Girls Like U (Camila Cabello...

By lanzcelot_

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Drogas. Sexo. Música. Es lo único que pasaba por mi mente, claro, la música estaba primero, luego lo demás. E... More

uNo; InTo It.
dOs; DiVe.
tReS; PrInCeSs CoMpLeX.
CuAtRo; CaN i Be HiM.
Cinco; You and I.
sIeTe; FoR yOu.
OcHo; WhY tRy.
NuEvE; i'M tHiNkInG aBoUt HoRsEs.
Diez; Can't help falling in love.
Once; Something's gotta give.
Doce; Idfc.
Trece; Sometimes i want 2 die.
Catorce; One last time. (Final)
Epílogo.
Scared of happy (one shot)
OMG (one shot)
Agradecimientos.
All these years (one-shot)
goodnight n go. (one-shot)
More than words. (one-shot)
R.E.M (one-shot)
Nueva historia.
Knives/Expectations. (OneShot)

Seis; Nobody's Home.

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By lanzcelot_

—Oye—me sacuden fuertemente.

—Estaba teniendo un sueño mojado con Sasha Grey, espero que sea importante—me doy la vuelta y me caigo al suelo, ya que estoy en el sillón.

—Oh créeme que lo es—luego de reírse de mí, Ruby me da una palmada en mi espalda.

—¡_____!—entra a la sala Mike—¿Sabés quién me envió un mensaje?

—No grites, que probablemente Camila está dormida—frunzo el ceño—¿Quién? No es que me impo...

—Acacia—me dice y algo en mi estómago se revuelve.

—¿Qué?—mi voz se quiebra y los chicos se burlan—¿Para qué te habló?—sin tomarle importancia voy hacia el sillón a doblar la manta que ocupé.

—Creo que los tres sabemos muy bien para qué nos habló—me tenso un poco y escucho la risa de Ruby.

—De hecho, no sé si aún sigue en el teléfono—mi cuello hace un sonido salvaje cuando volteo a ver a Ruby—yo las shippeo—se encogió de hombros.

—¿Eres idiota verdad?—corro hacia el teléfono de casa y con mucho cuidado lo pongo en mi oreja.

Mantengo mi respiración para que no se escuche nada y cuando no recibo respuesta, cuelgo la llamada sin mucha importancia.

—¿Para eso me levantas temprano?—le pregunto a Ruby.

—Ella me cae bien—dice Mike—aún no entiendo porque no se hablan.

—Genial. ¿Por qué no vas y le haces el oral? Y luego de eso haces un álbum con ella—yo sigo escuchando la risa de Ruby—creo que una vez lo mencioné, tú no pusiste atención. No me sorprende.

—Uy, creo que es mejor que vuelva a la cama—escucho la voz divertida de Camila entrar a la sala de estar.

—Se levantó de mal humor—murmura Mike.

—Cualquiera se levantaría de mal humor con la llamada que ha recibido—me cruzo de brazos—aparte de la traición—murmuro.

—Eh—dicen al unísono los dos.

—¿Qué ha pasado?—pregunta interesada Camila.

—Nada Camila. Nada—respondo cortante—iré al baño.

Sin mucho más que decir, paso al lado de ellos con semblante serio. Presiono mi mandíbula al caminar hasta mi habitación y cuando entro en ella, cierro la puerta con fuerza.

Suelto un suspiro y llevo mis manos a mí cabello, tirando con fuerza de el.

—Déjala, es una rara—escucho que habla Mike.

Quito con rapidez las lágrimas que salen sin permiso y respiro con dificultad. Lo hago suave, para que no se escuchen mis sollozos.

Mientras me destrozo en el suelo, llorando en silencio, les contaré el porqué del mar salado que sale de mis ojos.

Todo comenzó cuando tenía quince años. Para en ese entonces yo ni siquiera pensaba en ser alguien famoso. Era felizmente engañada, por los falsos amigos en secundaria y cargando siempre con el peso de que no había nadie en casa.

Mi sonrisa en ese entonces siempre fue fingida, aunque aún en el presente lo es algunas veces. Se podía decir que vivía sola, mi madre trabajaba día y noche para poderme mantener y yo luchaba para ser su orgullo.

Fue entonces cuando la conocí. (No. No es por ella quién lloro, tampoco es por la famosa Acacia, tampoco es por Camila. Lloro por mí)

Lo que interesa aquí es que la chica con sus labios, su sonrisa, su cabello, su forma de actuar fue la que me cautivó por completo. En ese momento yo aseguraba tener un gusto muy selectivo en pollas. Ya saben a lo que me refiero.

