Enigmatic
-Tú puedes huir conmigo, en el momento que quieras. No te vayas.- Summertime de My Chemical Romance
Capítulo XII
"— ¡Eres un hijo de perra! — Oí un chillido agudo, seguido de un sonido seco. Podía verme, pero yo no controlaba mi cuerpo ni mis palabras. Esa era yo, pero mi persona no estaba bajo mis dominios. Entendí, de repente, que esto se trataba de un recuerdo. — Maldito, ¿cómo te atreves?
— ¡Qué no se te ocurra decir que fue mi culpa! — Reconocí la voz de mi novio. Kyle Moons. — Maldita sea, tenemos que tranquilizarnos, reina. De nada servirá que discutamos.
Quise hacer una mueca por el apodo, pero claro, yo solo era un espectador en todo el espectáculo.
— ¿Tranquilizarnos? ¡Tranquilizarnos! — Bramé con los ojos desorbitados. Sin entender nada, y con imágenes borrosas trataba de entender mi recuerdo, ¿por qué estaba tan molesta? ¿Así era yo normalmente? Oí un segundo golpe, pero no sentí dolor, al contrario oí un quejido representando el dolor de Kyle: yo lo había golpeado de nuevo. — Tenemos que arreglar esto, Kyle. Y rápido.
— ¿Y qué quieres que hagamos? — Adquirió el castaño con exasperación.
— Joder, ¡piensa un poco! — Por fin la imagen fue más clara, y me vi a mí junto a Kyle Moons. Él llevaba una camisa blanca limpia, un poco desordenada. Yo llevaba un saco azul zafiro, con unas... ¿botas de tacón? ¿Así me vestía a diario? — Nyla está muerta. ¿Verdad?
Juró que mi corazón se detuvo. ¿Mu-muerta?
Mi novio afirmo. — Si.
— Falta esa vieja asquerosa. — Gruñí con descaro, Kyle se acerco a mí, y tomó mi rostro entre sus manos. Cómo hacía Jason.
— El silencio es bueno muchas veces, reina.
— Hay personas que nunca aprenden."
Mis ojos se abrieron encontrándome con una luz blanca que me cegó por un completo. Hice una mueca, antes de que el médico alejara la linterna de mi vista.
Este me saludo cordialmente: — Bienvenida al mundo, Emma.
Me enderecé sintiendo los hombros pesados. Me encontraba en una habitación rodeada por cortinas, seguía teniendo la misma ropa que llevaba puesta por la mañana, lo que me decía que no había estado inconsciente tanto tiempo.
— ¿Qué sucedió? — Pregunté mareada, analizando las imágenes de mi reciente recuerdo.
— Sufriste otro colapso. — Me informó.
Torpemente, repasé la palabra "sufrir".
— Tienes que tener en cuenta que tu cuerpo estuvo a punto sufrir un suicidio, Emma. Perdiste mucha sangre, y estuviste a minutos de la muerte hace un poco más de un mes. Cualquier crisis emocional, sea un ataque de pánico o incluso una crisis nerviosa, por más mínima que sea, va a afectar de sobremanera en tu salud. — Murmuró él. — Además, que no has tomado tus pastillas en 10 horas. Por más de que no se te permita manejar tus píldoras, tienes que estar pendiente del horario para asistir a secretaria.
— ¿No se supone que tienen que encargarse de mis medicinas, ustedes? — Mascullé, entre dientes. — Después de todo, ustedes son los especialistas, ¿no es cierto?
— No eres la única persona que tiene horarios específicos para su medicina.
Una amargura llegó a mi garganta, había sonado egoísta, y el médico tenía razón: no era la única en sonríe. Planeé disculparme, pero sus palabras atropellaron las mías.
— De cualquier manera Emma, duplicaremos tu dosis nuevamente. Tenemos que recuperar tu salud emocional, a pesar de todo, seguiremos de cerca tu salud física... Y lo más probable, es que te derivemos a un psicólogo especializado en suicidas.
Fruncí el ceño, pero nuevamente no dije nada.
— ¿Ya despertó? — Logan Meson entro en la habitación, corriendo las cortinas color verde agua. Me alarmé rápidamente ¿qué demonios hacía él aquí? — Parece que sí.
— Despertó hace muy poco.
Además de la nariz rota y todos los vendajes que cubrían su rostro, noté que su labio estaba roto, hinchado y manchado con sangre seca.
Comencé a balbucear:
— ¿Q-qué haces aquí?
El médico me miró por un segundo, y luego declaró: — Los dejaré un segundo solos para que conversen en privado. Luego, revisaré tus vendajes Emma.
Sin más que decir, él se retiró, dejándome con Logan.
