio
Capitulo 7: Sucumbiendo a la tentación
Capitulo 8: Fuego contra fuego
Capitulo 9: Emociones dificultan las acciones
Capitulo 10: Drásticas desiciones
Capitulo 11: Una boda memorable
Capitulo 12: Dos hombres, diferentes sentimientos
Capitulo 13: Confusión
Capitulo 14: Mujer celosa = Mujer peligrosa
Capitulo 15: ¿Mala suerte o demasiada coincidencia?
Capitulo 16: Alguien en quien confiar
Capitulo 17: ¿Verdad o mentira?
Capitulo 18: ¡CELOS!
Capitulo 19: Oscuros recuerdos
Capitulo 20: Y cuando todo comenzaban a mejorar...
Capitulo 21: Conveniente novio guardaespaldas
Capitulo 22: Desobediencia innata
Capitulo 23: ¡Las dos terribles palabras!
Capitulo 24: Inesperadamente esperado
Capitulo 25: Infierno
Capitulo 26: ¿Vida o muerte?
Capitulo 27: No hay rosas sin espinas (FINAL)

Capitulo 2: ¿Guardaespaldas?

38.6K 1.3K 19
By Mollylogia

CAPITULO 02

Barbara

-       “¿Y por qué tan horrorizada con la propuesta?” - Pregunto Anthony empinando la botella de cerveza en sus labios.

-       “¿Eres retrasado mental Tony?”- Dijo Leonardo frunciendole el ceño a su gemelo. Suspire y me recosté en la barra del bar. El Club no era tan divertido cuando recuerdos oscuros de Tomas se paseaban por mi mente.

-       “¿Te parece poco que me obliguen a casarme?”-  Le pregunte con voz cansina. Si supieran que esa solo era la mitad del problema. Anthony me tomo los hombros y me miro con compasión.

-       “Oh, lo siento Barbie... la verdad extrañare acostarme contigo”- Bromeo. Estalle en carcajadas junto a el. Era difícil permanecer deprimida con Anthony cerca y bueno... una botella de vodka también ayudaba.

Después de hablar con mi padre en la tarde, había ido directo a un bar con los gemelos a ahogarme en alcohol. Casarme con Tomas Arantes… Solo pensarlo me daban nauseas, o tal vez era que había bebido demasiado pero igualmente la idea me daba pánico. No, terror. Ese chico había destruido mi corazón y alma. Me había arrebatado mi inocencia y convertido en esta mala persona de hoy.

Si, eso era lo peor. Que yo misma sabia que me había convertido en esta basura de ser humano.

-       “Rechazaste la propuesta ¿cierto?”- Pregunto cauteloso Leo. Lo mire incrédula.

-       “¡Por supuesto!”- Respondí aireosamente. Vi como suspiro de alivio.

-       “¿Y que piensas hacer? Sin el dinero de tu padre vas a estar... quebrada”- dijo Anthony.

-       “Lo se...”- Dije volviendo a mi estado de depresión –“Aunque no seria una relación real... solo apariencias”- Murmure pensativa. Leonardo me miro horrorizado.

-       “¡No me digas que lo estas pensando!”- Exclamo mirándome acusadoramente.

-       “Bueno... un poco”- Susurre encogiéndome ante su reacción.

-       “¿Estas bromeando? ¡He visto la cara que pones cuando nombran al tal Tomas, y no estoy seguro de lo que te hizo pero seguramente es el mayor imbécil de la tierra por dejarte ir. No puedes ir detrás de el por solo dinero Barbara!”- Grito moviendo sus manos en el aire furiosamente.

Lo ignore y me quede mirando a la gente que bailaba. El no tenia idea de lo que Tomas me había hecho. En realidad no debe ni estar cerca de sospecharlo. ¿De verdad haría este trato solo por dinero? ¿Y mi dignidad donde quedaba en todo esto? ¿Mi orgullo? ¿Mi amor por mi misma?

Pero tampoco quería solo irme. Quedaría como si él hubiese ganado. Como si él hubiese llegado a lastimarme de tal forma que no quisiera ni verle la cara. Y hubo un tiempo en que así fue. Pero no más. Iba aceptar esa propuesta solo para que el viera lo feliz que soy y lo fuerte que soy ahora.

Le mande un msj a Fabio antes de que cambiara de opinion.

 Fabio acepto el maldito trato, tu ganas. ¿Cuando y donde será mi condena?

 El me respondió pocos minutos después.

Al fin tomas una buena decisión en tu vida, Bárbara. El lunes a las 7pm en la casa de la familia. Por favor ponte algo decente. No lo arruines todo.

Sip, ese era mi dulce padre. Y había escogido justo el mismo día de mi cumpleaños. No me sorprendería que lo haya hecho apropósito.