Esa fue la (apartando el hecho de todas a las chicas que miraba pensando que me gustaba mucho su ropa. Vaya ingenua) primera vez que una chica me gustó. Ya lo demás es historia que no quiero contar porque es una basura.

Lo que quiero decir es que de no ser por esa chica, probablemente no me hubiese animado a salir de Narnia.

Lo que nos importa aquí es... ¿Quién es Acacia? Tal vez haya sido la primera novia que tuve, por ende, mi primer corazón roto o mi mejor amiga de la infancia de la cual siempre estuve enamorada, quizá fue la chica con la que tenía sexo a escondidas o probablemente una persona que entraba y salía de mi vida. Sin mucho impacto.

Eso ya es dependiendo de la imaginación de cada uno, no voy a explicar el porqué de su llamada, tampoco el cómo entró en mi vida ni qué valor tuvo en ella. Es como contar cuántas estrellas hay en el cielo, totalmente inútil.

Porque para ser sincera, todo lo relacionado con ella ahora, me vale un poco lo que sería una mierda.

Aunque la historia sea pasada y eso haya pasado cuando tuviese diecisiete años, la ira en mi cuerpo de recordar lo sucedido aún era latente. Perdono pero no olvido.

Y el que ella llamase, para reclamar algo (como no haberla llamado para su cumpleaños) o quizá para saber cómo estoy o tal vez  solo para tener sexo hacía que mi ser se transformará tanto en la persona que odiaba ser y que al mismo tiempo amaba.

La impulsiva, la agresiva, la corazón frío e hiriente. Esa persona de la cual escapaba de mis pesadillas pero que a la vez me gustaba tener. Son muy pocas las personas que les había tocado toparse conmigo totalmente furiosa.

Mi furia era por el hecho de que cambié por esa persona. O que al menos lo traté de hacer, o quizá esa persona quería otra persona totalmente diferente a la que soy. Tampoco diré exactamente que sucedió con ella.

Ella era una perra desalmada. O podía ser dulce y exigente. O quizá solo interesada en lo que le podían hacer sentir mis manos por todo su cuerpo. Tampoco diré cómo era realmente.

Acacia, la chica cual cara no describiré, la cuál no diré lo qué fue en mi vida, o qué tal vez es la combinación de varias chicas que me destrozaron completa... Uh... Estoy divagando.

Lo que sea. Esa chica traía recuerdos que ahora mismo se estaban relacionando y eran los mismos que estaba empezando a tener por Camila y como era de esperarse la historia nuevamente se iba a repetir.

Esa misma en la que había una tercera persona entre todo y que siempre terminaba ganándome todo lo que con esfuerzo había logrado.

Rió con aún lágrimas en mis ojos, porque aunque otra persona intente ayudarme, lo único que tienen que saber es que soy  como un cristal roto, lo intentan reparar pero solo se dañan en el intento.

—_____—tocan la puerta de mi habitación.

—¿Qué? Estoy tocándome, vuelve más tarde—trato de que mi voz no suene tan quebrada.

—Camila tiene que irse—me dice Mike.

—Bueno. Que se vaya entonces—las palabras duelen, pero duele más decirlas.

—Uh... ¿Estás...

—Estoy bien.

Odio el amor, porque es sinónimo de cambio y el cambio es una mierda. Sin embargo, mi odio al cambio es tan inestable ya que puedo amarlo cuando es necesario, cuando lo hago consciente, pero cuando se hace inconscientemente, es un asco. Me doy asco.

***

—Camila está llamando de nuevo—me informa Mike.

—¿Y qué?—apreto tres veces seguidas cuadrado y el protagonista del videojuego destroza a sus enemigos.

Con furia apreto el botón cuadrado, luego el círculo y al final muevo la palanca con rapidez de un lado al otro. Con mucha furia, veo como el enemigo se queja.

—¿No estás siendo muy agresiva?—me pregunta Mike sentándose a mi lado.

—Es esto o destrozarme los nudillos contra la maldita pared. El dios de la guerra tiene la misma ira que tengo yo—suspiro y tiro el mando cuando me matan—¿Y qué?—reitero.

—Yo solo digo que deberías contestarle, por lo menos mandarla a la mierda para que ya deje de llamar—él se sienta a mi lado.

