Niall
Después de la escuela, recogí a Greg y me fui a casa. Aunque se lo había dicho lo del partido a mi padre el otro día, quería recordárselo. Estaba sentado en el sillón reclinable ya borracho. Esto era ridículo. Me senté en el sofá y no dio ninguna señal de reconocer mi presencia.
“¿Papá?”
“¿Sí?” dijo, arrastrando la palabra.
“Sólo quería dejarte saber que Greg y yo volveremos a eso de las once o las doce.”
“¿Adónde vas?”
Suspiré, “Vamos a Raleigh para un partido de hockey.”
Asintió con la cabeza y siguió bebiendo su cerveza.
“Papá, necesitas parar de beber tanto y vivir tu vida,” empecé, pero me acortó.
“¡La mataste! ¿Piensas que puedo seguir con mi vida cuando la mujer de mi vida está muerta y mi hijo tiene la culpa?”
“¡Lo siento tanto! ¡Bien sabes que se habría muerto algún día, papá! Tenía cáncer, ya se habría muerto por ahora de todos modos. Lo único que podría haber hecho yo habría sido ayudarla a quedarse aquí un poco más. ¡No la maté!” le grité.
Mi tiró su cerveza, y por poco no me pegó.
“¡No lo sabes decir! La quimioterapia podría haberla mantenido viva. ¡Podría haber matado el cáncer!” me gritó enojado con lágrimas cayéndose por la cara.
“Papá, odiaba la quimioterapia y lo sabes. Por lo menos ahora ya no siente pena. ¿Sabes qué, papá? La única razón que estoy tratando de hacer algo contigo es por qué Greg quiere tener a su padre otra vez. ¡Pero supongo que eso no va a pasar!”
Me fui indignado para el piso de arriba, para traer a Greg y salir de la casa.
Manejé por un rato para tranquilizarme antes de irme para la casa de ______. Suponía que para él era mejor beber, así dejando que la vida le pasara y que Greg estuviera sin padre, que asumirlo y seguir adelante como Greg y yo tuvimos que hacer.
Pegué el volante con la mano. ¡Al infierno con él! Sí, tal vez podría haber salvado a mi madre para que pudiera haber vivido un poco más. Pero el cáncer se la habría comido y se habría muerto de todos modos. Respiré profundo y le dije al Greg silencioso que todo estaría bien.
Suavemente me dijo que no pensaba que yo había hecho ningún daño a nuestra madre.
“Gracias, hermanito”
Giré a la izquierda para llegar a la casa de ______. Toqué a la puerta y ella gritó que entráramos. Entré y la vi sentada en el sofá. Greg corrió para sentarse a su lado. No sabía cómo se sentía después de lo que pasó hoy, así que me senté en uno de los sillones.
A ______ se le iluminó la cara mientras hablaba con Greg quién le contaba lo de su día. Lo vi acercarse a ella y susurrarle algo al oído que le hizo reírse.
¿Qué iba a hacer para arreglar todo? Murmuré algo sobre encontrar algo para beber y me fui para la cocina. La oí riéndose en la sala. Me preparé un vaso de Pepsi y entré a la sala para ver lo que parecía ser una guerra de cosquillas entre los dos y parecía que ella le ganaba a Greg.
“¡Niall! ¡Ayúdame!” gritó Greg entre risas.
Mientras me acercaba, ______ dijo, “Ni lo pienses, Niall.”
“Es mi hermano, ______,” le dije, poniendo mi vaso sobre la mesita.
Le di cosquillas en el estómago sin pensar si estuviera bien con eso o no. Ella dejó libre a Niall y se cayó en el sofá. Me atreví a ponerme de rodillas sobre ella. Le dije a Greg que le atacara. Agarré sus brazos, los mantenía por encima de su cabeza con una mano, y le daba cosquillas con la otra. Greg también le atacaba el estómago. Ella se reía sin parar, rogándonos que paráramos. Me reí y le dije, “De eso nada.”
Ella estaba moviéndose debajo de mí con sus caderas dando con las mías.
“Niall, Greg, por favor, qué paren.”
Pensé que si no se parara de moverse debajo de mí, me volvería loco.
“Bien, Greg, para.”
Se retiró y se dejó caer en un sillón. ______ estaba tratando de recuperar el aliento y me fulminó con la mirada. Estallé en risas y me agaché para besarle los labios sin pensarlo. Se puso tensa.
“Lo siento,” murmuré mientras me quitaba de encima de ella.