El resto de la noche la pase bailando y bebiendo para no pensar en el tal vez más gran de error de mi vida que haya hecho. Quien sabe y encuentre a otro chico lindo para pasar la noche.

*  *  *

Una semana después, ahí estaba. Vestida como una idiota entrando en la oficina de mi padre para aclarar todo antes de bajar a la fiesta. Traía puesto un vestido beige que llegaba por encima de la rodilla, una cinta blanca se amarraba en un lazo de costado justo debajo de mis pechos, tenia puestas unas sandalias de tacón doradas con un pequeño bolso asiendo juego, mi cabello caía en suaves ondas por mis hombros. Debía verme asquerosamente adorable.

Mi padre me esperaba nuevamente con su caliente guardaespaldas a su lado.

-       “Aquí estoy”- Gruñí.

Los últimos días había pensado mejor el asunto. Y sip, nunca tomes decisiones estando ebria. Pero no iba a retractarme de lo que ya había hecho.

-       “Barbara te presento a Richard Evans el será tu guardaespaldas de ahora en adelante”- Introdujo Fabio sentándose en el borde de su escritorio y mirándonos.

Richard se acercó a mí y me dio un apretón de manos. Su mano casi tragando la mía. Sus ojos atraparon a los míos, su mirada intensa hizo que mi corazon diera un brinco. Maldita sea, este hombre si que estaba bueno. Pasaron unos segundos y hale mi mano de la suya ya que no la soltaba.

-       “Uh, Bárbara Williams”- Balbucee nerviosamente.

¿Por qué estoy nerviosa? ¿Desde cuando un hombre me pone nerviosa? Mi corazon estaba palpitando un poco mas rapido de lo normal, dejandome un poco desconcertada por mi reaccion. Si, okey. Esta bueno, ahora estate quieto. Pero parecía tan grande... No. Jure que nunca más un hombre me pisotearia. Levante mi barbilla y aparte la mirada de ese hombre que no me hacia pensar con claridad. Mire a mi padre.

-       “¿Para qué demonios necesito un guardaespaldas?”- Pregunte frunciendo el ceño.

-       “Pues ya que vas a estar mas relacionada con la familia es bueno que tengas mas seguridad. Eres la hija del Alcalde después de todo ¿Recuerdas?”- Respondió el y no le creí ni una sola palabra. ¿Desde cuando le importaba mi seguridad? Pero de todas formas, ¿Que ganaría el proporcionándome un guardaespaldas? –“Tomas debe estar aquí en pocos minutos”- Dijo haciendo que perdiera totalmente el hilo de mis pensamientos al solo escuchar el nombre de Tomas.

-       “Todo este compromiso es solo apariencias ¿Verdad?”- Pregunte, incomoda con el conocimiento que vería a Tomas. Y molesta porque mis palmas empezaron a sudar.

-       “Si, se puede decir que de eso se trata. Aunque no soy responsable de lo que suceda entre ustedes personalmente. Lo único que pedí fue mantener las apariencias”- Respondió inexpresivo.

Trague duro. No se hacia responsable por lo que sucedía personalmente con nosotros... Estupendo. Empezaba a hiperventilarme y mis rodillas se debilitaban.

No, no. Respira idiota. Lo único que tienes que hacer es nunca quedarte sola con el y todo estará bien. Si, eso era todo. Ahora cálmate y deja de actuar como una estupida. Note como Richard me escudriñaba con la mirada. Aclare mi garganta y enderece mi postura.

-       “Esta bien”- Dije, tratando de actuar con naturalidad. La puerta se abrió y vi a Franklin con un hombre muy apuesto detrás de él. También el hombre que mas me hizo daño.

-       “El señor Arantes esta aquí”- Anuncio Franklin con su voz ronca.

Respire profundo y mi mirada se encontró con unos ojos verde esmeralda que un día ame y hoy solo provocaban pánico y terror. Eran los ojos con los que tenia pesadillas cada noche. Los ojos que me atormentaban todos los días. Apreté mis manos en puños y me obligue a mi misma a mantener la calma.

Richard

Note como Bárbara se tensaba y su mirada se ampliaba al ver a Tomas Arantes delante de ella. Me acerque a ella y puse una mano en su espalda baja. Algo me decia que necesitaba un poco de apoyo y francamente estaba sintiendo un poco de pena por ella. Se estremeció pero volvió a poner esa expresión altanera muy de ella y me dio una mirada de no-necesito-tu-ayuda.

Tomas entro a la habitación con una sonrisa arrogante pegada al rostro. Se acercó a Bárbara y beso su mano.

-       “Tan hermosa como siempre, Bárbara”- La saludo viéndola a los ojos. Ella arrancó su mano de la suya con una mueca de asco.

-       “Tomas”- Respondio ella entredientes.