—Ella solo llama porque está sola en Los Ángeles—le digo luego tomando en mando  entres mis mano— a ella ni siquiera le gusto.

—Si no le gustaras no creo que se dejaría tocar por ti—tengo mi vista en la pantalla pero sé que él me está viendo.

—Eso es lujuria querido—le digo y él ríe.

—¿Entonces lo tuyo qué es? ¿Amor?—él se ríe más fuerte haciéndome tragar con fuerza—¿Puedes sentir amor?

—Mike, olvidé que tengo que hacer un par de cosas. Sigue jugando, ya vuelvo—le doy una sonrisa forzada y camino hacia mi habitación.

Camino de un lado a otro con el teléfono en mis manos, pensando en si le devuelvo la llamada.

Cuando estoy apunto de llamarle, el teléfono vuelve a sonar y yo me sobresalto, ya que no esperaba la llamada.

—¿Qué sucede?—respondo con suavidad.

—¡Demonios ____! ¡Eso exactamente me pregunto yo!—su exclamación es tan exagerada que pienso que debería ganarse un Oscar.

—¿Qué sucede?—reitero la pregunta.

—Te desapareces, no me hablas, no contestas mis llamad...

—No tengo que porque decir dónde he estado, o tampoco hablarte... No quería hablar con nadie—utilizo mi respuesta más típica.

—¿Puedes siquiera venir en este momento? Me siento sola ahora y...

—Y tu noviecita no está, por eso quieres que esté ahí.

—Madison...

—Lo único que tienes que decir es que quieres que te folle y luego de eso llorar porque tu amada pelinegra no te ama—le digo cortante ya aburrida de todo.

—Sabes qué... Que te den por culo.

Fin de la llamada. El fin de la puta llamada y en vez de sentirme aliviada por ya no tener que lidiar con sus constantes llamados, tenía una extraña presión en el pecho que me hacía sentir terrible.

Probablemente me esté dando un paro cardíaco y lo esté relacionando con esto. Así que sin mucha importancia caminé hasta la puerta para abrirla.

Un peli-azul cae a mis pies, con el ceño fruncido le veo y él con una carcajada, se levanta con rapidez.

—¿Desde de cuando escuchas conversaciones de otras personas?—me cruzo de brazos viéndole fijamente.

—Desde siempre... Es decir, lo que me interesa en parte...

—¿Y qué te interesaba de mi conversación?—seria sigo viéndolo, él con una sonrisa despreocupada se recuesta en el mueble donde están todos mis libros.

—Tu bienestar—sonríe y luego se ríe—nah, es mentira. Solo quería saber si ya no tendría que contestar más el teléfono.

—Pues bueno, ya no lo tendrás que hacer más.

—Si te soy sincero, fuiste un poco dura con ella—me dice.

—No estoy pidiendo tu opinión Mike.

—Pero a mí se me da la gana decir lo que quiera, y hasta yo que soy un bastardo sé que te pasaste con ella—escucho que me sigue.

—Tú dijiste que la mandara a la mierda, ahora que lo hice no me jodas la puta existencia—tomo rápido mis llaves caminando hacia la puerta de salida.

—¿Vas a ir con ella? ¿Cierto?—me pregunta.

—Sí, y no quiero ningún comentario sobre esto—le dije seriamente cuando estaba apunto de salir del departamento.

—Imbécil—es lo único que suelta antes de que yo salga casi corriendo en busca de la morena.

Cuando voy casi llegando escucho que una puerta es abierta. Cuando volteo a ver de dónde proviene el sonido, veo a Mike moviendo su mano para llamar mi atención.

—Había olvidado que Fufu llamó, dice que hace mucho no la vamos a visitar—me grita y cierro mis ojos, es un idiota.

—Luego veremos—le grito de vuelta entrando seguidamente al ascensor.

***

—¿Qué haces acá?—veo los ojos de la morena, están rojos y llorosos, haciéndome sentir una mierda.

—Sabes muy bien porque estoy acá—le digo acercándome un poco.

—Ya no quiero tu compañía, gracias—se atreve a cerrar la puerta pero como yo la supero en fuerza, la detengo con facilidad.

—¿Ya hay alguien contigo?—le pregunto con suavidad, ella guarda silencio y me ve fijamente—Camila... Por favor—le ruego.

—No—suspira quitando su mirada—no hay nadie como siempre—con un suspiro pesado examino su rostro.