¡¿Qué acaso él no sabía que Logan me odiaba?! Joder, él me prefería muerta. ¿Cómo es que me dejaba sola con él? ¡Había tratado de matarme!
— No tienes que mirarme cómo si fuera un fantasma, enana. — Gruñó él. Rápidamente baje la mirada, apretando los labios con fuerza. — Por Dios, eres rara. ¿Cómo te lías con el rarito de azul y me temes a mí?
Junté un poco de valor, y respondí:
— Su nombre es Jason. Y él no trató de ahorcarme.
Él soltó una risa ronca, pero no se reía porque yo fuera divertida.
Logan se reía con amargura.
— Con que ese es el nombre del bastardo... — Masculló él, sacudiendo su cabello. — De cualquier manera, iba a soltarte.
Negué con la cabeza, y por primera vez, fui directa:
— ¿Qué estás haciendo aquí?
— Vaya que eres amable. — Se burló.
— No eres el más indicado para decírmelo, ¿sabes?
Pensó un momento, y luego musitó: — Bien dicho.
Nuevamente, yo insistí. — ¿Qué estás haciendo aquí, Logan?
— Yo fui quién te trajo cuándo te estabas ahogando.
No supe que contestar. Y él no se calló.
— La perra casi me mató cuándo me vio acercarme a ti. — Aclaró. Deduje que por "perra" se refería a Aline. Sabía muy bien que defenderla, o exigirle respeto de su parte no iba a funcionar; por lo que solo me dediqué a escucharlo. — Ella pensó que iba a matarte o algo. No la culpo de nada, pero demonios, ¡qué mujer tan histérica!
— ¿Por qué me ayudaste? Creí que me odiabas.
Logan frunció el ceño. — ¿Enserio me crees tan cretino cómo para dejar que te mueras en el suelo?
— Si.
— Eres una perra, ¿sabías? — Esta vez me tocó fruncir el ceño a mí, y él volvió a reírse. — Pero no. Para tu suerte, no soy así de hijo de perra.
— ¿Aline se disculpó contigo? — Pregunté torpemente.
— A veces mes sorprendes, Emma. De verdad. ¿Eres así de estúpida siempre?
Hice una mueca. — No me hables así...
— ¿Enserio crees que la perra, va a disculparse conmigo? — Logan ignoró mi comentario, sacudiendo la cabeza. — Ella me odia.
— No te odia.
— ¿Odia más al loquito de azul?
— Su nombre es Jason. — Repetí secamente.
— Realmente deberías alejarte de él, tonta. — Negó con la cabeza, poniéndose de pie. ¿Ya se iba? ¿Eso era todo? — Puedes suicidarte cuando gustes, incluso, puedo prestarte cuchillas. Pero realmente, no tienes que ser tan desquiciada cómo para enamorarte de él. Hay otras maneras de sufrir, menos miserables.
Lo miré con la boca entreabierta, sin saber que contestar. Él no me respondió nada a mi silencio y simplemente se fue.
Aline tenía razón: Él era un buen chico. Pero también era un hijo de perra... la mayoría del tiempo. Y cómo Dana decía: Todos aquí somos unos lunáticos. Incluyendo al hijo de perra de Logan Meson.
-
Procuré no desmayarme nuevamente cuándo el médico quito mis vendajes sucios:
Las heridas eran profundas, sin dudas. Pero él me juró que estaban mucho mejor.
Me dolió infinidades cuándo me pasó alcohol por los cortes, pero me mantuvo en silencio. Después de recetarme un par de medicamentos para el dolor, pregunté (incapaz de callarme las dudas más tiempo):
— ¿Por qué Logan no se fue cuándo me dejó aquí?
— Se negó a irse hasta que despertarás. — Me contestó simplemente. Y cómo si ya lo estuviese estorbando, me mandó a mi habitación a descansar.
Mientras caminaba por el pasillo, no me podía quitar de la menta al chico tétrico de cabello azul.
Él no se llamaba Jason.
Él no era quién decía ser.
¿Quién demonios era él?
Me frustraba de sobremanera, pero al mismo tiempo me llamaba la atención. No podía explicarlo, pero todo en él me daba curiosidad. Su mirada fría, el color de su cabello, su voz, su pasado. Pero no podía permitirme estar cerca de él, sin saber siquiera porque estaba en el hospital.
— Emma. — Antes de que pudiera darme cuenta, Aline ya me tenía entre sus brazos. La abracé con fuerza, mientras recordaba sus gritos de ayuda. — No puedo creer que estés bien. Me has dado el susto de mi jodida vida... Oh, realmente lo siento. No quise decir eso.
Solté una risita. Ella casi nunca maldecía.
— ¿Te encuentras bien? ¿Qué te dijeron en Emergencias? — Me preguntó ella rápidamente, mientras se alejaba un poco de mi cuerpo para poder mirarme a los ojos.