Obviamente ella estaba muy perturbada y no se sentía cómoda con Tomas cerca, pero trataba de ocultarlo con todas sus fuerzas. El la miraba como un depredador miraba a su presa. Y por muy extraño que parezca un sentimiento de querer protegerla de el me inundó el pecho. Ese hombre tenía algo raro en su mirada y ella simplemente parecía muy pequeña e indefensa. Me enojaba como el infierno ver  miedo en sus hermosos ojos chocolates.

-       “Muy bien, esto es lo que vamos a hacer. Todos los invitados ya están abajo, ellos no saben nada aun pero ustedes”- Comenzó a decir Fabio mirando a Tomas y Barbara –“Van a bajar juntos como pareja y yo anunciaré su compromiso”- Se detuvo por un momento y rebusco en el bolsillo de su pantalón de vestir, sacando un anillo de plata con un gigantesco diamante cuadrado –“Ponte esto y bajemos”- Dijo tomando la mano de Bárbara bruscamente y depositando el anillo en su palma –“Salgan de aquí en 5 minutos después de que yo me haya ido”- Indico y salió de la oficina acompañado por su mayordomo.

Bárbara tomo el anillo y antes de que pudiera ponérselo en su dedo anular Tomas se lo arrebato.

-       “¿Que haces?”- Demando ella con el ceño fruncido. Tomas sonrió y se acercó a ella.

-       “Vamos a hacerlo mas real”- Dijo el tomando su mano e inserto el anillo en su dedo.

Bárbara lo miro con resentimiento halando su mano de su toque y camino fuera de la habitación. Pude ver solo un destello de vulnerabilidad en sus ojos antes de que se volviera y se fuera. Solo ver esa expresión en ella hizo que mi pecho ardiera. Una mujer no tendría nunca porque sentir miedo o dolor. No una tan bella y joven como ella. Debería de estar sonriendo y disfrutando de la vida.

En ese momento me di cuenta que la protegería de sea lo que fuera que temiera.

Barbara

Salí de la oficina y me quede en un pasillo cercano. Solo necesitaba aire. No podía creer lo cínico que era Tomas. Puse una mano en mi garganta, mi pulso estaba como loco. Tome dos respiraciones profundas hasta que se normalizó. Una mano se poso en mi hombro haciéndome brincar del susto. Me volví solo para darme cuenta que era Richard.

Maldita sea, ese hombre era grande. De hombros anchos y cadera estrecha. Estaba vestido de esmoquin negro y lo hacia ver deliciosamente comestible. Su cabello claro estaba revuelto como si no se hubiese molestado en peinarlo al despertarse. En pocas palabras delicioso.

-       “¿Estas bien?”- Pregunto el con una mirada que parecía preocupada. Me sentí muy estúpida por actuar como lo hice. Aclare mi garganta y me di cuenta que esta era la primera vez que escuchaba su voz. Era gruesa y profunda. Sexy. Oh, vamos controla tus hormonas Barbara.

-       “Si, estoy bien... solo necesitaba un poco de aire”- Respondí evitando su mirada. No se porque este tipo me ponía tan malditamente nerviosa pero no tenia deseos de averiguarlo.

-       “Hey”- Dijo el suavemente tomando mi mano –“No estés nerviosa, soy tu guardaespaldas se supone que tengo que cubrirte la espalda”- Dijo con una media sonrisa.

Aquellas palabras me hicieron relajarme un poco. Es cierto, tenía un guardaespaldas así que si Tomas quería hacer algo estúpido primero tendría que enfrentarse a mi caliente y nada pequeño guardaespaldas. Bien, tomando eso en cuenta esto no parecía tan difícil como yo lo hacia ver. Por mas que dudara las razones por la cual mi padre me había puesto un guardaespaldas, esto tenía sus ventajas.

-       “Bien, vamos”- Dije un poco mas segura de mi misma volviendo a la oficina con el detrás de mi.

-       “Barbara”- Llamo haciendo que me detuviera frente a la puerta de la oficina antes de entrar. Me volví y lo mire confundida –“Feliz cumpleaños”-

 Esas simples dos palabras hicieron que mi corazón saltara alegremente dentro de mi pecho. Ni siquiera mi padre me había deseado feliz cumpleaños, pero que este completo extraño lo había hecho me había alegrado el día. Sonreí abiertamente hacia el y deposite un beso en su mejilla antes de entrar en la oficina.

VOTA/COMENTA/GRACIAS POR LEER <3

Continue Reading

You'll Also Like

293K 28.8K 46
[LIBRO 1] No respires cerca de él. No lo mires a los ojos. No le preguntes por su collar. No busques las razones. Es él, la imagen de la perfección m...
552K 64.4K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
92.7M 8.6M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...