—¿Puedo entrar?—le pregunto con suavidad y ella asiente, se hace a un lado y me deja pasar—lo lamento—susurro cuando ella ya ha cerrado la puerta.

—No. Está bien, lo único que has dicho son verdades—se encogió de hombros.

—Camila...

—¡Ya basta!—exclama haciéndome sobresaltar—estoy harta de todo esto. Tú y ella luchando por algo que no es ni siquiera suyo—quita sus lágrimas con furia—¿crees que fuiste la única persona a la que llamé?

Yo suspiro y cierro mis ojos tratando de mantener la calma, pero con ella gritándome no creo que dure demasiado.

—Lauren estuvo aquí y te diré lo mismo que le dije a ella—se acerca a mí luego de bajar su tono de voz—dejaré a Lauren, pero también te dejaré a ti.

—¿Qué? ¿De qué hablas?—trato de tocar su brazo pero ella lo rechaza.

—Para olvidar todo esto, tengo que saltar ésta etapa. Eso también te incluye a ti—da dos pasos hacia atrás—¿Ahora sí que no te gusta eh? Ya no quieres que deje a Lauren—su risa irónica resuena por todo el departamento—Son totalmente iguales.

—Bien—es lo único que digo y Camila se ve confundida—si ésta decisión hace que ya no sufras más por ella y te hace más feliz, saldré de tu vida—me encogí de hombros—Camila puedo ser egoísta, pero me tienes tan jodida que prefiero tu felicidad en vez de la mía—Camila me ve fijamente un poco sorprendida y sonrío sin ganas—¿Qué?

—Nada solo...

—No me parezco a Lauren. No soy ella. Nunca lo seré—presiono mi mandíbula y luego quito mi mirada—escuchame bien... Si me entero de que tú y ella siguen viéndose, te juro que la mato a golpes y a ti, olvida toda la amabilidad con la que te trato. Serás una más del resto.

Mi mirada vuelve a ella y logro ver, su cara asustada. Tiene miedo de que algo le pase a su amada. Con paso rápido me acerco a ella y la empujo hacia la pared.

—Supongo que ella hizo esto antes de irse—y con mucho descaro, la beso.

Camila me trata de empujar pero yo no me muevo, solo presiono más mi cuerpo con el suyo y la beso con más fuerza para que me siga el beso.

Finalmente lo hace, se deja llevar por mis labios y acaricia mi cabello. Mis manos recorren su cuerpo y aguardan en sus caderas.

Cuando Camila empieza a desabotonar mi camisa, creo que es momento de parar, así que con toda la fuerza de voluntad que aún me queda, me separo.

Camila respira con brusquedad, agitada, sus labios están hinchados y sus mejillas un poco rojas. Yo estoy, normal, como si no hubiese pasado nada. Con semblante serio.

—Que buen último beso eh—murmuro descaradamente—tu cara me lo dice todo—me rió y me separo de su cuerpo—Adiós Camila. Espero que tu felicidad dure más de un mes.

Sin mucho más que agregar caminé fuera de su departamento. Estaba tan acostumbrada a las despedidas que ya no me afectaban en lo absoluto.

Aunque tampoco admitiré que me duele el que lo haya hecho, tampoco el que la haya elegido a ella. Esas son guerras que ya no puedo ganar.

Tomo mi teléfono y con una pequeña risa llamo a mi mejor amigo. Luego de pensar todo lo que ha pasado, todo lo que he hecho, ya no me importa nada.

—Mike, cariño—le digo con delicadeza.

—Ya follaste—me dice y yo suelto una carcajada, falsa por supuesto.

—No. Pero lo vamos hacer, llama a Ruby, ponte elegante que vamos a tomar como nunca y visitar a nuestra amiga—escucho un silencio y luego una pequeña risa.

—Bien, nos vemos en el departamento.

Cuando voy saliendo del departamento, me quito las gafas de sol y el abrigo negro que traía. Al salir los paparazzi empiezan a preguntar muchas cosas que no contesto.

Me rió de lo que me preguntan, ya que lo único que escucho es: "sabes que Camila Cabello vive" "Estás involucrada con Camila.." "Camila" "Camila"

—Lo único que tengo que decir es que...—me rió por lo que voy hacer—Camren es real—me rió y entro como puedo al auto ya que, se me han tirado encima por decir eso.

Toco el claxon un par de veces y la sonrisa que tengo, se va opacando siendo reemplazada por una mueca de tristeza. Creo que es mejor tomar prestada la felicidad de mañana con alcohol.

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