— Fue solo un colapso. No es la primera vez que ocurre, no tienes por qué preocuparte.
— Eres mi mejor amiga, ¿y quieres que no me preocupe?
Sonreí a medias. Ella también era mi mejor amiga.
— ¡HEAVEN ROSE! — Solté un grito de sorpresa, y vi cómo Aline se tensaba. — ¡TODOS VAMOS A MORIR!
Mi corazón comenzó a latir con mucha fuerza. Se trataba de otro paciente.
Ambas giramos hacía el pasillo con la muchedumbre que se había formado alrededor de una chica rubia que no dejaba de gritar a todo pulmón.
Cuando me acerqué al inició del círculo, justo en frente a ella, lo vi:
Tenía una pistola.
— ¡Tenemos que salir de aquí! — Por su rostro caían lágrimas, y podía ver el miedo grabado en sus ojos. Su cabello era negro, y era largo, muy largo. — NOS VAN A MATAR A TODOS. E-E-Ellos... Ellos nos asesinarán...
Comenzó a llorar con dolor, paseando la pistola de un lado a otro. Su labio se fruncía y gemía de dolor.
Sentí cómo Aline me apretaba la mano con fuerza, mientras me alejaba de la chica que no hacía más que moverse en el circulo de personas a su alrededor.
— Están aquí... E-llos están aquí. — Comenzó a balbucear una y otra vez, con los ojos perdidos. — Ellos están aquí en el Hospital. ¡ESTÁN AQUÍ!
Aline tapó mi rostro justo en el momento que oí el disparo. Las personas gritaron y luego, fueron consumidas por un silencio aterrador:
La chica se había suicidado.
— Ven conmigo Em. — Susurró rápidamente la albina, liberando mi vición. Estaba temblando, y no fui capaz de decir nada prudente. La chica se había matado, su cuerpo sangraba por la parte de su cabeza en el piso, Dios santo, tenía su sangre en mi ropa.
Aline no esperó mi respuesta, y me tomó del brazo. Cruzamos los pasillos y no sé cómo pero llegamos al jardín.
Me encontraba jadeando, ¿qué estaba sucediendo? Sentí un nudo en la garganta, y me percaté que el llanto se aproximada. Miré mi vestido y vi las machas de sangre sobre este. Chillé en voz baja, y traté de limpiarlo, pero era imposible.
Más pacientes morían y todos con la misma característica.
— Emma, tranquilízate. — Me tomó por los hombros, haciendo que gritara de miedo.
— ¿Qué está sucediendo Aline? — Chille sin dejar de temblar. ¿Quién es Heaven Rose? ¿Y por qué esa chica se había quitado la vida gritando ese nombre?
— Yo... No lo sé Emma.
Ella estaba igual que aterrada que yo.
— Pero tú dijiste que sabías cosas que yo no. ¡Dime!
— Emma, tienes que calmarte, no puedes tener otro colap...
— ¡Dime!
Ella respiro hondo, poniéndose tensa. No tenía más opción que decirme, sabía perfectamente que no dejaría de insistir hasta que me digiera.
No iba a resistir un solo segundo más sin saber que estaba sucediendo.
Ya no.
— ¿Realmente quieres saber?
Asentí con la cabeza, tragando saliva, tratando de deshacer el horrible nudo que tenía en la garganta.
— ¿Recuerdas que te conté un poco del "accidente" de Lord Lebront? Bueno. Él tenía un hijo llamado Aticus, cuando tenía 32 años de edad. Aticus quiso dedicarse a la medicina psiquiátrica, para poder ayudar a su padre con su enfermedad, y en los últimos años del instituto conoció a su futura esposa: Doris.
Me dediqué a escuchar.
"— Ellos eran cómo una pareja cualquiera. Ambos se querían y tenían metas en la vida, y una de ellas era cumplir el sueño del padre de Aticus de abrir una clínica psiquiátrica, con el fin de ayudar a demás personas en la misma situación que el padre de Aticus. Les llevó cerca de 7 años poder terminar de construir el edificio entero, a pesar de que aún les faltaban algunas habitaciones. Durante ese tiempo, Aticus y Doris decidieron que ya era hora de dar el siguiente paso y formar una familia. Pero Doris no podía quedar embarazada. Tras someterse a varios tratamientos, ella quedó embarazada de dos mellizos. Una niña y un niño al que bautizaron cómo Heaven y Hell Rose.
Yo la interrumpí.
— ¿Cielo e Infierno? — Repetí incrédula. Cielo estaba bien pero, ¿quién le ponía a su hijo infierno?