Ella se trajo las rodillas a su pecho y las envolvió con los brazos. Greg se dirigió la atención a la tele y ______ suavemente me pidió hablar en la cocina.
La pena me atacó el corazón al oír que esa voz tan callada se había vuelto. Le seguí a la cocina y me apoyé contra una de las encimeras mientras ella saltó un poco para sentarse en otra al otro lado del cuarto.
“Quería hablar sobre lo de hoy. Niall, de veras me asustaste. No puedo tener ese tipo de energía a mi alrededor. No lo haré. No pienso que lo nuestro vaya a funcionar.”
Mientras hablaba, su voz era baja y evitaba mirarme. Crucé el cuarto y le hice mirarme. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y se los cerró en el momento que se le cayó una.
Se lo quité.
“Em, lo siento tanto. Sólo estaba enojado que alguien te hablara así después de todo lo que has pasado.”
“¿Así que piensas que está bien hablarle así a alguien?”
Negué con la cabeza.
“No. Mira, lo siento. Nunca volverás a verme tan alterado, te lo prometo. No lo volveré a hacer. Sólo no me eches de tu vida.”
Ella se agachó y se apoyó la frente contra la mía.
“Vale,” dijo suavemente.
La envolví con mis brazos, sintiendo como el alivio me corría por el cuerpo. Le besé los labios tiernamente. La tomé por mano y nos fuimos para el sofá para ver la tele con Greg mientras esperábamos a Mike.
Mike entró, nos saludó, y se aflojó la corbata diciendo,
“Necesito cambiarme. Después de eso, podremos irnos.”
Unos minutos más tarde volvió y preguntó, “Bien, ¿quién está listo para irse al partido de hockey?”
“¡Yo! ¡Yo lo estoy!” gritó Greg.
Mike se rió y le dijo a ______ que fuera por los boletos. Ella entró corriendo a la cocina y volvió momentos más tarde con cuatro boletos.
“¡Vámonos!” dijo.
Nos levantamos y caminamos por la cocina al garaje.
“Tomemos mi coche,” dijo ______.
Ella se sentó en el asiento del conductor y Mike me dijo que podría tomar el asiento de copiloto.
“No, no. Está bien. Qué lo tomes tú.”
“No, qué lo tomes tú. Me sentaré en la parte de atrás con Greg.”
Asentí con la cabeza y me metí al asiento del copiloto.
Entonces comenzamos el trayecto. Raleigh estaba a una hora y media. La conversación se movió de la escuela al hockey a las chicas que le gustaban a Greg a la escuela a la música. Aprendí que ______ es muy aficionada de la música country, pero que también le gustaban la música pop y la música rock. Muchas de sus cantantes favoritos eran “guapos”. Al verle cómoda, riéndose y sonriéndose, mi atracción a ella subía aún más a creces.
Por fin llegamos al RBC Center y, después de aparcarnos, seguimos al gentío dentro del edificio. Esperamos en la línea de seguridad y pasamos por ella un poco más tarde. Llegamos a nuestra sección y la mujer a la entrada nos revisó los boletos.
Nos dejó pasar y bajamos las escaleras hasta alcanzar nuestra fila. Estábamos a tal vez diez filas de la vitrina y estábamos detrás de uno de los porteros. Nos sentamos en el orden Mike, Greg, ______ y yo. El aire se hacía fresco y era refrescante en comparación con el calor de la mano de ______ en la mía.
El partido iba a empezar dentro de quince minutos y Greg estaba más que entusiasmado. Hablaba sin parar sobre lo bueno que era estar aquí.
______ estaba rebosante de entusiasmo también. Supuse que estaba lista para ver a su hombre. Estaba llevando una camiseta de los Penguins con el nombre y el número de Crosby en la parte de atrás. Era una de los pocos aficionados que no llevaba el rojo. Pronto, los jugadores salieron y patinaban por el piso para calentarse. ______ me apretó la mano cuando primero vio a Crosby.
“Me alegra mucho volver a estar aquí,” me dijo.
Le sonreí y le di las gracias por traernos con ellos. Ella no tardó en volver su atención al hielo y sus ojos seguían a Crosby por la pista. ¿Sus ojos me seguían a mí cuando vino para verme jugar? Esperaba que sí.
Nos levantamos cuando una mujer salió para cantar el himno nacional. Cuando llegó a la parte de “rockets red glare”, todos en el edificio gritaron “¡RED!” como era la tradición de los Canes.
