Capitulo 7: Sucumbiendo a la tentación

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CAPITULO 07

Barbara

Cuando desperté a la mañana siguiente, sentí unos fuertes y calientes brazos alrededor de mi cintura y enseguida me tense. ¡No me digas que me emborrache de nuevo y traje algún extraño a mi casa! ¡Mi padre me quitara todo mi dinero! Luego recordé los sucesos de anoche y me dieron ganas de abofetearme a mi misma. ¡Oh, Dios que verguenza! Pero luego otro tipo de sentimiento apretó mi estomago. Salí de sus brazos lo mas suavemente que pude para no despertarlo y me encerré en el baño.

Me deshice de mi ropa interior y entre en la ducha. Agua fría refrescaba mi cuerpo caliente. Me sentía tan avergonzada. ¡Había dejado que Richard me vea llorar! ¡Habia dejado que me sostuviera mientras lloraba! No sabía ni como lo iba a mirar a la cara ahora. Se supone que la Barbara estúpida y chillona había quedado en el pasado. Hoy era una mujer fuerte, que no se dejaba pisotear por nadie. Sobretodo por un hombre. Tan humillante.

¿Pero a quien engañaba? Yo solo era una niña recién graduada que quería ponerse las pantis de niña grande aunque me quedaran grandes, y ni siquiera buscaba mantenerme a mi misma. Era patética.

Respire profundo y me hundi dentro de la bañera. Si tan solo pudiera quedarme aqui bajo el agua, donde todo es silencioso y pacifico... Nadie puede lastimarme... Nadie puede tocarme...

Tenia que parar de huir.

Sali del agua con un jadeo pero con fuera renovadas. Se la mujer fuerte que quieres ser. La unica manera en que lograria sobreponerme a esto, era actuando. No más llanto. No más comportamiento de niña. Iba a asumir mi responsabilidad del trato con mi padre e iba hacerlo bien.

Cuando sali del baño, Richard ya había despertado. La pequeña esperanza que creció dentro de mi pecho para que siguiera dormido, murió. Estaba sentado en la cama viendo la tv, como si fuera dueño del lugar.

Mi mirada no ignoro lo delicioso que se veía allí en mi cama, enredado entre mis sabanas de seda blanca. Su perfecto pecho libre de cualquier vello y por supuesto su abdomen marcado como tabla de chocolates. Oh, Dios si que te tomaste tu tiempo creándolo... Magnifico.

Esa maravillosa vista casi me hace olvidar el hecho de que ayer me habia lanzado sobre el y cubierto de mocos con mi llanto. Senti mis mejillas arder con mortificada verguenza. Ajeno a mis pensamientos, Richard percata mi presencia y me dedica una sonrisa lobuna. Tan sexy como intimidante.

-       “Buenos días Barbara”- Saludo soñoliento. Su voz ronca y gruesa.

Mordí mi labio inferior y aparte la mirada incapaz de mantenerla.  Murmure un “Buenos días” rápido y me metí en mi closet. Me vestí con una falda de jean, una blusa negra con escote redondo y mis sandalias de tacón de aguja favoritos que habían costado una fortuna ¡Por favor, eran Louboutin!

Una vez que ya estaba vestida con mi ropa usual me sentía mejor que estar vestida como la hija decente del alcalde. Hoy podía hacerlo ya que mi padre no me había llamado por alguna "cita" con Tomas. Así que era mi día libre.

Salí del armario y suspire aliviada al ver que Richard había salido de mi habitación. Tome mi Blackberry y le marque a Leonardo mientras me tumbaba en la cama.

-       “¿Hola?”-

-       “¿Que hay Leo? ¿Traes a tu copia a mi casa y hacemos algo?- Dije alegremente.

No hay rosas sin espinasWhere stories live. Discover now