Aline alzó los hombros, y siguió hablando:
— Ambos niños nacieron sanos, justo para la inauguración de Sonríe. —Realmente son buenos para poner nombres, pensé con ironía, mientras me concentraba en las palabras de la albina. — Los mellizos no eran parecidos uno al otro, realmente parecían hijos de padres diferentes, pero ambos eran muy unidos. Los dos comenzaron a crecer al igual que el Hospital. Al principio, el Hospital era muy reconocido, prestigioso por la calidad de sus tratamientos y por los especialistas con los que contaba.
Ella hizo una pequeña pausa, antes de continuar:
— Pero pronto comenzaron a darse cuenta de que había algo raro entre los dos hermanos.
— ¿Raro cómo qué? — Interrumpí.
— Ellos se susurraban cosas el uno a otro. No hablaban con ningún otro niño, se reían y actuaban de manera... rara. Al poco tiempo, llegaban a mirar de forma extraña a sus propios padres. No hablaban con nadie más que con ellos, ni siquiera le hablaban a sus propios padres.
— ¿Ni siquiera con sus padres?
— Ni siquiera con ellos. — Negó ella. — Ellos eran extraños, y muchas personas decían que no era bueno el entorno en el que crecían: Jugando entre locos y asesinos, con un abuelo enfermo de esquizofrenia y con ambos padres trabajando en un hospital mental.
— ¿Qué no se dice clínica psiquiátrica? — Volví a interrumpir.
— No me interrumpas. — Pidió ella, cortésmente. — En su cumpleaños número 16, Hell y Heaven desaparecieron. Nadie sabía a dónde se habían ido, no tenían dinero, no llevaban auto, ni siquiera eran menores de edad. Fue un mes entero en donde Doris y Aticus no dejaron de buscar a sus hijos. Cuándo se cumplió exactamente un mes desde su desaparición, ellos regresaron a casa...
Rápidamente noté que la voz de Aline temblaba. — ¿Qué paso cuándo volvieron, Aline?
— Ellos los asesinaron, Emma. Asesinaron a Aticus y a Doris.
No supe cómo reaccionar. La garganta se me secó, y traté de tragar saliva.
— No puedo explicarte la manera en la que los asesinaron, pero fue... terrible Emma, simplemente terrible. Ellos mismos llamaron a la policía, pero cuándo la policía llegó ellos ya no estaban. Lord Lebrónt se volvió loco cuándo tuvo que reconocer el cadáver de su hijo y de su esposa, simplemente perdió la cabeza al ver sus cuerpos. El hospital comenzó a decaer, teniendo la mala fama del horrible asesinato de los hijos del dueño de Sonríe.
Ella permaneció en silencio, y yo no sabía que decir. Aline sabía todo esto. Pero nada encajaba todavía...
— ¿Por-por qué me cuentas esto Aline? — Tartamudeé. — ¿Qué tiene que ver esto con Jason?
— Porque los mellizos están en Sonríe, Emma. — Susurró.
Antes de que pudiera decir algo, ella agregó:
— Y creo que "Jason"... Es el mellizo perdido.
--
Hola queridos lectores! No saben lo feliz que estoy de poder volver a actualizar, tuve problemas de Wi-Fi y encima, me fui de vacaciones. ¡Pero aquí estoy! Disculpenme por las demoras, y todo lo demás. He tenido más votos y comentarios que de costumbre, y juro que casi lloro. No tienen idea de la dedicación que le pongo a esta novela, para que todo salga bien, y no sé... Gracias a todos :'3
Respecto a uno de sus comentarios: @Chica_De_Hueso Primero que perdón por no contestar antes tu comentario :c Y gracias por leer y comentar mi novela :'3 Y segundo, con respecto al reparto, te diré mi crisis : )
Tengo a la mayoría de los personas ya listos, bien representados por celebridades, pero hay un problemita que empieza con J y termina en ASON. J A S O N. El jodido Jason. En la nueva portada lo interpreta Lucky Blue Smith pero realmente no sé, digo, ¿Dónde hay un chico pálido caliente que tenga el pelo azul cuándo se lo necesita? Por eso no he puesto reparto. Pero prometo que lo haré pronto, para que se vayan haciendo una idea de los personajes :3 Espero que entiendan mi crisis.
PD: IMPORTANTÍSIMO Si alguien tiene alguna idea de alguna celebridad que interprete a Logan Meson o Kyle Moons se lo agradecería de por vida : )
¡Eso es todo!
Gracias por leerme, y pronto nos volveremos a... leer? Lo sé soy una idiota.
Regálenme un voto y un comentario de su parte. Adoro que comenten :')
Besos!
Atte.
-AmNotOnlyOne.
.:::El siguiente capítulo contiene Jemma. Prepárense para lo que sería, el conflicto principal de Enigmatic:::.
No diré más :3