Entonces el partido empezó. A ______ no le importaba atraerse la atención de los demás. Cuando los Pens hacían algo bueno o metían un gol, mostraba su apoyo, gritando y aplaudiendo. Algunas personas a nuestro alrededor le fulminaban con la mirada cuando lo hacía.
El tanteo era uno a uno cuando el primer tiempo se terminó. ______ me miró y sonrió. “Hagamos una apuesta,” sugirió.
Me acerqué.
“¿Qué tipo de apuesta?”
Ella se rió y dijo, “Veinte dólares dicen que los Pens ganarán.”
“Veinte dólares dicen que los Canes ganarán,” le respondí.
Ella me tendió la mano que ya no tenía yo y nos dimos la mano para sellar el apuesto. “Yo voy a estar veinte dólares más rica para cuando se termine la noche,”
ella se les contó a Greg y a Mike.
“Eso esperas,” le dijo su padre.
“Crosby no me fallará,” me dijo mirándome los ojos.
“Ni lo haré yo,” le dije.
Mike y Greg se fueron para traernos bebidas y me la acerqué y la besé.
“¿Niall?”
“¿Sí?”
“Quería decirte algo antes, pero no tuve la oportunidad.”
“¿Qué es?”
Ella se fijo la mirada en la mía y su expresión se volvió seria.
“No me vuelvas a dar cosquillas.”
No pude ayudarlo. Estallé en risas.
“Oh, vámonos, Em. ¡Fue divertido!”
Ella negó con la cabeza y dijo, “¡Tal vez fue divertido para ustedes!”
“No me puedes contar que no te gustó para nada.”
Me sonrió y me dirigió una mirada muy sexy.
“Hubo una parte que sí que me gustó” Ella me dio una palmada en la pierna.
No tuve la oportunidad de responderle porque Mike y Greg volvieron con nuestras bebidas.
______ volvió su atención al partido una vez que empezó el segundo tiempo. Los Canes metieron dos goles y los Pens solamente uno, poniendo el tanteo al 3 a 2.
Durante el segundo descanso, ______ habló con Greg quien se estaba disfrutando al máximo. Veinte minutos más tarde, el tercer tiempo empezó. Nadie metió un gol hasta los últimos cinco minutos cuando los Pens empataron el partido. ______ estaba intentando contener su entusiasmo cuando metieron otro gol con dos minutos restantes en el partido.
“El partido no se da por terminado hasta que suene el timbre,” le recordé.
“Los Canes no podrán meter otro gol.”
Al final tenía razón y me lo contaba.
“¡Ya te dije que estaría veinte dólares más rica, lo que quiere decir que tenía yo la razón!”
Me reí y nos levantamos para salir. ______ daba saltitos por el camino. Ella saltó a mi espalda y la llevé así al carro. Me besó el cuello y volvió a repetir que ganó ella.
“Vale, vale. Sé que ganaste tú.”
Ella se rió y se saltó de mi espalda ya que estábamos al caro.
“Oye, papa, ¿por qué no manejes tú y Greg se siente en el asiento de copiloto?”
Él titubeó por un minuto, pero ______ le tiró las llaves y se sentó en la parte de atrás. Me encogí de hombros y la seguí. Greg, quien estaba alegre de haber ido a un partido del NHL, estaba aún más alegre por poder sentarse en frente.
Cuando llegamos a la carretera, ______ se puso a mi lado en medio del banco, se puso el cinturón de seguridad, y me colocó el brazo alrededor de sus hombros. Se apoyó contra mí, poniendo su mano sobre mi músculo. “Estoy tan cansada,” bostezó. En mis brazos, todo su entusiasmo la dejó y el cansancio lo remplazó. Después de unos diez minutos, ya estaba dormida.
“Muchísimas gracias, Mike,” le dije.
“De nada. ¡Cómo me gustó verle a ______ así!¨”
“Y yo.”
Greg se durmió un poco más tarde. El trayecto a la casa de ______ se llevó a cabo en silencio con la excepción de la música suave de la radio. Apoyé mi cabeza contra la de ______ y me cerré los ojos, disfrutándome de tenerla en mis brazos.
El trayecto a casa se terminó demasiado pronto y desperté a ______. Se despidió de mí con un beso y llevé a Greg en brazos al coche.
“Buenas noches,” les dije mientras iba para mi coche. ______ volvió a despedirse, esta vez con la mano. Dejé a Greg en el asiento del copiloto y me fui a casa.