-Capitulo 43-

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La besé encima de la cabeza 

“Tal vez.”

Oí pisadas en el pasillo y pronto Mike apareció a la puerta llevando un traje. Nos saludó y caminó a mi lado de la cama. 

“¿Cómo te sientes hoy, cariño?” 

Le puse la parte de atrás de su mano en la frente a ______.

“Bien,” contestó.

“Ya no tienes fiebre. Eso está pero muy bien. Si no necesitas nada, me voy para el trabajo.”

“Estoy bien, papi,” le dijo en un tono dulce. 

Su mano todavía estaba moviéndose debajo de mi camiseta y quería agarrársela para pararla, pero no podía porque Mike se hubiera enterado. ¡Qué se fuera pronto!”

“Bien, cariño. Si necesitas cualquier cosa, sólo tienes que llamarme, ¿vale?” 

Ella asintió con la cabeza y unos minutos más tarde oímos como se cerró le puerta. Agarré la mano de ______ y me rodé para ponerme encima de ella.

“¿Tenías que hacer eso?” le pregunté, mis labios muy cerca de sus labios. 

Riéndose me hizo una pregunta propia. 

“¿Te molestaba?”

Me acosté de costado y mantenía su mano donde estaba. Con mi mano libre, le levanté la camiseta para poner al descubierto su estómago. Le tocaba con las yemas de los dedos sin apenas tocarle la piel. 

“¿Te molesta a ti?” le pregunté con una sonrisa traviesa. 

Su estómago se hundió y estaba tratando de no respirar.

Me reí y me acerqué para besarla. Se aprovechó para tomarme la mano y entrelazar nuestros dedos. Sus pechos estaban apretados contra el mío y era todo lo que podía hacer no tocarla por todo el cuerpo.

Gruñí y me puse de espaldas para poder respirar mejor. ______ miraba el techo con sus manos cruzados sobre su estómago que ya estaba cubierto. Yo respiraba hondo tratando de contenerme. Al mirarle a ______, vi como se mordía el labio. 

“¿Qué pasa por esa cabeza tuya?” la pregunté.

Se volvió la cabeza para mirarme. Lo pensaba por un segundo y entonces sus ojos se abrieron mucho. Saltó de la cama y corrió para el baño. Me quité las mantas de un tirón y la seguí. Ella estaba apartándose los mechones de pelo que se habían suelto. Me acerqué y se los aparté.

Cuando ______ terminó, jaló de la cadena y se rehízo la cola de pelo. Se cepilló los dientes y me dijo que no se sentía tan mejor como había pensado. Desde atrás, le envolví con mis brazos. Veía como me estaba mirando mientras se cepillaba los dientes. 

“Tal vez una ducha te ayudará a sentirte mejor. ¿Por qué no te tomas una ducha y yo te prepararé más sopa?”

Ella escupió y se aclaró la boca antes de contestarme. 

“Está bien, gracias, Niall.”

La besé el cuello y me fui para la cocina oyendo como se metió en la ducha. La preparé la sopa y quince minutos más tarde entró llevando una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones de pijama morados sin diseños. Su pelo estaba todavía mojado y echado para atrás. Se sentó a la mesa, le puse un tazón en frente y me preparé un sándwich de jamón y queso.

“No quiero irme para la escuela mañana, no importa si me siento mejor o no.”

“¿Por qué?” le pregunté. 

“Un discurso.”

“Lo harás bien, ya lo veras.”

“Tal vez, pero eso no me mete ganas de hacerlo.”

Me sacudí la cabeza y tomé otro bocado de mi sándwich. Mi móvil empezó

a vibrarse en mi bolsillo. Lo contesté y oí la voz de Greg. 

“Niall, ¿puedes venir a recogerme? Estoy listo. ¿Podemos irnos a ver a ______ hoy? ¿Podemos salir para helado?”

“Cálmate, mi niño,” dije, riéndome. 

“Ahora vengo. Podemos verle a ______, pero no se siente muy bien, así que tendrás que ser super bueno hoy y ver la tele, ¿vale?”

“Ok. ¿Estás saliendo ahora?” 

“Sí.”

“Ok. Hasta luego, Niall. Te quiero.”

“Y yo te quiero a ti, amigote.” 

Cerré el teléfono y lo devolví a mi bolsillo. Me comí el sándwich y le conté el plan a ______. Seguía comiendo despacio. Le besé la frente al levantarme y la sentía algo acalorado. 

“Tómate algo de medicina mientras estoy afuera. Ya estás con fiebre otra vez.” ______ asintió y salí para recoger a Greg.

Cuando Mike llegó a las seis, ______ y yo estábamos acostados en el sofá debajo de su edredón y Greg estaba sentado en el sillón a la izquierda. Mike le tomó la fiebre a ______ antes de sentarse en el sillón a la derecha de nosotros. ______ no había vomitado tanto como hizo ayer y parecía estar de mejor humor.

Había estado corriendo mis dedos por su cuello, por su brazos, y por su espalda. De vez en cuando, me agarraba la mano para mantenerla quieta por un rato. Habíamos visto dibujos animados todo el día porque ______ había insistido que Greg pudiera ver lo que quisiera.

El móvil de ______ vibró en la mesita. Lo agarré y vi la palabra mamá en la pantalla. Se lo tendí a Mike y ______ se dio la vuelta para enterarse la cara en mi pecho. Mike salió para hablar con Judy. ¿Por qué no podía dejar a su hija en paz? Los brazos de ______ me envolvieron y se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello.

Mike no entró hasta una hora más tarde y tenía una expresión seria en el rostro. 

“Em, tengo que llevar a Greg a casa,” le dije suavemente. 

“No quiero que te vayas,” susurró contra mi pecho.

Mi corazón se quebró y la abracé aún más fuerte. 

“No quiero irme tampoco, pero tengo que darle algo de comer a Greg y acostarle. Sólo tienes que llamarme, ¿vale?”

Ella respiró hondo y me soltó. Ella se puso de pie para que lo pudiera hacer yo también. Ya levantados, la volví a abrazar y le besé la frente. 

“Si me necesitas, sólo tienes que llamarme,” le repetí.

“Te veré más tarde,” susurró.

Dulzura. ~Niall y Tu~ TERMINADA.Where stories live. Discover now